Embajador yanqui, Lawrence Pezzullo
POSTALITA
Asilo
Por Marcio Vargas*
Hoy que se habla de asilos y refugios, recuerdo algo ocurrido en 1979, tras el
triunfo de la Revolución Popular Sandinista sobre la dictadura de los Somoza y
los amigos suyos, los yanquis.
A fines de julio de 1979, fui invitado por el embajador yanqui, Lawrence
Pezzullo, a la embajada USA y seguro esperando que le hiciera una entrevista.
Me sorprendí al entrar y ver en los pasillos a Arthur Sharington, un gringo
socio de Somoza Debayle, quien años atrás se había coludido con banqueros para
tratar de robarle al propio tirano: grave error.
Fue condenado junto con otros a 30 años de prisión por tribunales somocistas y
los yanquis no dijeron nada.
Le dije eso al delincuente ese y me contestó: “soy asilado de mi gobierno@.
Vaya.
Cuando estuve en la oficina de Pezullo, le conté del asunto y me dijo: "si
usted publica algo de eso, mi gobierno pedirá la extradición del teniente USA,
Arturo Báez Cruz, desertor de las tropas espéciales de paracaidismos y comando
del ejército" yanqui.
Era cierto, el sobrino de Arturo Cruz Porras, hijo de Juanita Cruz y Adolfo
Báez Bone había nacido en Estados Unidos gracias a la persecución yanqui, y era
gringo de nacionalidad pero nica y sandinista de corazón. Como el propio viejo
Arturo Cruz, tuvo que quedarse en USA por miedo a los Somoza, por muchos años.
Encima de que hablamos de puros arturos, tanto Sharington (Arthur) como Báez y
Cruz, hablamos igual de refugios y asilos que yanquis y nicas hemos practicado
para defender la vida de perseguidos.
Pezzullo me chantajeó y lo acepté, lo confieso. Yo conocí a Arturo, quien me
había regalado el original del diario personal de su padre para escribir una
historia al respecto, que por cierto fue publicada.
El ladrón protegido por los yanquis se fue a USA adonde vive, creo aún con toda
tranquilidad, mientras Arturo Báez murió en 1983, en una de sus incursiones a
bases de contras en Honduras, y eso no se supo hasta que su tío cometió el
grave error de referirse a ese caso en público cuando intentaba ser presidente
en las elecciones de 1984. Pidió perdón a su familia años más tarde.
La hermana de Arturo Cruz Porras, doña Juanita (también hubo otra hermana,
casada con Luis Carrión Montoya, joven y sufrida mujer que murió víctima de la
terrible enfermedad del alcoholismo), regañó duro y en público al viejo Arturo
por aprovecharse de un héroe y mártir, y eso le dolió a él y sus hijos, creo.
Pero sólo quiero mencionar lo de los asilos. Los yanquis dieron asilo a un
ladrón y a cambio se hicieron los suecos con un desertor del ejército yanqui, y
ser desertor es chiva, pero héroe de Nicaragua, como lo fue su padre.
Arturo Báez Cruz desertó de una base yanqui en Alemania y se unió al FSLN. Dio
su vida por Nicaragua. PRESENTE.
Y los yanquis se quedaron a cambio con su estafador y ladrón como ahora lo
hacen con terroristas como es el caso de Posada Carriles.
Y hoy sufren por Snowden..., pura paja todo eso. Los yanquis son maricones. No
les tengan miedo que ya Sandino les dio su lección.
¡Viva Daniel y el FSLN!
Patria y Libertad
*Periodista nicaragüense
Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío
PLOMO
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