Ignominioso ultraje a la madre del presidente Daniel Ortega

Por Carlos Escorcia Polanco

Managua. Por Carlos Escorcia Polanco. | 27 mayo de 2011

 

Los nicaragüenses celebramos el 30 de Mayo el día de esa mujer tan especial en la vida de todo ser humano, ese angel que Dios nos dio, como es la madre. No existe, después de Dios, nada más sagrado, nada más puro, que esa mujer que nos regaló en pedazos su vida entera, para darnos la existencia que hoy tenemos.

La maternidad es ese estado sublime que santifica a la mujer según las Sagradas Escrituras. En 1ra Timoteo 2:15, el apóstol San Pablo dice que la mujer “se salvará engendrando hijos” no obviando evidentemente otros requisitos básicos que demanda la Biblia, como especifica el apóstol en el mismo pasaje bíblico.

 

Recuerdo en mi época de adolescente, que mi padre me aconsejaba diciendo: “A la mujer no hay que hacerle daño ni con el pétalo de una rosa.” Esto solo confirma que en la cultura de nuestros mayores, la mujer es alguien verdaderamente especial. También la Biblia caracteriza a la mujer como “vaso más frágil” (1ra Pedro 3:7).

 

En la cultura delincuencial vernácula, que desgraciadamente también coexiste con la cultura del “pétalo de una rosa” de la cual me hablaba mi padre, cuando se quiere insultar u ofender a alguien que no nos inspira ningún respeto, es común escuchar las “mentadas de madre”, generalmente entre personas muy jóvenes o pertenecientes a niveles ético-morales sumamente bajos.

Recordamos la gesta histórica del héroe Sandinista Leonel Rugama, quien, encontrándose rodeado de guardias somocistas, siendo conminado por el general Samuel Genie a que se rindiera, “sin mas alternativa que la lucha, muy cerca de la muerte”, responde desde el fondo de su enorme corazón patriota : “Que se rinda tu madre.” Era el máximo insulto que podía prodigarle el héroe al esbirro genocida, en desigual lucha, sabiendo que le esperaba una muerte segura.

En tales circunstancias, donde el heroísmo y el amor a la patria se estrellaban con la realidad de la muerte brutal y el paso a la eternidad, eran totalmente comprensibles esas palabras dirigidas a un criminal de guerra y torturador como en efecto lo era el jefe de la temida Oficina de Seguridad Nacional, OSN de la tiranía somocista.

 

Resulta repugnante y asqueroso, que con el afán de dar rienda suelta a prejuicios politiqueros, que hoy se insulte a la madre del presidente Daniel Ortega, haciendo una ofensiva extrapolación de contextos que poco o nada tienen que ver, para oponerse a la reelección presidencial. La gesta heroica de Leonel Rugama frente a un criminal de Lesa Humanidad está muy lejos de la lucha de la oligarquía por impedir la reelección del presidente Ortega.

 

Para hacer más repulsiva la situación quien insulta vergonzosa e ignominiosamente nada menos que a la madre del presidente Ortega, es una mujer, María José Zamora Solórzano, quien escribiendo en el diario La Prensa del 21 de Marzo de 2011, titula su artículo, “¡Que te reelija tu madre!” con una arrogancia que más que resaltar su mensaje politiquero, desprestigia a su autora, máxime tratándose no solo de una mujer, sino de una sicóloga.
 

 

Recordemos cómo la derecha aplaudió complacida la censura moral del gobierno Sandinista contra el procurador de los derechos humanos Omar Cabezas, cuando este se refirió a la secretaria de estado norteamericana Hillary Clinton, como “vieja loca.” Los medios de la oligarquía resaltaron dicho incidente de manera repetitiva, sin embargo guardaron escandaloso silencio ante el ultraje a la madre del presidente Ortega.

 

No había necesidad de ultrajar a una madre muerta, para magnificar un discurso político. Eso es caer muy, pero muy bajo. Comparar la acción de Leonel Rugama, quien se enfrentaba a una muerte segura con los prejuicios de la Oligarquía, depredadora, parasitaria, provinciana y excluyente es sencillamente un insulto a la inteligencia.

 

Lo mas repugnante, asqueroso e ignominioso es que una mujer, creada por Dios para dar vida y garantizar la continuidad de la especie humana, descontextualize una frase, que si bien tuvo su relevancia en un momento dramático de nuestra historia, en realidad responde a los mas bajos instintos de un machismo delincuencial, magnificado por una mujer para ultrajar a una madre muerta. 

 

 

 http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/general/99505/ignominioso-ultraje-madre-presidente-daniel-ortega