El Rol de la OTAN frente a la ONU y la Sociedad Internacional
Rafael Amador Olivares*
Cuando hablamos de la ONU lo primero que nos viene a la mente es que se trata de una Organización que tiene un mandato específico de todos los países del mundo de garantizar la paz y seguridad internacional y que, obviamente, cuenta con los mecanismos idóneos para llevar a cabo dicho mandato, los cuales están establecidos en los Capítulos VI y VII de la Carta y que, específicamente, le dan facultades que van desde recomendar a los países medios diplomáticos y jurídicos para la solución de controversias internacionales, hasta implementar medios coercitivos como son medidas que no implican y que implican el uso de la fuerza.
Precisamente, la facultad de usar la fuerza (militar) ante situaciones que pongan en riesgo la paz y seguridad internacional es lo que hace de la ONU la única Organización internacional con esas competencias.
Si miramos a la ONU dentro de las realidades de la política internacional –y específicamente en el contexto de guerra fría en el cual fue creada-, observaremos que, solo cuatro años después de que se creó la ONU –con el propósito anteriormente mencionado- fue creada la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), un mecanismo de defensa y seguridad suscrito por los Estados Unidos y sus principales aliados europeos, con el propósito de que en caso de una agresión contra un estado miembro (por parte de los países socialistas), todos sus miembros reaccionarían tomando las medidas necesarias -incluyendo el empleo de la fuerza armada para restablecer y asegurar la seguridad en la región del Atlántico Norte-. Es decir, que a partir de ese momento nos encontramos con dos Organizaciones Internacionales que tenían dos mandatos similares, pero con diferentes órganos de toma de decisiones. La OTAN había sido precisamente concebida para actuar en caso de que las Naciones Unidas se vieran paralizadas por desacuerdos entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
La creación de la OTAN trajo como consecuencia –y como respuesta del bloque socialista- la creación del Pacto de Varsovia (1955), que también tenía como objetivo servir de mecanismo de defensa y seguridad frente a la OTAN. Entonces, nos encontramos con la situación de que ya no solo tenemos una Organización paralela a las Naciones Unidas, sino que tenemos dos Organizaciones paralelas a la ONU, pero ambas incompatibles con esta última, debido a las competencias exclusivas que otorga el Derecho Internacional a la ONU en materia de mantenimiento de la Paz y Seguridad Internacional y por ende del uso de la fuerza.
¿Qué garantía representaba en la concreta la existencia de esas dos Organizaciones de “defensa y seguridad” para las Naciones Unidas de que ante cualquier conflicto armado que existiera entre los referidos bloques las Naciones Unidas, ello no llegaría a jugar ningún rol en materia de paz internacional?
Se debe mencionar que cuando surgían conflictos en los que las superpotencias (Estados Unidos y la Unión Soviética) por motivos de intereses geopolíticos se veían enfrentados, indirectamente, estos países permitían a la ONU que jugara un rol en la resolución de dichos conflictos internacionales (Guerras de baja intensidad), jugando la ONU el rol de observador, de imposición de alto al fuego, etc.
Con la caída del bloque socialista (y la desmembración de la URSS), desapareció el “Pacto de Varsovia” (1991) y muchos analistas de las relaciones internacionales esperaban que en un nuevo orden político internacional (obviamente liderado por los Estados Unidos) la OTAN también tendría que desaparecer. Era una bonita oportunidad para que las Naciones Unidas adquirieran un rol más protagónico en su rol de mantenimiento de la paz y seguridad internacional.
Sin embargo, la desaparición de la OTAN no se llevó a cabo. Por el contrario, en la cumbre de Roma de 1991, se rediseño el “nuevo concepto estratégico” de la OTAN, la que debía pasar a un rol protagónico frente a lo que sus miembros llamaban las nuevas amenazas y riesgos que enfrentaría la Sociedad Internacional (principalmente terrorismo, nacionalismos expansionistas de ciertas ex republicas soviéticas, de la falta de control de los armamentos nucleares de Rusia, Ucrania, etc., de los conflictos en el Cáucaso, Balcanes y Mediterráneo) y en concreto dicen: “que en la nueva etapa, el propósito esencial de la Alianza sigue siendo el salvaguardar la libertad y seguridad de todos sus miembros por medios políticos y militares, -y paradójicamente menciona que será- de acuerdo con los principios de la Carta de Naciones Unidas.; y que para tales fines la Alianza debe seguir manteniendo una capacidad militar suficiente y efectiva.
Lo anterior le otorga la prerrogativa a la OTAN de ir más allá del ejercicio del derecho a la legítima defensa que está establecida en el art. 5) y de llevar acabo «operaciones de respuesta” (llamase Agredir)l con base en lo que sus miembros consideraran “crisis”. Ante este hecho, obviamente, la OTAN se estaba convirtiendo en un brazo armado de EU al margen de la ONU.
Pero hay otro punto más curioso aun, y es que la misma Europa pasa a estar bajo la defensa de EU cuando se habló de "Fuerzas Separables pero no separadas" que, en realidad, significaba que cualquier ejército de carácter “europeo” debería de estar bajo el mando de las fuerzas militares de los EU.
En 1994 –paradójicamente- la ONU la da a la OTAN la primera oportunidad de probar su nuevo “concepto estratégico”, cuando se le asigna la primera misión en el conflicto de Bosnia-Herzegovina derribando aviones serbios que habrían violado la zona de prohibición de vuelos (establecida por la propia ONU) y después bombardeando infraestructuras y unidades serbias, hasta que lograron la firma de los Acuerdos de Dayton (Esta primera operación de la OTAN significo para muchos la subordinación de la ONU ante la OTAN).
En 1999, aun sin la aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la OTAN llevo a cabo una operación de bombardeo sobre la Republica Federativa de Yugoslavia en apoyo al ejercito de Kosovo, lo que provoco el rechazo de muchos líderes políticos, sectores intelectuales y pacifistas, lo que fue considerado como crimen de guerra y grave violación a la Carta de Naciones Unidas.
La Guerra del Golfo contra Irak, si bien es cierto fue llevada a cabo con la autorización de la ONU, dio lugar a que esta fuerza quedara totalmente bajo el mando de EU.
En septiembre del 2001, tras los atentados del 11 de Septiembre contra EU, la OTAN invoca por primera vez el artículo 5 del Tratado, lo que le sirvió para llevar adelante la invasión contra Afganistán; además de haber invocado el art. 51 de la Carta de Naciones Unidas del derecho a la legítima defensa, lo que le permitió contar con la fuerza de la ONU denominada “Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad” (ISAF), la que después pasó a ser comandada por la OTAN y, posteriormente, incluyó asesoría para la formación de las fuerzas de seguridad iraquíes.
Por mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, en marzo del 2011, la OTAN asumió la implementación de una zona de exclusión aérea en Libia, lo cual se aprovechó para bombardear todo tipo de objetivos (incluso civiles) en territorio libio hasta lograr su derrumbamiento.
Así las cosas y aunque discutible, las tendencias en cuanto al aseguramiento de la paz y seguridad internacional apuntan a que en el futuro estas ya no serán garantizadas por las Naciones Unidas, sino por una alianza militar con intereses específicos globales. Obviamente, ante esta nueva situación solo podría haber un freno: Rusia y China.
Rafael Amador Olivares
Máster en Relaciones Internacionales
Docente Investigador del Centro Regional de Estudios Internacionales (CREI)
No hay comentarios:
Publicar un comentario