Oposición politica fracasada - "Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza"
Carlos Escorcia Polanco
Carlos Escorcia Polanco, 22 de septiembre 2012
La oposición anti Sandinista se enfrenta simultáneamente ante varios escenarios: está en un callejón sin salida, entre la espada y la pared, en el basurero de la historia, en la ignominia de la irrelevancia política y a las puertas mismas del infierno de Dante.
En la monumental obra literaria La Divina Comedia, Dante Alighiere describe en detalles la vida mas allá de la tumba. Al describir el dintel del infierno, Dante habla de un rótulo que anuncia a los condenados lo que les espera, al entrar a tan terrible lugar: “Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza. (Inferno III:9).
La oligarquía nicaragüense, ya superó la “encrucijada de la historia”. Dicha encrucijada inició el 25 de Abril de 1990. Durante los siguientes 17 años, robaron, saquearon, desmantelaron, se despacharon con la cuchara grande, “restituyéndole sus derechos” a los Miami boys.
Con el triunfo de la “Democracia a la Oliver North” (condenada por la Corte Internacional de Justicia de La Haya), se produjo “El retorno de los brujos”, los mismos verdugos, torturadores, asesinos y esbirros de la mal llamada “invicta” Guardia Nacional de Nicaragua.
El histórico “errorazo” de las paralelas históricas Timbuco-Calandracas, autopodadas “sectores democráticos” cuando tuvieron la sartén por el mango a partir de 1990, lo resumí para el diario La Opinion de Los Angeles, California de la siguiente manera:
"Gobernando sin guerras, sin bloqueos, sin sabotajes a la producción, sin minado a los puertos, sin voladura de puentes, sin vuelos supersónicos del “pájaro negro”, el avión espía SR-71, sin ataques con lanchas pirañas de la CIA, con toda la generosidad de la comunidad mundial y la banca internacional, luego que prometieron el cielo y la tierra, los autodenominados sectores democráticos, jinetearon el macho por 17 años y fracasaron." (LA OPINION, 5 de Julio de 2008)
Durante esos 17 años, un millon y medio de nicaraguenses abandonó el país huyendo de la “democracia” impuesta a sangre y fuego por los coroneles Enrique Bermudez Varela y Oliver North. Este último fue despedido de su puesto de asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca por su involucramiento en el escándalo Irán-Contras.
Entre 1990 y 2006, no solo volvieron los asesinos y torturadores, autoapodados los “Miami boys” sino también retornaron los mismos índices históricos de analfabetismo, delincuencia, prostitución y demás lacras sociales del régimen somocista, significativamente reducidas durante los años del primer gobierno Sandinista.
Nicaragua siguió siendo a partir de 1990, el país mas pobre de Latinoamérica después de Haití, pero no lo decían como lo hacen hoy como disco rayado. La hemorragia migratoria no cesó un solo día, abandonando el pais un promedio de 100 mil nicaragüense al año.
Mientras el comandante Ortega sufría derrota tras derrota en las urnas electorales, el Consejo Supremo Electoral fue el “Modelo Institucional por Excelencia”. Todo fue que el presidente Ortega ganara las elecciones presidenciales de Noviembre de 2006, [para que] comenzaron las suspicacias primero y las calumnias abiertas después contra el Consejo Supremo Electoral.
El retorno al poder del presidente Daniel Ortega el 10 de Enero de 2007, significó para los Timbuco-Calandracas un rudo despertar de la “borrachera democrática” tutelada por una potencia extranjera. Inició entonces la resaca, la “goma” política que hoy los tiene ante los umbrales del mismísimo infierno.
Luego del bochornoso pleito de perros que desde antes del retorno al poder del presidente Ortega, han escenificado entre ellos mismos, luego que se creyeron la fabula oriental de ojos oblicuos (cuento chino), que un banquero de Miami desconocido para las masas era mas popular que la gloria deportiva de Nicaragua (Alexis Argüello), los enemigos históricos se enrumbaron hacia la muerte política como clase social desplazada.
Los últimos 6 años de gobierno Sandinista han constituido una pesadilla para la Oligarquía y la burguesía nicaragüense, sobrevivientes del naufragio somocista de aquel glorioso 19 de Julio de 1979. Mientras para el pueblo humilde, para los “come-cuando-hay”, para los “come-salteado”, para los vende-lotería, para las madres solteras, para los desempleados, el retorno del Sandinismo al poder constituye “La fiesta de liberación de los oprimidos.”
Los sectores explotadores todos los días se sacan las mantillas al sol y su pestilencia política ha quedado reflejada en las encuestas, en las cuales tampoco creen por muy norteamericanas que sean las firmas encuestadoras.
La desesperación los ha llevado al subterfugio de la burla y el ironía baratas. Durante 17 años menospreciaron y humillaron al pueblo. Hoy descaradamente se burlan de la vaca parida, la gallina con pollitos, la chancha preñada y unas pocas “tristes” tejas de zinc. Son tan cínicos que les importa un pepino que jamás le dieron al pueblo ni siquiera sal para un jocote.
Cifraron sus esperanzas en que el FMI y el Departamento de Estado les harían el “volado” de estrangular financieramente al gobierno del presidente Ortega. Pero el gobierno Sandinista, calificado de “desastre institucional” por los agónicos y comatosos sectores democráticos, pasó el examen del riguroso FMI y logró la aprobación del waiver que realmente contaba para los programas fiscales del país.
Encuesta tras encuesta, solo confirman que la oposición antisandinista esta lista, servida y peinada de moña. Jalándose las mechas y al borde de las lágrimas como adolescente despechada, los “ sectores democráticos” cifraron sus esperanzas en dos políticos jóvenes, ninguno de los cuales es nicaragüense.
La última esperanza de la oligarquía y la burguesía la constituyen el senador cubano americano Marco Rubio, republicano por Florida y el candidato opositor venezolano Enrique Capriles. La suerte política de Marco Rubio por lo menos para los próximos 4 años quedó definida cuando el candidato a la presidencia de Estados Unidos por el partido republicano Mitt Romney, escogió al congresista Paul Ryan de Wisconsin como compañero de fórmula y no a Rubio como deseaban los “demócratas” nicaragüenses.
Por el lado latinoamericano, lass paralelas históricas cifran sus esperanzas en Enrique Capriles, el candidato opositor a la presidencia de Venezuela. Sin importarle el daño que una suspensión de la cooperación venezolana causaría a la economía nicaragüense, la Oligarquia nicaragüense, retrógrada, provinciana, anti-patriótica, parroquial y carente de creatividad e iniciativa, aplaude frenética cuando Capriles anuncia con odio su agenda anti-latinoamericana.
Los waivers no lograron el cometido que ansiaba la derecha, el FMI, siguiendo criterios eminentemente técnicos los ignoró, el republicano Marco Rubio no logró la nominación vice-presidencial y Capriles marcha a una segura derrota electoral en Venezuela.
Que le espera a los que devolvieron las propiedades a sus “legítimos dueños, los Miami Boys de la genocida? Que pasará con los Timbuco-Calandracas que por 200 años se han piñateado el país? Solo les resta alzar sus ojos y leer el veredicto de la historia que ellos mismos se forjaron: “Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza.”
http://www.tortillaconsal.com/tortilla/es/node/11863
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