¿Éxito o Fracaso del escudo antimisil Norteamericano en Europa?
Manuel S. Espinoza J.
No hace mucho, escuchaba la radio en una ciudad europea y aun que esta era una estación en FM, pues trataba de ponerme al día con la música de ese país, su locutor de manera jovial anunciaba a sus oyentes:
- Buenos días y bienvenidos a la nueva Guerra Fría!..Hoy Rusia ha anunciado, que ante el rechazo de los EE.UU de dar garantías por escrito, que la instalación de un escudo antimisil en Europa no representara un peligro para su seguridad, ella abrirá en respuesta un sistema de radares en Kaliningrado y que sus tropas coheteriles nucleares entrarán pronto en plena disposición combativa. Aprovechemos entonces para escuchar a la cantante Adele y la canción “Le prendí fuego a la lluvia”.
Aunque el locutor se escuchaba muy alegre y la relación de la noticia con el título de la canción combinó, no deje de tratar de dimensionar qué significaba esta nueva situación internacional.
Yo sé que, por varias razones, este tipo de tema siempre suele ser excluido de nuestro interés analítico, ya que se supone, que no tenemos el nivel de jugar juegos de suma cero en el sistema internacional, sin embargo, esta problemática encierra y emana dinámicas muy suigéneris a muchos actores internacionales.
Pero para muestras un botón. Ayer, 09 de mayo, pude ver en la televisión rusa el desfile militar en la Plaza Roja, en ocasión de conmemorar el 62avo aniversario de la victoria sobre el fascismo. Desde luego los sistemas coheteriles nucleares de nueva generación Topol–M, fueron parte del desfile.
Inmediatamente me surgieron una serie de preguntas. ¿Qué razones tienen hoy los europeos, para despertar a ese monstruo de miles de ojivas nucleares? ¿Acaso con dos guerras mundiales no han tenido suficientes horrores y destrucción?
Es más entiendo las diversas diferencias históricas y culturales entre franceses, alemanes, ingleses, polacos, búlgaros, italianos, rusos etc. y ninguno de aquellos países europeos que en algún momento de la historia fueron potencia global lo son ahora y la misma Europa ya no está en condiciones de liderar al planeta. La parte de la Europa Occidental capitalista en 1945 dejó de serlo y con el derrumbe del bloque socialista la otra parte oriental tuvo el mismo fin en 1991.
Y es que parece, que los europeos no terminan de entender la lección. Resulta una aberración para los intereses nacionales (sus pueblos) europeos volverse a convertir en el blanco permanente de los cohetes nucleares rusos. ¿Quién se beneficiará más de esta nueva situación amenazante?
Sin duda alguna los EE.UU. Con esto logran mantener enfrentados a los europeos entre sí. De esta manera, superan la inexistencia de la estructura de balance europeo clásico basado este en los conflictos internos en el viejo continente que facilitaron que los EE.UU, surgieran como potencia global, y hasta llegar hoy día a dictarles a los europeos las reglas del juego.
¿Pero que tanto esta estrategia, garantiza su propio éxito? En mi opinión, el enfoque aunque es realista por parte de los norteamericanos, es erróneo y a la larga está condenada a ser rechazado por los mismos europeos. Lo costosísimo que este programa resulta para norteamericanos y europeos más las diferentes iniciativas de alianzas netamente europeas y la interdependencia del sistema definirán la respuesta a la interrogante principal.
Y no es que estas iniciativas vayan implementarse hasta ahora. A través de la historia de las Relaciones Internacionales en Europa, hemos conocido alianzas para combatirse entre sí y para superar los conflictos antagónicos. Desde la Santa alianza, hasta llegar a la Comunidad Europea.
Ha habido también muchas otras intenciones, que al pasar el tiempo hoy asoman la cara con mayor definición. Iniciativas, que por sus objetivos e intenciones pueden predecir el futuro de iniciativas como el escudo antimisil norteamericano en suelo europeo.
En su momento Yuri Andropov, logró establecer un canal secreto (fuera del canal diplomático común) con el canciller de la Alemania Federal Billy Brand, para disipar cualquier duda en materia de seguridad táctica y estratégica nuclear, que pudiera ser inyectada por los norteamericanos. Cuando Gorbachev llegó al poder habló de la “Casa Común Europea” e inclusive sorprendió al canciller alemán Helmud Kohl al informarle la acción unilateral de la URSS a cambio de nada de retirar las 300 mil tropas de la Republica Democrática Alemana. Acción que muchos países europeos, que conocen el lado peligroso histórico alemán vieron con malos ojos, pues sin duda alguna Alemania se convertiría en lo que es hoy la potencia económica de Europa.
De nuevo Alemania ha surgido más fuerte económicamente, que sus competidores locales aun que no tienen el arma nuclear que posee Inglaterra y Francia. Por otro lado, tiene muy buenas relaciones con Rusia y, como en tiempos pasados, ambos pueden satisfacer sus requerimientos en materia de tecnología y recursos naturales.
Tiempo suficiente han tenido los europeos occidentales para conocer las intenciones rusas de integración en Europa o su capacidad responder ante la amenaza nuclear.
Es cierto que el poder de gobernar en toda Europa es una potestad de los círculos de poder monopólico europeo en su intrínseca relación con los norteamericanos, también es cierto, que en Europa los más indigentes lograron levantarse y derrocar a sus opresores en la revolución francesa y otros hasta fusilar a toda una familia real a inicios del S-XX.
Lo anterior solo es un escenario, que hoy está de moda con tantas revoluciones de color, de primavera o de los indignados. Los europeos ya tienen en todo caso un tema más en sus agendas de protestas además de aquellas de carácter reivindicatorias sociales por su pésima situación económica actual.
El peor de los escenarios surge de aquellos que (producto de las teorías de la simulación en las relaciones internacionales) la industria del libro y el cine nos brindan con gran representatividad y que los ejércitos y otras estructuras especiales tratan de prevenir que se conviertan en realidad. Me refiero a situaciones “Hipotéticas” donde ciertos grupos (desde políticos radicales hasta terroristas e inclusive Instituciones secretas de algunos Estados a manera de operaciones secretas especiales) logran producir la explosión de un artefacto nuclear o un lanzamiento coheteril nuclear, que provoquen la confrontación inevitable.
Los norteamericanos no pueden sentirse seguros de que de una confrontación nuclear en Europa quedarán sin un rasguño por estar en otro continente. De este tipo de guerra nadie está a salvo. No sé cuantos cohetes le apuntaran en ese momento y en esa tragedia de exterminio arrastrarán a toda Latino América. En Europa aparecerán muchas enormes nuevas lagunas artificiales radioactivas, no aptas para veranear. De hecho no creo que queden veraneantes. En todo caso, los europeos deberán tratar de tener la última palabra y no terceros de lo contrario, su camino hacia la integración para incrementar su liderazgo global seguirá en picada tal y como hasta ahora se percibe.
Msc. Manuel. S. Espinoza J.
Decano de Relaciones Internacionales UNICIT
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