Medidas políticas medioambientales
necesarias
Rómulo
Pardo Silva
Si
se dice, y se quiere, prepararse para el futuro hay acciones que desde ya se
deben ejecutar, o al menos empezar a proponer, discutir, consensuar.
Como
ejemplo, algunas que apuntan al mundo sustentable:
Frenar
el uso de automóviles para ahorrar petróleo, contaminar menos el aire,
controlar la estresante congestión urbana. Reemplazar en los viajes de larga
distancia los buses y camiones por trenes. Controlar los masivos viajes aéreos de
turismo.
Apoyar
en cambio la locomoción pública eficiente mediante buses, metro, tranvías, taxis.
Impedir
la moda de renovar bienes aún perfectamente útiles, celulares, ropas, autos,
muebles, televisores…
Poner
fin a la construcción de casas que requieren la destrucción de campos de
cultivo y subvencionar edificios de viviendas que, además, junto a otras muchas
ventajas, reducen los costos de energía propios de las ciudades extensas.
Reemplazar
la agricultura de monocultivos basadas en el petróleo, abonos y plaguicidas, y maquinaria,
por el cultivo de parcelas de campesinas cercanas a los centros urbanos que
significan oferta de abundante trabajo.
Resguardar
el agua, elemento vital cada vez más escaso, construyendo embalses y manteniendo
redes de distribución sin pérdidas. Paralelamente impedir su uso innecesario.
Prohibir
los avisos publicitarios luminosos, fijar un número de horas reducido a las transmisiones
de televisión. Instalar generadoras de energía no contaminante.
Además,
en otro nivel:
Socializar
los medios de comunicación del sistema impulsores de conductas en última
instancia depredadoras de la naturaleza.
Poner
fin a la educación privada que se basa en la diferencia de ingresos y divide la
sociedad en grupos de intereses frente a las tareas urgentes por realizar. La
educación pública única sí debe proporcionar en cambio sus locales para el
desarrollo libre de intereses religiosos, culturales, artísticos, sociales.
Es
claro que estas medidas, y tendrán que ser muchas más, no concitarán un
entusiasmo colectivo, sino rechazo. Hoy. Pero se trata de una tarea gigantesca:
pensar una nueva civilización.
Muchas
o todas estas medidas pueden ser discutidas o rechazadas. Pero lo que ojalá no
ocurra es negar que el estilo de vida actual inevitablemente terminará porque
la naturaleza va a imponer nuevos y muy estrechos límites.
El
universo quizás sea infinito pero los minerales, combustibles, peces, selvas,
campos, no lo son. Tendrá que haber otro modo de vida social, familiar, individual
aunque no se desee ni guste.
Lo
humanista y sostenible será mejorar a los pobres y reducir el consumo de quienes
reciben más de lo necesario. Lo fascista sería eliminar a los más necesitados,
y hay poderes que lo planifican.
No
es una atracción insana por la dictadura sino una salida obligada para la
sobrevivencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario