jueves, 13 de septiembre de 2018

El más acá, la falsa felicidad y el quimérico yo exaltado


El más acá, la falsa felicidad y el quimérico yo exaltado
Revista Libre Pensamiento

Lo urgente es el más acá...

Qué por ahora no nos preocupe el más allá, sino el más acá. El primero ya se encargará de mostrarse tal como es. Ocupémonos, pues, de lo nuestro en el planeta, de cómo somos, cómo actuamos y nos relacionamos con los demás.

No busquemos la santería, pero tampoco adoptemos caminos que nos alejen de nuestra condición humana. Ser imperfectos, con la relatividad que el concepto posee, no es de perversos, sino de humanos.

Cometemos todo tipo de errores, en efecto. Podemos, advertida o inadvertidamente, ser más o menos competitivos, individualistas, egocéntricos, pero ello no nos vuelve despreciables, mucho menos, inhumanos. Distinto, por completo, es cometer genocidio, saqueo, dedicarse a la trata de blancas, traficar con el humanismo, ser violadores, etc.

Estas malas vivencias encierran una condición que ya no es humana, sino inhumana, de bestias malignas; sin que quepa, por lo regular, la reversibilidad, el retorno a la humanidad.


No hagamos de la felicidad una quimera

La felicidad no existe sin infelicidad

Nos aferramos a la pureza, a la perfección; soñamos, ilusos, con lo imposible. No vemos la realidad en movimiento, sino fotografiada, pintada o descrita en un momento dado. Negamos admitir que ella es de conjunto incapturable, dado que, sometida a contradicciones que le son inherentes, sigue su curso indetenible.

Desconociendo este hecho ineluctable, fantaseamos, y nos aferramos a esquemas, dogmas, creencias cerradas que no admiten modificación de ningún tipo, ni conducen a parte alguna. Sobre este marco, juramos que podemos hacer de nuestras vidas lo que nos plazca, como si todo dependiera de modo exclusivo de acciones volitivas. Hacemos de cuenta y caso que la realidad objetiva fuese un conjunto vacío o inexistente.

Y por más que haya quienes desean vivir en las nubes, lo cierto es que si la dicha dependiera de una simple decisión, no cabría nadie desdichado sobre la Tierra. Así las cosas, la tan ansiada felicidad cohabita siempre con la infelicidad, son correlativas.

Una felicidad invariable se volvería indeseable, intolerable. Sin superar obstáculos, de uno u otro tipo, nadie puede experimentarla.

No deja de tener alguna certeza esta frase de Baltasar Gracián: “Todos los mortales andan en busca de la felicidad, señal de que ninguno la tiene”.


La mentira del Yo exaltado 

La exaltación del yo es sólo un espejismo. El sistema opresor presenta al sujeto moviéndose de acuerdo a su propio interés, cuando en verdad se supedita a causas externas que lo sobrepasan. No es su propio yo al que responde, sino al “yo social”, equivalente al rol que se espera que él ejerza; una suerte de “disfraz subjetivo de la función social objetiva” que el Capital le asigna a cada individuo.” De esta suerte, lejos de la reafirmación del yo, lo que se produce “es un debilitamiento de la personalidad total y se la reduce solo a determinadas facultades.”

1 comentario:

  1. En verdad no somos perfectos porque somos humanos, la perfección del hombre no existe hasta que esta muerto, solo DIOS es perfecto y como hijos de DIOS Y DE SU CREACION EL UNIVERSO, no somos perfectos aunque lo intentemos a veces hacemos un bien pero a consecuencia de un mal, Pienso que los mas importante para el hombre no es buscar la perfección porque no somos DIOS, nuestra labor en este mundo como humanos es tratar de no hacernos daño como seres humanos cuantas vece deseamos s, sin embargo la codicia, la envidia, la perdida de valores, y el desperdiciar la vida un otro ser humano a consecuencias de la ambición, nos hace ser despreciables, cuantas veces deseamos la muerte de un ser despreciable, eso nos lleva a convertirnos en seres imperfectos. en fin la felicidad no existe, si no dañas a otra personas.

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