El imperio existe... señores derechistas
Publicado en 16 mayo,
2013de Japlexmas
Las declaraciones de este ser
repugnante llamado David Rockefeller, no son nada nuevo, ni sorprenden a las
alturas que estamos.
La noticia dice así:
David Rockefeller en una cena con embajadores
de la ONU: “Estamos al borde de una transformación global. Todo lo que
necesitamos es una gran crisis y las naciones
aceptarán el Nuevo Orden Mundial”
El magno objetivo de estas sagas de banqueros internacionales lo enunció perfectamente uno de sus máximos exponentes, David Rockefeller: “De lo que se trata es de sustituir la autodeterminación nacional, que se ha practicado durante siglos en el pasado, por la soberanía de una elite de técnicos y de financieros mundiales”.
David Rockefeller fue el conspirador mundial por
excelencia, el Rey de los cenáculos ocultos. A sus órdenes trabajaron los
agentes secretos de la CIA, el MI6, el MOSSAD y especialmente la INTERPOL, que
es obra suya.
Ningún medio de comunicación masivo se atrevería jamás a desvelar los
planes secretos de Rockefeller y sus amigos. Siempre guardaron un sospechoso
silencio en torno a las secretas actividades de las dinastías de banqueros
norteamericanos: los Morgan, los Davison, los Harriman, los Khun Loeb, los
Lazard, los Schiff o los Warburg y, por supuesto, los Rockefeller.
En 1991, en referencia al informe del Centro para
el Desarrollo Mundial, David Rockefeller confesó: “estamos agradecidos con el
Washington Post, el New York Times, la revista Time, y otras grandes
publicaciones cuyos directores han acudido a nuestras reuniones y han respetado
sus promesas de discresión (silencio) durante casi 40 años. Hubiera sido
imposible para nosotros haber desarrollado nuestro plan para el mundo si hubiéramos
sido objeto de publicidad durante todos estos años”.
El excéntrico y supuestamente filantrópico David
Rockefeller, que tiene ya casi un siglo de vida, es sin duda el personaje más
trepidante y controvertido de esta casta de usureros a la que nos referimos.
Muy pronto, cuando los diarios anuncien su fallecimiento, tendremos ocasión de
conocer su insólita biografía. Descubriremos datos que nos apabullarán.
El fundador de la dinastía Rockefeller fue el abuelo de David, de nombre
John Davison Rockefeller,
descendiente de judíos alemanes llegados a EEUU en 1733. Junto con la saga de
los Morgan y el grupo bancario Warburg-Lehman-Kuhn&Loeb, constituyó el
triunvirato plutocrático del llamado Eastern Establishment. Su imperio
económico se gestó durante los años de la Guerra de Secesión (1861-1865) que
enfrentó a los terratenientes esclavistas del sur con los comerciantes e
industriales del norte y que se saldó con 600.000 muertos.
Los grandes triunfadores de aquella guerra fueron
cuatro familias oligárquicas, los Vanderbilt, los Carnegie, los Morgan y los
Rockefeller, que se beneficiaron del conflicto como proveedores de bienes y
servicios y acrecentaron su imperio económico después con la concentración
monopolista que sucedió a la contienda, llegando a controlar en 1880 el 95% de
la producción petrolera norteamericana.
La fortuna de los Vanderbilt se diluyó con el tiempo, la de los Carnegie fue en
parte succionada por los Morgan, y la de los Rockefeller se dispersó entre los
muchos y mal avenidos descendientes del viejo John Davison, petrolero y banquero,
fundador de la Standard Oil y del Chase National Bank, luego denominado Chase Manhattan Bank, cuya emblemática
sede en Nueva York fue el primer edificio construido en Wall Street. El Chase
se convirtió en un pilar central en el sistema financiero mundial, siendo el
Banco principal de las Naciones Unidas, y llegó a tener 50.000 sucursales
repartidas por todo el mundo. Los presidentes del Banco Mundial John J.
McCloy, Eugene Black y George Woods trabajaron en el Chase anteriormente. Otro
presidente, James D. Wolfensohn, también fue director de la Fundación
Rockefeller.
David Rockefeller, el más famoso de
la saga, es nieto del mítico John Davison Rockefeller e hijo de John D.
Rockefeller junior, que se casó con la hija de Nelson Aldrich, líder de la mayoría
republicana en el Senado y al que se le conoció como “gerente de la nación”. La madre de David era una enamorada de la
pintura y por iniciativa suya se construyó el Museo de Arte Moderno (MOMA) de
Nueva York, ubicado en la mansión en la que nació David y sus hermanos.
David, el menor de seis hermanos, todos ya fallecidos, tuvo también seis
hijos y diez nietos que, junto a los hijos y nietos de sus hermanos, forman el
actual clan Rockefeller.
David Rockefeller (Izq.), banquero y petrolero como su padre (Dcha.) y
su abuelo, trabajó en los servicios secretos durante la II Guerra Mundial y
abrió el camino para la creación de la ONU en 1945, cuya sede principal se
encuentra en un terreno donado por él en Nueva York. Se codeó con los
principales mandatarios del siglo XX. Dirigió los lobbys más poderosos del
mundo, como el CFR, el Club de Bilderberg y la Comisión Trilateral.
Como buenos banqueros sin escrúpulos, los
Rockefeller apoyaron y financiaron a los nazis alemanes. Incluso se permitieron
reescribir la historia. La Fundación Rockefeller invirtió 139.000 dólares en
1946 para ofrecer una versión oficial de la II Guerra Mundial que ocultaba la
realidad acerca del patrocinio de los banqueros internacionales con el régimen
nazi, que también obtuvo los favores de su empresa más emblemática: la Standard
Oil. Las
iniciativas de esta Fundación, que también ha financiado grupos como los Hare
Krishna o los rosacruces de AMORC, son a veces sorprendentes.
David es hermano del que fuera Senador, Gobernador
de Nueva York y vicepresidente de EEUU (con Gerald Ford, tras la dimisión de
Nixon) Nelson Rockefeller, que heredó de su abuelo materno la vocación
política.
En 1962 Nelson declaró: “los temas de actualidad
exigen a gritos un Nuevo Orden Mundial, porque el antiguo se derrumba, y un
nuevo orden libre lucha por emerger a la luz… Antes de que podamos darnos
cuenta, se habrán establecido las bases de la estructura federal para un mundo
libre”.
David Rockefeller, al que el
presidente Carter le ofreció dirigir la Reserva Federal (declinó a favor de su
amigo Volcker), se rodeó de lugartenientes tan poderosos como Henry Kissinger, Zbigniew Brzezinski, Lord Carrington y Etienne Davignon, que
también merecen ser citados aquí.
Abraham
ben Elazar, más conocido como Henry Kissinger, es considerado como uno de los
cerebros del Nuevo Orden Mundial.
De origen judío-alemán, empezó como asesor de Nelson Rockefeller en los años
50, ostentó altas responsabilidades en la Administración en los años 60 y 70,
con Kennedy, Jhonson, Nixon y Ford. Llegó a ser Vicepresidente de los Estados
Unidos con Ford, secretario personal de Nixon, Jefe del Consejo Nacional de
Seguridad y del Departamento de Estado, y Ministro de Asuntos Exteriores en
repetidas ocasiones.
Colaboró estrechamente con David Rockefeller en el
elitista Consejo de Relaciones Exteriores, del que fue presidente. Del CFR han
salido desde entonces todos los presidentes de los Estados Unidos excepto
Ronald Regan, cuyo equipo estuvo formado mayoritariamente por miembros del CFR.
También pertenece a la Comisión Trilateral, el Club de Bilderberg y otras
organizaciones de la órbita Rockefeller. Su compañía de consulting Kissinger
Associates, tiene como clientes a Estados deudores y a multinacionales
acreedoras.
El
polaco Zbigniew Brzezinski, casado con una sobrina del que fuera Presidente de
la República Checoslovaca Eduard Benes, fue reclutado por Rockefeller en 1971. Llegó a ser Consejero de Seguridad Nacional del
gobierno de los Estados Unidos durante la Administración Carter, pero ya con
anterioridad había sido nombrado director de la Comisión Trilateral,
a la que él mismo definió como “el conjunto de potencias financieras e
intelectuales mayor que el mundo haya conocido nunca”.
Afirma que: “la sociedad será dominada por una elite de
personas libres de valores tradicionales que no dudarán en realizar sus
objetivos mediante técnicas depuradas con las que influirán en el
comportamiento del pueblo y controlarán con todo detalle a la sociedad, hasta
el punto que llegará a ser posible ejercer una vigilancia casi permanente sobre
cada uno de los ciudadanos del planeta”. En otro momento dijo: “esta
elite buscará todos los medios para lograr sus fines políticos tales como las
nuevas técnicas para influenciar el comportamiento de las masas, así como para
lograr el control y la sumisión de la sociedad”. Ni siquiera George
Orwell, autor de la terrorífica novela “1984”, lo hubiera expresado mejor.
En
una entrevista publicada por el New York Times el 1 de agosto de 1976,
Brzezinski afirmaba que “en nuestros días, el Estado-nación ha dejado de jugar
su papel”. En cierta ocasión pronosticó “el ocaso de las ideologías y de las
creencias religiosas tradicionales”.
Brzezinski es especialista en métodos de control
social, sus ensayos publicados dibujan un horizonte orwelliano en el que el
Gran Hermano vigila y controla permanentemente a cada individuo. Predijo la
existencia de gigantes bases de datos donde se almacenan ingentes cantidades de
información sobre cada ciudadano (como la que tienen los servicios de inteligencia
españoles en El Escorial, Madrid), la instalación masiva de cámaras de
vigilancia en las calles y edificios (que ya es un hecho en todas las ciudades
del mundo), la generalización de satélites espía de increíble precisión (como
los que usan las tropas de EEUU desde la Guerra del Golfo) y la puesta en
funcionamiento de documentos de identidad electrónicos (como lo son los
modernos pasaportes y carnés de identidad, que contienen un microchip con
abundante información del propietario).
La fascinación de Brzezinski por la tecnología
aplicada al control social encaja perfectamente con los planes de la elite
plutocrática, que ya ha desarrollado nuevos y espeluznantes
artilugios, como el microchip subcutáneo con localizador que pretenden hacer
obligatorio para toda la población mundial y que sustituiría, unificándolos, a
los actuales carnés de identidad, pasaportes, tarjetas de crédito, carnés de
conducir, tarjetas de la Seguridad Social, etc., posibilitando la desaparición
del dinero físico.
Otro invento terrible que ya nos
tiene preparado la elite ha sido diseñado por la compañía estadounidense
Nielsen Media Research en colaboración con el Centro de Investigación David
Sarnoff (organismo controlado por el CFR y la Sociedad Pilgrims). Se trata de
un dispositivo que, una vez instalado en el televisor, permite observar e
identificar desde una estación de seguimiento a los espectadores sentados
frente a la pequeña pantalla. Este dispositivo evoca “el ojo que todo lo ve”,
el Horus egipcio que aparece en los billetes de dólar. El “ojo que todo lo ve”
no es sólo un recurso literario en la novela de Orwell 1984. Ya existen
millones de cámaras instaladas en carreteras, calles, empresas y locales
públicos, y millones de webcam en hogares de todo el mundo. Sin contar con los
modernos sistemas operativos del monopolio Microsoft, como el Windows Media,
que rastrea sin cesar todos nuestros movimientos a través de la red y permite
leer nuestros correos privados de Outlook, el estado de nuestras cuentas
corrientes cuando accedemos a la web de nuestro Banco, las palabras clave que
utilizamos en los buscadores como Google y el contenido de las páginas que
visitamos en Internet.
Lord Carrington,
cuyo verdadero nombre es Peter Rupert,
fue ministro británico en sucesivos gobiernos, miembro destacado del RIIA (el
equivalente al CFR en Gran Bretaña) y de la Sociedad Fabiana, Secretario
general de la OTAN, directivo del Barclays Bank y del Hambros Bank y, a
partir de 1989, presidente del siniestro Club de Bilderberg.
El cuarto lugarteniente Rockefeller y Secretario
General del Club de Bilderberg es el vizconde Etienne Davignon. Su currículum lo dice todo: presidente y fundador
de la European Round Table (Mesa Redonda de Industriales, lobby de las
multinacionales europeas), ex vicepresidente de la Comisión Europea, miembro de
la Trilateral y del Center for European Policy Studies, ministro belga de
Exteriores, presidente de la Asociación para la Unión Monetaria en Europa,
primer presidente de la Agencia Internacional de Energía, presidente de la
Société Générale de Belgique, presidente de Airholding, vicepresidente de
Suez-Tractebel, administrador de Kissinger Associates, Fortis, Accor, Fiat,
BASF, Solvay, Gilead, Anglo-american Mining, entre otras corporaciones.
Extracto del libro GOBIERNO MUNDIAL,
de Esteban Cabal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario