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lunes, 1 de julio de 2013

Manifestaciones en Brasil: sectores medios por más consumo insostenible


Manifestaciones en Brasil: sectores medios por más consumo insostenible
Rómulo Pardo Silva




Una lección brasilera para la izquierda socialista: hay que definirse entre más productivismo insustentable o decrecimiento solidario a partir de los que tienen ingresos medios hacia arriba.

El caso brasileño muestra el apego al modelo impuesto y bien publicitado por los grandes empresarios: el deseo de bienestar individual en aumento permanente. Aquí las protestas de fuerte presencia de sectores medios surgen en una situación general de economía en alza al contrario de Europa y Estados Unidos. La población no sufre cesantía o despidos masivos, reducción de sueldos y pensiones, desalojo de millones de viviendas, privación de servicios de educación y salud. No hay rescates de bancos y políticas de ajuste.

Se trata esencialmente de una aspiración dentro del sistema a mejor sueldo, más compras, viajes, vivienda amplia, lujos.  

Es un malestar de sectores que no demandan un cambio radical en beneficios de sus millones de compatriotas pobres.

Algunas opiniones sobre lo ocurrido.

Joao Pedro Stedile: “[…] El capital financió sin ningún control gubernamental la venta de automóviles… y transformó nuestro tránsito en un caos…

[…] Quienes están en la calle son los hijos de la clase media, de la clase media baja y también algunos jóvenes de lo que Andre Singer llamaría sub-proletariado, que estudian y trabajan en los sectores de servicios, que mejoraron las condiciones de consumo…”

Fernando de la Cuadra (1): “[…] la vida de millones de brasileños ha mejorado en los últimos diez años, desde que asumió el presidente Lula y el partido de los Trabajadores (PT) en 2003. El conjunto de programas de transferencia directa de renta desde el Estado -como Bolsa Familia o Fome Zero– significó que 30 millones de pobres abandonaran esa situación y pasaran a incorporarse a la llamada “nueva clase media” brasileña.

[…] Sin embargo, las cifras parecen indicar que Brasil se encuentra al final de un ciclo económico asentado en el incremento del consumo por medio de la expansión del crédito…

Pero al calor de las manifestaciones, la crítica a los partidos y a la clase política fue tomando rasgos de fraccionamiento, pues algunos grupos que se incorporaron a las marchas lo hicieron por diversos y contradictorios motivos. En las calles aparecieron de improviso otros temas enarbolados por segmentos más conservadores, llegando inclusive a comparecer grupos neonazis que portaban carteles con la suástica y en donde se pedía el retorno de los militares para “moralizar” las instituciones del país.”

Tomas Rotta (2): “Es difícil caracterizar el movimiento y la situación cambia rápidamente. No se trata de una toma del poder por comunistas. El movimiento no es radical y no está suficientemente politizado… existe la creciente amenaza de que grupos reaccionarios puedan usurpar este momento político… prácticamente todos los medios y los partidos derechistas han estado a favor de los manifestantes…  

[…] Con una débil vanguardia izquierdista y sin un impulso político claro, los manifestantes tienen el potencial de preparar el terreno para una reacción política reaccionaria más amplia.”

Juno (3): “El Movimiento Passe Livre había servido de catalizador para que una clase media recién formada saliera a las calles…

[…] Existe igualmente una vena neoliberal oculta, que está sólo esperando a estallar… Somos neoliberales y conservadores de nacimiento… La escuela, la familia, el Estado, los mass media, el Capital, son instituciones que producen verdades y nosotras, por defecto, compramos esas verdades. Si salimos a las calles sin cuestionar esas verdades… saldremos reproduciendo… el liberalismo del Capital. Y eso es lo que estamos viendo suceder actualmente. El discurso ideológico se está materializando en las calles.”

Aunque se crea que lograr cada vez mayor bienestar-consumo es connatural al destino de la humanidad, esto es falso: el hecho es que los recursos de la Tierra son finitos y el decrecimiento ocurrirá en algún momento no lejano.

Ángel Guerra Cabrera (4): “Paradójicamente, una parte importante de quienes protestan fue sacada de la marginalidad precisamente por las políticas incluyentes de ese periodo. No es la primera vez que ocurre en la historia de las rebeliones sociales pero es un dato importante para el debate.

Cuando crece el empleo y el poder adquisitivo de la población es indispensable estimular una gran elevación del nivel cultural y del espíritu asociativo pues solo así es posible dotar al individuo de las herramientas para cribar el barraje mediático consumista e individualista.”


Rafael Poch es muy claro: “En el mundo desarrollado el crecimiento crematístico necesario para salir del actual atolladero es el mismo que contribuye al calentamiento global, por eso es al mismo tiempo solución y problema. El crecimiento debe ser aquí muy táctico. Lo que el mundo necesita es un sistema más austero, menos frenético y más racional en su relación con los recursos y el medio ambiente. Eso es obvio. En las partes más pobres del mundo todo eso puede tener muchos matices, pero en Occidente no tiene vuelta de hoja. El futuro, si lo hay, es el decrecimiento.”

El problema es objetivo y grandes empresarios intentan prevenirlo: “La semana pasada, un grupo de hombres de negocios liderados por el multimillonario Richard Branson anunció la creación de un equipo que va a promover un 'Plan B' para el capitalismo. Según ellos, el llamado 'Plan A', el que siguen los empresarios únicamente para obtener beneficios, ya no funciona, informa la revista 'Foreign Policy'.

[…] La humanidad está en una encrucijada: el medio ambiente se está deteriorando rápidamente, la población crece, la desigualdad aumenta…

Por ello los capitalistas del 'Equipo B' plantean oponerse al principio tradicional de obtener beneficios a cualquier precio y promover en cambio la idea de responsabilidad social, que redunda en el bienestar de las personas y en la conservación del planeta.” [RT] (5)


Los sectores medios masivos de Brasil con sus protestas no piden socialismo ecológico sino capitalismo productivista beneficioso.

Los días de los empresarios con el derecho a explotar la naturaleza van a terminar y el consumo global disminuirá porque la producción tendrá que ajustarse a la realidad del planeta. Solo lo pobres deben recibir mucho más para alcanzar lo justo. La izquierda socialista debe actuar desde ya en consecuencia.


Referencias

1 La encrucijada de la movilización social http://rebelion.org/noticia.php?id=170355
2 Pan, circo y descontento http://rebelion.org/noticia.php?id=170377
4 Brasil: lecciones para la izquierda y… http://rebelion.org/noticia.php?id=170351  
5 Un grupo de empresarios promueve el 'Plan B' del capitalismo sin fines de lucro http://actualidad.rt.com/economia/view/98269-branson-capitalismo-plan-socialmente-orientado


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