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sábado, 22 de septiembre de 2012

La ONU Reserva estratégica de Cooperación y Paz


ONU, Reserva estratégica de Cooperación y Paz
Rafael Amador Olivares*

En anteriores artículos, se ha esbozado de manera general que la ONU tiene como objetivo principal el mantenimiento de la paz y seguridad internacional que, en función de este objetivo, su diseño en términos de funcionamiento y competencias no es el idóneo y que, para cumplir a cabalidad con el objetivo mencionado, debe de realizarse una reforma a su instrumento constitutivo.

Sin embargo, la carta de la ONU establece dos objetivos adicionales al anteriormente señalado: 1) realizar la cooperación internacional en aras de la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, humanitario, cultural, etc.; y 2) fomentar entre las naciones las relaciones de amistad basadas en el respeto a todos los principios establecidos en la carta (principio de igualdad de soberana y de derechos entre los Estados, cumpliendo de buena fe las obligaciones contraídas y respetando la libre determinación de los pueblos, entre otros).

En relación al objetivo de llevar a cabo la cooperación internacional, y a pesar  de ciertas cortapisas o manifestaciones de poder dentro de la ONU que contaminan la consecución de este objetivo, la labor de la misma,  ciertamente, ha sido no solo loable sino también titánica.

La cooperación internacional que la Asamblea General (AG) junto con el Consejo Económico y Social (ECOSOC) a través de los Órganos Subsidiarios de la ONU, prestan a los países pobres y menos desarrollados (dejando por el momento a un lado los Órganos Especializados de las Naciones Unidas),  se ha dado en todos los ámbitos posibles.

La AG, desde los años 60s del siglo XX, viene impulsando de manera sistemática y permanente un nuevo Orden Económico Internacional acorde con las realidades de pobreza y subdesarrollo que, por uno u otro motivo, padecen mas de la mitad  de los países del mundo. Lo anterior está plasmado en los Decenios de las Naciones Unidas para el Desarrollo (desde 1960 hasta el año 2000), entidad que, entre otras cosas, establece que el 0,7% de los países desarrollados debe aportar como Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). 

El mismo foro de la AG sirvió para que los países del entonces llamado Tercer Mundo crearan la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD-1964), a través de la cual esos países alcanzaron algunos beneficios en términos de intercambio comercial y desarrollo. Las Resoluciones 3,201 y 3,202 de la AG -que tuvieron su motivación en la Conferencia de los Países No Alineados en 1973-, hace referencia directa al Nuevo Orden Económico Internacional y al Programa de acción  para el establecimiento de ese Nuevo Orden Económico Internacional que llama a los llamados países desarrollados a asumir una voluntad política consecuente y a tomar medidas urgentes frente a las necesidades de los países empobrecidos (llamamiento que es extensivo a las Empresas Trasnacionales y a otras compañías monopólicas que se aprovechan de la situación y expolian a los países en desarrollo). Debe reconocerse, no obstante, que hasta hoy, esa asignatura sigue aún pendiente.

De la misma manera, la AG ha impulsado la firma de importantes Declaraciones que política y moralmente obligan, principalmente, a los Estados enriquecidos  a reconocer los derechos y deberes económicos de los Estados.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) prestan valiosas contribuciones a los países empobrecidos en lo que atañe a la promoción y aceleración de la industrialización en dichos países (no sólo con asistencia técnica, sino también con financiación a proyectos concretos).

Además de lo anterior, la AG ha logrado importantes contribuciones en muchos ámbitos a través de las Conferencias sobre Medio Ambiente y Desarrollo; de ahí surge el “Programa 21”; la Conferencia de Naciones Unidas sobre Población y Desarrollo (que arranca en El Cairo en 1994); la Cumbre de Desarrollo Social (que viene desde 1995 en Copenhague y que tiene como ejes principales: la erradicación de la pobreza, la promoción del pleno empleo, entre otros); la Cumbre Mundial sobre la Mujer; la Conferencia de las UN sobre Asentamientos Humanos y la Cumbre Mundial sobre la Alimentación entre otras.

El ECOSOC, trabajando estrechamente con la AG, coordina junto con las Comisiones Económicas Regionales (CEPAL en el caso de América Latina) estudios y aspectos relacionados con el desarrollo en las respectivas regiones (estudios económicos, asesoría técnica, etc.).

En el ámbito de la protección y promoción de los Derechos Humanos, la ONU también ha hecho grandes contribuciones a la humanidad. A través del ECOSOC, Naciones Unidas no sólo cuenta, desde sus inicios, con un Comisión de Derechos Humanos (1947), sino también con la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”,  el Instrumento más importante en materia de Derechos Humanos. (Dicha declaración la hizo pública la AG un año después).  Se ha ha logrado así mismo, a través de diferentes conferencias, la firma de numerosos Instrumentos no menos importantes tales como: El “Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales” (Derecho al trabajo, en condiciones dignas, derechos sindicales, a la seguridad social, a un nivel de vida adecuado, entre otros) y el “Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos” (integridad, prohibición de la tortura, la libertad personal, la tutela judicial efectiva, las libertades de pensamiento, asociación y reunión, a los derechos de las minorías, etc.). Si bien es cierto la firma de estos instrumentos no obligan de manera vinculante a los Estados firmantes, si representan obligaciones políticas y morales y se puede afirmar que la mayoría de los Estados actúa en correspondencia con estas Declaraciones.

Complementariamente a las Declaraciones mencionadas, se han firmado otra serie de convenciones tales como: la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial y contra la Mujer.

La creación del Alto comisionado para los Refugiados (ACNUR), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Niñez y la Infancia (UNICEF), El Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), entre otros Órganos subsidiarios, también han contribuido en la solución de los respectivos problemas.

Ciertamente, dimensionar la contribución de las Naciones Unidas a lo largo de su historia, es una tarea gigantesca y, más aún, lo que queda por realizar. Sin embargo, que sirva esta pequeño articulo como reconocimiento a esos fructíferos 67 años en la realización de la Cooperación Internacional y el Fomento de la Amistad entre los Pueblos.

*Rafael Amador Olivares
Máster en Relaciones Internacionales
Docente Investigador del Centro Regional de Estudios Internacionales (CREI)

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