04-05-10
La integración de la ciencia marina con la sociedad en general y la cultura futura es crucial para nuestro desarrollo tanto social como económico, y esta integración empieza en la escuela. Los problemas medio ambientales marinos, tan extendidos actualmente, imponen la necesidad de una educación en ese sentido desde los primeros niveles escolares.
- En este milenio el capital más importante de un país es su conocimiento. El conocimiento, no obstante, depende de la formación de las personas capaces de producirlo.
- La integración de la ciencia marina con la sociedad en general y la cultura futura es crucial para nuestro desarrollo tanto social como económico, y esta integración empieza en la escuela.
- Los problemas medio ambientales marinos, tan extendidos actualmente, imponen la necesidad de una educación en ese sentido desde los primeros niveles escolares.
- La enseñanza de las ciencias marinas no consiste sólo en insertar disciplinas en los programas de estudio en la enseñanza escolar y media, sino la inclusión de las ciencias desde la enseñanza básica debe estar necesariamente asociada a una política de formación de docentes.
- Se debe promover una mayor articulación entre las escuelas (primarias y secundarias) y las instituciones científicas y tecnológicas de la Oceanología, a partir del acompañamiento de los docentes científicos e investigadores al trabajo de los docentes con los niños y jóvenes.
- Uno de los propósitos de la educación científica en la escuela debiera ser entregar a la próxima generación de ciudadanos quienes eligen no continuar sus estudios formales de ciencia, los medios por los cuales puedan comprender la ciencia marina y cómo funciona.
- Los futuros científicos deberán superar el desafío de explicar su especialidad en términos que otros científicos y no-científicos pueden comprender.
En América latina, en general, se pone poco énfasis en la enseñanza de ciencias en la educación básica, a pesar de la fuerte presencia de la tecnología en la vida de las personas y el lugar central que ocupa la innovación tecnológica como elemento de competencia entre las empresas y las naciones en este milenio.
El alumno de primaria y secundaria es un “investigador” nato que adquiere su experiencia en el medio. Como consecuencia de esa “investigación” va adquiriendo una experiencia y al relacionarse con las personas y objetos que le rodean, aumenta su concepción tanto del medio como de sí mismo (Fig.1).
Esta relación que va tomando el niño con los objetos que le rodean, le ayudará en esa curiosidad que tiene para organizar sus observaciones y razonamientos. El desarrollo de sus facultades creadoras tiene una importancia excepcional y por eso se las debe desarrollar desde la escuela y cuanto antes mejor (P. L. Kapitza, Premio Nobel de Física de 1978). Por esta razón, si el niño o joven se familiariza con las ciencias desde temprano tendrá mayores chancees de desarrollarse, tanto en ese campo como en otros (Sommer, 2003) (Fig. 2).
Una segunda razón es que el conocimiento científico y las nuevas tecnologías son fundamentales para que la población pueda posicionarse frente a procesos e innovaciones sobre los que necesita tener una opinión con el fin de legitimarlos. Es el caso de la utilización de la energía nuclear y de alimentos genéticamente modificados, como de la clonación biológica.
En este sentido, el dominio del conocimiento científico forma parte del ejercicio de la ciudadanía en el contexto de la democracia (Sommer, 2006).
Una de las fuentes de conocimiento se sitúa en la conversación que se produce entre escolares, liceales, estudiantes y otras personas. Si, además, tenemos en cuenta el papel de la experiencia como movilizado o proveedor de contenidos, tendremos en la suma una posible vía de creación de conocimiento en la sociedad. Nos estamos refiriendo a las comunidades de práctica que se basan en estas dos premisas como elementos definitorios de estos procesos.
La creación de conocimiento requiere de un hábitat que lo posibilite. Las comunidades de práctica presentan muchos de los rasgos donde el conocimiento fluye y donde se produce de forma más efectiva el intercambio y creación de conocimiento.
Una comunidad de práctica se basa en que el aprendizaje implica participación colectiva y que la adquisición de conocimientos y habilidades se considera un proceso de carácter social y no individual.
En términos globales, los contenidos curriculares, los libros de texto y la enseñanza siguen careciendo de un enfoque adecuado y prima la cantidad frente a la calidad, haciendo con frecuencia hincapié en el aprendizaje de las respuestas y la memorización más que en la exploración de las preguntas, en la lectura más que en la práctica. No fomentan el trabajo cooperativo de los alumnos, la posibilidad de compartir ideas e información entre sí con libertad o el uso de los instrumentos modernos para ampliar su capacidad intelectual.
¿Qué tienen que aprender los alumnos? La pregunta más bien es qué tienen que ser capaces de hacer para funcionar en el mundo actual porque de lo que se trata precisamente es que sean capaces de hacer y no de saber. Si colocas la palabra" saber" en esa pregunta (que deben saber), lo que aparece es una lista interminable de cosas inútiles. Saber es necesario pero no suficiente. El currículo que tenemos no es fruto de la casualidad: Hoy no enseñamos lo que es importante sino aquello que es fácil de medir en un examen que es una atrocidad. No os quepa duda que es mucho más fácil evaluar un problema de matemáticas que la capacidad de ser hepático de una persona o la creatividad de un equipo.
No hay nada más importante que la educación (Fig. 3). Hay varias cosas imprescindibles para sobrevivir: Si no comes, obviamente te mueres. Si no duermes, está comprobado que te mueres. Pero si no te educas, también mueres. Si no eres capaz de aprender lo que significa un semáforo en rojo, si no distingues una seta venenosa de una que no lo es o si no aprendes a nadar, tienes muchas posibilidades de perder la vida. Eres lo que has aprendido y serás lo que seas capaz de aprender en el futuro. Si el mundo cambió drásticamente y nos resulta inconcebible vivir como lo hacían nuestros antepasados a comienzos del SXX, entonces debiese darnos vergüenza que nuestra educación siga anclada en esquemas propios del subdesarrollo.
Cuando enseñamos la ciencia marina en un contexto alejado de nuestra realidad cotidiana, muchos escolares y estudiantes liceales pierden interés. Y si no contamos con esa motivación, todo el esfuerzo y la preparación del profesor serán en vano. Es crucial, por tanto, destacar la importancia de la ciencia marina y su papel en la vida de los escolares y estudiantes liceales. Nuestros escolares y estudiantes también necesitan evidencias que muestren el alcance real y las limitaciones de la ciencia marina y de los científicos (Fig. 4). Para lograr estos dos últimos objetivos nada mejor que contar con la colaboración de los propios investigadores y de los ingenieros (M.Sommer, 2006).
En un aula donde la meta es la formación científica, el aprendizaje requiere tiempo. En el aprendizaje de ciencias, los alumnos necesitan tiempo para explorar, hacer observaciones, seguir pistas erróneas, probar ideas, repetir un proceso una y otra vez, preguntar, leer y descubrir, no sólo memorizar datos científicos.
Treinta clases de quinto grado envueltas en el programa Kids do Ecology (http://kids.nceas.ucsb.edu/sp/DataandSciencespan/cleanup.html) participaron en una recogida de basura a lo largo de las playas de Santa Barbara, CA. En vez de simplemente recoger toda la basura que encontraron, decidieron además hacer un estudio de toda la basura que recogieron en la playa para poder aprender más sobre ella.
Los datos de estas excursiones se pueden usar para aprender interactivamente sobre el uso de tablas de datos, para graficar datos encontrados en una tabla, y para entender más sobre los diferentes tipos de gráficos.
Si los escolares se dan el tiempo para observar, explorar y comprender por ejemplo el Manejo Integrado de la Zona Costera, para hacer modelos del sistema costero sobre la base de sus observaciones (natural, económicas y sociales), y para poner a prueba sus predicciones, ellos se pueden perder en otros temas. Pero para el resto de sus vidas, sin embargo, estos estudiantes tendrán un fundamento firme para aprender otras ideas por el plan de estudios. Ellos tendrán la ventaja de comprender los fenómenos naturales, en la ciencia medioambiental, y una visión en la física.
Entendiendo por ejemplo las fases lunares pueden beneficiar a los estudiantes incluso en la ciencia de la oceanología, en la comprensión de la marea y corrientes.
El accionar del hombre fue siempre insignificante, comparado con la magnitud del ecosistema marino, todo era compensado por la naturaleza. El mar y la atmósfera se comportan como infinitos, deglutiendo los subproductos indeseables de la actividad humana. Pero nos volvimos demasiados poderosos (Fig. 6). Somos muchos y manejamos energías capaces de alterar equilibrios naturales. El uso nacional y el manejo de ecosistemas están en primera línea desde hace años. Actualmente estamos experimentando la fragilidad de los equilibrios marinos, las respuestas nos la dan los Mares Indico y Báltico, casi muertos, el Mar del Norte, cuyos recursos piscícolas declinan trágicamente, el Mediterráneo gravemente afectado y los arrecifes agonizantes del mundo entero.
La humanidad debe sentar las bases para un desarrollo sostenible, que como señala la Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo, significa: "atender a las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para atender a sus propias necesidades". Ello supone al menos tratar de controlar el hiper-consumo de las sociedades desarrolladas y de los grupos poderosos de cualquier sociedad y frenar la explosión demográfica en un planeta con los recursos limitados.
En el contexto de la organización que quiere aprender de manera continuada, las comunidades de práctica estarían compuestas por grupos de profesionales que transforman su saber hacer personal en valores colectivos (conocimiento común del grupo), que, con el tiempo, pueden llegar a ser conocimiento compartido y señas de identidad propias de la Administración (prácticas corporativas colectivas) (Fig. 7).
Las comunidades reunidas en torno a una tarea y objetivo común son particularmente de práctica, si consideremos que la visión es complementaria con aquella que considera que los profesionales aprenden cuando aplican, a partir de la propia experiencia, lo que han aprendido. Aquí, los conocimientos asociados a la práctica, independientemente de donde y como se hayan adquirido, son determinantes para aprender. La creación de conocimiento se produce en la práctica (Tab. 1).
Tab. 1. Método científico. Patrones significativos.
Por estos motivos, las comunidades de práctica son un espacio de trabajo que ayudan a aprender y progresar a la Administración a partir de algunos principios del aprendizaje social, tales como:
- Las personas aprenden en sociedad, manteniendo al mismo tiempo la identidad. Se constituyen en torno a temas que unen a sus miembros a nivel individual. El conocimiento reside principalmente en las personas y no en las máquinas o bases de datos, ya que gran parte del conocimiento es tácito. Por tanto, la actitud relacional de las personas es clave para generarlo, compartirlo y explotarlo.
- Aprenden a partir de la interacción, ya no de maestro a aprendiz (concepto más propio de la visión tradicional) sino que construyendo, con sus pares, de manera compartida, estructuras cognitivas, vivencias laborales, a partir de la experiencia de otras personas en situaciones similares.
Se trata de un punto de vista amplio sobre el aprendizaje, que amplía sin sustituir la visión tradicional: en cualquier lugar, en cualquier momento (dentro y fuera de la Administración), en espacios habilitados expresamente para aprender, o en otros espacios más informales.
A partir de las experiencias de cada colectivo, se tratará de aprender haciendo, vinculando el aprendizaje con la resolución de posibles dificultades que impiden alcanzar los objetivos de la Administración.
Es así que el trabajo colaborativo se entiende como un patrón de relación entre diversas personas en una organización en el que prevalece la interacción y el compartir para la consecución de un propósito común.
En un mundo que trata de afrontar una importante crisis financiera y económica, simultáneamente con el deterioro del medio ambiente, el cambio climático, las tensiones y los conflictos sociales, existe un consenso mundial cada vez mayor en el sentido de que la comunidad internacional debe unirse para construir en común un futuro mejor (Fig. 8). Este consenso estaba ya previsto en la decisión por la cual la Asamblea General de las Naciones Unidas creó el Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible (DEDS), que va de 2005 a 2014, en reconocimiento de la función esencial que la educación desempeña en materia de desarrollo. Pero no se trata de una educación cualquiera. Se trata de aprender con miras al cambio y de aprender a cambiar. En particular, se trata de los procesos y contenidos de la educación que nos ayudarán a convivir de manera sostenible" (Matsuura, 2009).
La situación es tan seria que desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992 se reclamó una acción decidida de los educadores, para que los ciudadanos tengan una correcta percepción de cual es esa situación, y puedan participar en la toma de decisiones fundamentadas (United-Nations, 1992).
Por otra parte, y haciéndose eco de este llamamiento, la revista, Internacional Journal of Science Eduaction, decidió dedicar un número especial a “Ambiente y Educación”, en el que se constataba la ausencia de investigación en este campo (Gayford, 1993). Esa misma situación se constata, en un análisis de los artículos publicados en las revistas internacionales más importantes en el campo de la didáctica de las Ciencias (Edwards, 2000) y aunque con ciertos avances, en la actualidad las perspectivas no son todavía halagüeñas (Fernández Nistal M.T.,et al 2009).
"Hay más de 60 millones de docentes en el mundo de hoy y un número incalculable de educadores en contextos no formales. Esos profesionales trabajan en la esfera "local", pero tienen que enfrentarse a problemas de ámbito "mundial". Para que su labor didáctica sea pertinente y tenga realidad para sus educandos, esos docentes deben aprovechar los aportes, contextos y valores locales. Por eso debemos recordar siempre que los maestros son personas, forman parte de las instituciones de enseñanza y aprendizaje, son miembros de la comunidad y de la sociedad, y necesitan recibir apoyo para llevar a cabo su tarea" (Matsuura, 2009).
Gran Bretaña tiene una larga tradición en la educación y la formación de científicos, ingenieros y matemáticos que ha contribuido enormemente a la estabilidad económica del país. Sin embargo, aunque muchos jóvenes cursan estudios superiores, muy pocos de ellos escogen las matemáticas, la física o la química como carrera universitaria (HESA, 2005), y este hecho origina una escasez de este tipo de profesionales para enfrentar por ejemplo los problemas del cambio climático presente. Muchos países de América Latina también presentan este problema a nivel de la ciencia. La clave para cambiar esta tendencia es inspirar y entusiasmar a los jóvenes hacia la ciencia y la tecnología a lo largo de toda su educación escolar y liceal (Fig. 9).
Un encuesta realizada en 50 colegios en toda Gran Bretaña demostró que aunque la mayoría de los estudiantes disfrutaban aprendiendo ciencia en el colegio, muy pocos querían estudiar estas disciplinas después (Bevins et al., 2005). En particular, la física era percibida como una materia compleja y difícil.
Los estudiantes reconocieron que la oportunidad de acceder a profesionales de la ciencia y de la tecnología aumentaría su interés y entusiasmo al tiempo que le permitiría obtener información valiosa sobre esas carreras. Además expresaron que la presencia de un experto en el aula ayudaría a situar los conceptos en su contexto natural y cambiaría las clases.
“Cuando estamos haciendo cosas como los gases, si un experto estuviera en la clase ayudando, podría enseñarnos por qué usamos los gases, cómo ellos los usan en sus trabajos- esto haría el concepto más interesante” comentario de un estudiante de 14 años.
“Sería una buena idea hacerles preguntas sobre sus trabajos y descubrir qué hacen, cómo lo hacen, cómo lo aprendieron y cuánto ganan” comentario de un estudiante de 13 años.
Los estudiantes también sugirieron que las visitas de profesionales a los colegios o visitas escolares a los centros de trabajo les ayudarían a conocer las características específicas de esos trabajos.
“Sería una buena idea visitar una universidad para ver lo que hacen. Sería muy interesante.” comentario de un estudiante de 12 años (Brodie M., 2008).
Los investigadores que participaron en el proyecto Residence (http://www.researchersinresidence.ac.uk/rir/) y en las conferencias Express Yourself permitieron que los estudiantes establecieran un primer contacto con los profesionales de ciencia y tecnología y desarrollasen sus propias ideas sobre éstos y sus campos de trabajo.
Researchers in Residence es un proyecto que lleva a algunos de los investigadores más creativos de Gran Bretaña a los institutos. Los investigadores participantes son grandes apasionados de sus temas de trabajo y su entusiasmo puede encender un vivo interés por la ciencia entre los jóvenes.
Investigadores predoctorales y postdoctorales de ciencia, tecnología y matemáticas se ofrecieron voluntariamente para pasar de cuatro a cinco días en los centros de enseñanza. Los investigadores podían dar apoyo en las clases, hacer presentaciones o asistir a campos de trabajo. Después de esta experiencia muchos de los investigadores continuaron implicándose en la actividad de las escuelas.
Entre las razones aducidas por los investigadores para participar en este proyecto podemos citar:
1) la oportunidad para actuar como modelo positivo;
2) desmitificar la investigación;
3) mejorar la imagen de los científicos; y
4) transmitir su entusiasmo por la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Además, los investigadores también pueden beneficiarse al poner a prueba y mejorar su manera de comunicar, al conocer de cerca el mundo de la educación, mejorando su CV – o simplemente al romper con la rutina.
En este milenio la ciencia se está moviendo más rápidamente que nunca; un descubrimiento removedor sigue al anterior a una velocidad increíble. Los maestros de escuela tienen problemas para mantenerse al paso, y muchos alumnos piensan que las clases de ciencia son “aburridas”.
Necesitamos urgentemente involucrar a la gente joven con la ciencia. Motivar a los jóvenes para que se interesen en el aprendizaje y la comprensión de la ciencia en la escuela y liceos es importante no sólo porque las carreras científicas son emocionantes y gratificantes, sino también porque los jóvenes necesitan saber cómo la ciencia y la tecnología están cambiando nuestro mundo, ¡su mundo!” (Fig. 10).
Parece que existe una brecha entre las capacidades de procesar información y las destrezas que los futuros científicos necesitarán y la educación que reciben. Mientras el mundo cambia, debemos hacernos la importante pregunta: ¿para qué existe la educación científica?
Uno de los propósitos de la educación científica en la escuela debiera ser entregar a la próxima generación de ciudadanos que eligen no continuar sus estudios formales de ciencia, los medios por los cuales puedan comprender la ciencia y cómo funciona. Cada individuo debiera recibir las herramientas para apreciar cómo la ciencia en el mundo real les afecta y cómo puedan formar sus propias opiniones sobre temáticas científicas y tecnológicas.
El segundo propósito de la ciencia en la escuela es alcanzar esa pequeña proporción de los estudiantes que avanzan a la educación superior para estudiar ciencia y/o trabajar en ciencia y tecnología. Para ellos, construir una base de conocimientos básicos y una comprensión del enfoque científico es importante.
La ciencia actual y del futuro exigirá niveles cada vez más elevados de competencia especializada de los científicos, junto con una capacidad de trabajar con otros científicos fuera de su propia pericia. Una consecuencia natural de esta especialización dentro de equipos multidisciplinarios es que los futuros científicos deberán superar el desafío de explicar su especialidad en términos que otros científicos y no-científicos pueden comprender. Químicos tendrán que cooperar con psicólogos, biólogos moleculares con nanotecnólogos, y neurocientíficos con economistas, hasta que se difuminen las fronteras entre las disciplinas. Aún con la introducción de nuevas tecnologías, la comunicación y habilidades interpersonales van a ser más importantes que nunca.
El científico de la ciencia marina del futuro tendrá que tomar un paso más adelante y relacionarse con la sociedad más amplia si la ciencia y la tecnología van a mantener su lugar en el corazón de la cultura moderna. La mayoría que no siguió una educación científica buscará a la minoría para ayudarles a tomar decisiones y formular opiniones. Sin embargo, el científico entusiasta tendrá que tomar muy en serio su responsabilidad – no se trata de decirle a la gente lo que deben pensar.
Se exigirá al futuro científico tomar un rol más protagónico para asegurar que todos los integrantes de la sociedad estén involucrados con la ciencia. No-científicos debe sentir que pueden contribuir a un debate científico con confianza en sus opiniones, sin importar que estén de acuerdo o no con la hipótesis que la ciencia hace una contribución positiva a la sociedad. La integración de la ciencia con la sociedad en general y la cultura futura es crucial para nuestro desarrollo tanto social como económico, y esta integración empieza en la escuela. www.ecoportal.net
Dr. Marcos Sommer – Oceanógrafos Sin Fronteras
Referencias
- American Association for the Advancement of Science, Science for All Americans (Oxford Univ. Press, New York, N.Y., 1990).
- Bevins S, Brodie E, Brodie M (2005) UK Secondary School Pupils' Perceptions of Science & Engineering. A report for the Engineering & Physical Sciences Research
- COCH, J. A.; GIOIA de COCH, M. N., y COCH, C. A. (2005): "Experimentos para despertar el interés de los alumnos de la escuela por las ciencias naturales", en http://www.geocities.com/mariagioia_2005.
- Council & the Particle Physics & Astronomy Research Council (unpublished). Available on request: M.M.Brodie@shu.ac.uk
- Brodie M. (2008), Promover la ciencia y motivar los estudiantes del siglo 21.
- http://www.scienceinschool.org
- Edwards, M. (2000). La atención a la situación en el mundo: una dimensión ignorada por la educación científica. Tesis de tercer ciclo. Universitat de Valéncia, Valencia.
- Fernández Nistal M.T., Tuset Bertran A.M., Pérez Ibarra R.E. & Leyva Pacheco A.C. (2009). Concepciones de los maestros sobre la enseñanza y el aprendizaje y sus prácticas educativas en clases de ciencias naturales. Revista de investigación y experiencias didácticas Any: Vol.: 27 Núm.: 2
- Gayford, C. G. (1993). Where aree we now with environment and education? International Journal of Science Education, 15(5), 471-472.
- González Rodríguez C. (2009). Nuevos retos para el profesor de ciencias. Conferencia Iberoamericana de Ministros de Educación. OEI.
- HESA (2005) Qualifications Obtained by, and Examination Results of, Higher Education Students at Higher Education Institutions in the United Kingdom for the Academic Year 2003/04. SFR PR82. Cheltenham, UK: Higher Education Statistics Agency
- Matsuura, 2009. Los docentes son la piedra angular de la educación para el desarrollo sostenible", declaró el Director General de la UNESCO en la Conferencia Mundial de Bonn. UNESCO opens its doors for"European Night of Museums". OEI.
- Optar por el crecimiento: conocimiento, innovación y empleo en una sociedad cohesiva. Informe al Consejo Europeo, de 21 de marzo de 2003, sobre la estrategia de Lisboa de renovación económica, social y medioambiental. COM (2003) — 49 pp. ISBN 92-894-4798-2
- Roberts G (2002) SET for Success: The Supply of People with Science, Technology, Engineering and Mathematical Skills. London, UK: Her Majesty’s Stationery Office
- Sommer M. (2003). Democratizar la Ciencia - Sociedad. Revista Futuros No 4. Vol. I
- Sommer M. (2006). “Salvemos a la Investigación”. Crisis y Desafío de la Investigación e Innovación Europea. Revista Futuros No 13. Vol. IV
- The National Commission on Excellence in Education, A Nation At Risk: The Imperative for Educational Reform (U.S. Dept. of Education, Washington, D.C., 1983).
http://www.ecoportal.net/content/view/full/92754
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