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jueves, 1 de mayo de 2014

LA HUMANIDAD AL BORDE DEL ABISMO

LA  HUMANIDAD AL BORDE DEL  ABISMO
Por Miguel Urbano Rodrigues

La  Humanidad se encuentra al borde del abismo.

Desde la llamada crisis de los misiles en 1962 nunca fue tan transparente el peligro de una guerra que podría conducir a su extinción.

La responsabilidad cabe al imperialismo, sobre todo al sistema de poder de los EEUU, la potencia que lo hegemoniza, aspirando a la dominación planetaria.

El polo de la crisis está hoy en Ucrania. Partidos y organizaciones neofascistas tomaron el poder en Kiev con el apoyo y aplauso de Washington  y de los gobiernos de la Unión Europea.

Posteriormente a los acontecimientos de Crimea la campaña contra Rusia se intensificó, asumiendo amplitud mundial.

Sucesivas sanciones aprobadas por el presidente Obama y sus aliados europeos tienen como objetivo aquel país, acusado de crímenes que no cometió y de imaginarios proyectos de agresión. Son desde luego, regístrese, sanciones inéditas que inciden sobre personalidades y empresas, puniciones tan absurdas que Putin las define como «repugnantes».

En la ofensiva en desarrollo, Obama y sus aliados repiten diariamente que es necesario y urgente «frenar a Rusia», porque  ella se prepara para invadir Ucrania y anexar sus provincias orientales, mayoritariamente rusófonas que exigen mayor autonomía. Sin embargo, ni el presidente ni el Congreso presentan pruebas de esa supuesta intención.

Un gigantesco concierto desinformativo, montado por los grandes media internacionales, funciona como complemento de la campaña anti-rusa. Cadenas de televisión, periódicos, radios, webs de internet occidentales hacen la apología del «gobierno demócrata de Kiev» y presentan como bandoleros y terroristas los grupos armados que lo consideran ilegítimo.

Hay que recordar  que el Parlamento de Kiev exhibe su simpatía por el fascismo al discutir  un proyecto que suprime el feriado del 9 de mayo, conmemorativo de la derrota del Reich hitleriano.

En este contexto explosivo, EEUU reforzó su dispositivo militar en Polonia, enviando a este  país 10 000 soldados y aviones de combate. El secretario general de la OTAN, perro de guardia del imperialismo, profundizó su discurso belicista.

Según Mike Whitney (La Haine, 30-04-14), Obama pretende instalar más bases norteamericanas en Asia Central, ampliar el cerco a China y crear condiciones para eliminar Rusia como gran potencia euro-asiática.

El atentado contra el alcalde de Kharkov - defensor de más autonomía para las provincias rusófonas - se insertó en una serie de acciones terroristas de bandos armados financiados por organizaciones occidentales.

Michel Chossudovsky ( odiario.info 22.04.14) enfocó bien los detalles de la intervención militar indirecta de los EEUU en el sudeste ucraniano. Según él, unos 150 mercenarios norteamericanos de la empresa de «seguridad» Greystone Ltd, com sed en Barbados, siembran la violencia en el territorio con el objetivo de implantar allí el caos. El Departamento de Estado sería cómplice de la actuación de la Greystone.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, confirmó la denuncia de Chossudovsky.

Los gobiernos de Polonia y de las repúblicas bálticas se esfuerzan para empujar a EEUU para el choque frontal con Rusia.

No sorprende que la extrema derecha europea acompañe con entusiasmo el agravamiento de la crisis. Según las últimas encuestas de opinión, los partidos neofascistas de Francia, Inglaterra, Holanda, Italia, Austria, Suecia, Dinamarca y Bélgica esperan ser beneficiados en las próximas elecciones para el Parlamento Europeo como consecuencia de la atmósfera de violencia  en Ucrania.

La angustia de las minorías rusófonas de Ucrania es comprensible. Mas sus pungentes llamamientos a la solidaridad de Rusia no ayudan a resolver la crisis. Al contrario.

Tampoco creo que sea positivo el alarmismo de prestigiados intelectuales antimperialistas que esbozan el cuadro de una tercera guerra mundial, con eventual curso de armas nucleares.

Putin viene reaccionando con serenidad a las provocaciones de Obama y del Departamento de Estado. Está consciente de que el envío de tropas  rusas para el sureste ucraniano ofrecería a la Casa Blanca el pretexto para una intervención  militar directa de EEUU. Admitiendo que solo serían utilizados drones o armas convencionales, las consecuencias de una escalada militar en la Región serían siempre trágicas. Algo como el prólogo de una guerra mundial.

Del imperialismo norteamericano se puede siempre esperar lo peor. La evolución y desenlace  de la situación creada en Ucrania  son imprevisibles.

Pero la fuerza más poderosa capaz de impedir una guerra apocalíptica es la lucha de los pueblos en defensa de la Paz.

Solamente  millones de hombres y mujeres tomando las calles en decenas de países para condenar la guerra pueden contribuir decisivamente para frenar la locura imperialista.

Tomar conciencia de esa realidad es muy difícil. Son tremendos los obstáculos. Mas es una exigencia de la defensa de la  Humanidad.

Vila Nova de Gaia, 1 de Mayo de 2014


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