El peor somocista de todos
Carlos Escorcia Polanco
Enviado por tortilla en Mié, 25/12/2013 - 13:37
Carlos Escorcia Polanco, 24 de diciembre 2013
El peor somocista de todos, el día de hoy, no es el esbirro que violaba mujeres y torturaba prisioneros. Miles de tales cuadrúpedos pagaron con su vida y otros con años de prisión, los abusos y genocidio cometidos contra el pueblo nicaragüense.
El peor somocista de todos no es la bestia somocista que mataba, robaba, torturaba, violaba y martirizaba al pueblo nicaragüense, como lo hizo el somocismo por medio siglo, hasta que los sacamos aquel glorioso 19 de Julio de 1979.
El peor somocista de todos es aquel que demostrando un escandaloso analfabetismo ideológico y político, afirma irresponsablemente que él es Sandinista pero no “Orteguista” ante el aplauso de los ideólogos del somocismo, la oligarquía y el imperialismo.
El peor somocista de todos es aquel que conoció la gloria de la Revolución Popular Sandinista y fue Sandinista pero como Judas, que anduvo con Jesús y después lo vendió al imperio romano por 30 piezas de plata, el actual somocista es un traidor más asqueroso que un esbirro somocista o un oligarca vendepatria perteneciente a las paralelas históricas Timbuco-Calandracas, títeres del mismo imperio contra el cual luchó Sandino.
El peor somocista de todos es aquel que, aunque no había nacido cuando luchábamos por derrocar a la tiranía somocista, reproduce en forma idéntica los mismos postulados ideológicos, la misma ira, la misma amargura y el mismo odio de los esbirros que una generación atrás fueron derrotados para siempre por el pueblo de Nicaragua.
El peor somocista de todos es aquel que habiendo sido parte de la gloriosa Revolución Popular Sandinista, decidió venderle su alma al diablo y hoy es aplaudido en las redes sociales desde Miami, Houston, Los Ángeles y San José, Costa Rica por esos mismos esbirros, esas mismas bestias contra las cuales él o su padre combatieron 3 décadas atrás.
El peor somocista de todos es aquel falso sandinista que en vez de reproducir los valores ideológicos y políticos de la Revolución Popular Sandinista, repite más bien los mismos ejes propagandísticos de la oligarquía, el somocismo y el imperialismo.
El peor somocista de todos es aquel que sin el menor empacho, insulta, calumnia, miente e irresponsablemente reproduce las mismas “dudas” que expresan los enemigos de la Revolución Popular Sandinista. Es aquel que recurre a ataques personales falsos y calumniosos, exactamente como lo hacen los esbirros somocistas, vomitando odio, peor que un guardia somocista, ardido por su incapacidad de responder con argumentos políticos.
El peor somocista de todos es aquel que basa su “educación política” no en los textos y escritos de Augusto Cesar Sandino, Carlos Fonseca Amador u Orlando Núñez Soto, sino en los editoriales de La Prensa de un renegado de la universidad de los pueblos Patricio Lumumba o en la propaganda de las cloacas del imperialismo como CNN en español, Univisión, Telemundo o los rotativos El País de España y El Nuevo Herald de Miami.
El peor somocista de todos es aquel que aunque nunca conoció el infierno, la crueldad y la brutalidad del somocismo, irresponsablemente y sin prueba alguna, repite como lora en guayabal lo que dicen los enemigos de la Revolución que el actual gobierno Sandinista es una dictadura “peor que la de Somoza.”
El peor somocista de todos es un charlatán que, aunque esté joven, piensa como un guardia de hace 40 años, que cree en la consigna “la guardia lee como le da la gana” porque es analfabeta. Su analfabetismo e ignorancia política no le permitieron leer el libro “El infierno de los pobres”, una verdadera y completa radiografía sociológica de los horrores de la pobreza durante la época somocista, escrita por el primer sociólogo de tiempo completo en Nicaragua, Reynaldo Antonio Téfel.
El peor somocista de todos es aquel que falto de toda seriedad, asegura que hubo fraude electoral durante las últimas elecciones presidenciales, ignorando el absurdo argumento que en la misma boleta electoral donde se votó por Daniel Ortega, estaban también los nombres de los diputados del PLI que hoy ocupan sus escaños en la Asamblea Nacional, pero que “milagrosamente”, una parte de la boleta era fraude y la otra parte era legítima, la de ellos, porque “fuimos electos por el pueblo de Nicaragua.”
El peor somocismo de todos es aquel que, además de no creer en los resultados del Consejo Supremo Electoral, tampoco cree en las encuestas de varias firmas privadas incluidas firmas extranjeras, incluyendo una con vínculos con una firma estadounidense que simplemente ratifican la victoria electoral del presidente Ortega.
El peor somocista de todos es aquel que se hace el sueco, el sordo, el ciego y el mudo ante la sola mención del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, la cual condenó a sus nuevos amos por su guerra de agresión mercenaria Macha-Yanka-Mercenaria-Somocista contra el pueblo de Nicaragua.
El peor somocista de todos es aquel que no solo ignora la realidad del brutal e ilegal bloqueo financiero y comercial impuesto por Estados Unidos contra nuestra patria en los 80 y se regocija junto con los esbirros ideológicos de la derecha, sino que se hace el disimulado frente a las fracasadas marchas de la derecha, las cuales no logran reunir ni siquiera 300 pagaditos en las manifestaciones financiadas desde una embajada.
El peor somocista de todos es aquel que cree que el presidente Ortega es un semi-dios pagano que odia a todo el pueblo, que solo busca volverse multimillonario y quiere que el pueblo viva en la miseria para que dependan de el. El peor somocista es aquel que piensa que si un muchacho casado de 25 años, se va a un motel con una amante y supuestamente la “viola” es porque el presidente Ortega le ordenó que la violara o al menos, el presidente, que no tiene nada que hacer, corre a encubrirlo.
El peor somocista es aquel que hoy recibe el aplauso del imperialismo norteamericano y la oligarquía nicaragüense, provinciana, conservadora, parroquial, ignorante, fanática y títere de los yanquis, todos enemigos históricos del pueblo de Nicaragua.
El peor somocista es aquel que carente de argumentos políticos tiene que recurrir a su pasado Sandinista para poder atacar con “autoridad” a la Revolución Sandinista. El que para darle fuerza a la razón de la sinrazón, repite y repite lo heroica que fue su lucha, cuando la lucha fue de todos y cada quien contribuyó con su grano de arena para derrocar al tirano.
Los sectores más recalcitrantes de Estados Unidos quieren que el gobierno Sandinista fracase, los esbirros somocistas de Miami quieren que este gobierno fracase, la oligarquia blancoide quiere que este gobierno fracase y los neo somocistas atrincherados su pasado Sandinista, también quieren que este gobierno fracase.
El peor somocista de todos es aquel que no cree en el fallo de La Haya condenando a Estados Unidos por su agresión contra Nicaragua; es aquel que no cree que nuestra máxima gloria deportiva, el tri-campeón mundial de boxeo y caballero del ring, Alexis Argüello tenia una abrumadora popularidad, superior a la de un desconocido, cenizo y oscuro banquero de la oligarquía nicaragüense.
El peor somocista de todos es aquel que no cree en Dios, ni en Jesucristo, pero si cree en brujerías, supersticiones y magia negra y cree a ciencia cierta que tales fuerzas, típicas de la Edad Media, actualmente controlan al gobierno de Nicaragua.
El peor somocista de todos es aquel que no acepta ni los resultados del Consejo Supremo Electoral, aunque si los acepto durante 17 años de ridícula “Economía Social de Mercado”, o sea solo aceptó los resultados cuando estos le fueron favorables al somocismo, a la oligarquía y al imperialismo. En cuanto le fueron adversos, torpemente gritó “fraude”.
El peor somocista de todos es aquel que tampoco cree en las encuestas, por muy privadas, por muy extranjeras, por muy gringas que sean, porque “la rokonola toca la música que quiere el que le echa las monedas”, pero si creía en los encuestas cuando le eran favorables.
El peor somocista de todos no cree ni en los informes del Banco Mundial, ni en las conclusiones del Fondo Monetario Internacional, ni en los reportes de la Comisión Económica para América Latina, CEPAL, ni en los pronósticos del Consejo Superior de la Empresa Privada, COSEP, todos favorables al actual gobierno de Nicaragua. Es aquel que no cree en nadie, ni siquiera en la ramera que lo trajo al mundo.
Pero de todos los demás, el más repugnante, el más hipócrita, el más falso de todos los enemigos de la Revolución Sandinista es aquel que fue Sandinista en el pasado, o hijo de Sandinista, que combatió a las bestias somocistas, pero que hoy se funde en un abrazo mortal con los enemigos históricos del pueblo nicaragüense.
[Carlos Escorcia Polanco es un analista político nicaragüense, residente en Los Angeles, California]
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