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miércoles, 7 de noviembre de 2012

ARGENTINA 8 DE NOVIEMBRE: CACEROLEEN TODO LO QUE QUIERAN, NI CAMBIA NI PASA NADA


ARGENTINA 8 DE NOVIEMBRE: CACEROLEEN TODO LO QUE QUIERAN, NI CAMBIA NI PASA NADA
Raúl Isman 



Noviembre del 2012


Está convocada una nueva protesta ceceroluda el inminente 8 de noviembre, que seguramente será presentada como "espontanea" y "apolítica" por los esbirros del poder globalizado que se travisten de prensa "independiente". Lo peor para ellos es que su supuesta espontaneidad ya ha sido desmentida por un medio como La (anti) Nación, expresión histórica de lo peor de la reacción argentina. En una nota dicho periódico desarrolló con lujo de detalles que todas las expresiones sociales y políticas de la derecha se hallan preparando el evento; tanto en el carnal mundo real como desde las redes sociales sitas en el cyberespacio, tales aprestos incluyen desde el modo de vestirse hasta el imperativo de no hablar con la prensa a fin de no evidenciar el racismo, apología del terrorismo de estado y otras “sinceridades”,que los organizadores no desean que se repitieren.


Pero lo que no aparece explícitamente dicho, subyace en los febriles aprestos a pocas horas de la paqueta marcha de quienes destinan sus implementos de cocina para usos indebidos, aunque no ilegales. Existe un mito urbano en la Argentina -y tal vez en otras latitudes- consistente en imaginar, esperar y desear cambios inmediatos a este tipo de reuniones. Forjado en situaciones históricas que prepararon su efectividad, tuvo su clímax el 19 y 20 de diciembre del 2001, cuando una algarada de cacerolas tumbó al agonizante gobierno de Fernando De La Rua. Nada más diferente a la situación actual. La presidente Kristina Fernández De Kirchner culmina un año muy difícil por la situación económica con un plexo de iniciativas legales profundas, duraderas y significativas (reforma de la carta orgánica del Banco Central; entre otras que profundiza el modelo plebiscitado ya dos veces en comicios presidenciales), por un lado y con envidiables márgenes de popularidad e intención de voto, por el otro. Aquí queda evidenciado algo que no puede ocultarse ya que son verdades afirmadas por la teoría social desde hace más de dos siglos: ningún gobierno cae en la medida que pueda mantener su coalición original y no puede representar y menos conformar a toda la sociedad. Y entre sus votantes la presidente lejos de haber defraudado se encuentra con su popularidad intacta. Entonces ¿Quiénes son los que cacerolearon el 13 de septiembre y repetirán el 8n? Centralmente la peor reacción nacional que odia a los Kirchner por el pasado (terminaron con la impunidad de los genocidas, que masacraron para favorecer al poder económico), por el presente (la intervención del estado en la economía que favorece a los más humildes y les impide el sacro “derecho humano” de comprar dólares) y por el futuro (el cada vez más cercano 7 de diciembre, día clave que caerá la protección de la mafia judicial al monopolio mediático Clarín). Se puede concurrir y no ser consciente de lo que afirmamos. Ingenuos hay en todas partes. Pero las manifestaciones de racismo, odio y violencia del 13 de septiembre; más las cínicas interpretaciones de mercenarios como Lananta ("la gente se manifestó por más y mejor democracia") evidencia hasta el hartazgo la intención golpista de los manifestantes; exacerbada por la desesperación de chocar con la indigencia intelectual y el raquitismo político de la llamada oposición; trátese de la más descarada de derecha, como de los pseudo progresistas socialistas, libres del sur, pinosolanistas y otras especies de hipócritas que pueblan nuestro firmamento político. Lo dicho, por más que caceroleen, la continuidad de Kristina no se halla amenazada por el ruido de instrumentos de cocina. Las verdaderas amenazas provienen de maniobras delictivas por parte de la reacción que jamás descansan, aunque no siempre resulten percibibles. Por cierto que no puede dejar de señalarse que la ruidosa algarada del 8 pretende debilitar al gobierno nacional de cara al 7 de diciembre. O sea que son cómplices de Clarín. Pero no tendrá más influencia que un cuasi masivo ritual de masturbación ideológica. Después del cacerolazo, pueblo y gobierno proseguirán su marcha hacia un país más independiente, con más derechos para las mayorías, con un estado capaz de intervenir en la economía. A esto se opone el 8 de noviembre.


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