MUNDO: Hugo Chávez - pérdida, redención, resurrección
Por Toni Solo
Enviado por tortilla en
Sáb, 23/03/2013 - 17:23
toni solo, 6 de marzo 2013
Durante el dolor y luto cuando muere un ser muy querido, lo que sostiene a
las personas que quedan es la permanencia en ellas y ellos del don de las
mismas calidades que amaban en la vida de la persona que perdieron. En este
sentido, el legado del Comandante Hugo Chávez no tiene precedente. Muerto, su
presencia ha asumido proporciones que lo ubican más allá de cualquier otra
figura en la historia mundial reciente.
Venezuela y la región
Es innegable que bajo el Presidente Chávez la economía de Venezuela creció
y se desarrolló, logrando una redistribución de la riqueza del país que reducía
de manera dramática la pobreza a la vez que aumentó la igualdad de la renta. De
la misma manera, las iniciativas venezolanas bilaterales y multilaterales
comerciales y de cooperación para el desarrollo han logrado cambios positivos
en la región sin precedentes. El sistema de PETROCARIBE y el marco más amplio
de la Alianza Bolivariana de los pueblos de nuestras Américas han transformado
el contexto económico regional, mejorando y diversificando las opciones de
muchos países antes condenados a seguir en el miserable tapiz rodante de la
deuda externa y la ayuda en gotas de los países ricos.
En la realización de su profunda, humanitaria visión libertadora nacional y
regional, la lógica desarrollada por Hugo Chávez naturalmente lo condujo a
aplicar los mismos principios fundamentales a las relaciones internacionales a
nivel global. El anti-imperialismo categórico de la política externa de
Venezuela reflejó fielmente el absoluto respeto del Comandante Chávez para la
persona humana como el enfoque de su gesto político y de las políticas
económicas y sociales a nivel nacional. Su inquebrantable defensa de la soberanía
nacional y de la autodeterminación de los pueblos era un corolario directo de
su identidad con la mayoría empobrecida venezolana y continental.
Desde hace siglos las víctimas habituales de la bárbara ferocidad imperial
norteamericana y europea, para las mayorías mundiales el Comandante Hugo Chávez
llegó como salvador en el momento histórico más oportuno. Su profunda intuición
popular le permitía rehabilitar el concepto marxista de la lucha de clases,
poniendo énfasis en la dimensión moral del socialismo, mientras a la vez se
fortalecía de la espiritualidad latinoamericana, que incluye no solamente la fe
cristiana sino también las creencias y fes indígenas y de origen africano.
Gracias a su condición de militar Hugo Chávez podía imponer sobre esta ecléctica
formación ideológica y espiritual una auto-disciplina formidable que inspiraba
la lealtad y la emulación entre un rango de personas de lo más amplio
imaginable.
Su originalidad lo hacía posible para Hugo Chávez percibir y aprovechar un
momento y espíritu histórico que él mismo aprendía a moldear e impulsar hacia
adelante. Aún al mismo tiempo que la Unión Soviética se hacía pedazos, el
maligno viejo régimen imperialista norteamericano y europeo ya había iniciado
su propio decaimiento terminal. En la novena década del siglo pasado, las
variedades del declive imperial eran evidentes, a pesar de las cínicas y
fáciles declaraciones de los dependientes de las élites globales como Bill
Clinton y Tony Blair, quienes anunciaron el triunfo final del nefasto y corrompido
capitalismo zombi que se había impuesto en sus países.
En toda América Latina y el Caribe, los movimientos políticos progresistas
mantenían su fe en la dinámica revolucionaria de la Revolución Cubana, la
expresión más aguda del impulso histórico de la región hacia su liberación
definitiva. Respaldado por la experiencia y la solidaridad de dirigentes como
Fidel Castro, Lula da Silva, Daniel Ortega y muchas personas más, Hugo Chávez
supo agarrar el momento histórico. Con un alán e integridad incomparable,
cumplió la enormemente compleja misión de movilizar los recursos materiales y
humanos requeridos para liberar la riqueza de su país y ponerla a trabajar en
beneficio no solamente de la mayoría empobrecida de Venezuela, sino la de toda
la región.
Inspiración global, blanco imperial
Todo esto explica la
tremenda lealtad y el cariño sin reservas que se ha desbordado por Hugo Chávez
en toda América Latina y el Caribe. A nivel global, su proyección de la visión
bolivariana provocaba una lealtad y afección similar ente los pueblos y
dirigentes de China y Rusia y de muchos otros países en toda África y Asia. Más
que cualquier otra figura internacional, era Hugo Chávez quien alentaba la
integración regional como el medio indicado para acabar con el injusto e
inhumano dominio político y económico de Norte América y Europa. Actualmente,
los poderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte buscan
desesperadamente evitar el desarrollo de ese proceso en África porque en
América Latina se encuentran en desventaja completa frente al trabajo del
Comandante Hugo Chávez y sus colegas de los países del ALBA.
Exitoso de una manera sin precedentes, el ejemplo venezolano del
anti-imperialismo despertaba el odio mortal para Hugo Chávez de parte de las
corruptas, malévolas élites de los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, y
entre sus aliados en Israel y los feudales reinos árabes. Quizás solo Muammar
al Ghaddafi era más vilipendiado en vida que Hugo Chávez. Gracias al estoico
ejemplo indomable de dirigentes como ellos, como Fidel y Daniel, este tipo de
difamación insólita ha llegado ser una insignia de honor para todas y todos los
revolucionarios de todo el mundo.
La paradoja extraordinaria en el caso de Hugo Chávez es como su muerte ha
marcado el fracaso definitivo de la maquinaria norteamericana y europea de
guerra psicológica y la desgracia categórica de sus mecanismos regionales. La
derecha latinoamericana siempre se ha acostumbrado a alimentar con mentiras a
los medios corporativas de los países de la OTAN y sus aliados y a consumirlas
de vuelta en la forma del vómito de guerra psicológica arrojado por las élites
globales dominantes. En una rutina de reciclaje sadomasoquista, los medios
derechistas latinoamericanos constantemente recogen las porquerías de sus amos
y las envían de regreso a las cocinas mediáticas corporativas occidentales para
que sean servidas una y otra vez.
La ola incontenible de luto y dolor que se desbordó por la muerte de Hugo
Chávez marca la avería fatal de ese enfermo mecanismo de retroalimentación
infinita mediática y debilita de cierta manera la fuerza de la guerra
psicológica de las élites norteamericanas y europeas contra los gobiernos
progresistas latinoamericanos. Todo el mundo habrá notado la complicidad con
las mentiras de Henry Capriles y la oposición venezolana de los prestigiosos
medios supuestamente progresistas como el periódico británico The Guardian, o
el estadounidense The New York Times y sus homólogos liberales y
socialdemócratas en Europa. Es evidente que, para los medios corporativos
globales, todo va a seguir igual que antes. En el mundo real, nada será igual
que antes.
Más allá, ahora inmortal, Hugo Chávez conseguirá cada vez más victorias
contundentes sobre el gobierno estadounidense, sus aliados y sus patéticamente
serviles medios corporativos, dedicados a la guerra psicológica. No es ninguna
exageración observar que Hugo Chávez vive ahora no solamente en la mayoría
popular venezolano sino en la del mundo entero. Menos evidentes que la derrota
de los medios derechistas globales ha sido lo que implica la muerte de Hugo
Chávez para los simpatizantes de las élites imperialistas en la izquierda
neocolonial europea y norteamericana.
Contradicciones, resolución
El análisis de la Revolución Bolivariana por la gente progresista de Norte
América y Europa menciona frecuentemente lo que describen como la naturaleza
subversiva de la revolución en Venezuela, como si este proceso de alguna manera
tome Norte América y Europa como algún punto de referencia o validación. Mucha
de esta gente ignora la realidad de que, como el Presidente Daniel Ortega ha
dicho, “Hay diversidad en los tiempos que lleva cada Proceso, en las
condiciones en que se ajusta cada Proceso.”
Los procesos revolucionarios en América Latina están resolviendo sus propias
contradicciones, no las de Europa o Norte América. Hugo Chávez personifica el
compromiso de América Latina con esta realidad, de una manera redentora única
que quizás sólo se puede comparar con la del Comandante Daniel Ortega en
Nicaragua. Su identidad profunda con las mayorías empobrecidas les ha permitido
a Chávez y a Daniel trascender la vanidad y auto-absorción que demasiado
frecuentemente se engendran con el ejercicio habitual del poder político.
Un ejemplo del tipo de contradicción que este tipo de vanidad y auto-absorción
podía provocar para Hugo Chávez fue el caso de Joaquín Pérez Becerra, el
periodista sueco de origen colombiano quien fue entregado sin el debido proceso
por las autoridades venezolanas a Colombia en 2011. A pesar de que fue una
decisión basada en una asesoría inadecuada de parte de sus subordinados, el
Presidente Chávez asumió responsabilidad por lo que muchos siguen considerando
un lamentable error. Aun así, el Presidente Chávez fue capaz de superar las
secuelas negativas de aquella decisión y hacer posible las negociaciones de paz
actualmente en curso en La Habana entre el régimen de Juan Manuel Santos y el
movimiento de liberación de las FARC.
Esta determinación autocrítica de avanzar de forma práctica en todos los
niveles de la vida nacional y regional a pesar de todas las dificultades y
limitaciones ha sido verdaderamente redentora en Venezuela y en todo el
continente latinoamericano. Es un proceso libertador genuinamente
revolucionario. Conduciéndolo, a veces siendo guiado por ello, los dirigentes
como Hugo Chávez y sus colegas de los países del ALBA han construido la unidad
entre la disidencia, logrando atraer todo el mundo que tenga el anhelo de
vencer la pobreza en sus países y ver a sus pueblos vivir bien.
Chávez y Nicaragua
La muerte de Hugo Chávez ha sido un golpe terriblemente cruel para todas
las personas de buena voluntad del mundo que albergaban la esperanza que el
Comandante Chávez iba a sobrevivir. En Nicaragua, el pesar ha sido agudo, muy
sentido, de corazón, profundo y generalizado. Aparte de la oposición pelele,
alineada con los Estados Unidos y la Unión Europea, todas las personas aquí
reconocen las conexiones íntimas entre la Revolución Popular Sandinista y la
Liberación Bolivariana de Venezuela y la región encarnada en la persona del
Presidente Comandante Hugo Chávez.
Las vidas de Daniel Ortega, Rosario Murillo y sus colegas son entrelazadas,
quizás indivisibles, con las evidentes conexiones históricas entre Hugo Chávez
y la Revolución Sandinista. Es incuestionable que Hugo Chávez aprendía
enormemente del intercambio de experiencias durante los largos años de
adversidad que vivían Daniel Ortega, Rosario Murillo y sus camaradas del FSLN.
Estos intercambios habrán sido de igual importancia como aquellos entre Hugo
Chávez y la Revolución Cubana y Fidel Castro en términos del diseño de la
estrategia política, económica y social que Hugo Chávez implementó en Venezuela
y la región.
No cabe duda que Hugo Chávez y sus colegas como Nicolás Maduro habrán
entendido el papel despreciable jugado por los socialdemócratas en Nicaragua,
ahora abiertamente aliados de la extrema derecha del país. Habrán notado,
también, cómo la izquierda neocolonial internacional respaldó a aquellos
socialdemócratas contra el FSLN. Igual que Daniel Ortega, Hugo Chávez entendió
desde el inicio la frase primordial de Sandino “Solo los obreros y campesinos
irán hasta el final” porque él y Daniel Ortega conocían esa realidad en carne
propia todo la vida.
Implícito en las palabras de Sandino es su aguda comprensión de la lucha de
clase y también su total identificación espiritual con la mayoría empobrecida
de Nicaragua, América Latina y el mundo. Somos testigos ahora, con la muerte
del Comandante Hugo Chávez, del poder redentor de la visión histórica
compartida por Sandino con Simón Bolívar, José Martí e innumerables precursores
más de la liberación final de América Latina. Gracias a la tecnología moderna
de comunicaciones, el impacto global del aporte a la historia humana de Hugo
Chávez superará lo de sus heroicos predecesores.
Esto lo veremos el próximo catorce de abril. El Comandante Hugo Chávez ganará
otro triunfo electoral junto con Nicolás Maduro y sus colegas del gobierno
venezolano. Para Hugo Chávez esta nueva victoria asegurará que él trascenderá
el tipo de apoteosis de Estadistas-Mártires como Patrice Lumumba, Salvador
Allende, Thomas Sankara o Muammar al Gaddhafi. Será su resurrección como una
inmortal fuerza moral, espiritual y política que informará y educará la
conciencia e imaginación colectiva e la humanidad por todo el tiempo que éstas
existen.
http://tortillaconsal.com/tortilla/es/node/12
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