La Violencia en la Televisión y su Incidencia en los Niños y Adolescentes

Fragmento del artículo 

La Violencia en la Televisión y su Incidencia en los Niños y Adolescentes 

María Laura Tuyaret

Última modificación: 2009-07-23 14:35

El ejemplo de los Simpsons [*]

[...] 


El problema se suscita cuando los niños, sobre todo si se encuentran en la primera infancia en donde la imitación es la base de su aprendizaje, acceden a esas imágenes accidentalmente por descuido de los padres o una infiltración en la programación. Peor es aún si la anomalía llega vehiculizada a través de programas que se muestran como “de formato infantil”. 

Un ejemplo de estos, son “Los Simpsons”, una serie de dibujos animados, en donde la desmoralización de la familia es el punto y la coma de su guión: En esta serie el padre de la familia es representado como un embrutecido, vulgar y borrachín. 

Su jefe de trabajo no lo llama nunca por su nombre, sino que siempre lo trata de imbécil. 

El papel de madre es retratado como el de una feminista avejentada que vive a los gritos con su marido, y solo se ocupa de los trabajos domésticos sin tener libertad alguna. 

El hijo mayor, Bart, tiene como nombre un anagrama de “brat”, “malcriado” en inglés: Regularmente debe quedarse después de hora en el colegio para escribir 50 veces en el pizarrón: “no debo llamar calentona a mi maestra” o “no debo instigar a la revolución”, por ejemplo. Este pseudo-héroe es teleadicto, jugador tramposo y campeón de videogames. 

La hija de ocho años es la encarnación de las taras freudianas: pese a su pequeña edad se enamora de un profesor de su colegio. 

El mensaje de esta serie es bien definido: refleja los pensamientos generalizados de la sociedad: la escuela es un martirio, los padres solo dan consejos tontos y se impone a revertir cuanto antes los códigos del sistema. La familia Simpson vive continuamente al borde del naufragio. 

Esta serie ha generado millones de admiradores en todo el mundo adulto, porque está claro que está hecha y dirigida a “grandes”. Sin embargo, la confusión puede llegar no sólo porque se trate de dibujos animados sino también porque se la vende a los niños proyectándola justo en el horario de la merienda, haciendo promociones vistosas con música pegadiza, fabricando todo el merchandising necesario que solo podría ser usado por el público infantil, como cartucheras, carpetas, remeras, stickers, etc, etc. Ante esto, el niño, que aún no sabe decidir por sí mismo, no tiene otra alternativa que la de encender el televisor, ver este programa y la mayoría de las veces no entender lo que allí sucede, y peor aún, muchas veces confundirse con lo que ve. Pero este punto, lo desarrollaremos extensamente más delante.

Los Beavis & Butt-head

Otro ejemplo de dibujos animados violentos son los Beavis & Butt-head. Los personajes centrales son los adolescentes que dan el nombre a la serie. Butt-head significa “cabeza de nalgas”. Estos modelos prescinden de la familia. Todo su hogar es un cuarto de dos por dos, sucio, desordenado y llenos de latas de cervezas tiradas por el piso. Su lenguaje y sus modales sádicos y obscenos caen en el primitivismo salvaje: cuando se pelean lo menos que gritan es “nalgoides, marica, cállate o te pateo, limpia nalgas”. Sus costumbres son las de eructar, masturbarse, decir obscenidades y pasar por una sesión de sadomasoquismo ante las cámaras. Sin embargo, hay que reconocer que estos dibujos animados eran pasados fuera del horario de protección al menor por los canales de aire. Esto no quita que cualquier niño pudiera encontrarse con una publicidad bastante explicativa de ese programa mientras “tomara la leche”.

[...] 

 [*] Subtítulo de Revista Libre Pensamiento. De un solo párrafo, lo relativo a los Simpsons lo hemos convertido en varios.

http://www.euskosare.org/komunitateak/ikertzaileak/ehmg/3/txostenak/Tuyaret