LOS DOCUMENTOS DE LAS NEGOCIACIONES
SECRETAS
Preacuerdo Kerry-Lavrov para una reforma
constitucional en Ucrania
Fuente Moon of Alabama
Mientras
Washington y Moscú declaran enérgicamente, y por separado, que
no modificarán sus posiciones sobre Ucrania, John Kerry y
Serguei Lavrov han concluido oralmente un preacuerdo para poner fin
a la crisis con una reforma federal de la Constitución ucraniana. Ahora queda
por saber si Estados Unidos respetará esta vez su propia palabra, después
de haber rechazado –menos de medio día después de haberlo firmado– el acuerdo
del 21 de febrero que precedió el golpe de Estado en Kiev.
RED
VOLTAIRE | 18 DE MARZO DE 2014
El
secretario de Estado John Kerry y el ministro de Relaciones Exteriores Serguei
Lavrov sostuvieron un nuevo intercambio telefónico, el domingo 16 de marzo de
2014. El nuevo contacto se produjo al término de una sesión de trabajo en la
Casa Blanca sobre lo que está en juego y las opciones estratégicas
en Ucrania.
Durante
la conversación telefónica, John Kerry aceptó el principio –presentado por
Rusia como un imperativo– de un Estado federal ucraniano con prerrogativas
limitadas y con una amplia autonomía para los diferentes Estado federados.
Se trata de una proposición presentada por Putin como una forma de
salir de la crisis, proposición que Obama ha decidido aceptar.
Texto
del comunicado de la parte rusa:
Ucrania:
Lavrov y Kerry de acuerdo para una reforma de la constitución
(Reuters) En su comunicado, el ministerio indica que «Serguei Lavrov y John
Kerry decidieron de común acuerdo proseguir sus esfuerzos para encontrar una
solución a la crisis en Ucrania promoviendo sin demora una reforma
constitucional con el respaldo de la Comunidad Internacional» [1].
Son
los rusos quienes presentaron la idea de una reforma constitucional, como lo
demuestra uno de sus documentos de trabajo, que reproducimos a continuación:
Este documento enuncia las modalidades de elaboración de una nueva constitución y define parcialmente el marco para ello:
- El
idioma ruso volverá a ser uno de los idiomas oficiales, junto al
ucraniano.
- Las
regiones dispondrán de una amplia autonomía.
- No habrá
ningún tipo de injerencia en los asuntos de la iglesia ortodoxa y las
relaciones entre los cultos.
- Ucrania
conservará su neutralidad política y militar.
- Toda
decisión de Crimea de consolidar su autonomía será reconocida, sea cuales
fueren las modalidades.
- Todas esas disposiciones estarán garantizadas por «grupo de respaldo para Ucrania» compuesto de Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, grupo que actuará en el marco de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Al
parecer, Kerry o Obama suscribieron estas disposiciones en lo esencial.
Y ahora las mencionan por su cuenta y, por supuesto,
atribuyéndose su paternidad mientras que el contenido del «documento
de trabajo» ruso demuestra exactamente lo contrario. Incluso se han
dado a conocer varios llamados urgentes de John Kerry a
Serguei Lavrov para que acepte las medidas que ya Rusia había
exigido anteriormente y que el secretario de Estado nunca había
mencionado hasta entonces [2].
Veamos
lo que anuncia el Departamento de Estado:
El
secretario de Estado John Kerry instó a Rusia a reenviar a sus cuarteles las
tropas desplegadas en Crimea, a hacer retroceder las fuerzas posicionadas en la
frontera ucraniana, a no seguir echando leña al fuego en la parte oriental
de Ucrania y a respaldar las reformas políticas tendientes a proteger a los
ucranianos de origen ruso, a los rusófonos y las otras minorías lingüísticas de
la ex República soviética de los que Moscú dice preocuparse. En uno de sus
intercambios con Serguei Lavrov, el segundo desde su infructuoso encuentro del
viernes en Londres, John Kerry insta a Rusia a «respaldar los esfuerzos de
los ucranianos de todos los orígenes y de todas las convicciones
por resolver la cuestión de la distribución del poder y
la descentralización, en el marco de un proceso de reforma constitucional
que abarque todos los sectores de la sociedad y que proteja los derechos de las
minorías».
Parece
que Obama ha tirado la toalla. El complot estadounidense destinado a poner fin
a la influencia de Rusia en Ucrania y a incluir este último país en la
Unión Europea parece haber fracasado. El regreso de Crimea a la
Federación Rusa y el voto masivo de la población a favor de ese paso
(96% de los votos válidos) han confirmado el fracaso total de los
planes de Estados Unidos y de su principal objetivo: sacar a los rusos de
Sebastopol y cerrarles a la vez la puerta del Medio Oriente.
Al
agregarse a lo anterior, la amenaza rusa –que se ha mantenido en secreto– de
hacerse inmediatamente del control de las provincias del este y del sur de
Ucrania ha llevado a los estadounidenses a aceptar las condiciones de
Moscú. Sin esa aceptación, la única opción que les quedaba era el inicio
de un conflicto armado en el que no estaban dispuestos a aventurarse ni
Estados Unidos ni los países europeos. A pesar de la propaganda
anti-rusa de los grandes medios de prensa, el pueblo estadounidense y los
pueblos de la Unión Europea se oponen mayoritariamente a una confrontación
de ese tipo. Washington nunca tuvo en su poder los elementos necesarios
para ganar la partida.
Si
todo funciona de la mejor manera, con la adopción de una nueva constitución
ucraniana conforme a las exigencias de Moscú, Occidente se ganará el privilegio
de pagar las facturas mensuales que Gazprom seguirá enviando a Kiev.
Implementar
todos estos cambios llevará tiempo. Habrá que ver los golpes bajos que van a
tratar de inventar los neoconservadores para tratar de modificar la situación.
[1] “Lavrov, Kerry
agree to work on constitutional reform in Ukraine: Russian ministry”, Reuters,
16 de marzo de 2014, por Lidia Kelly, editado por Andrew Heavens.
[2] [“US rejects
Crimea vote, warns Russia on new moves”, por Matthew Lee, Associated Press, 16
de marzo de 2014.
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