El FMI informa sobre
Ecuador
Juan J. Paz y Miño Cepeda
EL TELÉGRAFO - Primer Diario Público
Ecuador, lunes 08 de septiembre de 2014
El pasado 20 de agosto se difundió el
documento de Consulta sobre Ecuador, aprobado por el Directorio Ejecutivo del
Fondo Monetario Internacional (FMI) el 30 de julio de 2014.
En él se reconoce que durante la última década
Ecuador logró “importantes avances económicos y sociales”, con un promedio de
crecimiento del 4.5%, inflación de un 3% anual, estabilidad financiera, y un
mayor gasto social, todo lo cual “ha ayudado a reducir la pobreza y mejorar los
indicadores sociales”; y, además: “la tasa de desempleo descendió a un mínimo
histórico, en tanto que los salarios reales siguieron en alza”. Han sido
favorables la dolarización, altos precios petroleros y el gasto público.
El FMI advierte cierta “desaceleración”
económica en 2012 y 2013; un déficit fiscal del 4.7% del PIB, “cifra que es
baja en comparación el nivel de endeudamiento de otros países de la región”;
señala que, si bien el sector público ha sido un importante motor de
crecimiento, “es necesario que el sector privado asuma un papel más
protagónico”; alienta “seguir reforzando el sistema financiero”; “realizar una
reestructuración de los subsidios a los combustibles”; “ahorrar los ingresos
extraordinarios del petróleo en un fondo de estabilización fiscal y de
inversión”; “eliminar gradualmente los topes de las tasas de interés y permitir
una mayor competencia”; “eliminar gradualmente las restricciones sobre las
transacciones externas”; “llevar a cabo reformas estructurales más profundas
para elevar la productividad y sostener el fuerte crecimiento económico”;
“redoblar los esfuerzos para mejorar el entorno empresarial, incrementar la
flexibilidad del mercado laboral, renovar el capital humano y reforzar las
instituciones y el marco jurídico”.
Las “sugerencias” nuevamente retratan la
visión del FMI, pues vuelve sobre las mismas medidas neoliberales destinadas a
considerar al mercado libre y a la empresa privada como motores naturales de la
economía, incluso bien acompañadas de la “flexibilidad laboral” y el retiro del
Estado con disminución del gasto público.
El FMI y sus seguidores, todavía no entienden
la naturaleza de los regímenes de Nueva Izquierda en América Latina. Para éstos
es fundamental la acción interventora del Estado por una doble razón: de una
parte, corresponde regular la economía a través del Estado, a fin de que el ser
humano se imponga sobre el capital y se realice una mayor redistribución de la
riqueza; de otra, el Estado es el que provee los servicios más importantes en
educación, medicina, salud, seguridad social, apoyo productivo y obras
públicas, por lo cual necesita de enormes ingresos que financien precisamente
ese “gigantesco” gasto estatal.
Este tipo de “capitalismo social” en lo
económico, que ha surgido en América Latina combinado con Estados bajo poder
ciudadano y popular, es una fórmula históricamente inédita. Y se ha demostrado
perfectamente válida para transformar las viejas sociedades
oligárquico-empresariales y ofrecerse como tránsito al “socialismo del siglo
XXI”.
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