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martes, 28 de septiembre de 2010

Los Objetivos del Milenio en Nicaragua y en el Mundo

 
Discurso de Paul Oquist Kelley en la Cumbre de la ONU sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio
Los Objetivos del Milenio en Nicaragua y en el Mundo 
 
 

Paul Oquist Kelley, representó el gobierno nicaragüense en la cumbre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio que tomó lugar en la Asamblea General de la ONU en Nueva York la semana pasada. Durante su discurso dió detalles sobre los logros en términos de la reducción de pobreza y desigualdad económico que han habido en Nicaragua desde que el gobierno de Daniel Ortega asumió el poder en el 2007. Oquist también hizo hincapié en que, para que los ODMs sean lograble a nivel global, es urgente transformar la aquitectura financiera, económica y de poder político que actualmente rige en el mundo. A la vez, Paul Oquist describió el ALBA como un modelo para que sea alcanzable la tan añorada justicia social a nivel mundial.

 
Muchas gracias, señor Presidente. El logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio [ODMs] no solo requiere resolver problemas técnicos, administrativos, financieros y de voluntad política, sino también enfrentar desafíos estructurales como la naturaleza concentradora del ingreso y la riqueza en pocas manos del modelo económico y social vigente.

 
 
Esto se ha agudizado desde 1980 con el auge neoliberal y el consenso de Washington que impuso la desregulación, la privatización y la minimización del Estado incluyendo su rol redistribuidor. La consecuencia ha sido mayor desigualdad entre y dentro de países. Esto es particularmente relevante en América Latina y el Caribe que es la región de mayor desigualdad en el mundo.

 
El fenómeno también ha afectado los países desarrollados. De hecho, la familia trabajadora norteamericana tuvo un mayor ingreso real promedio en 1980 que hoy en día, generando desequilibrios que contribuyeron a la crisis financiera y económica actual.

 
En Nicaragua la pobreza extrema aumentó entre 2001 y 2005. Sin embargo, a partir de 2007, el gobierno del Presidente Comandante Daniel Ortega ha logrado reducir la pobreza extrema a pesar de la peor crisis financiera y económica del capitalismo mundial desde la Gran Depresión.

 
La cifra oficial ahora es de un 14.6% de pobreza extrema - mitad del camino a la meta. Sin embargo, un estudio independiente financiado por Holanda y Suiza con asistencia técnica del Banco Mundial encontró que en 2009 Nicaragua ya ha alcanzado la meta de ODM1 con el 9.7% de pobreza extrema. FAO [La Organización las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura] y PMA [el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas] en su informe 2010 también encuentran que Nicaragua ya ha logrado el ODM1 medido por la reducción de la desnutrición.

 
También hay logros en todos los demás indicadores salvo el HIV y SIDA que ha aumentado, pero Nicaragua continúa teniendo la menor taza de Centroamérica. Este problema internacional requiere de mayor esfuerzo a nivel mundial si se va a lograr el ODM a nivel nacional.

 
Algunos ejemplos de las reducciones en indicadores incluyen analfabetismo que ha pasado del 22% en 2006 al 3.3% en 2009 gracias a una campaña utilizando el exitoso modelo cubano "Yo Sí Puedo."

 
Se ha reducido la mortalidad materna y la mortalidad infantil mientras la taza de malaria ha bajado de 4.4 para cada 100,000 habitantes en el año base a 1.1 en la actualidad. No ha habido una sola mortalidad por malaria en los últimos tres años.

 
Nicaragua se ha beneficiado de la inovación más genial en el financiamiento para el desarrollo del siglo actual. Esto consiste en la solidaridad de Venezuela a través de los acuerdos de PetroCaribe que convierten la mitad de la factura para hidrocarburos de los países pobres en créditos blandos de largo plazo para la reducción de la pobreza.

 
El apoyo a procesos sociales del ALBA [la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América], el Banco del ALBA, y la nueva moneda regional SUCRE, representan otros elementos novedosos de este nuevo modelo alternativo solidario.

 
Estos representan ejemplos del financiamiento inovador que se requiere para enfrentar el desafío de la reducción de la pobreza y la desigualdad asi como los costos del cambio climático y todo a la vez.

 
Se ha estimado que se requiere US$50,000 millones de ODA [Asistencia Oficial para el Desarrollo por sus siglas en inglés] anuales adicionales para lograr los ODMs de ahora a 2015.

 
Sin embargo, en las condiciones actuales, esto parece poco probable: solo cinco países cumplen con el 0.7% del BIP en la actualidad. A la vez escuchamos al Secretario General, Ban Ki Moon, hacer una llamada en la inauguración de esta conferencia a los países donantes de no cortar su cooperación externa debido a la crisis.

 
Más efectivo podría ser emitir US$250,000 millones de derechos especiales de giro como aquellos que fueron tan rápidamente aprobados y distribuidos a los bancos centrales del mundo en 2008 y 2009 para mantener la liquidez financiera global. Una emisión para los ODMs establecería que reducir a la mitad la pobreza extrema mundial tiene al menos la misma prioridad que rescatar a bancos.

 
También se necesita una lucha inclusiva para los ODMs. En este sentido aplaudimos los avances en los últimos dos años en los esfuerzos a favor de la paz y la prosperidad en los dos lados del estrecho de Taiwán, y esperamos que Naciones Unidas pueda encontrar formas adecuadas para la participación de Taiwán en esta lucha de todos.

 
Con el gobierno del Presidente Comandante Daniel Ortega se ha logrado la reducción de la pobreza dándole prioridad a la producción de las micros, pequeñas y medianas empresas, incluyendo el acceso al crédito justo, semillas y fertilizantes, asi como la capitalización directa de mujeres del sector informal en las ciudades y de campesinas en el campo.

 
También se restituyó el derecho humano y constitucional a la educación y la salud pública gratuita que habían sido negados por políticas de "recuperación de costos" de los gobiernos neoliberales. Asi mismo se ha subsidiado a los pobres del área urbana en transporte público, agua y electricidad y se han entregado bonos cristianos, socialistas y solidarios a los trabajadores estatales de menor ingresos.

 
En resumen se ha reemplazado la desregulación, privatización, liberalización y minimización del Estado con políticias que facilitan el papel del Estado de promover el desarrollo y redistribuir el ingreso y el consumo en apoyo directo a los pobres. El resultado es la reducción del índice de desigualdad, GINI, de 0.41 a 0.36 de 2005 a 2009 siendo Nicaragua el país menos desigual de Centroamérica.

 
Para la sostenibilidad de estos logros es necesario el crecimiento de la economía y la buena noticia es que las exportaciones nicaragüenses a la fecha son más de 30% mayores que el año pasado en esta misma fecha.

 
Sin embargo, hay serias amenazas para nosotros y para todos. ¿Cómo sería una recesión W? ¿O una década perdida para muchos países por repago de endeudamiento? a como sucedió en América Latina y el Caribe en los años 80 en que la economía regional decreció en -1.9% en todo un decenio.

 
Todos necesitamos la recuperación de la economía mundial para lograr los ODMs. Ya debe estar claro que esto no es posible solo a través del gasto público, y entre poco será claro que eso aplica también al ahorro.

 
Más bien enfrentamos múltiples desequilibrios masivos que indican la necesidad de transformar la arquitectura financiera y económica actual.

 
Esto es el caso porque la globalización ha sido tan rápida, el mercado tan predominante, el Estado tan débil, la regulación tan impotente, la especulación tan rentable, la economía virtual sobre la real tan múltiple, el capital financiero tan hegemónico, el crédito tan limitado, las inversiones tan a corto plazo, el alto desempleo tan resistente, el desbalance comercial tan crónico, la deuda tan enorme, la emisión monetaria tan astronómica, la principal divisa de reserva tan indisciplinada y el poder político internacional tan concentrado.

 
Estos factores son interrelacionados y forman círculos viciosos que impiden la transformación al nuevo modelo que se requiere tan urgentemente para lograr la recuperación económica y reducir la desigualdad estructural que ha contribuido a la crisis.

 
Para terminar, quisiera señalar que si estos temas no son tratados el logro de los ODMs para el 2015, o en cualquier fecha, estará en peligro. Lo mismo puede decirse de las posibilidades de alcanzar un acuerdo mundial inclusivo y vinculante sobre cambio climático dentro del marco de la Convención y del Protocolo de Kyoto.

 
La solución reside en la inclusión, en la democratización de las relaciones políticas y económicas internacionales para alcanzar la paz y la estabilidad mundial con derechos humanos y justicia social, y sin pobreza. O sea, los mismos objetivos por los que las Naciones Unidas fueron creadas.

 
Muchas gracias, señor Presidente.

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