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martes, 23 de julio de 2013

Partidos que mueren


EL TELÉGRAFO - Primer Diario Público
Ecuador, lunes 22 de julio de 2013

Partidos que mueren

Juan J. Paz y Miño Cepeda

El 9 de julio, el Consejo Nacional Electoral de Ecuador resolvió la extinción de 24 organizaciones políticas: 5 partidos y 19 movimientos. Los movimientos que mueren carecieron siempre de significación política; y entre los partidos, solo cabe considerar  a tres: Liberal Radical (PLR), Unión Demócrata Cristiana (UDC) e Izquierda Democrática (ID).

El PLR reivindicaba para sí, entre su nostálgica palabrería, ser heredero de la Revolución Liberal acaudillada por Eloy Alfaro en 1895. En realidad, ya nada tenía que ver con esa gesta; y, en los hechos, era un minúsculo sector de “militantes” entregados a la derecha oligárquica.

La UDC (fundada en 1964), reivindicaba la auténtica “democracia cristiana” basada en la teoría social de la iglesia, (apropiada, según decía, por el P. Social Cristiano fundado por Camilo Ponce a inicios de los 50); postulaba el “socialismo comunitario”, se ofrecía como alternativa frente a la izquierda marxista y se inclinaba a favor de los trabajadores. Osvaldo Hurtado (fundador de la DC), fue Vicepresidente de Jaime Roldós (1979-1981) y, tras la muerte de Roldós, ocupó la presidencia (1981-1984). Por entonces era tenido como “filocomunista” y recelaban de él empresarios y sectores militares. Pero en su gobierno se iniciaron las primeras “medidas económicas” aperturistas y se ejecutó la “sucretización” de las deudas empresariales. La DC todavía alcanzó otra presidencia con Jamil Mahuad (1998-2000), derrocado por la reacción nacional contra sus políticas a favor de los bancos y sujeta al FMI. Le sucedió Gustavo Noboa (2000-2003) de las mismas filas DC.

La ID, nacida del P. Liberal en 1970, también se ofrecía como “nueva” izquierda y postulaba el “socialismo democrático”. Logró la presidencia con Rodrigo Borja (1988-1992); pero no supo escapar al aperturismo en auge, ejecutando un gobierno liberal que contradijo la ideología socialdemócrata en la que decía inspirarse.

También desde los congresos y contrariando el ideario, tanto UDC como ID giraron abiertamente a la derecha, se aliaron con el nuevo socialcristianismo oligárquico (encabezado por León Febres Cordero) y apuntalaron el “modelo empresarial” de desarrollo, que rigió al país entre 1982-2006, amoldado al ideario neoliberal.

Por su práctica política y los giros de sus dirigentes, UDC e ID se volvieron partidos ahistóricos y agotaron su ciclo político, terminando hoy su vida sin dejar huella de lo que en otro momento intentaron significar para el país.

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