Entrada del Ejército
Rojo a Leningrado
LENINGRADO, 900 DÍAS DE INQUEBRANTABLE HEROICIDAD
Hace
70 años el Ejército Rojo rompe el bloqueo del nazi-fascismo sobre la Ciudad
Heroica
Claudia Herrera Sirgo
Especial para TP
La II
Guerra Mundial resalta en múltiples historias de miseria que desatan
sentimientos que nublan la percepción de la condicional humana. El nazismo, en
su afán expansionista, pretendió barrer Europa sobre la racista base de la
superioridad aria, inoculando en sus tropas terribles acciones que devastaron
grandes ciudades y pueblos, causando más de 27 millones de vidas humanas.
Resalta en sus planes la Operación Barbarroja y la necesaria
invasión a Leningrado, eje moral fundamental para los soviéticos, como
estrategia fundamental que buscaba desmoralizarlos.
Inicia
el asedio en agosto de 1941, cercándose completamente a principios de
septiembre de ese mismo año con la interrupción de toda forma y medio de
comunicación y abastecimiento. La Alemania hitleriana –que además contaba con
apoyo militar de Finlandia e Italia– suponía que esta acción sería exitosa y
que tendría una duración aproximada de dos meses, tiempo de provisiones con el
cual contaba Leningrado.
La
visión prospectiva se equivoca, no contaban con el espíritu combativo que
generó acciones pletóricas de heroicidad. La población civil de Leningrado
procuró mejorar su situación, hubo cientos de fallidos intentos por construir
carreteras por donde pasaran alimentos, agua, medicinas, combustible o evacuar
a los enfermos; la resistencia incluso incendio la Biblioteca Pública (la
mejor constituida de Rusia), para combatir el frío que alcanzó históricas
cifras de hasta -50 ºC.
Leningrado
fue una lección de valentía, de inconmensurable lucha que sumió a sus
habitantes en una larga batalla que no tiene parangón por sus consecuencias
materiales y morales, considerada como uno de los oprobiosos hechos más grandes
y terroríficos de la historia de las batallas humanas, suma un estimado número
de muertes que superan los dos millones de personas, fueron víctimas de la
metralla, el hambre y el frío. La batalla final de liberación se ejecuta el 14
de enero de 1944, en íntegra coordinación de los Frentes
de Leningrado y de Vólkhov.
Un
conmovedor relato que fundamenta e ilustra la crueldad vivida en la piel de sus
ciudadanos es el no publicado diario de la núbil Tanya Sávicheva, de 11
escasos años, quien en 1941 comienza a escribir nueve páginas que marcan la
historia de la Ciudad Heroica de Leningrado: “1) Zhenia murió el 28
de diciembre de 1941, a las 12.30 horas. 2) La abuelita murió el 25 de enero de
1942, a las 3:00 p.m. 3) Leka murió el 17 de marzo de 1942, a las 5.00 a.m. 4)
El tío Vasia murió el 13 de abril de 1942, dos horas después de la medianoche.
5) El tío Lesha, el 10 de mayo de 1942 a las 4.00 p.m. 6) La mamá, el 13 de
mayo de 1942 a las 7.30 a.m. 7) Los Sávichev murieron. 8) Murieron todos. 9)
Solo quedó Tanya”. Ella misma muere en 1944, su diario es testimonio
usado en los juicios realizados en Núremberg.
Leningrado, al igual que un
quebracho, representa la firmeza necesaria para mantener la dignidad humana,
razón y esencia de nuestra militancia comunista.
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