MEDIOS:
La dictadura mediática occidental y la calumnia descarada
Por
Jorge Capelán, TcS, RLP.
Enviado
por jorge en Sáb, 17/05/2014 - 12:29
Los medios occidentales a cada rato matan gente que tiempo después resulta aparecer con vida y gozando de muy buena salud. ¿Se acuerdan cuando hace un par de meses "mataron" al comandante Daniel? Los medios de propaganda occidentales nunca reconocieron que habían mentido de la manera más obscena al difundir esa "noticia".
Un
ejemplo de lo descarado de la dictadura mediática occidental:
En el colmo del cinismo, todos los diarios suecos, (en ese país, el 90% de todas las noticias que se publican vienen de TT, que es la agencia "noticiosa" del cártel que controla los medios), divulgaron una nota con el siguiente título el día en el que el comandante Daniel Ortega "resucitó": "Exagerados rumores sobre la muerte de Ortega".
¿Qué? ¿Rumores "exagerados"? ¿Quién ha visto alguna vez un rumor "moderado" o "justo"? Se trataba un tapazo artero, un alevoso ataque para denigrar impunemente a un líder político, una operación de lo que se conoce como guerra sicológica.
Otro ejemplo más, que saltó esta semana:
La popular cantante de Corea del Norte Hyon Song-wol, a quien además le habían endilgado el ser la exnovia del líder de ese país, Kim Jong-un, demostró estar vivita y coleando al aparecer el viernes en la televisión estatal durante un solemne evento cultural en Pionyang.
En el acto, Hyon pronunció un discurso en el que expresó agradecimiento por el liderazgo de Kim y se comprometió a trabajar "más duro por el bien del arte y la cultura" de Corea del Norte.
En septiembre pasado, los medios occidentales la habían "asesinado" a ella y a al menos 10 músicos de la Orquesta Unhasu al esparcir el rumor totalmente infundado (y originado en los servicios de inteligencia sudcoreanos) de que habían sido ejecutados por un pelotón de fusilamiento en presencia de compañeros y familiares, los que más tarde fueron enviados a campos de concentración para presos políticos.
Esta misma semana se supo también que un canal de televisión surcoreano manipuló unas imágenes con Kim Jong-un, al que puso al lado de un dron gracias a la magia de Photoshop, con el fin de acusar a Corea del Norte de espionaje. Impávido ante las airadas protestas de los televidentes, el canal explicó que era lo más normal del mundo el presentar imágenes manipuladas sin informar de ello a la audiencia.
Nótese que, como en incontables casos similares, (todavía tenemos fresco el recuerdo de la repugnante y necrófila campaña de esos mismos medios hace poco más de un año cuando el comandante Chávez luchaba por su vida) no se trata de "errores puntuales" de algún periodista o medio aislado:
Ese tipo de calumnias tienden a difundirse y multiplicarse en toda la línea, siendo repetidas e incluso aumentadas por medios que en cada país de la OTAN a lo largo de las décadas se han ido construyendo con fachadas de credibilidad. Cuando se muestran falsos, nunca esos medios reconocen que mintieron, ni que difundieron puros infundios: sólo dan vuelta a la página como si nada hubiese pasado.
La concentración de la propiedad de los medios, su fusión con el capital financiero y militar, así como el poder de las élites económicas sobre el aparato del Estado, hacen que los medios en Occidente estén totalmente sometidos a un sistema de planificación político-militar en beneficio de esas élites. A esto se le debe agregar la visión racista del mundo que éstas tienen, lo que a sus ojos hace moralmente viable cualquier tipo de demonización de países y de líderes políticos en el Asia, África y América Latina.
El problema de este tipo de estrategias, es que al mismo tiempo que desorientan y confunden, también erosionan la credibilidad de los órganos de la dictadura mediática entre aquellos sectores sobre los que pretende influir. Como decía el General Sandino, "a todos se puede engañar con el tiempo pero con el tiempo no se puede engañar a todos".
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