A Urosa Savino, le dolió la patá en el culo enviada desde la mafia del vaticano
Javier Monagas Maita
Son culillúos, sus altanerías se les bajan cuando sienten que van a perder el chivo y el mecate. El pendenciero, egoísta y embaucador cardenal Jorge Sabino Urosa, tuvo que tragarse sus mariqueras inducidas por Lückert, Basaltar Porras, Luis Ugalde, Ubaldo Santana, y el resto del combo de delincuentes con sotana que viven del chuleo de la fe y de exprimir al estado venezolano. El cardenal pajúo, desde que regresó del alto mando del clan de la mafia religiosa, con sede en Roma, venía con el rabo en el fundillo. Y no podía ser de otra manera. Le dijeron clariiiito: no te metas con el pueblo de Venezuela y con su líder. Ese carajo no le teme a nuestro poder y lo que podemos ganar es perder los privilegios obtenidos cuando había presidentes entreguistas en esa nación en el siglo pasado. Además esa vaina de que Uds. andan locos por allí violando a cuanto carajito se les atraviesa, nos ha traído bastantes problemas y lo más doloroso, hemos tenido que desembolsar billeticos a granel, para pagar los daños materiales, que no los morales y los éticos, por que no tenemos y el publico nos descubrió la mascara de desvergonzados que ocultábamos.
Después de semejante Jalada de oreja, el, cardenal hipócrita se fue a la asamblea nacional y cuan “Jaimito”, se tragó su soberbia y prepotencia y tuvo que pisar tierra. El muy desgraciado, de vainas que no salió de la reunión con los diputados gritando “uh ah, CHAVEZ NO SE VA”.
Hay que ver que de verdad esos zánganos son fasos de toda falsedad. Ellos se anotaron en la aventura del golpe, por que pretendían seguir cobrando sus chequesitos, al estilo Blanca Ibañes. Los recuerdo pavoneándose delante de las cámaras de televisión, con un vaso de aguardiente en las manos, diciendo con prepotencia “aquí todo el mundo sabe que yo si soy adeco” con una expresión de rata contenta con el queso que le tocaría. Esa rata inmunda se llama Michael de Viana. Más atrás de su semblante demoniaco (el de de Viana) se paseaba por el escenario el inmoral cardenal, hoy difunto, - debe estar en la quinta paila de infierno, si es que esa vaina existe – abrazando a quienes planificaron la masacre de Puente Llagúno.
Todo se les vino abajo cuando les leyeron la cartilla de los privilegios inmerecidos y de cómo se les iba a cortar, además de cuando sintieron las respuestas populares a sus mentiras y manipulaciones y sus oídos golosos, escucharon el himno de la verdad popular generalizado. En ese momento las alarmas sonaron intensamente en el centro de poder del clan mafioso.
Ahora les toca a esas aberraciones con forma humana, tragarse su orgullo, su soberbia y su prepotencia. Tendrán que agachar la cabeza ante el pueblo soberano de Venezuela y su líder por voluntad espontanea Hugo Chávez Frías. Se impuso la razón, la verdad, la virtud y el honor del pueblo sobre el vil egoísmo y la sinrazón maniqueista. ¡Gloria al bravo pueblo!
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