La
brutal dictadura egipcia
Rómulo Pardo Silva
El presidente Morsi fue elegido por mayoría absoluta. Un
golpe militar civil lo derrocó.
Esto muestra que el sistema de elecciones competitivas no
sirve por sí solo para garantizar el resultado ciudadano cuando se enfrentan propuestas
de diferencias profundas. En esos casos generalmente se recurre a los golpes de
fuerza.
Egipto enseña una vez más que solo una gran mayoría
ideológica que ha penetrado en sectores militares puede ser una vía electoral exitosa
de cambios estructurales. En Venezuela el 2002 se dio el golpe cívico militar y
fue derrotado con ciudadanía y militares.
La caída de Mursi aconseja que sin un poder civil y militar
suficiente se requiere el camino de la lucha de ideas para convencer con
diálogos persuasivos sin agredir al pensamiento colectivo dominante. Implica
una espera trabajando conscientes de que ganar una elección no basta.
La conducta de los dictadores egipcios fue sanguinaria,
terrorista. Matar y herir a miles de personas que protestaban pacíficamente en
carpas con niños es de mentalidad fascista.
Los hermanos Musulmanes tienen un programa de absolutismo
religioso y obraron en consecuencia con Morsi. Aliados a Estados Unidos
estuvieron por la intervención militar extranjera de estilo libio contra Siria.
Había razones para enfrentarlos políticamente, no para asesinarlos.
Detrás de los responsables de estos hechos dolorosos están
los agentes del orden internacional vigente con acciones y silencios.
Estados Unidos, sus socios occidentales e Israel, apoyaron la
dictadura del general Hosni Mubarak cerca de 30 años, cuando no pudieron impedir
su caída se unieron a los Hermanos Musulmanes, y ahora a los golpistas civiles
y militares.
“'The Wall Street Journal' detalla que Washington y El Cairo
mantuvieron intensas negociaciones a lo largo de las semanas previas a los
violentos choques que tuvieron lugar ayer. La Casa Blanca, el Departamento de
Estado y el Pentágono presionaron a los generales egipcios para que impulsaran
la participación de los Hermanos Musulmanes en el nuevo proceso de transición
política, a pesar del derrocamiento del presidente Morsi. Por otro lado, EE.UU.
intensificó sus contactos con los Hermanos Musulmanas para instarlos a dar un
paso atrás en su oposición a los militares. En respuesta, el movimiento
islamista siguió insistiendo en que Morsi era el único presidente electo y
legítimo, mientras que el Gobierno de Egipto advirtió a la Administración de
Obama sobre la posible escalada de violencia, a pesar de la presión por parte
de Washington.
El propio presidente Obama admitió el fracaso diplomático. Al
comunicar este jueves la cancelación de las maniobras militares conjuntas con
Egipto, insistió, entre otras cosas, en que Washington "no toma partido
por ninguna formación o figura política en particular", pero comentó
también que muchos egipcios tienden a culpar "a un actor externo" de
su situación actual. Admitió que una parte del pueblo egipcio critica a la Casa
Blanca por apoyar a los Hermanos Musulmanes, mientras que otra le reprocha su
respaldo al Ejército.
Según destaca 'The Wall Street Journal', la masacre egipcia
del miércoles puso a la Casa Blanca entre dos fuegos. Por una parte, aumentó
drásticamente el número de legisladores estadounidenses, tanto republicanos
como demócratas, que piden que se califique el derrocamiento de Morsi de golpe
de estado y que se revoque la ayuda anual de EE.UU. a los militares egipcios.
El senador McCain insiste incluso en que Washington debe considerar la opción
de ejercer influencia en el Fondo Monetario Internacional para que corte a El
Cairo el acceso a préstamos. Por otra parte, Israel, el aliado estratégico de
EE.UU., se dirigió a la Administración de Obama con la solicitud de no
interrumpir la financiación de Egipto, que es un punto fundamental del tratado
de paz egipcio-israelí de 1979.” [RT]
Washington estaba en contacto con los dos bandos, presionó a
los Hermanos Musulmanes para someterse al golpe, consintió la violencia dictatorial
que se le había dicho se realizaría.
Israel es menos reservado. “El viceministro de asuntos
exteriores del régimen de Israel, Zeev Elkin, ha advertido este jueves de una
posible intervención de su país en los asuntos internos de Egipto si los
disturbios y movilizaciones siguen en ese país árabe. Anteriormente Amos
Yadlin, exjefe de la inteligencia militar israelí dio a conocer cómo el régimen
de Israel pudo penetrar en los asuntos políticos, económicos, de seguridad, y
también militar de Egipto. “Hemos tenido éxito en provocar discordia entre el
gobierno y la sociedad y que será muy difícil de resolver para el gobierno que
sustituya a Mubarak”, aseveró.” [HispanTv]
Es útil considerar que en Egipto ni siquiera había una
alternativa de soberanía antiimperialista como las que han surgido en
Latinoamérica.
Más de 800 seguidores desarmados asesinados en las calles y 5000
heridos y nadie habla de sanciones. El sistema en el poder las reserva solo
para Cuba, Corea del Norte, Irán…
En general no se ha sentido una repulsa internacional al
crimen. No se conocen declaraciones condenatorias de los gobiernos de Rusia y
China. No la hubo del Consejo de Seguridad de la ONU. En América Latina tampoco
de algunos países opuestos a Washington.
En los medios de información la actitud de Telesur o RT ha
sido clara, pero Ria Novosti, Xinhua, BBC, Prensa Latina, Cubadebate, han dado débiles
rodeos sobre lo sucedido.
Las políticas criminales no son condenadas por su brutalidad sino
interpretadas según quién las realiza. La denuncia o la atenuación pasa primero
por los cálculos.
Al final, o al principio, la responsabilidad es de los miles
de millones de personas indiferentes a lo que no sean sus intereses personales,
pobres, medios o altos.
Este es el mundo democrático en que se debe dialogar, ganar
voluntades y organizar para realizar la otra civilización sostenible y
solidaria.
Contacto romulo.pardo@gmail.com
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