LA
VIDA ES BREVE
Winston
Orrillo
Tal el título de un libro que, en Ediciones Vicio Perpetuo, Vicio Perfecto,
de Julio Benavides Parra, poeta él mismo y narrador, acaba de publicar y donde
reúne a veintiocho autores de varias
generaciones, y no solo peruanos (hay autores de Portugal, Ecuador y Venezuela),
todos aunados en la narrativa de apenas 300 palabras donde, sin embargo, caben
todas las vicisitudes de la vida, desde el amor, el desamor, el crimen, el
acecho y el misterio.
Sí, el misterio y la nostalgia del bien perdido.
O la fantasía más desaforada, en la que aparecen críticas a la sociedad o al
propio ser humano y sus vicisitudes más sorprendentes que abarcan el mundo real
y surreal, la aparición –y desaparición de animales (perros, burros,
serpientes) y temas religiosos, amen de alguna suerte de poema en prosa y lo
onírico, como material sobresaliente en estos microrrelatos.
Por momentos estamos frente a la intuición, a la
idea en agraz que, lo afirmo, en muchos casos servirá como incentivo para que,
el propio lector, tienda a hacer su personal trabajo, en estos paradigmas de Vida breve, pero enjundiosa, y no
exenta de crítica social, y de análisis psicológicos que, a pesar de lo
minimalista de los textos, por la gran capacidad de síntesis de algunos, se
logra el propósito del autor.
Y esto de algún modo desmerece el gran trabajo
el de Julio Benavides Parra que, incesantemente, nos obsequia textos de variada
índole y de impecable factura como el de la portuguesa Gisela Mendonca,
titulado “Cuidado con lo que deseas, no vaya a ser que se vuelva
realidad”. Igualmente es destacado el
trabajo del ecuatoriano Patricio Guzmán Cárdenas, con su brevísima pieza, “La
niña del columpio”.
Entre los peruanos, es obviamente relevante
“Temple diablo”, del justamente famoso Carlos Calderón Fajardo, que, se nos
informa, es parte de un libro de microrrelatos, aún inédito. Nuestro también
conocido y estimado Maynor Freire, con quince libros publicados, poeta,
periodista y narrador, brilla con “¡Papá, llévame contigo a Lima!”. E
igualmente el excelente texto de Paco Moreno, que da nombre a su libro: “El
otro amor de mamá”, Asimismo, relevante es “Un nombre aristocrático”, de Mario
Centeno, de Huaraz.
Lo que nos permite, además, señalar la
importancia de que este libro pase por
encima del agobiante centralismo limeño y reúna a autores de provincias, como
este mismo de Huaraz y otros de Ayacucho, Cusco (se reconoce a Mario Guevara,
famoso especialmente por su “Cazador de gringas” y su conocida “Siete
Culebras”, revista andina de cultura), Arequipa, Caraz, Ica, Chimbote, aparte,
por cierto, de los capitalinos y del infaltable Callao.
Reconocemos, con afecto, el cuento de Eduardo
Arroyo, la tierna historia de “Alph, un perro casero”. Hay, igualmente, una
sorprendente historia sobre…nada menos que los Rolling Stones y uno de los
mejores relatos es el de Pedro López Ganvini:” El hijo de puta de mi mejor
amigo”.
El cuento de Julio Benavides Parra nos hace
predecirle un buen destino como narrador, que se suma a su cada vez más
ascendente camino en el anfractuoso mundo de la poesía.
Congratulaciones, pues, por este nuevo libro
que, dentro de su incesante labor editorial, lo calificamos simplemente como
necesario.
Que vengan más microrrelatos, querido editor,
poeta y joven narrador infatigable.
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