Frei Betto: El principal enemigo de la Revolución está
dentro de Cuba
Por: Ladyrene Pérez, Mónica Rivero
12 FEBRERO 2014
A la naturaleza de la educación que una sociedad de
nuevo tipo reclama y que no se ha manifestado en las experiencias alternativas
al capitalismo a las que ha asistido la humanidad, se refirió Frei Betto, escritor,
periodista, antropólogo, filósofo y teólogo de Brasil, en su conferencia: Papel
del educador en la formación política de sus alumnos.
Betto atribuye la caída del socialismo en Europa a una
causa, entre otras, subjetiva, ideológica: la naturaleza de la educación. Y lo
toma como punto de partida para cuestionar qué formación, con qué metodología,
debe conformar la educación que se pretenda revolucionaria.
A continuación, reproducimos algunos fragmentos de su
conferencia:
El socialismo europeo cometió el error de suponer que
las personas nacidas en una sociedad socialista serían naturalmente
socialistas.
Ese es el papel del educador: no limitarse a
transmitir conocimientos, a facilitar pedagógicamente el acceso al patrimonio
cultural de la nación y de la humanidad, sino también, suscitar en el educando
el espíritu y la militancia revolucionarios, la búsqueda del hombre y la mujer
nuevos inspirados aquí, en el caso de Cuba, en los ejemplos de Martí, Che
Guevara y Fidel.
Ninguno de nosotros es totalmente invulnerable a las
seducciones capitalistas, a los atractivos del individualismo, a la tentación
del acomodamiento y la indiferencia ante el sufrimiento ajeno y las carencias
colectivas.
Todos estamos sujetos permanentemente a las
influencias nocivas que satisfacen nuestro ego y tienden a inmovilizarnos
cuando hay que correr riesgos y renunciar al prestigio, al poder y al dinero.
La corrupción es una mala yerba inherente al capitalismo y al socialismo. Jamás
habrá un sistema social en el cual la ética constituya una virtud inherente a
todos los que viven y trabajan en él.
Crear una institucionalidad política que nos impida
“caer en tentación” en cuanto a la falta de ética (…) solo será posible en un
sistema en el cual no exista la impunidad, y el deseo de ser corruptor o
corrompido no resulte practicable.
El primer deber del educador (…) es formar seres
humanos felices, dignos, dotados de conciencia crítica, participantes activos
en el desafío permanente de perfeccionar el socialismo, que considero que es el
nombre político del amor.
Sin perspectiva histórica no hay ni conciencia ni
proyectos políticos.
(Dice Martí) en La Edad de Oro:“(…) los hombres deben
aprenderlo todo por sí mismos, y no creer sin preguntar, ni hablar sin
entender, ni pensar como esclavos lo que les mandan pensar otros (…)” (En: “Un
paseo por la tierra de los anamitas”).
La educación debe ser dialógica, concientizadora,
problematizadora, contextualizadora, de modo que supere la contradicción
educador-educando y se convierta en un ejercicio permanente de práctica de la
libertad.
Una educación que se reduce a mera ortofonía, a la
repetición incesante de conceptos petrificados en voz de la autoridad, despoja
al educando de sentido crítico y lo imbuye de la idea de que la Revolución es
un hecho histórico del pasado y no un desafío perenne de cada nueva generación.
Todos sabemos que la Revolución enfrenta enemigos
poderosos (…). El principal enemigo, sin embargo, no está afuera. Está dentro
de Cuba. Y puede identificársele con facilidad: es la educación “bancaria”; es
el desánimo frente a los desafíos; es el individualismo que busca su propio
provecho sin considerar los derechos colectivos; es la falta de cuidado con los
bienes públicos; es la indiferencia frente a los más necesitados y los más
viejos; es, en fin, el egoísmo que hace de cada uno de nosotros un virus capaz
de corroer y debilitar el organismo social saludable.
Afortunadamente, es también el más fácil de combatir
cuando se adoptan métodos eficaces de educación liberadora, de emulación moral,
de cultivo de la espiritualidad, que despierten cada día, en cada uno de
nosotros, lo que más ansiamos y que Martí tan bien resume en estas palabras:
“(…) el don de amor, que torna al genio fecundo” (La América, Nueva York,
agosto de 1883).
Si también lo estuvo dentro de Rusia y podríamos decir que dentro de Yugoeslavia y ahora dentro de Ucrania ¿y qué aportamos con decir eso ? ¿se puede combatir la naturaleza humana ? ¿hay que amasar héroes ,como se creaban seres adaptables en "un mundo feliz" ?
ResponderEliminarEs lo que hay Frei Beto ,solo se puede intentar cambiar las condiciones del entorno y ver qué posibilidades de desarrollo tiene cada ser humano ,no todos los días nacen seres excepcionales .
Si dios existiera y fuese puro amor como dicen sería la tarea de él llevar esto a cabo y no permitir seres con taras y miserias espantosas