Democracia en acción. La economía familiar,
comunitaria, cooperativa y asociativa
Tortilla con Sal
Entrevista
con el Cro. Pedro Haslam del 23 de enero 2014
TcS: ¿Cómo conceptualiza usted la democratización
de la economía impulsada por el Presidente Comandante Daniel Ortega y la
Compañera Rosario?
Pedro Haslam: Realmente ese es un tema muy
importante para nuestro país. Yo diría que desde el punto de vista de las
premisas y en cuanto a las políticas que el gobierno del Presidente Daniel y el
Frente Sandinista con la Compañera Rosario se vienen planteando desde el año
2007, tiene que ver precisamente con este tema. No se puede concebir el
crecimiento económico sin la democratización de la economía y que esa se
traduce en crecimiento económico y reducción de la pobreza. Nosotros en el
modelo de gobierno que tuvimos en anterioridad a la fecha, lo que veníamos
observando era crecimiento económico y crecimiento de los indices de la
pobreza.
Y no solo
del número de pobres que se incrementaba sino también que los índices de los
mismos pobres eran cada vez más reducida en sus posibilidades de salir. En vez
de encontrar una ruta de salir de la pobreza o de la extrema pobreza, los
pobres pasaban a ser extremadamente pobres y esa es la realidad que hemos
venido trabajando para transformarla, desde 2007 con todos los temas sociales,
la gratuidad de la educación, la gratuidad de la salud, disponer a las fuerzas
productivas del país en función de retomar los elementos fundamentales que
tienen que ver con la soberanía alimentaria.
Tenemos que
producir nuestra propia comida. Tenemos que producir para el crecimiento de la
economía a través de las exportaciones. Y eso no se puede hacer nada más con un
segmento de la población. Tiene que ser con toda la población. Las
estadísticas nos dicen que la mayoría de la población del sector productivo de
la fuerza productiva son los pequeños y los medianos. En otro caso los llaman
los micros y los medianos, esa es la gran mayoría.
Si nosotros
nos vamos a las estadísticas del último censo agropecuario que se realizó,
prácticamente hay rubros que tienen que ver con la alimentación, con la
soberanía alimentaria que están o exclusivamente o en su gran mayoría en manos
de las familias de los pequeños
productores. De allí que también los programas de gobierno vayan alineados
a esas políticas, a esas necesidades que para nosotros es democracia. Un gran
sector de los productores que no contaban con bienes. Por ejemplo, con solo la
tierra en algunos casos, en otros casos, la tierra sin título. Y en
el caso de la gente que tenían la tierra sin animales, sin financiamiento, sin
acompañamiento técnico, sin acceso al mercado en el caso de aquellos con algún
nivel de producción. Entonces, dinamizar la producción es otro elemento
importante.
Tiene los
temas sociales, pero también el tema productivo y luego vienen los temas de
infraestructura que tienen que ver con la energía. Lo primero que hizo el
Comandante Daniel fue estabilizar la situación de la energía eléctrica y eso es
importantísimo tanto para la producción como para los aspectos sociales
también. Entonces, había que resolver el problema energético y luego el
problema de la infraestructura vial. Y todo eso es lo que hemos venido
trabajando.
Se está
avanzando. Resolvimos y estabilizamos la energía pero nos costó. Está una
energía de alto costo. Entonces ahora es transformar la matriz energética,
llevar la energía eléctrica a nivel de las comunidades a nivel de completar lo
que falta en las ciudades y llevar lo a la zona rural pero también cambiar la
matriz energética para una energía más sostenible, más equilibrada desde el
punto de vista de los recursos. Se trata de no depender solo del petróleo pero
tampoco depender solo de la hidroeléctrica por ejemplo, o solo depender de la
energía eólica sino que combinar los diferentes recursos para darle mayor
estabilidad y sostenibilidad al tema de la energía.
Ya decíamos
del tema vial, pero también hemos venido trabajando no solamente para reactivar
la producción para que haya comida en el país y que haya accesibilidad de las
familias a esa comida. Porque puede ser como pasaba antes que estábamos
produciendo y estábamos creciendo 2% o 3% pero también había menos
accesibilidad de la gente más pobre a esa comida, a esa producción. Y
necesitamos que ese acceso sea igualitario en el país. Entonces también a eso
los programas apuntan. Entonces no es solamente reactivar la producción que
venía en un estado de postración sino disponerla en función de la mayoría de la
gente, disponerla en función de la gente con menos posibilidades y por eso los
programas también apuntan hacia estas familias.
Ahora hemos
venido trabajando también en el tema de la agregación de valor a esa producción
que es otro tema muy importante. Tenemos que dejar de ser un país productor que
exporta materia prima para la industria alimenticia y luego esos alimentos
venían ya transformado de regreso al país con otro valor que volvió también
inaccesible para las familias. Entonces agregarle valor aquí en el país es un desafío
muy importante para que sea de beneficio para las mismas familias en las mismas
comunidades. Eso es importante, porque se puede agregar valor de manera que ese
valor queda en pocas manos, en unas pocas industrias, en unas pocas empresas y
el resto de la población productiva sigue abasteciendo materia prima a precios
inadecuados para el nivel de vida que requerimos de la familia y eso hay que
resolver también.
Entonces la
variable de agregar valor pero que ese valor se quede o de alguna manera
retorne a la comunidad, a la familia productora. Allí hemos venido trabajando
diferentes programas como el programa Hambre Cero en que ya llevamos prácticamente ciento
treinta mil familias capitalizadas con este programa a quienes se les ha
entregado las gallinas, las cerdas, una vaca que ya han venido reproduciendo y
ahora las familias están vendiendo huevos, gallinas, cerdos o vendiendo la
carne o la leche o haciendo cuajada. Y todo eso les está permitiendo
diversificar y poderse meter a otros negocios, a las mujeres en la zona rural.
Además viene
acompañado de un proceso del desarrollo de los conocimientos no solo en el
manejo de los bienes sino también en la creación de fondos de ahorro, noventa
y tres millones de córdobas tienen ahorradas las mujeres en banco o en
cooperativas de ahorro y crédito o en microfinancieras a nivel de este programa
y entonces avanza también en base a la asociatividad que tiene que ver con elementos
importantes como la solidaridad y la democracia.
TcS: ¿Se puede profundizar un poco con respecto a
la importancia de la inclusión de las mujeres?
Pedro Haslam: De hecho, cuando nosotros nos
vamos a los sectores vemos que en el sector productivo, en el sector de los pequeños
productores es donde se ubican los mayores niveles de pobreza y esto tiene que
ver con oportunidades con acceso a servicios, con acceso a recursos, con acceso
a desarrollo de conocimientos, a tecnología, con acceso a mercado y tiene que
ver con productividad, con eficiencia que es otro tema. Históricamente
estas familias han caído en pobreza porque viven una economía de subsistencia.
Y más allá de sacar sus costos de producción, produce nada más un poco para
comer y allí viene la mal nutrición y la sub-nutrición y los otros problemas de
salud, la falta de acceso a la educación. Por eso decía que es un tema
integral.
No es solo
de producir para tener unos bienes, comer, vender excedentes y generar un poco
de ingreso sino que tiene que ver con todos los elemento de la vida, de la vida
de las personas y de la vida del entorno, de la Madre Tierra, de los animales,
de las plantas, del agua, de los suelos – o sea, es la Vida integral. Allí está
el enfoque de la democratización de la economía. No es solo
de hacer más dinero a partir de más producción sino es de mejorar la calidad de
vida que tiene que ver con otros elementos importantes como la dignidad, los
valores.
Vamos a los
valores. Cuando hablamos de los sectores nos ubicamos. Por un lado, en el
sector rural es donde más complicado resulta resolver los problemas de la
pobreza por la infraestructura, porque son más bajos en el sector rural los niveles
de educación, por la dispersión territorial del sector rural en cuanto a la
vivienda, por lo débil que ha tenido el país la infraestructura de comunicación.
Ahora todo esto hemos venido atendiendo desde 2007, todo esto se viene
atendiendo. Por eso vemos a un país creciendo económicamente y reduciendo la
pobreza. Eso es un resultado concreto de la democratización de la economía.
Cambiamos la
matriz. Antes, aunque muy poco había un crecimiento económico de 2% o 3% con los gobierno anteriores neoliberales.
Ahora venimos creciendo hasta un 5% pero también venimos reduciendo la pobreza.
En aquel momento crecíamos económicamente pero también crecía la pobreza.
Crecía el analfabetismo y la desigualdad. Crecía la falta de accesibilidad a
los servicios básicos.
Y después te
vas y enfocas en los sectores y ves que las mujeres, las más excluidas, la juventud
en aquel momento sin oportunidades claras, sin una ruta clara de vida o
deteriorándose las oportunidades de vida de la juventud, la niñez con mucha
malnutrición. Todo eso ya lo venimos cambiando. Lo venimos cambiando pero ¿qué
nos hemos encontrado? Que desde las mujeres se ha venido desarrollando un mayor
dinamismo y un mayor protagonismo con las mujeres de Usura Cero y también las
mujeres del Bono Productivo, ya no solo manteniendo los animales sino liderando
ya el trabajo productivo de la familia que no es solo la mujer. Es
que la mujer está convirtiendo en liderazgo su papel en la agricultura y la
economía familiar para la transformación de la vida de la familia, para mejorar
la calidad de vida de la familia.
Entonces la
mujer tiene los bienes, preserva esos bienes, involucra la familia, participa
el marido, participan los hijos, participa el resto de la familia, reproducen
esos bienes y hacen un trabajo colectivo. Y luego todo eso se reproduce a nivel
comunitario con los núcleos del Bono Productivo que se organizan precisamente
para juntar capacidades y para enfrentar problemas y desafíos. Y allí viene el
ahorro y la capacitación con las mujeres capacitándose en el manejo de cuentas
de ahorro, en el manejo de crédito, en el manejo de los animales y del
procesamiento a niveles básicos a nivel pequeñito. Pero por ejemplo ya
vienen descremando la leche para hacer la crema, la cuajada, el queso, ya
vienen comercializando a nivel local.
Entonces se
da toda una dinámica a partir de un programa que antes fue muy criticado, al
inicio en 2007, inclusive mediáticamente por ejemplo ¿Cómo van a resolver
ustedes la pobreza con un chancho, con una gallina, con una vaca si esa gente
no sabe ni leer, si esa gente nunca ha tenido una vaca. La van a dejar morir...?
Bueno, allí están las vacas, allí están as cerdas, allí están las gallinas
multiplicadas. Allí están las plantas del patio. Allí está la gente produciendo
y solidarizándose.
Ayer
visitamos un grupo, un núcleo allá en una comunidad de Cuapa. Allí hay unas
mujeres que recibieron vacas porque tienen más tierra para tener una vaca. Hay
otras mujeres que no recibieron vacas porque su terreno es muy pequeño pero en
su patio recibieron gallinas y cerdos. ¿Qué hacen las mujeres que tienen vacas?
Le venden leche a una que no tiene vaca y ella además de alimentar a su familia
de la leche de las mujeres que tienen las vacas, hacen cuajada y crema y venden
en la comunidad. Y eso es un elemento de complementariedad y de solidaridad.
Entonces esos son valores también que, precisamente, vienen intrínsecos en la
democratización de la economía, inyectando recursos, inyectando capacidades,
desarrollando potencialidades de los sectores más desfavorecidos de nuestro
país.
TcS: Con respecto a este tema ¿Qué ha sido la
importancia del desarrollo del cooperativismo en los últimos años?
Pedro Haslam: Primero la historia nos dice
que desde
la fundación de la primera cooperativa por parte del General Sandino en el Río
Coco en los años treinta del siglo XX, esa visión de la actividad colectiva, de
la actividad comunitaria es la que te puede llevar a resolver los grandes
problemas y los pequeños problemas. Para los grandes problemas de la
economía, de la producción, de la soberanía alimentaria, y para los pequeños
problemas, para llamarlos así, a nivel de la persona, de la familia, de la
comunidad, el modelo cooperativo es el más adecuado.
Sandino
organizó la cooperativa central del Río Coco, [misma en la que] […] en el poco
tiempo de existencia que tuvo [se explotaban] colectivamente los recursos de la
zona para las familias. Colectivamente comercializaban el oro y los otros
bienes que producían. Pero, además, colectivamente hacían las compras de lo que
no se producía en la zona para llevarlo y luego distribuirlo. Eso el Frente
Sandinista lo recoge en su programa histórico en la fundación del Frente.
Luego en el
gobierno de los años 80, se retoma y se desarrolla la reforma agraria que es
del punto de vista de la democratización de las tierras o la democratización
del acceso a la tierra con la reforma agraria sandinista, una de las gestas más
importantes de transformación del modelo productivo nicaragüense en la historia
del país, y se desarrolla sobre la base
de más de tres mil cooperativas que se organizaron en esa década, en la primera
fase de la Revolución.
Y luego este
modelo fue tan atacado por los gobiernos capitalistas, los gobiernos
neoliberales, que tuvimos que hacer en el país una lucha de resistencia muy
fuerte para que el modelo se mantuviera. Y como es un modelo que está basado en
la familia y que tiene que ver con la participación protagónica y que tiene que
ver también con la democracia directa, entonces el modelo prevaleció.
Nosotros
cuando regresamos al gobierno con el Comandante Daniel en el 2007, de esas tres
mil doscientos cooperativas nos encontramos que hay mil setecientos, mil
setecientos pero muy débiles. Algunas con mucha fortaleza porque lograron
insertarse en una dinámica económica de exportación con el café, la ganadería
un poco y otros productos como oleaginosas, como el ajonjolí. Pero el resto de
cooperativas, allí en las familias en las tierras, con una economía de
subsistencia produciendo frijoles y maíz para comer, un poco de arroz, pero sin
desarrollo económico de sus actividades.
Del 2008 que
organizamos gracias a la decisión política del Comandante Daniel el Instituto
de Fomento de Cooperativas (INFOCOOP) que luego trascendió a este Ministerio de
Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa, se desarrolló todo un
proceso de asociación de la actividad cooperativa y a la fecha tenemos más de
cuatro mil setecientos cooperativas organizadas y legalizadas, 70% de ellas en
el sector productivo rural que es el sector que es llamado a desarrollar la
economía de este país junto con los otros sectores de servicios, de trabajo.
Más de
250,000 asociadas y asociados, [de esta cifra] más del 40% son mujeres en las
cooperativas, ya en una dinámica diferente, con mayor acceso al financiamiento,
con mayor acceso a los programas del gobierno, con el Banco Produzcamos, Caja
Rural Nacional como cooperativa de ahorro y crédito, acceso a los mercados,
acceso a la información, acceso a otros servicios que tienen que ver con las
instituciones públicas porque el gobierno del Comandante Daniel prioriza la
asociatividad como la base de la democratización de la economía.
Eso es
importante no solo se trata de cooperativas. Hay pasos previos. Los grupos
solidarios del programa CRISSOL que son más de tres mil, los núcleos del Bono
Productivo que son más de dos mil quinientos y los grupos solidarios de Usura
Cero también son parte de ese modelo asociativo. Y luego están las cooperativas
que ya es como de modelo de avanzada donde estamos enfocándonos en fortalecer
sus niveles de organización, fortalecer sus capacidades y ejecutar con el
protagonismo de la familia y la comunidad desde esa base organizativa
asociativa los programas.
Se trata del
programa Hambre Cero, el programa CRISSOL de los granos básicos que hemos ya
desarrollado con treinta mil productores, más de setenta mil créditos para
frijoles y maíz, un financiamiento para el que tiene de entre una y tres
manzanas de producción que nunca tuvo acceso a un banco o a una
micro-financiera para ir a solicitar un crédito para sembrar una manzana de
maíz o de frijol o de sorgo o de arroz.
El programa
CRISSOL café que vamos a trabajar, para atender a más de 28,000 productores que son
productores con menos de tres manzanas de café, mismos que, en la actualidad, están
produciendo cuatro quintales la manzana, con muy bajo rendimiento
productivo y queremos llevarlos a 12 quintales por manzana a corto plazo y
queremos fortalecer su organización, fortalecer su capacidad, mejorar la
calidad de la producción para que puedan tener también acceso directo a través
de la cadena de valor al mercado internacional de café.
Estamos
hablando de otros programas como el tema de la agroindustria, donde hemos
atendido ya a alrededor de 18,000 familias de diferentes niveles de desarrollo.
Por ejemplo, familias que empiezan instalando unas tinas para la leche con una
descremadora, haciendo muy artesanal la cuajada. Luego van evolucionando y les
vamos introduciendo tecnología, capacitación, asistencia técnica a través del
sistema de producción y de comercio. Tenemos las Ferias de la Economía Familiar
que han tenido un fuerte impacto, no solo por motivo de la alta participación
de las familias productoras urbanas y también del campo, porque la
ciudad también tenemos que dinamizarla desde el punto de vista de la producción.
Toda esa
producción artesanal que hay, las comidas tradicionales para evitar que sigan
siendo desplazadas por las multinacionales de alimentos, las comidas rápidas de
que ya sabemos. Entonces las que hacen las fritangas, las que hacen los
nacatamales, los que hacen las tortillas, la güirila, el quesillo, o el tiste y
la semilla de jícaro y la cebada, estamos trabajando nosotros para fortalecer
lo que son las cadenas solidarias de producción y de comercio. Por ejemplo
tenemos un proyecto piloto con seis comunidades que tiene que ver con un
programa que llamamos Cadena de Valor de Mujer a Mujer a Mujer que es con mujeres productoras con mujeres procesadoras de esa materia prima, de
ese alimento y con mujeres comercializadoras,
las tres juntas para dinamizar la economía de una forma asociativa y que tengan acceso
a los mercados.
En eso, las
Ferias han sido un elemento muy importante de motivación pero también en
algunos casos de estabilización de precio de algunos productos. Cuando hay una
relación del productor al consumidor, y no es que pretendemos eliminar la
cadena de intermediación porque es parte de la cadena de valor, pero cuando
hay desajustes en esa cadena entonces el productor y el consumidor se ponen de
acuerdo, en la calidad, en el precio y eso estabiliza la oferta y la demanda
desde el punto de visto de precio y de calidad y eso se viene trabajando, muy
lentamente, pero viene trabajándose ya como una expresión de todo esta política
de democratización de la economía.
TcS: ¿Y qué impacto han tenido estas políticas en
la Costa del Caribe?
Pedro Haslam: Primero hay que recordar que el régimen
de Autonomía quien lo introduce al país en la Costa Caribe es el gobierno del
Frente Sandinista, el gobierno del Comandante Daniel en la primera etapa de la
revolución. Por allí hay que comenzar. Y eso es un reconocimiento del
Frente Sandinista a no solo la existencia sino a la importancia que tiene el
carácter multiétnico de nuestro país y sobre todo la Costa Caribe. Eso
es un elemento. Luego otro elemento importante que tiene que ver
con ese reconocimiento es la titulación de las tierras comunitarias del Caribe,
los 30,000 kilómetros cuadrados que ya casi se ha completado su proceso de
titulación que tiene que ver con darles seguridad, darles estabilidad a las
familias que trabajan en ese modelo asociativo comunitario.
Luego se
vienen impulsando una serie de iniciativas del plan de desarrollo de la Costa
Caribe que es parte del Plan Nacional de Desarrollo Humano de este país que ha
sido trabajado por el gobierno del Comandante Daniel y nosotros hemos venido
trabajando en el marco de ese Plan
Nacional de Desarrollo Humano y ese Plan de Desarrollo de la Costa Caribe
con un proyecto que se llama Proyecto
Nicaribe. Nicaribe es un proyecto que busca fortalecer la inserción de las
familias indígenas y afrodescedientes en el proceso productivo nacional,
fortaleciendo el régimen de las capacidades autonómicas de los gobiernos
territoriales, comunales y regionales. Ese es el centro de Nicaribe.
Estamos
trabajando allí con siete territorios indígenas en la Región Norte y en la
Región Sur. Estamos trabajando con ellos en el proceso productivo de acuerdo con
una metodología que tiene que ver con qué se adapta allí, qué es lo que se
produce y cómo esas familias potencian esas posibilidades desde el protagonismo
de ellos mismos. Eso es para trabajar con 12,000 familias de la Costa Caribe de
estos territorios indígenas y afrodescedientes. También en el proceso
de negociación final de un proyecto de
cacao para producción en Las Minas que vamos a trabajar.
Hemos
negociado un financiamiento para actividades productivas en el marco del
programa rural incluyente, que tiene este gobierno siempre con la región del
Caribe con el GAF que es un fondo internacional que tiene su sede en Washington
y estamos trabajando con el Banco Mundial y otras entidades de la cooperación.
No me gusta hablar de los millones, porque eso no es lo más importante, pero este
programa tiene una asignación de US$33.7 millones de dólares para la Costa
Caribe. En este caso es un proyecto de fortalecimiento de las
capacidades productivas en el marco de la soberanía y la seguridad alimentaria
y agregación de valor.
Estamos
hablando allí de proyectos que tienen que ver con el fomento de actividades que
ya se ha venido desarrollando como la actividad del coco, la siembra y
establecimiento de la actividad cocotera. Está el tema de las raíces y tubérculos
sobre todo en la Región Sur. También tenemos el Hambre Cero, el CRISSOL y
diferentes proyectos que tienen que ver con la agregación de valor, el trabajo
con jóvenes artesanos y la producción agro-industrial con el mismo cacao,
en Siuna tenemos un proyecto.
En Bilwi
tenemos un proyecto forestal por ejemplo. En el tema de la pesca hemos venido
trabajando. De hecho se viene haciendo innumerables acciones desde la
participación comunitaria de las comunidades y de los gobiernos comunales y
regionales.
TcS: ¿Cuál es el concepto más relevante para su
trabajo en el tema de agregación del valor? ¿Qué tan relevante es el concepto
de la industrialización? ¿O es más relevante otro tipo de concepto?
Pedro Haslam:
Nosotros trabajamos en el sector productivo lo que llamamos la economía
familiar. El tema de la economía familiar encierra conceptualmente un sector bien
amplio. Tenemos la agricultura familiar que conocemos de otros lados que son
familias rurales que tienen una unidad de producción básica pequeña y que
comienzan con una producción de subsistencia para luego avanzar hacia la
producción de excedentes y poder comercializar. Pero también la economía
familiar está determinada por otras formas de producción sobre todo urbana, que
tiene que ver con todo este tema de los medianos y pequeños negocios de que
hemos hablado que son, por ejemplo, la industria alimentaria, que tiene que ver
con la gente que hace los cereales, con gente que hace el pan, las rosquillas o
la gente que hace los dulces o procesamiento de frutas, procesamiento de
vegetales o los encurtidos.
También trabajamos con familias que se dedican a pequeños negocios que tienen que ver con ese encadenamiento entre la producción rural y la producción urbana y el consumo. Para nosotros eso es muy importante. Y también desde el punto de vista de lo que es la práctica artesanal, las artesanías tradicionales. Las artesanías artísticas, las artesanías en barro o en cuero, en madera o pieles. Trabajamos con todo este sector.
Por eso
decía antes que también es importante dinamizar no solamente la producción
rural sino también la producción urbana porque todo esto es generación de
trabajo digno, de empleos y de crecimiento de la economía con justicia que es
democratización de la economía también. Aquí hemos venido trabajando ya con
más de 18,000 familias en las ciudades en estos temas, capacitándolas.
En este momento tenemos un proyecto que, precisamente, está de visita en este
país del Banco del ALBA y de BANDES de Venezuela, y estamos trabajando de
manera particular con ellos este Ministerio en un proyecto que tiene que ver
con cómo
lograr a través del financiamiento acceso a los mercados del ALBA iniciando con
Venezuela para la pequeña producción industrial
artesanal de las ciudades.
Eso es muy
importante porque el sector de pequeños productores no solo debe de verse como el
abastecedor o el proveedor de materia prima o de producción para el mercado
local sino también para la generación económica a través de las exportaciones.
Entonces nosotros trabajamos mecanismos e instrumentos para que esas familias
puedan tener acceso a los mercados, desde el desarrollo de sus capacidades y
desde el enlace con ese mercado para establecer los contactos. Luego vienen
todos los temas de calidad, de certificaciones, de verificaciones y la gestión
para las exportaciones.
Y en todos
esos procesos acompañamos en esa gestión frente a otras instituciones como el
Ministerio Agropecuario y Forestal MAGFOR, o el Ministerio de Fomento,
Industria y Comercio MIFIC, como el
Centro de Trámites de las Exportaciones CETREX para que estas familias
puedan tener ese acceso. Entonces así estamos trabajando y se puede ver en las
Ferias, previo a cada Feria hay un proceso de capacitación. Ahora
vas a ver que la gente está despachando con su gorrita y su tapaboca. Con sus
guantes. Ya no tocan el dinero con la misma mano con que te sirven la carne de
chancho con yuca sino que ya usan los guantes.
Hemos venido
promoviendo esa cultura de calidad, esa cultura solidaria de mejor atención a
la familia consumidor o a la familia comprador. Promovemos verlo como un
trabajo que tiene un valor para la sociedad, que los nicaragüenses reconocemos
que el trabajo de esa familia tiene valor y que su trabajo es digno, que es una
forma de ganarse la vida y de crecer. Ese es el concepto.
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