Los gitanos perseguidos y discriminados como en tiempos de Sarkozy
Viento Sur
Para quienes, con la elección de Hollande, tenían algunas esperanzas de mejora en las condiciones de vida de la población, el verano ha sido particularmente criminal. En lo que el gobierno se ha distinguido particularmente en demostrar que, de hecho, el “cambio” se trata sobre todo de continuidad con la derecha ha sido en materia de persecución de los gitanos. Todo el verano ha estado marcado por los desmantelamientos de campamentos de gitanos: en Lyon, Marsella, Aix-en-Provence, Satins, Évry...
Desde el pasado mes de mayo, cerca de 3 000 gitanos han sido brutalmente expulsados de su lugar de vida, sus pocos bienes, caravanas o tiendas, han sido destruidos a golpe de bulldozers, algunos han sido expulsados a la fuerza a Rumanía. En la mayoría de los casos, esto se traduce en sencillamente en el vagabundeo hacia otro campamento, algunos kilómetros más lejos, con la policía en los talones, pues todas estas expulsiones ocurren sin que se ponga en marcha ninguna solución de realojamiento. La prefectura propone tres noches de hotel... antes de la vuelta a la calle. Además, los lazos creados con las asociaciones humanitarias y los servicios sociales se rompen y esto compromete la escolarización de los niños.
Es la misma política llevada a cabo por Hortefeux y Guéant [ministros de Interior de Sarkozy]. Pero, además, Valls [actual ministro del Interior] tiene el cinismo de enarbolar un “deber moral para el militante de izquierdas que soy”, para justificar el desmantelamiento de estas acampadas. En efecto, éstas son verdaderas chabolas, generalmente sin servicios higiénicos, sin agua, ni electricidad. Pero es así porque desde hace más de una veintena de años ningún gobierno, ni prácticamente ningún ayuntamiento (en particular entre las grandes metrópolis dirigidas por el Partido Socialista) ha hecho nada en absoluto por construir alojamientos decentes para los gitanos que se instalan en Francia. Los gitanos son víctimas de discriminaciones en toda Europa, y en particular en Rumanía, país del que son originarios en su mayoría. La libertad de circulación y de instalación no existe para ellos: ¡son los parias de Europa!
El 22 de agosto, Jean-Marc Ayrault ha convocado una reunión interministerial para supuestamente emprender una nueva política de integración para los 15 000 gitanos que viven en Francia. De un lado, expulsiones y brutalidad policial, del otro, falsa compasión. Pero nada concreto en lo referido a la vivienda: se supone que una “misión de estudio” está evaluando terrenos y locales disponibles... para alojamientos de urgencia. En cuanto al derecho efectivo al trabajo para los gitanos, está lejos de ser alcanzado pues la única medida anunciada es el fin de la tasa de 700 euros que debía pagar el patrón en la Oficina Francesa de Inmigración en caso de contrato. La lista restringida de oficios accesibles queda en vigor (sobre todo empleos de carácter estacional) así como la obligación del permiso de trabajo y de estancia que las prefecturas no entregan más que tras una promesa de contratación... ¡a menudo al cabo de varios meses! Sin trabajo, sin ingresos, los gitanos están condenados a la miseria: el círculo es infernal.
Esta política alimenta los prejuicios racistas. Tiene por objetivo hacer de los gitanos, extranjeros en general, los chivos expiatorios de la crisis. Es una política populista para satisfacer al electorado de derechas y de extrema derecha, una maniobra de diversión mientras las medidas de austeridad van a agravarse contra toda la población. Estamos lejos de las declaraciones de la campaña electoral del candidato Hollande que había dicho que “no se puede continuar aceptando que familias sean expulsadas de un lugar sin darles solución”. Lo que Hollande denunciaba antes de ser elegido, lo hace ahora realizar por Valls.
Hace dos años, tras el discurso de Grenoble de Sarkozy contra los gitanos, la reacción de los partidos políticos de izquierdas había sido inmediata y habían tenido lugar manifestaciones unitarias en toda Francia. Hoy, los notables socialistas aplauden a Valls. Contra esa “izquierda”, se hace urgente recuperar el camino de la calle y de las movilizaciones.
09/09/2012
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR
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