LA HUMANIDAD
AL BORDE DEL ABISMO
Por Miguel Urbano Rodrigues
La Humanidad se encuentra al borde del abismo.
Desde la
llamada crisis de los misiles en 1962 nunca fue tan transparente el peligro de
una guerra que podría conducir a su extinción.
La responsabilidad
cabe al imperialismo, sobre todo al sistema de poder de los EEUU, la potencia
que lo hegemoniza, aspirando a la dominación planetaria.
El polo
de la crisis está hoy en Ucrania. Partidos y organizaciones neofascistas
tomaron el poder en Kiev con el apoyo y aplauso de Washington y de los gobiernos de la Unión Europea.
Posteriormente
a los acontecimientos de Crimea la campaña contra Rusia se intensificó,
asumiendo amplitud mundial.
Sucesivas
sanciones aprobadas por el presidente Obama y sus aliados europeos tienen como
objetivo aquel país, acusado de crímenes que no cometió y de imaginarios
proyectos de agresión. Son desde luego, regístrese, sanciones inéditas que
inciden sobre personalidades y empresas, puniciones tan absurdas que Putin las
define como «repugnantes».
En la
ofensiva en desarrollo, Obama y sus aliados repiten diariamente que es necesario
y urgente «frenar a Rusia», porque ella
se prepara para invadir Ucrania y anexar sus provincias orientales,
mayoritariamente rusófonas que exigen mayor autonomía. Sin embargo, ni el presidente
ni el Congreso presentan pruebas de esa supuesta intención.
Un gigantesco
concierto desinformativo, montado por los grandes media internacionales, funciona como complemento de la campaña
anti-rusa. Cadenas de televisión, periódicos, radios, webs de internet
occidentales hacen la apología del «gobierno demócrata de Kiev» y presentan
como bandoleros y terroristas los grupos armados que lo consideran ilegítimo.
Hay que
recordar que el Parlamento de Kiev exhibe su simpatía
por el fascismo al discutir un proyecto
que suprime el feriado del 9 de mayo, conmemorativo de la derrota del Reich hitleriano.
En este
contexto explosivo, EEUU reforzó su dispositivo militar en Polonia, enviando a
este país 10 000 soldados y aviones de
combate. El secretario general de la OTAN, perro de guardia del imperialismo, profundizó
su discurso belicista.
Según
Mike Whitney (La Haine, 30-04-14), Obama pretende instalar más bases
norteamericanas en Asia Central, ampliar el cerco a China y crear condiciones
para eliminar Rusia como gran potencia euro-asiática.
El
atentado contra el alcalde de Kharkov - defensor de más autonomía para las provincias
rusófonas - se insertó en una serie de acciones terroristas de bandos armados
financiados por organizaciones occidentales.
Michel
Chossudovsky ( odiario.info 22.04.14) enfocó
bien los detalles de la intervención militar indirecta de los EEUU en el
sudeste ucraniano. Según él, unos 150 mercenarios norteamericanos de la empresa
de «seguridad» Greystone Ltd, com sed en Barbados, siembran la violencia en el territorio
con el objetivo de implantar allí el caos. El Departamento de Estado sería cómplice
de la actuación de la Greystone.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, confirmó la denuncia de Chossudovsky.
Los
gobiernos de Polonia y de las repúblicas bálticas se esfuerzan para empujar a EEUU
para el choque frontal con Rusia.
No
sorprende que la extrema derecha europea acompañe con entusiasmo el agravamiento
de la crisis. Según las últimas encuestas de opinión, los partidos neofascistas
de Francia, Inglaterra, Holanda, Italia, Austria, Suecia, Dinamarca y Bélgica
esperan ser beneficiados en las próximas elecciones para el Parlamento Europeo como
consecuencia de la atmósfera de violencia
en Ucrania.
La
angustia de las minorías rusófonas de Ucrania es comprensible. Mas sus
pungentes llamamientos a la solidaridad de Rusia no ayudan a resolver la
crisis. Al contrario.
Tampoco
creo que sea positivo el alarmismo de prestigiados intelectuales antimperialistas
que esbozan el cuadro de una tercera guerra mundial, con eventual curso de
armas nucleares.
Putin
viene reaccionando con serenidad a las provocaciones de Obama y del
Departamento de Estado. Está consciente de que el envío de tropas rusas para el sureste ucraniano ofrecería a
la Casa Blanca el pretexto para una intervención militar directa de EEUU. Admitiendo que solo serían
utilizados drones o armas convencionales, las consecuencias de una escalada
militar en la Región serían siempre trágicas. Algo como el prólogo de una
guerra mundial.
Del imperialismo norteamericano se puede siempre
esperar lo peor. La evolución y desenlace
de la situación creada en Ucrania
son imprevisibles.
Pero la
fuerza más poderosa capaz de impedir una guerra apocalíptica es la lucha de los
pueblos en defensa de la Paz.
Solamente millones de hombres y mujeres tomando las
calles en decenas de países para condenar la guerra pueden contribuir
decisivamente para frenar la locura imperialista.
Tomar
conciencia de esa realidad es muy difícil. Son tremendos los obstáculos. Mas es
una exigencia de la defensa de la
Humanidad.
Vila
Nova de Gaia, 1 de Mayo de 2014
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