Carlos Midence
20 de Agosto de 2012 | Carlos Midence
En Nuestramérica, luego de la crisis que el neoliberalismo promoviera, debido a las reformas al Estado y determinados ajustes estructurales y, que a su vez trajo consigo descomunales impactos socioeconómicos, como el desempleo, la pobreza, la exclusión, el analfabetismo, el acrecentamiento de las desigualdades sociales, se advierte de forma clara la emergencia de nuevas propuestas, nuevos Modelos Políticos, nuevos Modelos de desarrollo tales como el Sandinismo en Nicaragua, el Bolivarianismo en Venezuela o los saberes y sentires tradicionales como en el caso de Bolivia, los que han venido a superar tal crisis y, por lo tanto, a restablecer la confianza en la ciudadanía suscitando verdaderos giros, cambios en todos los órdenes: político, social, cultural, económico, ecológico, espiritual entre otros. Hoy en nuestra región se ha asumido el cambio social como un fenómeno constante cuyo impacto tangible y positivo debe recaer en los sectores excluidos, marginados por el sistema neoliberal. Por tal razón, para el caso de Nicaragua, el combate a la pobreza, el hambre, la desnutrición, la desigualdad o el mejoramiento íntegro de las condiciones de vida de miles familias nicaragüenses, ha sido no sólo uno de los objetivos de la Revolución Sandinista en estos tiempos, sino su más claro logro, su más acertado principio estratégico y guía de lucha.
En relación a esto no es gratuito que la CEPAL en su más reciente informe luego de aclarar los hechos más sobresalientes de la economía nicaragüense en los últimos años termine su informe con esta frase contundente: Para 2012 el Gobierno se encuentra avanzando en una propuesta de Programa Económico Financiero que busca continuar con el fortalecimiento de las finanzas públicas y la focalización en el gasto para reducir la pobreza. Las claves de este equilibrio, de parte del Gobierno Sandinista relativo a finanzas, ingreso e inversión pública, al igual que para las otras fuerzas revolucionarias en Nuestramérica, es la gestión, el incentivo, la complementariedad, la solidaridad y la justa re-distribución de los recursos.
Debido a esas nuevas condiciones que los procesos revolucionarios han venido a imprimir a las naciones Nuestramericanas y al nuevo marco en el que se desplazan los nuevos modelos y paradigmas sociopolíticos y económicos es que las Revoluciones de Nuestramérica hoy se han tornado en guía, ejemplo y referencia.
En el caso concreto de Europa, el continente que hasta hace poco era el referente obligado de Revolución hoy sus líderes, personajes y pueblos han empezado a ver en la ALBA, una forma distinta, correcta, equilibrada de cambiar las cosas, de impulsar verdaderos cambios en las estructuras, en el estilo de la trayectoria y de relación entre el Estado y la ciudadanía.
Para ilustrar tal afirmación, basta mencionar las diversas imágenes y declaraciones de líderes y personajes que valoran los procesos de Nuestramérica y que reclaman el echar a andar los cambios promovidos por las Revoluciones de la ALBA en sus propios países. Por ejemplo: imágenes de los indignados españoles reclamando la presencia de un Comandante Chávez al frente de la dirección del Estado español.
Asimismo podemos citar al presidente francés Hollande quien afirmara: Latinoamérica hoy está dirigida por muchos gobiernos progresistas y presidentes que quieren también el cambio de la situación en sus propios países. De igual forma son sintomáticas las declaraciones del líder de la formación de izquierda Syriza, Alexis Tsipras, en Grecia, quien aseguró que la evolución política, económica y social de América Latina es un ejemplo luminoso. Esto sin dejar de lado las más recientes declaraciones de Julian Assange quien de forma rotunda habló de una Nuestramérica y en particular de una nación latinoamericana progresista, valiente que saben hacer valer sus derechos, su autodeterminación y por lo tanto su soberanía, como es el caso del Ecuador.
Tanto hechos, tantas historias, tantos logros de los procesos de cambios en Nuestramérica en la actualidad, específicamente para el caso de nuestro país, que se han vuelto en el presente y, estamos claros que para el futuro, en la única posibilidad de construir, formular y realizar una sociedad justa, libre, una sociedad distinta, plena impulsada con nuestros propios saberes y sentires. Europa ya lo ha empezado a reconocer, ahora sólo le corresponde ponerlo en práctica, ahí está la clave para salir de su crisis.
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