¿Mató la NSA a Hugo
Chávez?
Eva Golinger
Artículos
de Opinión | Eva Golinger | 03-01-2014
Durante
el año 2013, Venezuela experimentó uno de los momentos más difíciles de su
historia con el fallecimiento del presidente Hugo Chávez el 5 de marzo. Chávez,
un líder de gran envergadura cuyas políticas transformaron el país, fue víctima
de un cáncer agresivo que le quitó la vida en menos de dos años. El carismático
presidente venezolano enfrentó grandes y poderosos enemigos durante sus 14 años
en el poder –siempre electo democráticamente y con mayorías contundentes–.
Golpes de estado, sabotajes económicos, intervenciones electorales, guerra
psicológica, financiamiento multimillonario desde agencias estadounidenses a
sus opositores y atentados contra su vida fueron algunas de las tácticas y
estrategias de desestabilización que Chávez tuvo que combatir durante su
mandato.
Él
encabezaba las listas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el
Pentágono como blanco principal de sus agresiones, y Estados Unidos amplió de
manera significativa su presencia militar –abierta y clandestina– alrededor de
Venezuela durante su Gobierno. Por eso, su muerte abrupta e inesperada causó
muchas sospechas entre sus seguidores y aquellos estudiosos de su visión
socio-política. Chávez desafiaba a los intereses más poderosos del mundo y, a
la vez, controlaba las más grandes reservas petroleras del planeta. ¿Pudo haber
sido un asesinato político la muerte de Chávez?
Tal
vez hace unos años esa pregunta hubiese causado risa en una mayoría de lectores.
No obstante, hoy en día, con la inmensa cantidad de información que ha salido a
la luz pública de denunciantes como WikiLeaks y el excontratista de la Agencia
Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA) Edward Snowden sobre las graves
violaciones de derechos humanos y soberanía cometidas por el Gobierno
estadounidense, las preguntas de ese estilo no solo se las hacen los
’conspiranoicos’ y los conocedores de la política sucia de Washington. Hoy el
mundo conoce cómo espía el Gobierno estadounidense a sus amigos, aliados,
ciudadanos y enemigos: nadie se salva de los ojos y oídos de Washington. Hoy se
conoce que casi todas las embajadas de Estados Unidos en el mundo son centros
de espionaje y operaciones de inteligencia, violando todas las normas y reglas
internacionales sin importar las consecuencias. Se conocen los graves abusos de
derechos humanos cometidos por las fuerzas estadounidenses en Irak y
Afganistán, y cómo el Gobierno de Barack Obama amplió el uso de aviones no
tripulados –o ’drones’– para asesinar a personas inocentes vía control remoto.
Hoy
se conoce cómo el Gobierno del primer afro-estadounidense en la Presidencia
persigue con furia a quienes dicen verdades sobre los abusos de Washington, y
más aún cuando son ciudadanos estadounidenses como Bradley (Chelsea) Manning,
Edward Snowden y Jeremy Hammond. Se conoce que Washington utilizó su poder
económico para intentar neutralizar a WikiLeaks y congelar sus finanzas,
bloqueando su acceso a Visa, Mastercard y Paypal solo con el objetivo de silenciarlo
e impedir su continua publicación de documentos que revelaban los trapos sucios
de la Casa Blanca.
Tanto
conocimiento ha convertido al público mundial en menos escéptico y más realista
cuando se trata de la capacidad del Gobierno estadounidense de silenciar a sus
enemigos, tapar sus errores y utilizar cualquier medida para lograr su dominio.
Hugo
Chávez siempre era una piedra en el zapato imperial. Subestimado por los
analistas y asesores de ’mente guerra fría’ en Washington, Chávez acabó con la
influencia y dominación de Estados Unidos en América Latina en menos de una
década. Transformó a Venezuela de un país dependiente y entregado a la cultura
y política estadounidense para ser una nación soberana, libre, independiente,
digna y orgullosa de sus raíces, su historia y su cultura afro-indo-americana.
Rescató el control de los recursos estratégicos no solamente en Venezuela, sino
en toda América Latina, siempre con la bandera de la justicia social. Impulsó
la integración regional y la creación de organizaciones como la Unión de
Naciones Suramericanas (UNASUR), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América (ALBA) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC), entre otras. Su mano firme frente a las agresiones estadounidenses dio
un ejemplo y fue una inspiración para millones alrededor del mundo, que vieron
con esperanza la revolución en Venezuela y su expansión regional.
Sin
duda, muchos intereses poderosos en Washington y en otros lugares deseaban la
desaparición física de Hugo Chávez. Intentaron hacerlo en abril de 2002 con un
golpe de Estado promovido desde el Gobierno estadounidense que fracasó. Meses
después un fuerte sabotaje económico que casi destruyó la industria petrolera
del país buscó derrocarlo, pero también falló. Año y medio después
paramilitares mercenarios fueron enviados desde Colombia para asesinarlo, solo
para ser capturados por autoridades venezolanas, complot neutralizado. En los
años siguientes hubo múltiples atentados contra su vida y planes de desestabilización
para tumbar su Gobierno, ninguno funcionó. Mientras tanto, la popularidad de
Chávez creció y su proyecto socialista comenzó a consolidarse en el país.
Los documentos filtrados de la NSA por Edward Snowden han
revelado que el presidente Chávez y su Gobierno estaban en la lista de los seis
blancos principales del espionaje estadounidense desde por lo menos 2007. Apenas un año antes, la
Casa Blanca creó una misión especial de inteligencia para Venezuela que
reportaba directamente al director nacional de Inteligencia, por encima de la
CIA y las otras 15 agencias de inteligencia en Estados Unidos. La misión
especial era completamente clandestina, contando con grandes recursos y
capacidades. Solo existían otras dos misiones de ese estilo: para Irán y Corea
del Norte. Incluir a Venezuela con dos países enemigos declarados de Washington
era indicador del nivel de amenaza que representaba Hugo Chávez para el poder
estadounidense.
LA ENFERMEDAD
El
cáncer que sufrió Chávez que acabó con su vida tan de repente era raro. Como ha
explicado el actual presidente Nicolás Maduro, su cáncer fue inusual, sin nombre
y sumamente agresivo. No era específico de un órgano. En la familia de Chávez
no había otros casos de cáncer, no existía una predisposición genética. Fue
detectado en junio de 2011 y en menos de dos años, a pesar de fuertes
tratamientos, lo mató.
Documentos
desclasificados del Ejército estadounidense y obtenidos por AP en 1995 a través
de la Ley de Acceso a la Información (FOIA) evidenciaban que desde
el año 1948 el Pentágono buscaba crear un arma de radiación para asesinatos
políticos.
Otro
estudio de inteligencia del Ejército estadounidense en 1969 confirmaba que el
uso clandestino de la radiación como arma podría causar la muerte o graves
enfermedades en adversarios políticos. En otras palabras, era un método de
asesinato que estaban probando activamente.
Se puede imaginar si desde 1948 Washington estaba
experimentando con radiación como arma de asesinato político, hasta dónde
habría llegado esta tecnología en el siglo XXI.
ASESINATO VÍA ESPIONAJE
Un
cable secreto del Departamento de Estado del 31 de enero de 1976 alertaba sobre
los graves efectos en la salud causados por microondas radioactivas usadas por
la KGB para espiar a la embajada de Estados Unidos en Moscú: "Nuestros
expertos médicos son de la opinión de que la exposición prolongada a microondas
radioactivas de los niveles medidos en la embajada de Estados Unidos
constituyen una amenaza para la salud".
No
obstante, Washington procedió a desarrollar herramientas de espionaje mucho más
poderosas y con mayores frecuencias de radiación.
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