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viernes, 22 de marzo de 2013

¿SABÍA QUE PRESIDENTES DE EE.UU. "LEGALMENTE" PUEDEN MANDAR A MATAR A OTROS JEFES DE ESTADO?


                             
22/03/2013 | Actualizado 05:01:29 am | 




¿SABÍA QUE PRESIDENTES DE EE.UU. 

"LEGALMENTE" PUEDEN MANDAR A MATAR A 

OTROS JEFES DE ESTADO?
                  


Con la posibilidad “legal” de asesinatos a Jefes de Estado decretada en el 2001 por los EEUU y la existencia de listas con nombres, la hipótesis del asesinato de Chávez cobra un sustento profundo.

 

El presidente de la República, Nicolás Maduro, afirmó el día 5 de marzo en cadena nacional que existen fuertes sospechas, basadas en pruebas científicas, de que la enfermedad del Comandante Hugo Chávez fue fruto de un intento de asesinato. Los resultados definitivos serán en base a análisis, pero existen claves que permiten dar esta hipótesis por verdadera.



¿Quién lo habría matado? Es decir, ¿quién además de la voluntad de hacerlo tendría la capacidad de realizar ese acto? La historia pasada y la más reciente arroja pistas claves. Es necesario para eso repasar algunos hechos centrales de la política exterior de los Estados Unidos (EEUU).




Nombraremos dos. El primero es el pilar de la concepción del imperialismo: el Corolario Roosevelt emitido en 1904. Ahí, el gobierno de los EEUU afirmaba que si un país americano amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, entonces estaba obligado a intervenir en los asuntos de ese país para “reordenarlo”, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas.




Esa Corolario –agregado a la Doctrina Monroe de 1823- sentó las bases –“legales”- para la política exterior de los Estados Unidos, largamente conocida en nuestro continente y en los países de África y Asia. Sin embargo, existió otro hecho que es menos conocido y tiene una relevancia fundamental por lo que representó y el recorrido que tomó durante los años siguientes.



Se trata de lo sucedido en 1975 cuando en EEUU se conformó un Comité de Selección, denominado “Comité Church” que elaboró un informe en base a los complots de ese país para asesinar a líderes extranjeros. Entre los blancos de las acciones relevadas estaban: Patrice Lumumba –congoleño asesinado en 1961-, Fidel Castro –cubano-, Rafael Trujillo –dominicno asesinado en 1961-, Ngo Dinh Diem –vietnamita asesinado en 1963- y René Schneider –chileno asesinado en 1970-.



Ante ese informe el entonces presidente de los EEUU, Gerald Ford, emitió la Orden Ejecutiva 11905 que afirmaba: “La prohibición de asesinato. Ningún empleado del gobierno de los Estados Unidos podrá ejercer, o conspirar para participar en el asesinato político”. Esa Orden fue ratificada por Jimmy Carter y luego, en 1981 también lo fue por Ronald Reagan.



Pero, en octubre del 2001, el presidente Georges Bush la revocó. Es decir, que a partir de esa fecha ya no estaba legalmente prohibido para el gobierno de los EEU “conspirar para participar en el asesinato político”. Una carta blanca para la política exterior que dio permiso para ordenar la muerte de líderes extranjeros.



Esto sucedió luego de los atentados del 11 de septiembre del 2001, -28 años después de la muerte de Salvador Allende a causa del Golpe de Estado donde la implicación de los EEUU ha sido demostrada-. Tras esa fecha se formuló la doctrina antiterrorista que dio libertad de acción al Jefe de Estado de ese país. En ese contexto la CIA recibió, a través de George Bush, órdenes de asesinar a líderes extranjeros.




Funcionarios nacionales de seguridad del gobierno afirmaron en ese entonces que: “el gobierno de Bush ha concluido que las órdenes ejecutivas que prohíben el asesinato no impiden que el presidente pueda ordenar legítimamente la muerte de un terrorista, o de un líder extranjero de un Estado canalla, de manera encubierta”. Así, la lucha contra el terrorismo –un concepto amplio donde pueden entrar muchos tipos de personas- proclamada por los EEUU se extendió al resto de los países considerados enemigos, los “Estados canallas” o “eje del mal” como lo denominaron.




Con el gobierno de Bush no sólo se derogó la Orden de Ford sino que también se dictaron procedimientos claramente definidos relativos al asesinato “legal” de los Jefes de Estado extranjeros por parte del gobierno de los EEUU, siempre, –como ya lo decía el Corolario Roosevelt- por “motivos de seguridad nacional”.



Fuentes del gobierno estadounidense han afirmado que la Casa Blanca y al menos tres departamentos ejecutivos tienen listas secretas con nombres de quiénes asesinar. Las declaraciones del retirado director adjunto de la CIA, John Gannon, no pueden ser más claras: “me gustaría que la orientación del presidente sea la más clara posible, incluyendo los nombres de las personas”. Y agregó: “creo que los oficiales de caso son capaces (de asesinato selectivo), seguirán las instrucciones, y tienen la capacidad de lograr los objetivos”.




Esto no ha cambiado bajo la administración del reelecto Barack Obama, definido como “lobo disfrazado de cordero”, por el cineasta Oliver Stone y el historiador Peter Kuznik. El Congreso bajo, su gobierno, aprobó el asesinato selectivo de extranjeros, de ciudadanos estadounidenses y claro, siempre de Jefes de Estado extranjeros, es decir de aquellos países que no responden, o cuestionan,  los intereses EEUU.



Sobre estos dos hechos centrales, la posibilidad “legal” de asesinatos selectivos a partir del 2001 y la existencia de listas elaboradas desde la Casa Blanca, la hipótesis del asesinato de Hugo Chávez cobra un sustento profundo. No cabe duda de que el Comandante figuraba en esa lista de Jefes de “Estados canallas”. Basta para eso hacer un recorrido por lo que ha sido la política de los EEUU hacia Venezuela, empezando con el intento de Golpe de Estado del 2002.



Tampoco existen dudas de que las armas de asesinato se han modernizado, y que la posibilidad de inocular una enfermedad –un cáncer por ejemplo- en una persona es algo que está al alcance de la mano para el imperialismo norteamericano. ¿Hugo Chávez entonces fue asesinado? La certeza a esa pregunta la dará la ciencia, mientras, la historia y la actualidad de los EEUU nos indican que esto no debe ser descartado, todo lo contrario.



2 comentarios:

  1. Felicitaciones por la publicación, estas son informaciones de difusión necesarias e importantes, para conocer de que son capaces nuestros adversarios,

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  2. Muchas gracias por el comentario lagransabanamaria. Saludos cordiales. Manuel Moncada Fonseca

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