Jueves, 7 de junio de 2012

En el 68º aniversario del desembarco de Normandía

LA II GUERRA MUNDIAL: UN CONFLICTO BÉLICO FALSIFICADO POR LOS "MASS MEDIA"

Por M.R. - Canarias Semanal

Hoy se cumplen justamente 68 años desde que las tropas anglo norteamericanas desembarcaron en las playas de Normandía, en el norte de Europa, abriendo de esa forma, un año antes de que concluyera la Segunda Guerra Mundial, un segundo frente en el Oeste europeo. Eso nos proporciona un pretexto para abordar un tema que no ha sido suficientemente tratado: la premeditada ocultación de los aspectos más relevantes de la Segunda Guerra Mundial.

Los libros de texto y los medios de comunicación en general. han falsificado la auténtica historia de laSegunda Guerra Mundial. Ha sido una falsificación premeditada y minuciosamente planificada.

En principio se ha tratado de presentar la Segunda Guerra Mundial como si se tratara de un conjunto homogéneo. Nada más lejos de la realidad. La verdad es que entre 1939 y 1945 hubo una guerra en Europa y otra guerra en Asia. Incluso podríamos hablar de una tercera en el Mediterráneo. Por otra parte, dentro del mismo marco de la guerra europea, se produjeron sustanciales diferencias. Se produjo una primera guerra dirigida por Hitler hacia el Oeste deAlemania, y otra absolutamente diferente hacia el Este, contra Polonia y los pueblos que constituían la entonces Unión Soviética.

El cine y la televisión han conseguido construir la falsa imagen de que el principal escenario bélico de la Segunda Guerra Mundial se desarrolló en los territorios de Francia Bélgica, Holanda, Dinamarca e Inglaterra, y a partir de 1942, con la entrada de los Estados Unidos en el conflicto, la cinematografía Hollywoodense logró construir una ficción alrededor de la intervención de los ejércitos norteamericanos en Europa.

No se trata de que los mass medias hayan distorsionado los datos objetivos de la conflagración. Eso hubiera convertido la falsificación en un burdo fraude histórico, fácilmente desmontable. Ha sucedido algo peor. A través de la omisión de los auténticos escenarios donde se decidió la suerte de Europa y del mundo, los medios de comunicación han construido un mito, una leyenda sin base histórica alguna.

En el Oeste europeo, el Ejército alemán puso en marcha una guerra que pudiéramos denominar como "clasica", de conquista, que fue acompañada por una implacable represión de cualquier forma de resistencia. Posiblemente, los bombardeos alemanes sobre la Gran Bretaña sean la expresión más dura que se produjo en la ofensiva hitleriana sobre la Europa del Oeste. Los bombardeos de la aviación germana sobre Londres y otras ciudades británicas, por ejemplo, ocasionaron desde el 7 septiembre 1940 al 21 mayo 1941 14,600 muertos y más de 20,000 heridos. Pero esas cifras son insignificantes si se las compara con la devastación que provocó la invasión alemana de la Unión Soviética y en otros países del Este.

En la Guerra del Este, desencadenada contra Polonia y los pueblos que integraban la Unión Soviética, el Tercer Reich tiene como objetivo no sólo la explotación del territorio ocupado, sino también el decidido propósito de "germanizar" el "espacio vital" que conquistaba. Y no sólo se trataba de poner en marcha una sofisticada maquinaria de arianización a través del genocidio, sino también acabar con el "virus bolchevique" que para los jerarcas nazis y la burguesía alemana constituían"el principal enemigo". La cruzada contra el "judeobolchevismo,- en la que también participó la dictadura franquista con los voluntarios de la denominada "División Azul" - había sido anunciada en las páginas del Mein Kampf por Adolfo Hitler casi 20 años.

El cataclismo que se produjo en la confrontación soviético -germana tuvo dimensiones que de forma deliberada se ha intentado hurtar al conocimiento de la opinión pública europea y mundial a lo largo de 40 años de guerra fría. Aún hoy se siguen ocultando los hechos auténticos de aquella guerra terrible y, sin embargo, decisiva.

Las cifras, no obstante, nos pueden ayudar a calibrar el tamaño de la catástrofe. De cada 22 soviéticos uno de ellos murió en el curso de la guerra. Sólo un francés de cada 200 fallecieron víctimas de la confrontación. Pese a que sólo murió uno de cada 500 norteamericanos, la cinematografía de Hollywood ha elevado la participación estadounidense en la Segunda Guerra Mundial a categoría de epopeya. 

La impresión transmitida a través del celuloide y captada subliminalmente por los espectadores, es que los únicos héroes que se batieron en contra del totalitarismo fascista en Europa fueron los soldados norteamericanos.

Pero la realidad es que a partir de la ocupación por parte de las tropas alemanas del Oeste europeo - hecho que se produjo de manera fulminante en apenas unos meses, entre finales de 1939 y principios de 1941 - todo lo que se encontraba ubicado al occidente de Alemania, se convirtió en un remanso de paz hasta 1944, año en el que desembarcaron en Normandía una combinación de tropas aliadas inglesas y norteamericanas, con pequeñas agregaciones de otros países.

 

Los porcentajes de bajas según países fueron sensiblemente distintos. Polonia perdió aproximadamente el 20% de su población. La Unión Soviética y Yugoslavia perdieron más del 10%. En cambio, EEUU fue el país que menos muertos tuvo en la guerra, sólo 300.000.

MUERTOS EN LA II GUERRA MUNDIAL

Unión Soviética: entre 20.000.000 y 25.000.000

Alemania; 7.000.000

Polonia; 6.000.000

Japón; 2.000.000

Yugoslavia 1.500.000

Francia: 600.000

Gran Bretaña: 400.000

Italia: 400.000

E.E.U.U. 300.000

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