Reingeniería
Académica a gusto del Capital
Manuel
Moncada Fonseca
I.
INTRODUCCIÓN
Los
prometedores planes de desarrollo, que tanto declaran y difunden las
transnacionales, no responden ni a la humanidad, ni a sus pueblos, ni a ninguna
sociedad concreta. A estas fuerzas del
capital sólo les interesa lo moderno; es decir, lo que está a tono con la
vertiginosa carrera de sus mercados globalizados, con sus cambios y demandas.
No hay otra cosa más. Lo demás debe quedar neutralizado, sometido si resulta
“útil” o, bien, descartado por “sobrancero” y “estorboso”.
Los
cambios se deciden y hacen en nombre de las cacareadas modernidad y
representatividad. Se presentan como estrictamente “técnicos” y
“profesionales”; adaptación necesaria a las “demandas de nuestro tiempo”; a lo
que plantean la “sociedad global” y el
gobierno global que supone.1 Se les atribuye, en fin, “origen internacional”.
Pero, detrás de todo esto se agazapa el mercado capitalista.
Sin
embargo, nos limitaremos acá a mostrar, a grandes rasgos, que la educación
pública, a escala internacional, viene transformándose, gradualmente, en un
instrumento idóneo para contribuir a la preservación y consolidación del modo
de producción capitalista. Su reingeniería, particularmente, la de la educación
universitaria, se ha venido pregonando como cambio radical, perentorio y
necesario. Pero ello obedece a lo que el tan propagandizado mundo empresarial
globalizado planea realizar en aras de conquistar, en toda su extensión y
profundidad, las riquezas naturales y sociales; no sólo para reforzar su
dominio sobre el ser humano, sino también para terminar de esclavizarlo como
ningún otro sistema opresor lo hiciera antes, subyugando su mente,
robotizándolo, rindiéndolo por hambre o exterminando a buena parte de su
población.
II:
MENTALIDAD DE MERCADO Y UNIVERSIDAD
Local
e internacionalmente, con más intensidad
en unas universidades que en otras, esa
mentalidad se ha venido tejiendo poco a poco. No en vano, “empresa”,
“empresario”, “emprendedor”, “emprendedurismo”,
“universidad emprendedora”, “tuning”, “Tecnologías de la Información y la Comunicación” (TIC),
“demandas del entorno”, “currículo por competencia” y otros términos, circulan
profusamente en ellas. Advertimos, así, que el lenguaje propio del imperio del
capital está colocando a las universidades en el plano de la privatización
gradual de la concepción educativa. Pero también en el del formalismo con que
se presentan las cosas por la ideología neoliberal.
Hacemos
referencia a que la apariencia y la simulación que caracterizan el discurso
globalizante para pregonar los “cambios”, se están apropiando del que no pocos
académicos del mundo y, en particular, de Nicaragua abrazan.
En
el ambiente universitario hay quienes sueñan en provocar el despido de buena
parte del personal docente en aras de beneficiarse con el sueldo de los que
resulten cesanteados. No pocos quieren ver a
las universidades transformadas en empresas. Desde arriba el asunto
también está presente. Al respecto, damos cuenta de un documento de
trabajo, en el que se plantea que
docentes, estudiantes y personal administrativo y de servicio constituyen lo
que se llama “clientes internos”, en tanto que los “clientes externos” son los
egresados y la “sociedad civil”. En dicho documento, se utilizan conceptos como
“competitividad”, “productividad”, “trazabilidad”, “proveedor”, “precios”,
“costos” y otros que son inherentes a la empresa privada y al mercado.
Si
lo anterior acusa el afán de endosar una
abierta orientación mercantil a la educación, los contenidos que se
conciben para las asignaturas humanistas desembocan en eso mismo, aunque ello
se presente de forma enmascarada. No es casual que se sostenga la necesidad de
enseñar una Historia de Nicaragua “instrumental”, esto es, que sea
inmediatamente útil y se enmarque en el “contexto ideológico y axiológico
global”. Ello significa hacer apología de la ideología y los valores
neoliberales, lo cual se reconoce tras bastidores, cuando se sostiene que
vivimos en este y no en otro mundo, lo
que impone la aceptación de lo que en él prevalece.
Lejos
de lo que se quiere hacer con ellas, las ciencias humanistas no son saberes en
ejecución, sino saberes para la reflexión; no tienen por objeto aplicarse como
si fuesen instrumentos o herramientas de trabajo. Poseen, ciertamente,
contenidos cognitivos, pero están lejos de reducirse a ellos, porque su sentido
es desentrañar el significado de los acontecimientos que tuvieron lugar en el
pasado, cercano o remoto, así como los que ahora están desenvolviéndose; la
relación que existe entre los fenómenos y procesos que tienen lugar en las distintas
esferas del ser (universo, naturaleza, sociedad, pensamiento) y entre ellas
mismas. Por eso, son mucho más reflexivas que cognitivas.
No
en vano, en no pocos países, se quiere suprimir la enseñanza de la Historia o,
al menos, reducir su enseñanza a la mínima expresión. Tal es el caso de Chile,
país donde el estado ha decidido restarle la importancia que posee en los
colegios, recortando las horas clases que a ella se destinan. Es claro que al
estado opresor no le interese alimentar la sensibilidad social: “Tal vez […]
todo se resuma en conseguir mejores esclavos para que redacten horrendos
"programas de trabajo" —o de gobierno— […]. O sean capaces de sumar la columna de las
ganancias de sus amos”.2
Al
respecto del sentido alienante e instrumental que prevalece en la educación de
hoy en día, traemos a colación lo que señala, con toda propiedad, Peter
MCLAREN, reconocido representante internacional de la pedagogía crítica: “Nos
estamos enfrentando no sólo a retrógradas positivistas campeones de la
racionalidad instrumental, sino también […] a ideólogos conservadores que
promueven las formas autoritarias de la pedagogía y que están en conflicto
directo con […] una democracia abierta y participativa.”3
Visiones
contrapuestas
Mientras
el Gobierno que preside Daniel Ortega Saavedra define como valores básicos del
auténtico desarrollo humano la solidaridad, la comunidad, la complementariedad,
la redistribución y la inclusión, contraponiéndolos a valores neoliberales como
avaricia, individualismo, competitividad y acumulación4; el Consejo Nacional de
Universidades (CNU), por el contrario, al definir la misión de la educación
superior, habla de proporcionar “a la sociedad nicaragüense un capital humano
competitivo, emprendedor, humanístico y científico que aporte al desarrollo
socioeconómico sostenible del país y al mejoramiento de la calidad de vida del
nicaragüense y al desarrollo integral de la nación diversa e intercultural.”5
Amén
de lo vago de la definición que acabamos de conocer, en ella se mezclan valores
que son por completo incompatibles entre sí. Primero, porque el ser humano no
puede ser reducido a la condición de “capital humano”; ello lo convierte en
algo manipulable y sujeto por completo a los intereses de la empresa y de sus
dueños/dueñas; segundo, porque la solidaridad es antípoda de la competitividad:
aquélla repara en los intereses colectivos, en los del individuo, la sociedad,
la humanidad y la naturaleza vistos en un plano esencialmente armónico; ésta
fomenta el más rancio individualismo, la misantropía en su más cruel modalidad.
Asumir
la competitividad como valor encaja cabalmente dentro del planteo que hace un
apologista abierto del capitalismo al decir: “Enseñar a competir es propio de
una sana pedagogía de la virtud que se puede orientar al mercado y a la
formación para la justicia, dicha enseñanza, en modo alguno está reñida con el
enseñar a cooperar.”6 Por eso, aceptamos lo que acota León Trahtemberg, quien
sostiene que los docentes no deben admitir que su institución adopte, como
paradigmas referenciales, “la fábrica
(que produce en serie) y la cárcel (cuyo diseño, custodia, y orden del día son
similares).”7
Aunque
el CNU en su misión de la educación universitaria hace mención de la
interculturalidad, no explicita para nada su comprensión de la misma. Por ello,
traemos a colación una advertencia fundamental para librar la batalla por la
plena recuperación de una universidad pública comprometida con la solidaridad y
la hermandad entre las personas y los pueblos; fundamental porque recuerda la
permanente necesidad de explicitar el sentido real que tienen los conceptos
utilizados. Reza así:
“Aunque
la complementación y la interculturalidad se incorporaron al léxico económico y
social, al mismo tiempo se sacó de la mesa de discusión el problema de la
colonialidad del poder.” Y sigue: no basta reducir el asunto a referir la
existencia de diferentes culturas para lograr superar la asimetría existente en
las relaciones interculturales. Por esa vía, continúa, el capitalismo aspira
viabilizar la culminación del proceso de colonización de aquellas culturas que
no conforman aún parte de su lógica. Y aunque este sistema declare el respeto a
los pluralismos, no admite lo fundamental, el pluralismo filosófico. Da así por
sentado que su base filosófica abarca todos los espacios de la acción humana,
lo que niega toda posibilidad de admitir otras visiones. Y, a renglón seguido,
para justamente explicitar lo que se entiende por pluralismo filosófico, se
agrega:
“La
verdadera pluralidad radica en reconocer que existe otra visión de mundo, que
no es la occidental, y es portadora de su propia filosofía, a la que
denominaremos: filosofía originaria. Para ella la dicotomía cultura-naturaleza,
que le da al ser humano superioridad sobre la naturaleza, desaparece en tanto
se concibe a todos los seres de la realidad como seres vivos con la capacidad
de ser en, por y para sí mismos.”8
Volvamos
una vez más al CNU, sólo que al de hace diecisiete años; ello nos permitirá
darnos cuenta de que sus planteos actuales no guardan nada de lo que antes
declaraba como misión de las universidades:
“La
misión de las Universidades del Tercer Mundo debe consistir en preparar una
nueva generación de profesionales formadores de otros, integrales y
transdiciplinarios, dispuestos a trabajar por una alternativa popular frente a
los esquemas neoliberales imperantes.”9
Preciso
es resaltar acá lo que acaba de expresar Evo Morales sobre la competitividad,
lo cual recoge Fidel Castro en una reflexión que, en parte, dice así: “...cómo
tener un instrumento como el ALBA, un instrumento de integración, de
solidaridad, solidaridad sin condiciones, cómo compartir en vez de competir,
cómo practicar políticas de complementariedad y no de competitividad./ “…dentro
de esa competitividad solo pequeños grupos se beneficiarán y no las mayorías
[…]./ “Dentro de estas políticas de competitividad y no de complementariedad ni
el capitalismo ya es una solución para el capitalismo, esa es la crisis
financiera.10
Advertencia
desde la sede del imperio
Los
que en las universidades públicas adoptan enlatados neoliberales destinados a
la educación, deben conocer lo que opina Diane Ravitch, quien fuera
viceministra de educación en la época de George H.W. Bush: refiere que cuando
ella asumió ese cargo en 1991, no tenía ninguna idea firme respecto al “tema de
la “libre elección” en materia de educación ni sobre la cuestión de la
responsabilidad de los docentes.” Y cuando dejó “el gobierno, defendía el
principio de la remuneración al mérito: estimaba que los docentes cuyos alumnos
obtenían mejores notas debían ser mejor pagados que los otros. Sostenía también
que las pruebas de evaluación debían ser generalizadas y que eran útiles para
determinar con precisión qué escuelas necesitaban una ayuda suplementaria.”
Pero
asimilando los resultados de semejantes políticas, la ex viceministra acota:
“ahora considero que la calidad de la enseñanza que reciben los niños es más
importante que los problemas de gestión, de organización o de evaluación de los
establecimientos.” Más adelante acusa: “La verdadera “víctima” de este
encarnizamiento es la calidad de la enseñanza. La lectura y el cálculo se
volvieron prioritarios.” En cambio, la “historia, la literatura, la geografía,
las ciencias, el arte, las lenguas extranjeras y la educación cívica son
relegadas al rango de materias secundarias.” Finalmente, haciendo ver, de
hecho, que el problema es del sistema y no exactamente del presidente de turno
en su país, Ravitch expresa que en enero de 2009, cuando Barack Obama asumió la
presidencia de EEUU, ella estaba convencida de que él nuevo mandatario anularía
la ley NCLB11; pero, lejos de ello, el nuevo mandatario acogió las ideas y
opciones más peligrosas de Bush.12
III.
LA NADA INOCENTE EDUCACIÓN EN
COMPETENCIAS
No
nos preocupa la adopción en sí de un concepto proveniente de cualquier esfera
social, lo que no nos cuadra para nada es que, por lo regular, la mayor parte
del utillaje conceptual usado en las universidades no sólo se impone por los
capitales globales, sino que, además, por más que se niegue, se acepta con el
mismo sentido. Por lo demás, las instituciones educativas se muestran incapaces
para lanzar al ruedo conceptos propios que deriven de su propia realidad y
experiencia. Hecha esta anotación, procedemos al abordaje de la educación en
competencias.
Hasta
hace poco, aceptábamos esta “joya” de la “educación en competencias”, creyendo
que estaba destinada a hacer algo por la academia. Pero, ahora, descubrimos su
verdadera faz, tan proterva como la competitividad. De hecho, ambas se dan de
la mano, porque responden por entero al capitalismo. Examinemos el asunto. Un educador hace ver
que la competencia puede entenderse básicamente de tres formas: 1) como
capacidad para hacer las cosas, 2) como atribución o facultad que a cada quien
le corresponde; 3) como rivalidad. Señala, además, que ser competente no
equivale a ser competitivo.13 Desde luego, tiene toda la razón. Pero como
señala Renán Vega Cantor, el Banco Mundial y el resto de los organismos del
capitalismo contemporáneo, comprenden las competencias partiendo de la última
acepción de este concepto, propiamente, como lucha y enfrentamiento, sobre todo
en el ámbito económico mundial.
Desde
esa óptica, anota, se comprende que la formación educativa general no sea
importante, porque ha dejado de ser útil para el capitalismo. Lo que ahora interesa es el desarrollo de competencias que
faciliten la adaptabilidad de la fuerza de trabajo a la competitividad global.
Por la misma razón, se elogian las concepciones pedagógicas que evalúan
competencias tales como “saber hacer, saber ser, saber lograr”, puesto que
ellas permiten adaptarse rápidamente a situaciones distintas, pero en función
de solucionar problemas y realizar proyectos que la empresa global o local
requieran. En este marco, la cultura común se desdeña, porque lo crucial es
tener acceso a nuevos saberes para estar en capacidad de responder al mercado
ante situaciones imprevistas. No asombra que el adiestramiento en tecnologías
de la información y la comunicación ocupe el primer lugar entre las
competencias demandadas.
Siguiendo
al mismo autor, queda claro algo sumamente importante para entender el origen
de muchos fenómenos elevados, ahora, al rango académico: desde el marco
educativo, el uso del término competencia es muy reciente. Se empleó por
primera vez en 1992 en Estados Unidos, por la Secretaria de Trabajo de ese
entonces, al conformar una comisión de “expertos” a la que encargó la
elaboración de un documento: “Lo que el trabajo requiere de las escuelas”. Tras
esta acotación, el mismo autor señala que dicho informe siendo encargado por la
Secretaria de Trabajo y no por la de Educación, demuestra quién determinó,
desde un inicio, la relevancia de las competencias. Por otra parte, anota que
el concepto “competencias” sustituyó al concepto “calificaciones”, temiéndose
que los convenios colectivos conspiraran contra la flexibilidad (precariedad) y
la polivalencia de los trabajadores.14
¿Pero
qué competencias demanda el mercado? A partir de una recomendación hecha por el
Parlamento Europeo, se plantea que se
trata de las que, supuestamente, requieren las personas para realizarse y desarrollarse, así como para que gocen de
ciudadanía activa, inclusión social y empleo.15
Estamos
ante una utilización de conceptos que parece denotar preocupación por la
educación en sí misma, las personas tomadas individual y colectivamente, la
ciudadanía y la inclusión social, cuando
lo que en verdad se quiere es que lo humano y lo natural queden por entero
sujetos a las necesidades de empleabilidad de las transnacionales y las
empresas que se les subordinan en el Norte y en el Sur.
Lo
que no entra del todo en esas destrezas básicas son la reflexión, las
habilidades creativas y la adopción de una actitud crítica. Y por más que el
mercado diga que toda empresa debe centrarse en las personas, su propósito real
consiste en que las competencias que en su provecho debe forjar la educación,
se reduzcan “… a una actualización de las normas para el reclutamiento y
selección de personal, a la evaluación psicológica laboral y educativa del
trabajo en la llamada ‘economía del conocimiento’.” Con ellas, se quiere que el
capitalismo definitivamente colonice la subjetividad, la sensibilidad y la
inteligencia. Se critican así, por ejemplo, la separación con el mundo laboral,
la abundancia de oferta de licenciados, el divorcio entre la oferta académica y
las demandas del mercado de trabajo y la economía, la depreciación del título,
etc. En el mismo sentido, se habla de la necesidad de una mano de obra
desreglada, flexibilizada, innovada, aprendiendo permanentemente, etc. De esta
suerte, desde hace años, la patronal ha venido interviniendo de modo creciente
en la definición de referencias de empleo, programación de saberes, etc.16
Debe
quedar clara una cosa más, que el modelo de habilidades y competencias se
pretende aplicar a todas las materias por igual, sin detenerse para nada en su
naturaleza. Así, filología, historia, filosofía, matemáticas, derecho,
economía, ciencias experimentales, asignaturas en las que nadie defiende el
valor epistemológico de ese modelo, se someten igualmente a patrones de
docencia que se aprueban en documentos que contienen ideas inútiles.17
No
quisiéramos pasar a otro asunto, sin antes hacer una brevísima referencia a un
concepto que hoy se pregona por doquier, con mucha aparente inocencia: hablamos
del concepto emprendedurismo que llama, como muchas otras cosas, a parecerse
cada vez más al empresario, como modelo de conducta. Todo se reduce a que
detrás del mismo se esconde el propósito de empujar a los individuos a generar
por sí mismos el empleo que el sistema capitalista arrebata a la gente de forma
cada vez más implacable. Por ello, compartimos por completo este planteo:
“Desde nuestra perspectiva, no pretendemos satanizar el término, pero tampoco
podemos ignorar que se trata de una práctica –el emprendedurismo- íntimamente
asociada a la ideología neoliberal y a su propuesta de estructurar la sociedad
sobre la base del individualismo, a pesar de las funestas consecuencias que
esto está teniendo para la humanidad. En efecto, el emprendedurismo va de la
mano de otras ideas-mito como el crecimiento y el progreso.”18
IV.
TUNING, COACHING y TIC
Conozcamos
ahora el sentido real de conceptos como Tuning, Coaching y TIC. El primero y el
último de ellos se han difundido en todas las universidades nacionales; el
segundo, según parece, apenas comienza a difundirse entre ellas.
Para
el proyecto Tuning, diseñado ¡vaya sorpresa! por dos universidades privadas y
cofinanciado por la Comisión Europea, lo útil no es la adquisición de
conocimientos, estimando que, en poco tiempo, se vuelven obsoletos, sino las
destrezas, competencias y habilidades. Y aunque hoy las personas requieren de
esas competencias para desenvolverse apropiadamente en el mundo laboral, se da
por buena, sin más ni más, la filosofía de este proyecto que defiende el
adiestramiento del alumnado para volverlo dúctil, poniendo su acento en el
aprendizaje de competencias orientadas a su mera aplicación, incluso en
Medicina, Pedagogía, Enfermería, Antropología y Filosofía, carreras en las que
no tiene cabida.19
Un
eje central de este proyecto es la atención permanente a las demandas de empleadores,
actuales y futuros, quienes “exigirán conocer fehacientemente lo que significa
en la práctica una capacitación o una titulación determinadas”. Ello ha de
lograrse “añadiendo indicadores que puedan ser medidos con detalle” y
estableciendo objetivos que sean “dinámicos y acordes con las necesidades de la
sociedad y del empleo.”20 (Acá
“sociedad” es sólo un eufemismo, lo que se evidencia por el hecho de que al
nivelar sociedad y empleo, se sugiere la preeminencia que el Tuning da a los
empresarios a escala social y planetaria).
Detengámonos
en el coaching (entrenador). Primero, veamos lo que dice un crítico del mismo:
comienza señalando que el coaching bebe directamente de la fuente del
conductismo, al que señala como “método preferido por la mayoría de los
psicólogos que forman esa (siempre dudosa) especialidad médica llamada
Psicología Clínica.” Luego, expresa que se trata de una terapia cuyo logro es haber igualado a
perros y humanos, centrada en actuaciones de una conducta que puede cambiarse a
través de estímulos, sean positivos o
negativos. Más adelante, plantea que los programas de coaching prometen siempre
el mejoramiento y el cambio para mejor. Así las cosas, todos ellos asumen que
si algo desequilibra la vida cotidiana de determinadas personas, se debe
“actuar con urgencia para restablecer un orden, que, efectivamente, es la
felicidad naturalmente obtenida.” Y sigue: “La esquizofrenia capitalista […] se
embriaga aquí de tal manera que, al tiempo que es foco de todas las
"enfermedades del exceso" (la obesidad, el despilfarro, etcétera) nos
proporciona los medios (conductistas) para combatirlas, a través de eternas
promesas de cambio que, por pura supervivencia del sistema, jamás llegan a su
fin.”21
No
es exagerado sostener que dichos programas igualan a perros y humanos, pues,
como afirma una entendida del asunto, en ellos se hace referencia tanto a niños
y adolescentes, como a perros, porque al final, según ella, “la base de la
educación de los tres grupos es la misma: la psicología conductual.” 22
¿Qué de raro tiene así que los
programas de coaching en la televisión
al enseñar “a criar a los niños, a alimentarse o a comprar mejor”, suplanten
las funciones que antes correspondían a instituciones de tipo familiar, vecinal
y otras?23
¿A
qué conduce el Coaching?
Con
los programas de coaching se inocula
entre los trabajadores la aceptación acrítica, pasiva o resignada de su suerte
en la empresa o en cualquier otro tipo de institución. Se procura que el
trabajador acepte, como lo más normal del mundo, la precariedad laboral, el
quedar por completo abandonado a su suerte, dentro o fuera de su centro
laboral. Más aún, se espera que descargue sobre sí mismo la responsabilidad por
su propia suerte.24 Estamos así frente a lo que Franz Hinkelammert sostiene
sobre el capitalismo, a saber: “es, probablemente, el primer caso de un culto
no expiante, sino culpabilizante”, convertido en una culpa universal que se
mete “a la fuerza en la conciencia” e
involucra en ello a Dios para descargar sobre él la expiación.25
Externando
la naturaleza por completo conductista y empresarial del coaching, otro escrito
plantea que éste se puede definir “como una disciplina que se basa en llevar al
cliente o coachee hacia la definición y consecución de sus objetivos, a través
de preguntas que pretenden no interferir en el proceso que realiza el coachee,
sino más bien guiarlo en dicho proceso.” Por si fuera poco, con este tipo de
programas se resalta lo individual, ya que la solución de problemas no se
enfoca nunca desde una perspectiva social, sino estrictamente individual, con
lo que se desemboca en el individualismo: en verdad sólo uno que otro “cliente”
puede estar en capacidad para resolver su problema a partir de este “poderoso”
y “genuino” simplismo por parte del entrenador: “¿qué puedes hacer tú para
resolver estos problemas?”26
Los
efectos sobre individuos aislados y no colectivamente tomados, por más que se
hable del trabajo en equipo, se constituyen en centro del trabajo desplegado
por el coaching, quien trata de inocular en ellos “los nuevos paradigmas”
-evidentemente los de la empresa- que garantizan el éxito sostenido, promesa
esta última que ha acompañado siempre al capitalismo, quedándose siempre en
eso... Sin embargo, las consecuencias del trabajo cada vez más cambiante y
acelerado del mundo empresarial, al menos obligan a los servidores del sistema
a preguntarse si ello genera graves daños a las personas y a la sociedad en su
conjunto. Se admite así el clamor de la gente ante la falta de tiempo y la existencia
de datos epidemiológicos alarmantes por cuanto acusan enfermedades derivadas
del stress. Pero, claro, no es la población en sí lo que preocupa, sino lo que
ello le genera en gastos a las empresas, a causa del ausentismo, el descenso de
la productividad, la rotación del personal y el pago a médicos. Depresión,
derrames cerebrales, hipertensión, ataques al corazón, cáncer, entre otras, son
enfermedades que aumentan vertiginosamente entre jóvenes y personas de mediana
edad.27
¿Se
puede esperar otra cosa de un régimen
laboral que, con cada nueva tecnología, provoca tensiones crecientes, precariza
(flexibiliza) más y más el empleo y extrema, también en grado cada vez mayor,
los ritmos de producción?
Pero
acá no terminan las cosas: se advierte seriamente lo protervo que puede
resultar la aplicación del conductismo al ser humano y concretamente al
liderazgo, en parte, porque ensaya con la vida anímica del ser humano,
soslayando por completo su parte esencial: su intencionalidad cognoscitiva y
volitiva, con lo cual se subordina lo cultural a lo biológico. De esta forma,
el conductismo, oponiéndose al ethos (personalidad), mediante la aplicación de
la fórmula estímulo-repuesta-refuerzo, se orienta a privar al ser humano de la
fortaleza para hacerle frente a toda dominación social. En el mismo sentido,
lejos de contribuir a la forja de un líder icono (aquél que conduce al
individuo y a la comunidad a que se construyan,
se plenifiquen y busquen su
libertad, sin hacerlos dependientes de sí mismo), crea un líder ídolo (el que
vuelve dependientes de sí a los liderados, haciéndolos sentir cobijados y
protegidos por su persona). Por ello el líder ídolo lejos de educar,
adiestra.28
Las
TIC
Más
allá de lo que anuncia, pregona y promete el capital globalizado, por ejemplo
en términos de comunicación, ésta no es, para nada, resultado de experiencias
comunes, ni de valores y normas que se transmiten gracias a la tradición y la
ética; por el contrario, deriva de antagonismos que se tratan de superar
artificialmente recurriendo a la “reconciliación humana” y a las TIC, como
herramientas para disolver la subjetividad y la comunidad, subsumiéndolas en el
flujo de relaciones intersistémicas propias de la sociedad cibercultural.29 La
promoción de estas tecnologías, está orientada a la “inocente” pertenencia a
redes que llevan a la aceptación de patrones únicos en el uso y comprensión de
la tecnología. Pero sabiéndose que ello es efectivamente así, se aduce la
inconveniencia de aislarse y desconectarse. Se llama, por eso, a “permanecer
pro-activo, reactivo y móvil”, dispuesto al “cambio” en aras de multiplicar
“nuestra ‘capacidad de respuesta a un mundo inestable’.”30
En
este sentido, se manifiesta preocupación por el hecho que los modelos de
identidad y comunidad devenidos de la tradición cultural sean “disueltos
progresivamente por los nuevos modelos híbridos altamente tecnologizados que
[…] operan como actualísimos referentes de identidad individual y colectiva”.
El efecto de ello es que el poder político logra, mediante la imagen y la
comunicación, moldear la opinión pública, la conciencia y el imaginario social.
Y lo que acá interesa no es en absoluto la claridad, sino la apariencia, la
alusión, la visión decorativa y difusa de las cosas. Se trata, en fin, de
colonizar opiniones, actitudes y comportamientos colectivos. De esta suerte, el
individuo y el grupo dejan de tener razón de ser, convirtiéndose en simples
puntos de la red de comunicación de la llamada sociedad de la información y la
comunicación.31
Las
TIC se orientan a asegurar la máxima flexibilización profesional del futuro
trabajador, para que se siga formando toda su vida, actualizándose siempre, en
función de que renueve sus destrezas y habilidades para beneficio del
empresario colectivo o individual. Si él aprende a utilizar Internet en
búsqueda de información, se facilita la tarea de presionarlo para mantener su
nivel de competitividad profesional, sea en los fines de semana, en vacaciones
o durante las noches, costeándose por sí mismo el uso de la red.32 Al respecto
del fenómeno acusado, los autores Simone Belli, Cristian López y Javier Romano
plantean: “Todas las horas son susceptibles de ser trabajadas, las conexiones
inalámbricas permiten conectarse en cualquier lugar en todo momento. La
ecuación del capitalismo cognitivo es clara (conexión=adentro=vida)
(desconexión=afuera=muerte).”33
Así
las cosas, se acusa, cada vez con mayor fuerza, la tendencia a que las
universidades se subsuman a la economía y al mercado y vayan, de esa forma,
perdiendo gradualmente autonomía, incorporándose a redes de producción del
saber en las cuales las decisiones académicas comienzan a adoptarse en función
de motivaciones económicas. La apertura,
el cierre o redefinición de las unidades académicas, como los departamentos, en
función de definir la asignación de recursos económicos; los cambios en la
naturaleza, contenido y organización relativos, por ejemplo, a la docencia y la
investigación, son parte de esos fenómenos que se están observando en el alma
mater, impuestos por la globalización neoliberal. Y lo que está acá en juego es
el control, la apropiación y la distribución del conocimiento generado en
función del éxito en la competencia global.34
Son
muchos los ejemplos que pueden traerse a colación para ilustrar el fenómeno de
la supeditación de las universidades al mercado capitalista. Pero nos
limitaremos a uno solo: en el Reino Unido “todos los programas universitarios
menos Medicina, Ciencias, Ingeniería y Lenguas Modernas podrían dejar de
recibir dinero público […], obviamente […] las
demás carreras deberán buscarse la vida para poder subsistir” haciendo “frente a los costes con el dinero
de las matriculas de los estudiantes”; por el otro, supeditando la Educación Universitaria “a la lógica del
mercado, es decir, ‘si no hace dinero, no es importante.’”35
V:
ENTORNO DE LAS UNIVERSIDADES Y FORMACIÓN EN LA INCERTIDUMBRE
Las
“demandas del entorno”, concepto usado profusamente por las universidades,
responden igualmente a lo que el mercado global exige en términos educativos, a
saber, la incorporación de sistemas de aprendizaje más adecuados sobre todo al
ámbito económico. Pero por entorno de las universidades se comprenden las
realidades del mundo laboral, las consecuencias de la globalización, la
revolución de los medios digitales, la importancia creciente del mercado en el
campo educativo, la reducción del financiamiento público, la competitividad, la
gestión empresarial, etc.36
A
partir de ese entorno, se llama a las universidades a competir entre sí;
diversificar sus fuentes de ingreso, incluir entre sus proveedores a
instituciones privadas, universidades corporativas y a distancia; cobrar
aranceles a estudiantes, a quienes deben llamar clientes; liquidar la planta
docente permanente; desaparecer las funciones institucionales y sustituirlas
por desempeños sujetos a minuciosas mediciones; adoptar el modelo de gestión
empresarial; convertir la dirección colegiada en corporativa; patentar y vender
los trabajos de docentes e investigadores a las empresas; sustituir las escalas
salariales por incentivos a la productividad; someter la calidad de los
currículos a evaluación por agencias externas, etc. Se trata, en fin, de
convertir a las instituciones educativas en negocios altamente competitivos.
Por ello, se espera que el mundo educativo deje de preocuparse por los
conocimientos formales, dado que éstos se desenvuelven en un medio que los
vuelve volátiles y obsoletos.37
Finalmente
abordemos brevemente la idea de educar en la incertidumbre.
Ciertamente,
el mundo hoy está más amenazado que nunca. La abigarrada y compleja modalidad
de crisis que hoy sacuden a la humanidad, el cambio climático y el
calentamiento global así lo evidencian. Pero, ¿no es acaso un sistema social
con nombre y apellido el que ha arrastrado a la humanidad hacia ello? ¿No es el
capitalismo, además, el gran fabricante de armas de todo tipo, el magno
provocador y promotor de guerras? ¿El generador de las mayores incertidumbres
que ha conocido hasta ahora el ser humano? ¿Es casual que en el mundo
universitario se hable con frecuencia de educar en la incertidumbre y, por
consiguiente, en el riesgo que, artificialmente, se extrapola del mundo
mercantil a todo el mundo existente, incluso al de la educación? ¿Estamos ante
meras coincidencias con los conceptos del mercado globalizado?
En
efecto, los ideólogos del neoliberalismo, sostienen que el exceso de
información, volviéndose inmanejable, genera no sólo que las nuevas ideas se
sustituyan rápidamente por otras, sino también incertidumbre. De ahí resulta
igualmente que la inestabilidad se vuelva norma. El conocimiento y el
aprendizaje se ven, de esta suerte, sometidos por su supuesta irrefrenable
obsolescencia, a amenazas y hostigamientos. A la universidad se le demanda así
flexibilización en lo logístico y lo pedagógico; adopción de nuevos
herramientas didácticas; estimulo a la competitividad vía la evaluación,
acreditación y análisis de la transferencia de conocimientos; desplazamiento del
conocimiento por su funcionalidad y operatividad; énfasis en lo práctico y cuantitativo, clasificar y
medir competencias; un aprendizaje de por vida; rendición social de cuentas. Se
trata, en síntesis, de acercarla, cada vez más, a la empresa privada.38
Al
respecto de lo que puede prevalecer en educación, José Carlos Bermejo Barrera
anota que los alumnos se convertirían en clientes de sus profesores; las
facultades en proveedoras de las universidades y las unidades administrativas
mayores en las de las menores. Y en general, las estructuras administrativas
públicas se volverían redes empresariales, cuyo funcionamiento se tornaría un
proceso a medir de acuerdo a procesos de control de calidad y creación e
intercambio de la producción mercantil educativa, vuelta microcosmos del
mercado universal.39
Concluyamos:
La
reingeniería académica es tan perversa como la diseñada para toda la humanidad.
Con una universidad sometida al capital no queremos nada, porque con ella no
puede haber contribución alguna, no diremos al crecimiento económico –que,
aunque con limitaciones cada vez mayores, está dentro de lo posible-, sino a la
liberación de los pueblos y, por tanto, a su bienestar. Una universidad así no
es liberadora sino enajenante. Puede graduar cada vez mayor cantidad de
técnicos y profesionales, pero de hacerlo en función del sistema capitalista,
por competentes que puedan ser desde una óptica laboral, no serán personas con
calidad humana, servidoras de su comunidad, su sociedad y del planeta que a
todos y todas nos cobija. La humanidad no debe someterse ni al mercado ni al
estado, debe por el contrario, si quiere preservarse, someterlos en función de sí misma y de la
Madre Tierra. Y la universidad debe ser parte inseparable de esta lucha por
preservar el planeta y dignificar al ser humano en su conjunto.
Notas:
[1].
“Los defensores del gobierno global esperan que Barack Obama logre reenganchar
a Estados Unidos con el resto del mundo, y que esto signifique progreso para
tantos problemas internacionales, desde el ámbito climático hasta el
comercial.” Gideon Rachman, columnista jefe de asuntos exteriores, Financial
Times. “Mal año para la
diplomacia”. Summa. Edición 176/Enero
2009. p. 80.
[2]
Lagos Nilsson. “Chile, educación; corolario: Clío está desnuda y la violan a
mansalva”. http://www.surysur.net/?q=node/15158
[3].
EDUN, la revista de la Federación de Docentes de las Universidades. Entrevista
exclusiva: Peter McLaren… “Hay que
descolonizar la universidad”. Agosto 2010 año 5- nº 12. p. 3.
[4].
La micro, pequeña y mediana producción (MIPYMES) en la estrategia de reducción
de la pobreza y desigualdad. http://www.laluchasigue.org/index.php?option=com_content&view=article&id=542:boletin-nicaragua-triunfa-8&catid=67:documentos&Itemid=193
[5].
CNU: PLAN ESTRATEGICO DE LA EDUCACION SUPERIOR PUBLICA 2008-2013. Managua, Nicaragua 19 de
abril del 2007
[6].
Miguel Rumayor. “¿Es posible educar para vivir en medio de una economía
capitalista?” www.comunitarismo.info/Rumayor.doc
[7].
Frases sueltas: León Trahtemberg y la educación peruana (parte XXVIII)... julio
09, 2006. http://www.viadescape.com/laignoranciamata/2006/07/frases-sueltas-len-trahtemberg-y-la.html
[8].
Maya Rivera Mazorco y Sergio Arispe Barrientos. “Desarrollo versus bienestar
humano”. http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2008072406
[9].
Consejo Nacional de Universidades. Por una Reforma Universitaria Integral.
Managua, Nicaragua, Junio 1993. p. 41.
[10].
Fidel Castro Ruz. “El discurso de Evo”.
http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2010/11/25/el-discurso-de-evo/
[11]. Ley NCLB “No Child Left Behind” (Ningún niño
dejado atrás). Lo que significa para los padres. http://www.collegeboard.com/padres/planificar/escuela-superior/35088.html.
[12]. Diane
Ravitch. “Giro radical de una ex vicesecretaria de educación”. http://librepenicmoncjose.blogspot.com/2010/10/giro-radical-de-una-ex-vicesecretaria.html
[13].
Edistio Cámere. “¿Competir o ser competente? Una respuesta desde la educación”.
http://entreeducadores.wordpress.com/2009/06/03/%C2%BFcompetir-o-ser-competente-una-respuesta-desde-la-educacion
[14].
Renán Vega Cantor. “Las «competencias educativas» y el darwinismo
pedagógico”. http://amec.wordpress.com/documentos/convergencia-europea/las-competencias-educativas-y-el-darwinismo-pedagogico/
[15].
Jorge García. “El discurso sobre las competencias y el nuevo espíritu del
capitalismo”. http://www.filosofia.net/materiales/articulos/a_34.pdf
[16].
Ibíd.
[17].
José Carlos Bermejo Barrera. “¿Por qué es necesario cerrar ya la ANECA y
neutralizar su ideología?” http://firgoa.usc.es/drupal/node/47659
[18]
PROPUESTAS DE INTERES ESTUDIANTIL Propuesta # 46 Sobre el emprendedurismo y la
promoción social. http://henrymorarector.com/images/informacion/propuestas_seleccionadas/propuestas_estudiantes/propuestas_estudiantes.pdf
[19].
ENRIQUE JAVIER DÍEZ GUTIÉRREZ. Universidad de León, España. “El capitalismo
académico: la reforma universitaria europea en el contexto de la globalización.
http://www.rieoei.org/jano/2904Diez-JANO.pdf
[20].
Julia González, Robert Wagenaar, Pablo Beneitone. “TUNING-AMÉRICA LATINA: UN PROYECTO DE LAS
UNIVERSIDADES”. http://www.rieoei.org/rie35a08.pdf
[21].
Palabra de pez abisal. “El coaching en televisión”. http://palabradepezabisal.blogspot.com/2010/07/el-coaching-en-television.html
[22].
Opinión sobre El Encantador de Perros. http://www.ciao.es/El_Encantador_de_Perros__Opinion_1449077
[23].
Simone Belli, Cristian López, Javier Romano.
“Producción, distribución y consumo de conocimiento en el Capitalismo
Cognitivo ¿Un virus fuera de control?”. http://redalyc.uaemex.mx/pdf/737/73711473006.pdf
[24].
Tomemos de ejemplo la siguiente historia: "Vi el miedo reflejado en su
cara cuando se enteró de la noticia. Asentada en una vida cómoda y sin
demasiados sobresaltos, así era la historia de Luisa. Un sueldo que le permitía
llevar la vida que quería […] Una familia con la que cumplía la visita
quincenal a sus padres y los cumpleaños de rigor. Todo muy bien medido y
milimetrado./“Al leer el escrito cayó en la silla de su escritorio totalmente desolada.
¡Era una carta de despido! […] / No había explicaciones, ni menciones, ni
reseñas. Un simple "Gracias por sus servicios" y un adiós que le
sabía amargo. ¿Qué haría ahora? […] Tomó
el teléfono y se le ocurrió hablar con su amiga Marcela, quien muchas veces le
animó a moverse, a cambiarse de trabajo, de casa, de algo, a vivir de otra
manera más acorde a sus propios gustos personales. A Luisa le parecía estúpido
cambiar su sueldo fijo y sus costumbres por algo que no iba a poder controlar.
[…] / Cambiar suena, a veces, a perder.
A mí también me pasó una época. Nada más lejos, es la oportunidad de
encontrar cosas nuevas, de avanzar, de crecer…” “Reconstruir una vida I: la
falacia del control”. http://coachingsusanagarcia.blogspot.com/2010/05/reconstruir-una-vida-i-la-falacia-del.html
[25].
Franz Hinkelammert. Hacia una crítica de la razón mítica El laberinto de la
modernidad. Materiales para la discusión. Fundación Editorial el Perro y la Araña. Caracas,
Venezuela, octubre de 2008. p. 262.
[26].
Xavier Pirla. Ingeniero Superior, Licensed NLP Trainer y ICC Coach Socio
Fundador de Talent Institut. “Más allá de lo evidente. Lenguaje y Coaching”. LA
COLUMNA DEL PORTAL DEL COACHING. http://www.portaldelcoaching.com/Actualidad/Columna/NL10-DOC4-Mas%20alla%20de%20lo%20evidente.htm
[27].
Alicia E. Kaufmann. Contribución de Crónica Económica. “COACHING TRANSFORMADOR
Y ÉXITO SOSTENIDO”. www.cronicaeconomica.com Colaboría www.colaboria.com http://www.gestiopolis.com/Canales4/mkt/coaching.htm
[28]. Jesús M. Herrera A. “Ética y liderazgo ante
una sociedad conductista”. http://analogiaentijuana.blogspot.com/2010/09/etica-y-liderazgo-ante-una-sociedad.html
[29]. Carlos Soldevilla. “Los efectos perversos de
la comunicación”. http://www.ucm.es/info/nomadas/8/csoldevilla.htm
[30]. Jorge
García. “El discurso sobre
las competencias y el nuevo espíritu del capitalismo”. http://www.filosofia.net/materiales/articulos/a_34.pdf
[31].
Carlos Soldevilla. Los efectos perversos de la comunicación. Ob. cit.
[32].
Renán Vega Cantor “Las «competencias educativas» y el darwinismo pedagógico”.
Ob. cit.
[33].
Simone Belli, Cristian López, Javier Romano.
Ob. cit.
[34].
Eduardo Ibarra Colado. Capitalismo académico y globalización: la universidad
reinventada. http://www.scielo.br/pdf/es/v24n84/a17v2484.pdf.
[35]. Jorge
García. “El discurso sobre
las competencias y el nuevo espíritu del capitalismo”. Ob. cit.
[36].
Daniel Mourenza. “Las universidades británicas en lucha por su futuro”. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=117425
[37].
Jorge García. “El discurso sobre las competencias y el nuevo espíritu del
capitalismo”. Ob. cit.
[38].
Ibíd.
[39]. José Carlos Bermejo Barrera. Ob. cit.
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