Iman Al-Obeidi bien rodeada por
los medios de comunicación corporativos, incluida TVE.
Violación de mujeres como propaganda de guerra
10 ABRIL 2013
El 26 de marzo de 2011 irrumpía
una mujer en el hotel Rixos en Trípoli (Libia), donde estaba
concentrada la prensa internacional debido a que la operación militar contra
Libia, la Odisea del Amanecer, ya había comenzado, comenzó el 19 de marzo. Esta
mujer gritaba y culpaba a soldados de Gadafi que
la habían secuestrado y violado en grupo (quince hombres según su versión)
durante dos días. Dijo que había conseguido escaparse de donde estaba
secuestrada porque una joven de 16 años, que como ella y otras mujeres estaba
supuestamente prisionera, le había ayudado a escapar al poder soltarle las
ataduras que tenía en pies y manos. De aquí dijo que fue directamente hasta
este hotel, tras coger un taxi, ya que sabía que había delegaciones de
periodistas internacionales. Allí gritó que quería hablar con periodistas deReuters y del New York Times.
Todo esto delante de la prensa. Bien, parecía algo terrible, pero también
parecía, para una persona mínimamente sensata, que era todo aquello demasiado
casual: guerra de por medio, con bombardeos, periodistas internacionales en un
hotel, solo faltaba eso para preparar la escena. La escena que recorrería el
mundo entero mostrando la maldad del gobierno libio y la bondad de la OTAN en su operación
“humanitaria”.
Si vemos las imágenes y las fotos
de la mujer, Iman Al-Obeidi, no parecen precisamente las de una mujer que ha
permanecido atada durante dos días seguidos, sin dejarle ir al baño y además,
según su palabras también, siendo violada, orinada y defecando sobre ella por
los que la secuestraron. En esa situación la mujer presentaría un estado
lamentable, con un olor realmente llamativo y muy desagradable. Ninguno de los
numerosos periodistas presentes allí testimonio esto. Las marcas que debía
haber tenido por estar dos días atada de pies y manos a la espalda deberían ser
también notorias y obvias, no se vieron más que unos leves roces. Sin embargo,
el aspecto era de como si ella misma hubiese preparado la escena momentos
antes: despeinada y con unos leves arañazos en la cara y pequeños roces en las
muñecas.
Aquí Al-Obeidi llevada al
exterior del hotel con su bolso, su bella y cuidada vestimenta y sus bien
pintadas uñas. Dos días secuestrada, atada, cubierta de excrementos y violada
no dejan esta huella.
¿Cómo, además, llega al hotel con
su propio móvil y con su propio bolso? Tal y como se ve en las imágenes y ella,
posiblemente en un descuido, comentó. ¿Se lo dejaron sus presuntos
secuestradores? Difícil de creer, ¿no?, por no decir algo peor. Lo más grave es
ver también como, según su versión, una chica más joven, secuestrada como ella,
le ayuda a escapar, y ella no le ayuda a la joven también a huir. ¿Cómo se
explica esto? ¿Es una depravada sin sentimientos? ¿solo piensa en ella y
abandona a la chica que la ayudó? o ¿sencillamente se lo inventó? Y también
llama la atención que no denuncie allí, en el mismo hotel, dónde estaban las
restantes mujeres. Seguramente porque no había tal lugar.
No obstante, las contradicciones
ya comienzan desde el momento de su detención, primero indica que fue detenida
cuando iba junto a su hermana en un puesto de control, al pedirle su documento
de identidad y notar un supuesto acento de la zona este del país, parece que
había que hacer campaña no solo de los derechos de las mujeres, sino política,
avivando la confrontación y supuesta represión de la zona de Bengasi. Sin
embargo, después dio otra versión, que fueron dos coches llenos de soldados
borrachos de Gadafi los que la secuestraron. Estas y otras versiones cambiantes
las fue dando en las numerosas entrevistas que concedió a los canales
corporativos como la CNN a
partir del día 3 de abril, tras haber sido detenida por la policía libia y
puesta posteriormente en libertad.
Ninguno de los medios
corporativos presentes en Libia cuestionó con rigor esta versión inverosímil y
tremendamente oportunista de esta mujer. ¿Qué clase de periodistas son? Pero no
solo no cuestionaron esto, sino que siguieron contando una historia que no
encajaba con los hechos, la propia CNN hablaba de que Al-Obeidi había sido
ayudada a cruzar la frontera por un presunto oficial desertor utilizando una
vestimenta tradicional bereber. Sandra Barr, que explica muy bien todos estos
sucesos con más detalle en un artículo que pongo en la bibliografía, muestra el
apaño chapucero y la comedia mal fingida que realizó la CNN con la presunta
mujer que buscaba su libertad. Se ve a Al-Obeidi con supuestas ropas bereberes,
supuestas, no reales, posiblemente mantas de alguna cama, como dice Sandra
Barr, comparándolas con lo que es una indumentaria típica bereber. Ver fotos.
Al-Obeidi y la CNN
Vestimenta tradicional bereber.
Esta mujer aparecía en las
entrevistas con ropa completamente diferente, tan pronto con ropa occidental
más atrevida, como en otras cubierta completamente, simulando ser una fiel
religiosa. Cualquiera con un mínimo de capacidad observadora puede ver que hay
poco de inocente en todo ello y sí de una actuación bien preparada.
No es extraño tampoco que en una
entrevista a la misma CNN, el 6 de abril, diese su apoyo a los llamados
“rebeldes”, que invadían Libia junto a la OTAN. Estos “rebeldes” eran
fundamentalistas islámicos de muchos países y de la propia Libia, financiados y
armados por las potencias occidentales y las dictaduras de Catar y Arabia
Saudí. Pronto se vieron claras las verdaderas intenciones de estos “rebeldes”
en Libia respecto a las mujeres, nada respetuosas y con infinidad de
violaciones reales que ni los medios corporativos ni las apodadas como
organizaciones humanitarias llevaron a sus portadas.
Ya el 6 de junio, una hermana de
esta mujer indicaba que Estados Unidos había
concedido asilo a Al-Obeidi. A su llegada a Nueva York el 27
de julio, después de un periodo bien cuidada en Rumanía, agradeció a Hillary Clinton su
apoyo. De hecho el propio Departamento
de Estado de Estados Unidos indicó que daría a Al-Obeidi y a su familia todo
lo que necesitasen.
¿Consiguió esta mujer lo que
quería? ¿Vivir, y vivir bien, apoyada por poderosos padrinos, en Estados
Unidos? Pero, ¿a qué precio?: ¿a la acusación visceral y masiva de occidente
hacia el gobierno libio que causó la muerte de miles de libios, la violación de
miles de mujeres libias y la destrucción de un país?
¿Qué dijeron los medios de
comunicación sobre todo esto? ¿Se lo imaginan? Supongo que sí, se dedicaron a
olvidarse de su función periodística de informarse e informar, y se lanzaron,
otra vez más, a calentar los ánimos de la gente para que odiasen a un gobierno,
a unas gentes o a un país, preparando el camino a la guerra.
El Washington Post declaraba:
Video clips se han extendido
rápidamente on line vía Facebook y Twiter, convirtiendo a
Obaidi en un símbolo de desafío contra Gadafi entre los activistas que buscan
acabar con su régimen.
Las llamadas redes sociales, tan
utilizadas precisamente para utilizar y engañar a la gente.
Al Obeidi se convirtió en símbolo
de la revuelta libia tras irrumpir, a finales de marzo, en un hotel de Trípoli
donde se encontraba la prensa internacional para gritar que había sido violada.
Posteriormente, en una entrevista con la CNN, dio detalles de la brutalidad con
que supuestamente habían abusado de ella “soldados cercanos al círculo” de
Gadafi.
Este medio también habló cuando
ocurrió este suceso de: El valor de romper el silencio.
El Daily Mail on Line decía que:
fue violada en grupo durante dos
días, torturada y estrangulada: la mujer libia finalmente revela todos los
detalles horribles del ataque por matones de Gadafi.
Los lectores de este diario
seguían en gran medida con la comedia humanitaria:
Ella verdaderamente es una mujer
muy valiente y con coraje, inteligente y fuerte no solo por haber sobrevivido a
esos ataques sino además al estar luchando por la justicia.
Sin embargo, había también
lectores que decían las cosas como eran, recibiendo por ello un montón de
puntuaciones negativas en los comentarios, bien de mano del propio diario o
bien de los “activistas pro-derechos humanos” que languidecen por las
computadoras. Apañado va el mundo con estos “humanitarios”.
¿Esto “parece” tan cierto? [sobre
el testimonio de la mujer] Eso es tu percepción, pero me temo que en un
tribunal de justicia, tu sentimiento instintivo no es suficiente.
…dentro de un radio de un millar
de millas de donde vives, miles de mujeres han sido violadas, sin embargo, los
gobiernos extranjeros no han culpado al Primer Ministro [británico] y no lo han
usado como parte de una cínica propaganda de guerra.
Así es, miles de violaciones
ocurren cada año, a diario hay muchas de ellas, tanto en Estados Unidos como en
los diferentes países de Europa y nadie pide un ataque militar, ni pide el
derrocamiento del gobierno. Vean las estadísticas de Estados Unidos:
Cada dos minutos, alguien en los
Estados Unidos es atacado sexualmente.
Cada año hay alrededor de 207.752
víctimas de agresiones sexuales.
El 54% de los ataques sexuales no
son denunciados a la policía.
El 97% de los violadores no
pasarán nunca un día en la cárcel.
¡Vaya panorama! ¿Lo conocían?
¿Habría, entonces, que acusar a su gobierno y lanzar una campaña militar bajo
la responsabilidad para proteger sobre Estados Unidos? ¿Habría que bombardear
Washington y Chicago, Texas y Dallas, San Francisco y Los Ángeles? Piensen en
ello.
Sin embargo, vean, con lo que
tiene en su país, cómo el New York Times trataba una violación ocurrida en la
India, que fue recientemente muy publicitada en los medios de comunicación
corporativos, y otra que ocurrió en su propio país, en Ohio, en Steubennville y
que fue llevada a cabo por jugadores del equipo de fútbol de un instituto.
El New York Times, diferentes
versiones para violaciones en casa o en otro país.
En el suceso de la India (arriba)
el New York Times dice que: “los indios están indignados por la violación en el
autobús en Nueva Deli”, en cambio, en el caso de la violación en grupo de
Steubenville en Ohio (abajo): “divide Steubenville”. Curioso también el muy
diferente trato si es de aquí o es de afuera, ¿verdad? Agravado por el hecho de
que en Steubenville los chicos violaron a sus compañeras de clase después de
drogarlas, y de que la dirección del instituto no estuvo por la labor de
denunciar y aclarar el hecho. Poniendo en el buscador del New York Times
“Indian rape” (violación en la India), aparecían 13.700 referencias en los 30
días antes del 8 de enero de 2013, en cambio, poniendo “Steubenville rape” solo
había seis, 2.283 veces más para una noticia en el extranjero, y esto no
cambiaba mucho si se miraba a otras fechas, manteniendo un ratio de 2.000 a 1.
Todo esto teniendo en cuenta que era todavía bastante más grave lo que ocurría
en casa, al ser varias las chicas violadas y haber un organismo social que no
quería hacer realmente justicia. Es el New York Times, un medio corporativo que
viene cometiendo estas tropelías periodísticas y humanas desde su mismo origen.
Conviene recordarlo para quien todavía no ha despertado a la realidad bien oscura
de los medios de comunicación dominados por las corporaciones. Por si no lo
tenían claro aquí tienen a la CNN, tan supuestamente preocupada por una
supuesta violación en Libia, tratando el caso de Steubenbille, donde se
preocupaba por los violadores y no por las víctimas. ¿Entenderían que en el
caso de Libia, si hubiese habido una violación real, se hubieses preocupado por
los violadores y no por la mujer violada?:
No me puedo imaginar cómo de
emocional debe haber sido la sentencia… 16 años, sollozos en el tribunal, sin
tener en cuenta qué grandes jugadores de fútbol eran [los violadores].¿Cuál es
esencialmente el efecto duradero de dos jóvenes siendo culpables en el tribunal
juvenil? Candy Crowley. CNN.
La CNN se preocupa por los
violadores y no tiene una palabra para las víctimas. Fotos de: Michael M´Gehee.
Repeat Offender: From Ohio to Iraq, CNN’s Curious Concern for Aggressors.
Ni una palabra para las víctimas,
las chicas violadas, encima tratando a los violadores como a casi héroes. Por
ello respondía Amanda Marcotte: Los violadores de Steubenville no son héroes
trágicos.
¿Qué lecciones morales pueden dar
los medios de comunicación corporativos?
Vean también la que liaron los
medios de comunicación con otra historia de propaganda en Libia, la supuesta
historia de las violaciones masivas a causa del viagra que Gadafi nunca dio a
sus soldados.
Sobre el papel de los tribunales
internacionales en La Haya, del que se habla en el texto de estos periódicos,
ver: La guerra contra Yugoslavia: otro borrón más de Amnistía Internacional.
Bueno, esto es lo que hicieron
los medios de comunicación, pero hubo más e importantes actores, aquí entran en
escena también las llamadas “organizaciones humanitarias”. Human Rigths Watch y
Amnistía Internacional, ambas financiadas por las grandes corporaciones, se
lanzaban a atacar al gobierno de Gadafi, acusándolo de violaciones continuas de
los derechos humanos, pero sin aportar evidencias sobre ello, y dando por
buenas las declaraciones de Al-Obeidi, pese a no haber ninguna prueba y a tener
aplastantes evidencias en contra, incluidas sus propias declaraciones y actos.
En vez de tratar la violación como a un crimen, investigar seriamente los casos, y perseguir a los perpetradores, las autoridades libias han intentado de nuevo silenciar a las mujeres valientes como Al-Obeidi.
En el caso de Al-Obeidi debía
haber sido Human Rights Watch (HRW), y también Amnistía, quienes se tenían que
haber molestado en investigar un poquito, no hacía falta tanto, para ver que
había poco de veraz en todo ello. También se podrían preocupar por lo que
ocurría en su país, Estados Unidos, país de adopción para Amnistía, con lo que
ya hemos comentado. Dos agresiones sexuales por minuto son muchas, demasiadas,
y un 97% de violadores impunes es ya el colmo. ¿Dónde están las denuncias a
bombo y platillo de HRW y de Amnistía Internacional por esto? ¿Dónde los
ataques directos a la administración estadounidense como los hacen contra los
enemigos de estos?
El artículo que aparece en Cuba Debate no tiene la fuente de donde lo tomó.
ResponderEliminarEs esta:
http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/2013/04/la-violacion-de-mujeres-como-propaganda.html
Me queda una incógnita: ¿Quién es el autor del artículo?
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