16 ENERO 2013
“Hemos llegado a la conclusión de que los chimpancés no sólo se ponen
muy cerca del sentido humano de la justicia, sino que los animales pueden tener
exactamente las mismas preferencias que nuestra propia especie”, afirma Frans
de Waal, uno de los investigadores del Centro Nacional de Investigación Primate
Yerkes, de la Universidad de Emory (Estados Unidos), que
ha demostrado que los chimpancés poseen un sentido de la justicia que hasta
ahora sólo se ha sido atribuido únicamente al ser humano.
Junto a colegas de la Universidad Estatal de Georgia (Estados Unidos),
los científicos practicaron un juego de ultimátum con los chimpancés para
determinar su sensibilidad a la distribución de la recompensa entre dos
personas si ambos tienen que estar de acuerdo en el resultado.
Los investigadores dicen que los resultados, disponibles en la edición online
de ‘Proceedings of National Academy of Science’ (PNAS), sugieren una larga
historia evolutiva de la aversión a la desigualdad humana, así como una
preferencia compartida de resultados justos por el ancestro común de humanos y
simios.
Según explica el principal autor, Proctor Darby, los seres humanos se
caracterizan por ofrecer porciones generosas, como el 50 por ciento de la
recompensa, a sus socios, y eso es lo que hicieron en su estudio con los
chimpancés.
Para propósitos de comparación directa, el estudio se llevó a cabo
también por separado con niños humanos, por lo que lo investigadores analizaron
a seis chimpancés adultos (Pan troglodytes) y 20 niños humanos (de 2 a 7 años)
en un juego de ultimátum. Un individuo elige entre dos fichas de diferentes
colores que, con su colaboración o con la de su pareja, pueden ser canjeadas
por recompensas (recompensas pequeñas de alimentos para los chimpancés y
pegatinas para los niños).
A una muestra se le ofreció recompensas iguales a ambos jugadores,
mientras que en otra se favoreció a la persona que hace la elección a costa de
su pareja. El seleccionador necesitaba entregar el testigo a la pareja, algo
indispensable para intercambiar con el experimentador para obtener la
alimentación, por lo que los individuos necesitan estar de acuerdo.
CHIMPANCÉS Y NIÑOS, COMO ADULTOS
Tanto los chimpancés como los niños respondieron como suelen hacer los
seres humanos adultos: si la cooperación de la pareja era necesaria, los
chimpancés y los niños dividían la recompensa por igual, pero con un socio
pasivo, que no tenía ninguna posibilidad de rechazar la oferta, los chimpancés
y los niños eligieron la opción egoísta.
Los chimpancés, que son altamente cooperativos en la vida salvaje,
probablemente tienen la sensibilidad de distribuir la recompensa con el fin de
aprovechar los beneficios en la cooperación, por lo que, según los autores,
este estudio abre la puerta a nuevas exploraciones de los mecanismos detrás de
este comportamiento similar al humano.
(Con información de El Huffington
Post)
No hay comentarios:
Publicar un comentario