Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

martes, 23 de agosto de 2011

Auto elimínense y luego “dialogamos”

Por J. Manuel Arango C.


Es la farsa y siempre eterna petición del régimen colombiano a las guerrillas de nuestro país; pretendiendo vender la ilusión de que el dio oportunidades de dialogo a la guerrilla y ésta,  las rechazó.

Ag 17 del 11.- ¡Acabasen, muérase, desaparezcan de la faz de la tierra, si quieren que les acepte el dialogo!!!; pareciera ser la desgastada y añeja lógica con que el régimen de Colombia buscara “acercamientos” de entendimiento, de dialogo, de paz, con las diferentes fuerzas vivas del país, que le  rechazan al unísono todo tipo de opresión, explotación, recorte a las libertades democraticas, para perpetuarse en el poder, desconociendo que el efecto de la desigualdad social que si es la causa, conlleva a las personas a buscar la forma de sobre vivir o subsistir de diferentes maneras.


Y no crean que me refiero solo al llamado que le hace al movimiento insurgente nada más, es lo que está haciendo con su vice que tan torcido es, como aquel comodín que posando en representación de los trabajadores y empleados sindicalizados; cohonesta con toda esa barbarie que no siempre es a plomo venti’o, sino con muerte por inanición o de hambre sencillamente contra mi querido Juan pueblo.


Los grandes medios de comunicación, sobre todo aquellos que sirven como fieles cajas de resonancia al “gran capital”, a los terratenientes, al capital foráneo, a las multinacionales foráneas y al mismo régimen de turno; “votaron la primicia” esta semana, en el sentido de que el presidente Santos reunido con el Piñeira de Chile, “anuncio”, ¡Óigase bien! Anunció “que está dispuesto a dialogar con las guerrillas de las FARC-ep y del ELN, siempre y cuando estas muestren verdaderos gestos” igualitico, cuando le dice a los marchantes que protestan por carencia de empleos y salarios justos, a los estudiantes, a las madres cabezas de familia, a los indígenas, a los campesinos; exhortándoles a abandonar la lucha, si quieren que les escuche.


Esa retahíla, la he escuchado más veces, que cuando hacia mi primaria, escuchando de los profesores, las aburridoras letanías del “padre Gaspar astete”; como si el hambre la mitigáramos con vasado lleno de filosofía barata, aculturisadora y mal formadora.


Dicen las malas lenguas, que un Raquel Mercado, quiso congraciarse con el régimen de turno. Éste le incumplió y que el pueblo le cobró. Dicen por ahí, que el paro cívico del año 1981 iba muy bien su preparación e impulso, hasta que llegaron “sindicalistas” de pacotilla, impidiendo que éste fuera como aquel sonado mundialmente del 14 de septiembre del año 1.977,  donde la alianza fue en realidad, obrero-campesina-indígena y popular; demostrándonos a plenitud, que el diálogo solo es posible, siempre y cuando el contendor esté fortalecido y sin vacilaciones actuando en toda índole de reclamación por su pueblo; por lo que ante su debilidad posteriormente con la torcida o vendida de algunos seudo sindicalistas, los salarios suben en escalera mientras que el costo de vida, lo hace en ascensor y todo por el estilo.


El pronunciamiento de Santos en la hermana Republica de Chile, con su presidente Sebastián Piñeira, gran adalid de la burguesía y de la extrema derecha; no es otra cosa que posesionar ante el mundo, su mensaje de que el derecho Constitucional en Colombia, como es el de Organización, movilización y lucha, a lo que en muchas partes le denominan como “el cáncer que carcome a la democracia”, serán extirpados sin anestesia y a todo dolor; además es la demostración de poderío, enviando el mensaje de que los gobiernos populares, soberanos o revolucionarios, no pasarán en latino América, comenzando por Colombia, a la cual se le impedirá su arribo al costo que sea; siendo lo que demuestran los informes de ONG’s defensoras de los Derechos Humanos, cuando muestran cifras tétricas de cómo “la desmovilización de los paramilitares” se reencarnó en las llamadas BACRIN que aumentan por todo el país, en lugar de desminuir y junto con ello, los asesinatos de lideres populares y como si fuera poco, a quien no asesinan los criminales, entonces el estado con su herramienta mortal denominada “justicia”, les lleva a prisión, sindicados de “terroristas” por disentir del régimen.


Así como en el movimiento sindical y popular ha existido los momentos de vacilaciones o de creencia en lo que el régimen dice como exigencias para el dialogo, en procura de un acuerdo humanitario y de allanar los caminos en busca de una Paz verdadera; así también el movimiento insurgente llámese EPL, ADO, FARC-ep, ELN, PRP entre otros; un diía, dieron credibilidad al régimen, dando un paso adelante y que el pueblo en general se diera cuenta de quien en realidad son quienes quieren la paz y quién o quiénes no; conformando o creando lo que significó el “terror” para las fuerzas castrenses, terratenientes, gamonales y el régimen, como fue la Unión Patriótica   U. P.


Fue tal el terror para los enemigos de la PAZ, saber de la existencia de un cúmulo de voluntades aunados en mismo fin; que dicen por ahí, que ya ni se podía escribir la palabra completa de superman porque si se veía la u y la p pegaditas, era un terrorista quien la escribiera.

La Insurgencia colombiana, recuerdo que no hace tantos años, fue en la década de los 80’s, aceptan el reto del régimen y en alianza con organizaciones políticas y populares, crean la UP, para entonces hacer política sin balas, sino con ideas yendo a las urnas, compartiendo en parte lo que para esas fuerzas revolucionarias es improcedente, ya que se legalizaba esa falsa democracia que es el voto en las urnas, pero lo hicieron.


Algunas organizaciones guerrilleras se desmovilizaron en armas, creyéndole al sistema gubernamental y politiquero del entonces, que así si lograrían hacer política para cambiarle el rumbo al país, sin necesidad de los disparos de fusiles y que además podrían “gozar” de ese rato compartido con familia y sociedad en general; pero no fue así, ¡Lastimosamente, no fue así!!!


Del mismo M-19, apenas se acababa de desmovilizar, cuando ¡Tomen para los dulces!  Asesinan a Carlos Pizarro León Gómez y a cuantos más por toda la geografía colombiana.


De las FARC-ep, en esa efervescencia ya en torno a la U.P., eligen a Braulio Herrera -bueno. Dicen que su nombre propio era otro-, como senador de la república y a Luciano Marín Arango, como Representante a la cámara. Luna de miel, que se amarga, cuando al interior de la U.P, se rumora que van a asesinar a Ivan y a Braulio, lo mismo que a Jaime Pardo Leal junto a todo o toda militante que les de “papaya”; por lo que los congresistas, resolvieron colgar su saco y corbata para reintegrarse a donde salieron.


En el año 86, la orgía de sangre derramada por militancia y simpatizantes de la U.P en la estéril y caliente arena de mi querida locombia, es impresionante; toda ves que a la militancia, y sin el menor recato alguno, se le sindicaba de integrante guerrillero entrando en acción todo el aparataje paraestatal contándose por cientos o miles de muertos, desplazados al interior del país, exiliados y tantos más, desaparecidos.


Y como en toda falsa democracia, los dueños del poder combinan muy bien su maquiavélica arma de terror, no contentos con lo anterior, en una próxima elección popular, la votación por la U.P. desminuyó -como lógicamente, tenia que disminuir-, y entonces de inmediato y con todos los bombos posibles, el régimen le hace saber al pueblo Colombiano, de que por baja votación obtenida por la U.P, le quita su personería Jurídica, siendo la ultima estocada, como dicen “hasta el hígado” acabándola de matar; sin permitir aceptar, que la disminución en votos no se debió a la “apatía” del pueblo hacia la U.P, sino porque quienes podían votar, estaban muertos o desaparecidos y los pocos sobre vivientes, sin garantías para ejercer su libre derecho de votar.


La UP, colocó lideres, se los mataron y luego el régimen, le entierra a la UP, todo su macabro y siniestro puñal, hasta el “tuétano”, asesinándola, al quitarle la personería jurídica, con el cuento.


Y acaso, no ocurrió igual con el M-19, que una vez desmovilizados o “reinsertados” les asesinaron a varios de sus lideres entre ellos a Carlos Pizarro Leon Gómez, y  para que existan algunos sobrevivientes –no todos-, debieron entregarse, arrodillarse y lamer la mano del régimen dejándose cooptar, como aquel que hasta de asesor del uribio en la administración pasada.


Se llama a creer en la “institucionalidad”, que se puede hacer política de manera “civilizada”, sin embargo quienes así lo hacen, están llevando del “bulto”. Un artículo reciente en Kaos en la Red da cuenta de unas cifras escalofriantes y solo de un año reciente:


“Desde el 7 de agosto 2010 han sido asesinados impunemente 34 defensores/as de los derechos humanos, 15 dirigentes agrarios que exigían la restitución de las tierras usurpadas con violencia a los campesinos y 27  sindicalistas la mayoría de la Central Unitaria de Trabajadores CUT, miles más han sido amenazados de muerte. Crece  el drama del desplazamiento y la  desaparición forzada de personas, continúa la práctica de las ejecuciones extrajudiciales con 29 nuevos casos en el último año, sigue siendo crítica la situación en las cárceles donde literalmente se pudren más de 7 mil prisioneros civiles por razones políticas, además de los más de 500 presos políticos guerrilleros, los cuales también sufren condiciones aberrantes de reclusión. Hay en realidad más de 7.500 presos políticos en las cárceles del régimen colombiano”


¿Acaso, todas esas víctimas -de ser así-, lo son por ser guerrilleros o por ser terroristas? La mayoría de esas personas, son batalladores populares, en busca de un mejor vivir, de una vida digna, de una verdadera democracia; lo que significa, que no es la herramienta del terror en contra de mi pueblo por ser éste “terrorista” o guerrillero, sino porque luchan sencilla y llanamente por la igualdad social, por una verdadera paz, pero con justicia social.


Si el líder comunal, ya no quiere reclamar porque teme por su vida, ¿será que el guerrillero se baja del fusil, para hacer lo del comunal y terminar en una fosa cualquiera? ¿O será, que la dirigencia popular, se movilizará con sus asociados igual que en otrora época, para que le den un trato de “terrorista”?


Las organizaciones campesinas, indígenas y de vivienda; casi dándole crédito al régimen –y no, por temor a la judicialización-, casi en la práctica, renunciaron a las acciones por las vías de hecho, como la toma de tierras ociosas en el campo, para dárselas a los campesinos sin tierra para trabajarlas; a los destechados, para que vivan en ellas; pensando que el gobierno, dando cumplimiento con la CPN del 91, garantizaría  esos derechos, sin necesidad de acciones extra legales, pero ahí siguen, los indígenas, cada ves más arrebatados de sus resguardos y con lideres asesinados; los viviendistas, siguen sin techo para sus afiliados y los campesinos; sin tierras para trabajarlas y de su propiedad.


Por el lado insurgente, cuantas veces los medios de comunicación dieron cuenta de entregas unilaterales de prisioneros, como gesto de buena voluntad, al punto de que el gobierno se daba el “lujo” de regatear diciendo que no les recibía, porque eso era hacer populismo y como si fuera poco, el mismo régimen habla, de una insurgencia diezmada, comiendo raíces, con la moral en los pies, sin ideales etc, etc; que contradice entonces lo de Santos y sus antecesores, pues la exigencia se le debe hacer al que existe, y el diálogo, se hace solo con quien tiene forma de emitir cualquier sonido o signo de comunicación.


Por eso, es necesario, que el gobierno, el estado con todo su andamiaje, reflexionen y permitan la verdadera participación popular, sin endilgárseles de cosas que no son, sin satanizar a sus organizaciones y expresiones reivindicativas; donde lo más seguro es que el más ganancioso, es toda Colombia, ya que quienes temen el poder popular, verán (que) es a unas fuerzas vivas aunando esfuerzos por una Colombia mejor, donde sin necesariamente llegar a claudicar, pero si reconociéndosele su espacio a cada quien como actor real de este nuevo y venturoso devenir garantizando la armonía, la tranquilidad y sobre todo el derecho a la vida.


J. Manuel Arango C.
Director,Editor.
Red Independiente de Comunicación Alternativa    CLARIN de Colombia

www.clarindecolombia.info clarin@clarindecolombia.info

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