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lunes, 10 de septiembre de 2012

Eufemismos de ayer y hoy. 1era. parte


Del requerimiento a los paradigmas
Eufemismos de ayer y hoy
1era. parte
Manuel Moncada Fonseca


Eufemismos coloniales: encomienda y requerimiento


¿Cuántas veces se descubrió América?

Hace muchos años, leímos un libro que, con solo su título, lo decía todo: “¿Cuántas veces descubrieron América?”[i]. Lo cierto es que la España colonial, tras la llegada de Cristóbal Colón a América (el doce octubre de 1492), se jactó y, en gran medida, se sigue jactando, de haberla “descubierto”.

Pero como bien dice el libro señalado, hacia el año mil de nuestra era, llegaron los vikingos a nuestro hemisferio, sin que se ufanaran por ello. Y miles de años antes que españoles y vikingos o normandos  llegaron a ella culturas humanas plenamente formadas, procedentes de Asia y de otras partes del orbe, sin jactarse ni ufanarse y sin plantar bandera alguna, constituyéndose en los primeros seres humanos que la descubrieron (sin decirlo) y la poblaron a lo largo de muchos siglos (por todos sus costados); sin que predominara entre ellos sentimiento de superioridad.

Los europeos, en cambio, nomás llegando a nuestro hemisferio, plantaron sus banderas y declararon que como “descubridores”, les correspondía ser los dueños absolutos de lo que ahora se llama América, nombre a todas luces de cuño colonial.

Resultó, así, que Europa no sólo “descubrió” América, sino que se apoderó de sus tierras, riquezas y su gente, amparándose en la fuerza bruta, el genocidio, el engaño, la perfidia y la cruz que, sin reparo alguno, apañó todas sus brutalidades. No en vano, la bula inter caetera de 1493 del Papa Alejandro VI (bula que dividió imaginariamente el mundo desde los polos) donó hacia el oeste, el continente entero a los católicos, apostólicos y romanos reyes de España; y todo lo que estuviera hacia el este, a Portugal. El pretexto para ellos fue la condición idólatra de los pobladores de Nuestra América.[ii]

Un documento protervo


Los pretextos del lobo para repartirse el mundo se vieron jurídicamente fortalecidos a partir del Requerimiento de 1513 del jurista Juan López Palacios Rubio (1450-1524), documento que sirvió para justificar una esclavitud abierta (a la par de una encubierta, la encomienda) a los pueblos originarios de América que desobedecieran los dictados del Monarca español, aunque en general, por obedientes o desobedientes, se les esclavizaba.

Conozcamos la parte esencial de ese adefesio jurídico, para luego aterrizar en el presente neoliberal:

“… como mejor puedo os ruego y requiero que entendáis bien lo que he dicho, y toméis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo y reconozcáis a la Iglesia por Señora y Superiora del universo mundo y al sumo pontí­fice llamado Papa en su nombre y al Rey y la Reina nuestros señores en su lugar como Superiores y Señores y Reyes de esta isla y tierra firme por virtud de la dicha donación y consintáis en ese lugar a que estos padres religiosos o declaren los susodichos.

“Si así­ lo hicieres te ha de ir bien y aquello a que estas obligado, y sus altezas en su nombre los recibirán con todo amor y caridad, los dejarán vuestras mujeres hijos y haciendas libres, sin servidumbre, para que de ellas y nosotros hagáis libremente lo que quisieres y por bien tuvieres y no os compelerán a que tornéis cristianos, salvo si vosotros informados de la verdad quisieres convertir a la religión católica como lo han hecho casi todos los vecinos de estas islas y además de esto su Alteza dará muchos privilegios y exenciones que gozarán muchas veces.

“Si no lo hicieres o en ello dilación maliciosamente pusieres, os certifico que con la ayuda de Dios entraré poderosamente contra vosotros y os haré guerra por todas las partes y maneras que tuviere y sujetaré al yugo y obediencias de la iglesia y de sus Altezas y tomaré vuestras personas y las de vuestras mujeres e hijos y los haré esclavos y como tales los venderé y dispondré de ellos como su Alteza mandare, y os tomaré vuestros bienes, y os haré todos los males y daños que pudiere como a vasallos que no obedecen y que no quieren recibir a sus señor y le resisten y contradicen y protesto de los muertes y daños que de ellos se registraren serán a culpa vuestra y no de sus Altezas ni mí­a, ni de estos caballeros que conmigo vinieron y de cómo lo digo, requiero, pido al presente Escribano que me lo de como testimonio firmado y a los presentes ruego que de ello sean testigo”.[iii]

Paradigmas de saqueo y sumisión

¿No eran acaso paradigmas sangrientos de saqueo y sumisión total de los nativos de América a la Corona española lo que de fondo encerraba el Requerimiento, mismo que, por cierto, ha sido presentado como diálogo por connotados intelectuales conservadores, como lo hace Pablo Antonio Cuadra en su obra El Nicaragüense? [iv] ¿No significa todo esto obligar a los pueblos originarios de Nuestra América a que renunciaran a sus propios paradigmas de vida, idiosincrasia, costumbres, formas de gobierno, religiosidad; relación con la naturaleza, etc.?

¿No fue por lo mismo que Fray Antonio de Montesinos fustigó a los conquistadores con palabras como éstas?: 

“Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbres aquellos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muerte y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los adoctrine y conozcan a su Dios y criador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos?” [v]

El o los requerimientos no sólo se presentaban  como imposición brutal, sino también como modelo de ser, pensar, conducta y acción. Los seres “inferiores·, los “homúnculos”, si querían llegar a ser hombres de verdad, debían seguirle los pasos a los colonizadores, los “superiores”. [vi]

Hoy no hay requerimientos coloniales, propiamente dichos, pero existen sustitutos muy encubiertos de los mismos: los llamados paradigmas. En otras palabras, éstos poseen, entre sus muy diversas versiones, una acepción bastarda que nadie menciona: justamente los requerimientos (mandatos), solo que bajo los ropajes propios de la modernidad y la postmodernidad o, sencillamente del sistema capitalista.


[i] Guliáev, V.I. ¿Cuántas veces descubrieron América? Editorial “Znanie”.  1978.  Obra en ruso.
[ii]Bula menor Inter caetera de 1493 http://es.wikipedia.org/wiki/Bula_menor_Inter_caetera_de_1493 .b   Véase también: de Roux, Rodolfo R.  Santas y justas lides. La guerra y el Dios cristiano en suelo americano. Santas_y_justas_lides_HAL_.doc
[iii] Requerimiento http://www.historiadelnuevomundo.com/index.php/2011/01/el-requerimiento/ Nota:  en el afán de facilitar su lectura, hemos actualizado los signos de puntuación de los extractos que hemos tomado del requerimiento
[iv]  Cuadra, Pablo A. El nicaragüense. EDUCA, Centroamérica. 1978.
[v] De las casas, Bartolomé. “El sermón de Montesinos”. Historia de Indias, Lib. III, Cap. 4 V 5. http://www.franciscanos.net/500anos/El%20sermon%20de%20Montesinos.htm. Nota, las palabras del español antiguo han sido convertidas en palabras del español contemporáneo.
[vi] Benzoni, Girolani. Fragmento de su obra Historia del Nuevo Mundo. En: Interpretación económica y social de la Historia de Nicaragua. Compilación del Doctor Jaime Wheelock Román para la Maestría en Historia ofrecida por el Departamento de Historia de la UNAN-Managua. Febrero de 1998. p. 131. (la numeración corresponde al fragmento indicado).

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