BRASIL:
Movimiento
sindical y popular: a las calles, con plataforma de unidad
Por Joao Pedro Stedile.
Enviado
por tortilla en Jue, 07/11/2013 - 15:25
AlbaTV,
11 de julio 2013
Cambios estructurales reivindicados en la movilización del 11 de julio
Desde
la campaña de las “directas ya", en la década de 1980, no teníamos
movilizaciones callejeras tan vigorosas. Las protestas que estallaron con la
indignación de la juventud fueron apenas la punta del iceberg de los graves
problemas sociales y económicos que persisten en nuestra sociedad.
Por un
lado, las grandes ciudades se han convertido en un infierno, en el que los
trabajadores pagan caro por un transporte público de mala calidad. Además,
pasan de dos a tres horas en el tráfico, que es un tiempo perdido de sus vidas.
Quien
se ilusionó con las facilidades para comprar un coche, financiado por el
capital financiero internacional, se está dando cuenta de que pagó un alto
precio y no consigue andar. Los fabricantes y bancos asociados nunca enviaron
tanto dinero para el extranjero, como ahora.
Por
otro lado, la vida política del país es una vergüenza. Los parlamentarios
representan apenas a sus financiadores de campaña. El poder judicial es un
poder oligárquico, siendo el último de los poderes todavía no republicano.
Todos
los días sale la noticia de sus maniobras, que quedan impunes. Incluso el
presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Joaquim Barbosa, utilizó
recursos públicos para asistir a un partido de la selección brasileña... La Red
Globo no denunció y, casualmente, acaba de contratar al hijo del ilustre
magistrado. Tiene todo que ver [1].
La
misma Globo que fue multada por la Hacienda Pública por evasión millonaria de
impuestos, en la compra de los derechos de transmisión de la Copa del Mundo 2002:
La empresa debe, según Hacienda, R$ 650 millones de reales a las arcas
públicas.
La
emisora también recibió del gobierno estadual y de la municipalidad de Rio de
Janeiro la modesta cantidad de R$ 20 millones de reales para promover con
dinero público un espectáculo de apenas dos horas durante el sorteo de los
partidos de la Copa de las Confederaciones, celebrado en Río Centro el año
pasado.
La Red
Globo se pensaba portavoz del pueblo. Gran equivocación. Apenas consigue
engañar a los telespectadores de las novelas. Uno de los gritos de la juventud
que más se repitieron en las calles fue "Fuera la Red Globo!" Con
ello, se multiplican actos de jóvenes contra el monopolio de la emisora y por
la democratización de las comunicaciones en todo el país.
Ante
las protestas, el gobierno de Dilma tuvo que bajar de su pedestal para dialogar
con las calles, proponiendo una reforma política, una asamblea constituyente y
un plebiscito popular. Y, finalmente, la presidenta se reunió con los sectores
organizados, cosa que no había hecho a lo largo de sus dos años y medio de
mandato.
Las
elites intentan controlar las calles e imponer una agenda de derechas. Sin
embargo, no lo consiguieron. Les sobró el papel de atizar una policía sin
preparación e infiltrar grupos fascistas y servicios de inteligencia policial
para provocar violencia y desfigurar el movimiento. No lo han conseguido.
Cuanto más reprimen, el pueblo más se rebela.
Movimiento
sindical y popular en las calles
Llegó
el momento de que el pueblo organizado en los movimientos sociales, el
movimiento sindical y en las pastorales hagan movilizaciones. Por primera vez,
después de la derrota en las elecciones de 1989, no se veía una unidad popular
tan amplia.
Diversas
plenarias unieron partidos de izquierda, centrales sindicales y movimientos
sociales organizados en torno a una plataforma política común, que parte de la
lucha por el transporte público gratuito y de calidad, y avanza hacia reformas
estructurales que la clase trabajadora necesita y lucha desde hace mucho tiempo.
El
primer día de lucha conjunta de las organizaciones está acordado para el 11 de
julio. Se realizarán paralizaciones, huelgas y marchas por todo el país para
enfrentar a los sectores conservadores y empujar al gobierno hacia la
izquierda. Uno de los puntos de esta plataforma común es la reforma política.
Es necesario pasar a limpio a las reglas de la política brasileña para
democratizar y crear mecanismos para la efectiva participación popular.
Entre
los ítems que necesitan cambios, está el financiamiento público exclusivo de
campañas electorales, el derecho del pueblo para convocar plebiscitos populares
a partir de una recogida de firmas y revocar mandatos de aquellos que no
respeten los compromisos de campaña.
Para
realizar estos cambios, sólo hay una forma: convocar una Asamblea Constituyente
Exclusiva. La mayoría de los políticos que están en el Congreso, elegidos en
campañas millonarias pagadas por las grandes empresas, no acepta cambiar el
sistema político. Por lo tanto, la única manera de viabilizar una constituyente
es hacer de inmediato un plebiscito popular.
La
presidenta Dilma se sintió motivada por la voz de la calle y promovió este
debate. Sin embargo, su base política y parlamentaria comenzó a boicotearla,
poniendo todos los obstáculos posibles. Por eso, esta disputa debe ser resuelta
en las calles. La reacción al plebiscito y a la asamblea constituyente
demuestra la resistencia para hacer cambios y refuerza la necesidad de llevar a
cabo estas propuestas.
Cambios
necesarios
Además
de la reforma política, hay un conjunto de demandas históricas de los
movimientos sindicales y populares que están atascadas en la garganta del
pueblo y en los cajones de los palacios. Abajo, conozca seis puntos de la
plataforma de las organizaciones de la clase trabajadora:
1 - Aprobación
del proyecto de reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales sin
reducción de salario. En Europa, el capitalismo en crisis ya practica
36 horas.
2 - Archivo
de la PEC (Propuesta de Enmienda a la Constitución) que implementa la
tercerización de las relaciones de trabajo, enterrando la CLT
(Consolidación de las Leyes Laborales), que es la garantía de los derechos de
los trabajadores.
3 - Una
reforma tributaria progresiva, para que los impuestos pesen más sobre los
ricos, con tasación de las fortunas, y disminuyan para los trabajadores pobres.
4 - Prioridad
en la aplicación de los recursos públicos en salud, educación y transporte
público de calidad, en lugar de pago de la deuda pública y superávit primario.
5 - Suspensión
de las subastas del petróleo y concesiones de exploración de minas que sólo
benefician a las empresas transnacionales.
6 – Implementar
la Tarifa Cero en los transportes públicos para toda la población. Esta
propuesta es técnicamente viable, a través de la inversión de recursos públicos
existentes, sin necesidad de aumentar impuestos. Basta con comparar el subsidio
de la Municipalidad de São Paulo para los transportes, alrededor de R$ 1.000
millones, con los recursos destinados a construir un túnel en el Morumbi, que
costaría R$ 2.4 mil millones para satisfacer la necesidad de las élites
paulistanas. Afortunadamente, la licitación enviada por el gobierno Kassab ha
sido suspendida después del clamor de las calles.
Movilización
creciente
En
varias ciudades de Brasil, categorías de trabajadores y sectores sociales
continúan haciendo movilizaciones masivas. Petroleros, empleados de banco,
metalúrgicos y profesores intensifican la movilización.
En São
Paulo, el sindicato de policías civiles y funcionarios de las penitenciarías se
movilizaron. También hubo revueltas populares en varias ciudades contra los
precios abusivos de los peajes, además de las protestas de los camioneros.
Los
trabajadores rurales de todo el país, organizados en decenas de movimientos
sociales, como la Confederación Nacional de Trabajadores de la Agricultura
(Contag), la Federación de Trabajadores de la Agricultura Familiar (Fetraf),
Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA), movimientos de pescadores,
quilombolas, pueblos indígenas, mujeres campesinas, las pastorales rurales,
además del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), se sumarán
a las movilizaciones.
Los
movimientos del campo preparan una plataforma común, que entregarán a la
presidente Dilma en audiencia, reivindicando los siguientes puntos:
1.
Recuperar la soberanía nacional sobre las tierras brasileñas. Proponemos que el
gobierno anule las áreas ya compradas y que expropie todas las tierras
controladas por empresas extranjeras.
2.
Acelerar la reforma agraria y que sean asentadas inmediatamente miles de
familias que están acampadas en los bordes de las carreteras.
3.
Políticas públicas de apoyo, incentivo y crédito para la producción de
alimentos baratos, sanos, sin venenos con el fortalecimiento del campesinado. Y
la adopción de programas estructurales para la juventud y para las mujeres del
campo.
4.
Garantizar los derechos de los pueblos del campo, con el reconocimiento y
demarcación inmediata de las tierras indígenas, quilombolas y los derechos de
las personas afectadas por represas, territorios pesqueros y otros.
5.
Abolir inmediatamente los agrotóxicos ya prohibidos en otros países del mundo,
la prohibición de las pulverizaciones aéreas y las políticas de reducción del
uso de agrotóxicos en el campo. Y la revisión en profundidad de la política de
liberación de los transgénicos y control social.
6.
Implementación por el Gobierno de una política de control de la deforestación
de los bosques en todo el país y apoyo a la recuperación de áreas degradadas y
de reforestación por la agricultura familiar y campesina.
7.
La cancelación de la privatización de los recursos naturales como agua,
energía, minerales, bosques, ríos y mares. Proponemos la retirada del régimen
de urgencia en el congreso nacional del proyecto de Código de Minería, y que el
gobierno / congreso haga un amplio debate nacional con los trabajadores
brasileños, para producir un nuevo Código de acuerdo a los intereses del pueblo
brasileño.
8.
Implementación inmediata de programas para erradicar el analfabetismo y
garantizar escuelas en todas las comunidades rurales.
9.
Suspensión de todas las subastas de privatización de áreas de perímetros
irrigados en el noreste y su destinación inmediata para que el INCRA (Instituto
Nacional de Colonización y Reforma Agraria) realice asentamientos para
agricultura familiar y campesina, y la adopción de políticas estructurales para
la democratización del agua y para ayudar a las familias a enfrentar la sequía.
10.
Fin de la ley Kandir, que exime de impuestos a las grandes empresas
exportadoras de materias primas agrícolas, energéticas y minerales.
Por lo
tanto, el 11 de julio será un día de gran movilización nacional, con millones
de trabajadores en las calles de todo el país, exigiendo cambios verdaderos,
profundos y estructurales, como la reforma política que depende del
mantenimiento del plebiscito popular.
[1]
En el texto original el autor hace un juego de palabras con el slogan de la
Globo “globo e você tudo a ver”.
Fuente:
Vía Campesina. Artículo publicado originalmente en el portal Terramagazine.
Traducción: Beatriz Casado
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