Lunes, 14 de mayo de 2012
Borraron más de 200 mensajes de protesta por su próxima actuación en Israel
CENSURAN LAS CRÍTICAS CONTRA SABINA Y SERRAT EN SU WEB OFICIAL
"Siéntete libre de dejar aquí un comentario sobre la gira y los conciertos".Alrededor de 200 internautas han podido constatar que esta libertaria frase, que encabeza la página web en la que se anuncia la última gira de los cantautores Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat, no debía ser tomada precisamente al pie de la letra. Y es que este es el número aproximado de mensajes que los administradores de dicha web han borrado por una única razón: en ellos se pedía a ambos músicos que cancelen el concierto que ofrecerán en Tel Aviv en el mes de junio.
A través de un comunicado, la Red Solidaria contra la Ocupación en Palestina ha mostrado su "incredulidad, indignación y rotunda” condena ante el ejercicio de “censura” que se ha llevado a cabo desde la página web oficial de la gira de Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat ‘Dos pájaros contraatacan’.
Las personas encargadas de dicha página han borrado, en efecto, los más de 200 comentarios que habían dejado personas de todo el mundo pidiendo a Sabina y Serrat que cancelaran su concierto en Israel previsto para el próximo 21 de junio. Estos comentarios habían sido escritos atendiendo a la convocatoria de la RESCOP de celebrar el miércoles, 9 de mayo de 2012, una ciberacción global para solicitar a ambos artistas la suspensión de la citada actuación.
Desde RESCOP han exigido a Sabina y Serrat que “tomen todas las medidas a su alcance” para que se restituyan los comentarios enviados a su página web y que hechos como éste no vuelvan a ocurrir.
UNA ACTUACIÓN COHERENTE CON LA TRAYECTORIA DE LOS ARTISTAS “COMPROMETIDOS”
Los antecedentes de este caso, sin embargo, no permiten suponer que los músicos vayan a mostrarse sensibles a ninguna petición de las organizaciones que defienden los derechos del pueblo palestino.
Antes de que se produjera este episodio de "censura" en la Red, Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat ya habían ignorado las peticiones efectuadas en este sentido por diferentes organizaciones defensoras de los derechos humanos que les habían solicitado, de manera explícita, la cancelación del citado concierto.
Hace escasas semanas Alejandro Fernández, miembro de Rescop, recordaba a los dos músicos que “actuar hoy para el estado de Israel es como hacerlo en la Sudáfrica del apartheid del siglo XX”.
Muriel Brihuega, coordinador de Acsur-Las Segovias en Israel y Palestina puntualizaba refiriéndose a la polémica actuación, que “no se trata sólo de música. La cultura es un importante elemento de transformación social, que puede servir para difundir las libertades y los derechos, pero también, como en este caso, para hacerse cómplices de quienes los restringen”.
Por su parte, el activista israelí y director del Centro de Información Alternativa Sergio Yahni afirmaba que los artistas “están siendo utilizados para presentar una normalidad que no existe” y aseguró sentir". “Me siento personalmente ofendido al ver que subyugan tanta poesía al servicio de un régimen represivo”, afirmó Yahni en una carta en la que recordaba que Israel “destruye cotidianamente la vida de cientos de miles de personas”.
En esa misma carta Yahni advertía a los dos músicos: “No creáis que vuestro concierto en Tel Aviv será un acto inocente. Este concierto está siendo explotado para crear una falsa imagen de normalidad. Crear una realidad que no existe omitiendo el sufrimiento de millones de personas juzgadas a vivir bajo un asedio constante, por el simple hecho de haber nacido”.
Ninguna de esas llamadas de atención modificaron un ápice la intención de ambos músicos de incrementar sus cuentas de resultados con el concierto previsto en Tel Aviv. Con la aparente convicción de que sus producciones musicales lo situarían por encima del bien y del mal, Joan Manuel Serrat aseguró a este respecto que "a estas alturas del partido no creo que tenga que dar explicaciones de mi recorrido y es probable que las cosas que yo haga no sean del gusto de todos, pero sí debo tratar de que sean de mi propio gusto". También su compañero de gira Joaquín Sabina prefirió eludir las críticas directas que habían recibido, y se limitó a afirmar que “vamos a ir a Tel Aviv, en mi caso por primera vez, a cantar fundamentalmente porque hay una colonia de argentinos amplísima, creo que son más de 100.000 y suponemos que ese va a ser el público que tengamos”.
“Censurar” a quienes podrían ponerles en evidencia por su decisión de participar en lavado de cara planificado por el gobierno israelí parece, pues, un corolario coherente con la trayectoria de estos dos artistas “comprometidos”.
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