Nicaragua y el fraude electoral en Honduras
Jorge Capelán
Enviado
por tortilla en Lun, 25/11/2013 - 18:35
Jorge
Capelán/Tortilla con Sal, 25 de noviembre 2013
Nicaragua
ha reconocido a Juan Orlando Hernández del Partido Nacional como ganador de las
elecciones en Honduras. A pesar de que hay claras señales de un fraude
electoral, el Presidente Daniel Ortega actúa sabiamente en estas
circunstancias.
El
proceso en Honduras va a seguir, y es importante entender la situación de
Nicaragua. Si algo debemos haber aprendido de la experiencia de los años 80 es
la importancia de no quedar aislados a nivel regional. Eso es lo que más desean
el imperio, la mafia de Miami y la de Uribe, así como la reacción local,
centroamericana y continental.
Entre
otras cosas, hubiera sido fácil para los golpistas hondureños salir plegándose
a la campaña antinicaragüense que tratan de montar Costa Rica y Colombia con
relación a los diferendos limítrofes en el río San Juan y las aguas
territoriales del Caribe.
Entonces,
nuestra política debe necesariamente ser de distensión, no de aumento de los
conflictos en nuestra región. Desde luego, es relevante también la coherencia
de la política externa de Nicaragua a favor del principio fundamental de la no
intervención en los asuntos internos de otros países.
Además,
la derecha hondureña puede acusar a nosotr@s los sandinistas de usar un doble
rasero, tratando de una manera a LIBRE en Honduras y de otra muy distinta a la
oposición aquí.
Todos
sabemos que la comparación es totalmente falsa, ya que la oposición de
ultraderecha que tenemos en Nicaragua vive inventando fraudes inexistentes y
tiene cero apoyo popular, mientras que LIBRE tiene gran apoyo popular y por ese
mismo motivo es constante objeto de asesinatos, persecución y todo tipo de
fraudes.
Sin
embargo, desde el punto de vista de la propaganda, el gobierno del nuestro
Presidente Comandante Daniel no puede estar dándole argumentos a El País de
España, a la CNN, a La Pren-CIA, etcétera para que monten una realidad virtual,
que por más que no exista en el mundo real, se convierte en un hecho real a
causa de la guerra sicológica.
Por
otro lado, y a pesar del fraude, LIBRE ha ganado cosas importantísimas en estas
elecciones.
La
primera es que el bipartidismo en Honduras está seriamente deteriorado, ahora con
un partido de Izquierda de gran base popular como la segunda fuerza del
Parlamento - algo que jamás había existido antes - y con un partido Liberal en
profunda crisis. Incluso, la decisión del candidato Liberal de ser el primero
en aceptar el resultado de las elecciones seguramente le restó el poco apoyo
que le quedaba entre los liberales que todavía no habían decidido pasarse a
LIBRE.
Cuando
le hicieron el golpe a Zelaya en 2009, los golpistas quisieron aniquilar la
naciente base de apoyo popular que el entonces Presidente Mel tenía. Al cabo de
cuatro años, lo único que han logrado es que surja un movimiento sociopolítico
que ya no regresará a Honduras a los tiempos aquellos en los que la ley del
fusil hacía callar a toda voz disidente.
Hoy
en día, la oligarquía hondureña hasta tiene que aceptar que esa fuerza política
se ha metido en su parlamento que ellos creían que era su morada sagrada.
Otra
cosa: el candidato del Partido Anticorrupción sacó una cantidad nada
despreciable de votos. Aunque su líder Salvador Nasrallah es alguien rico,
parece que no pertenece a la élite más rancia de poder en el vecino país.
Habría que ver si es posible construir alguna especie de alianza que le daría
una fuerza muy considerable a una agenda progresista.
Algo
es cierto. El resultado electoral oficial de ayer no resuelve ninguno de los
problemas de Honduras y más bien los agudiza todos.
Lo
más seguro es que el Partido Nacional con Juan Orlando Hernández no vaya a
controlar mejor el país de lo que lo hizo Lobo. Recordemos que ganó las
internas de su partido en medio de serias denuncias de fraude, así que no
faltarán compañeros de partido que le deseen pasar la cuenta.
Por
último, y a pesar del fraude, LIBRE no logró más allá de tal vez un 40% de los
votos. Con esas cifras y en esas condiciones no existe un mandato claro para
refundar el país. Para lograrlo debe haber un consenso amplio de una gran
mayoría del país. Para eso hace falta más política y más calle también.
http://tortillaconsal.com/tortilla/es/node/13851
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