El 25 de Abril y el Derecho a la Rebelión
Por Miguel Urbano Rodrigues
Transcurrieron 40 años desde el 25 de
Abril de 1974.
El pueblo portugués festejará hoy el
aniversario del derrumbe del fascismo en el país.
El golpe militar de aquella madrugada
fue concebido para poner fin a la guerra colonial. Pero la participación
torrencial del pueblo alteró en pocas horas el rumbo y el objetivo del
movimiento. Las masas, tomando las calles empujaron a los capitanes de Abril a
una revolución en la cual la alianza Pueblo-MFA desempeñó el papel decisivo.
Fue una revolución diferente a todo lo
que se conocía. En 18 meses, en el contexto de una lucha de clases exacerbada,
permanente, Portugal avanzó más en la Historia que en los tres siglos
anteriores. No hay precedente en la Europa occidental desde la Comuna de París
para conquistas sociales tan importantes como las de la breve Revolución de
Abril. Reforma Agraria tan ambiciosa no ocurrió antes.
¿Hasta dónde iría esa revolución?
La pregunta pierde sentido porque la
ruptura de la alianza Pueblo-MFA, ideada y provocada por el Partido Socialista
y apoyada por el PSD (y el CDS, su apéndice), abrió la puerta a la
contrarrevolución victoriosa en Noviembre de 1975.
No era, además, previsible que la
destrucción de la herencia revolucionaria fuese tan rápida y profunda.
Cuatro décadas después, la clase
dominante, que fuera barrida del poder, está otra vez en él encastillada. El
gobierno que la representa, encabezado por un político de vocación neofascista,
impone al país medidas que, en algunos casos, son tan reaccionarias que ni
Salazar las aplicó.
¿Cómo fue posible el cambio de la
correlación de fuerzas que invirtió el rumbo de la Historia, empobreció dramáticamente
al país y lo hizo retroceder por décadas?
Muchos años pasaran hasta que la
pregunta tenga una respuesta rigorosa.
Pero es
la amargura nacida del rechazo del presente y del sentimiento de repudio
a la política del actual gobierno fascistizante la que imprimirá hoy a las
gigantescas manifestaciones de Lisboa y de Porto un carácter de protesta masivo
del pueblo portugués.
Muchos de los militares y civiles que
tuvieron participación relevante en las inolvidables jornadas de Abril del 74
ya fallecieron. No podían imaginar que Portugal proyectaría hoy en el mundo la
imagen de un país surreal, una dictadura de la burguesía de fachada democrática
en el cual la política es un lodazal.
El bando que oprime el país creo un
lenguaje adecuado a su estrategia devastadora. Es un extraño léxico que busca
anestesiar la conciencia de las víctimas. Al robo de los salarios le llaman
“sacrificios”, “contribución de solidaridad” a un brutal impuesto, y la
indignación del pueblo es farisaicamente transformada en “comprensión de los
portugueses”.
En una comunicación social sumisa, los
comentaristas retoman y vulgarizan ese lenguaje. La mayoría crítica lo accesorio para hacer apología de la
“austeridad” como mal necesario. Algunos cumplen con devoción y habilidad la
tarea de confundir al pueblo.
En el heterogéneo gobierno Passos &
Portas, las contradicciones son permanentes,
reflejando la incapacidad del timonel, que se comporta como un paje de la
canciller Angela Merkel.
Una corrupción desenfrenada se instaló
en los Ministerios, en la cúpula de la alta Administración y en la banca.
Favores y premios escandalosos a los epígonos del poder son la contrapartida de
los robos de que son víctimas los
trabajadores, los jubilados y los pensionados. No sorprendió la noticia de que Gaspar va a
tener en el FMI un sueldo mensual de 23 000 euros. Es una recompensa por los
servicios prestados al gran capital por el ex-ministro de las Finanzas. Ampliar
la desigualdad ha sido además casi una obsesión para Passos & Portas. Hoy,
las fortunas de los 46 portugueses más ricos representa el 10% del PIB nacional
(en el “Correio da Manhã”, 4.04.14).
Al evaluar el gabinete, admito que
algunos ministros y secretarios de Estado habrán sido ciudadanos comunes, más allá de cualquier sospecha, antes
de ingresar en el Gobierno. Pero hoy, por su participación y complicidad en la
obra criminal en curso, no hay uno solo que pueda ser merecedor del respeto.
Palabras como hipocresía, ambición, incultura, ignorancia, egoísmo, crueldad,
cobardía son insuficientes para calificar los actos y carácter de esa gente.
En las vísperas
del aniversario de la Revolución de Abril, los partidos que controlan el Parlamento han demostrado con arrogancia su ideología
reaccionaria, oponiéndose a que un representante de los capitanes de Abril
hablase en la sesión conmemorativa de la efeméride.
Un día, espero que no muy distante, se
hará evidente que ellos se comportan
colectivamente como enemigos del pueblo portugués.
¿Y qué hacer?
La vieja y pertinente pregunta
leninista es actualísima en este Portugal saqueado y humillado, en el cual
hasta las Fuerzas Armadas, las Policías y la Guardia Nacional Republicana
expresan ya su descontento en las escalinatas de la Asamblea de la República.
Creo que las semillas de Abril
germinaran después de su larga hibernación. Los trabajadores no olvidaran las
prodigiosas conquistas de la generación revolucionaria, en los días en que
Álvaro Cunhal y Vasco Goncalves –dos grandes portugueses del siglo XX- dieron
una contribución fundamental para el avance de la revolución democrática y
nacional.
La marea de la resistencia crece cada
semana, a pesar de la alienación general de gran parte de la población. Esas
luchas ahora permanentes, diarias, se amplían con la destacada participación de
la CGTP y de los comunistas. Pero es aún insuficiente la protesta popular. La
respuesta a la intolerable opresión social y económica habrá de asumir una
amplitud mucho mayor.
Ya Locke, en el siglo XVII,
en su teoría del Estado Liberal, defendía el derecho a la rebelión cuando la
tiranía ofende a la condición humana.
La Declaración Universal de
los Derechos del Hombre, aprobada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 1948, abre también la puerta a la rebelión de los pueblos cuando los
derechos por ella enunciados y garantizados son violados.
Violarlos es lo que el gobierno de Passos & Portas hace, impune, con
arrogancia desafiante. ¿Hasta cuándo?
Vila Nova de Gaia, 25 de Abril de 2014
Traducción: Jazmin Padilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario