Imagen tomada de https://actualidad.rt.com/ciencias/175384-maneras-manipular-cerebro-humano
Contra la manipulación basada en el
conocimiento de la psiquis humana
FORJAR CONCIENCIA MEDIANTE LA EDUCACIÓN
HUMANISTA, UNA NECESIDAD PERMANENTE
Manuel Moncada Fonseca
Probablemente,
el mayor enemigo de los pueblos no sean las armas más mortíferas del enemigo
-en este campo se le enfrentan poderosas y consecuentes contrapartes
partidarias de la paz-, sino la manipulación mediática, psíquica y cibernética que
envuelven, con suma facilidad, a millones de personas en el mundo; para eso Occidente
ha estudiado de modo pormenorizado la psiquis humana, lo cual le permite
moldearla de acuerdo con sus propios cálculos.
Así
las cosas, es en verdad imperiosa la necesidad de potenciar instrumentos
eficaces en contra de dicha manipulación, llevada a extremos inverosímiles. El
juego suicida la Ballena Azul es una muestra palmaria de hasta dónde han
llegado las cosas, que ya ha dejado víctimas en Latinoamérica, España y Rusia; y recién llega a China. La última prueba de
tan nocivo juego es el suicidio.[1]
Pensamos que este tipo de manipulación tiene por base el empleo del coaching y
de las TIC en muy distintas instituciones, en el cine, la televisión y en una
amplísima gama de ambientes, como las aulas de clase, donde se les ha endiosado.
“El
Coaching, como terapia, bebe directamente de una fuente llamada conductismo (…),
que es el método preferido por la mayoría de los psicólogos que forman esa (…)
especialidad médica llamada Psicología Clínica. Para los no iniciados, el
conductismo es esa terapia que ha logrado igualar a perros y humanos, y que se
centra en las actuaciones sobre una conducta que puede ser cambiada a través de
estímulos positivos o negativos.”[2]
Y las TIC andan por ese mismo rumbo: en
realidad son un conjunto de herramientas para disolver la subjetividad
y la comunidad, subsumiéndolas en el flujo de relaciones intersistémicas
propias de la sociedad cibercultural.[3]
A
lo anterior se suma la tendencia dominante a eliminar las humanidades de la
formación universitaria. En efecto, desde hace décadas, el mundo Occidental
está maquinando y poniendo en marcha un engranaje completo que conspira en
función de que la capacidad para comprender el mundo, se convierta en un asunto
exclusivo de las grandes élites, al grado que, señala el autor Xavier Díez, en
las “academias militares de West Point o Sandhurst recomiendan a sus futuros
oficiales a graduarse en alguna rama de las humanidades.” La razón es sencilla:
“Con las humanidades es posible adquirir las habilidades para pensar y mandar.
Con las competencias básicas, destinadas para los estratos inferiores, se
adquieren las capacidades imprescindibles para trabajar y obedecer, sin tener
recursos para cuestionar órdenes.”[4]
En
consecuencia no es sobrancero señalar que lejos de preocuparse por el
individuo, como ha prometido siempre, acota el autor señalado, Occidente
abandona al que no pertenece a las élites a su propia suerte: “El individuo ya
no tiene ninguna referencia, se encuentra solo, abandonado, desprotegido, y eso
no hace más que generar un malestar y un miedo, que (…) será explotado por
cualquier aventurero político o por algún aprovechado dispuesto a vender
soluciones milagrosas (casi siempre utilizando formas de "coaching" y
pensamiento positivo)”.[5] Fórmulas que conducen, añadimos, una (el
coaching), a que el individuo se culpe a sí mismo de sus desgracias; la otra
(el positivismo) a que contemple los fenómenos sociales sin que medie para nada
la interpretación crítica en torno a las causas que los generan.
Considerando
lo anterior, amén del estudio sistemático de los instrumentos que usa el capital
para enajenar al ser humano, sin ser una fórmula mágica, ni tampoco un reto
fácil, la educación libre, potenciada al máximo, se cuenta entre los
instrumentos destinados a contrarrestar el poder mediático. En este caso,
hablamos de la que proporciona elementos para comprender la complejidad del
mundo social en que vivimos y de la que promueve una participación cada vez más
amplia y directa de las masas y de los individuos en todo proceso que los
beneficie.
Cuando
hablamos de individuos, aclaramos, no hacemos referencia a los que rezuman
individualismo sistémico, impreso en ellos profusamente; sino a aquéllos que,
preservando su individualidad, desean y son parte consustancial de las
multitudes. Y al referirnos a éstas, tenemos en cuenta a esas que no se dejan
absorber ni instrumentalizar por sus enemigos de clase, como lo muestran,
diáfanas, las venezolanas;[6] a esas que, por tanto, preservan su identidad como personas, actuando con
consciencia plena de lo que son, hacen y aspiran.
La
educación, cuando es auténtica, sin remilgos debe admitirse, está llamada a
politizar e ideologizar en buenos términos. Obviamente, ello está lejos de
negar el liderazgo que desenvuelven determinadas fuerzas y organizaciones
políticas; por el contrario, lo reafirma, pero en función de unir y movilizar
lo que Darío llama “vigores dispersos”. Son ellas las llamadas a facilitar una
sistemática formación en los ámbitos señalados y, en general, en todo lo
atinente al ser humano. Empero, para llegarle a las grandes multitudes y a los
individuos hace falta que éstos sean parte activa de su propia formación y
liberación, desde luego, con una dirección dinámica y abierta de por medio,
capaz de asumir críticas oportunas a su desempeño.
No
debe soslayarse que el enemigo al actuar lo hace en consonancia con su
naturaleza antihumana. De él no puede esperarse ninguna bondad. En
consecuencia, corresponde a los afectados por sus acciones responder con lo que
dispongan y más para resistirlo, neutralizarlo o derrotarlo, según las posibilidades
dadas, mismas que se multiplican cuando se estimula la inventiva popular en
todos los órdenes.
Resulta
fuera de duda que, hoy por hoy, la politización y la ideologización se ejercen
mucho más por esa “educación” que se encargan de sembrar, difundir e inocular
los enemigos de la humanidad que la emprendida por las fuerzas organizadas de
los pueblos. Sin embargo, pensamos que ello no es sólo resultado de los
ingentes recursos que el enemigo de los pueblos posee; probablemente sea
también corolario de que no se ha terminado –o, en el peor de los casos, no se
quiere del todo- comprender el sentido y la fuerza que la educación liberadora
posee.
Expuesto
lo anterior, vienen al grano estas palabras que muestran un planteo desde
Cuba, no para calcarlo -porque las
experiencias de los pueblos pueden parecerse, pero nunca son idénticas-, sino
como experiencia a tomar en cuenta por su sentido crítico: “… si de verdad
queremos alcanzar objetivos trascendentes de emancipación, el único modo que
tenemos de aumentar la productividad y la eficiencia, de generar crecimiento
económico por medios socialistas, es a través de la conciencia, de la
educación, de la formación de nuevos hombres y mujeres, y de nuevas relaciones
sociales de producción entre ellos. En este sentido, el control real de los
trabajadores sobre la política y la economía, no es un adorno o un lujo, sino
una necesidad vital de la transición, su modo de existencia, y la principal
forma que tiene para desarrollar las fuerzas productivas en un sentido socialista.”
[7]
[1] RT. El juego suicida de la 'ballena azul'
se extiende por todo el mundo y alcanza China. https://actualidad.rt.com/actualidad/238017-peligroso-juego-ballena-azul-llega-china
[2] Palabra de pez abisal. El coaching en
televisión. http://palabradepezabisal.blogspot.com/2010/07/el-coaching-en-television.html
[3] Carlos Soldevilla. Los efectos perversos
de la comunicación. http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/8/csoldevilla.htm
[5] Ibíd.
[6] Lo que ocurre en Venezuela “…no se trata,
en realidad, de un enfrentamiento entre un gobierno revolucionario y sus
adversarios políticos, o una lucha política de una oposición política contra su
gobierno. Recordemos que la figura de “la oposición” requiere lealtad ante un
sistema político, porque ésta resulta ser parte del poder; sin embargo, en
Venezuela encontramos la confrontación de dos poderes: el de la revolución y el
de la contra revolución. Solamente así podemos entender la espesura de la
pelea. Ya no se trata simplemente de la lucha contra un gobierno, ni contra un
régimen, es el afán de deshacerse de un proceso revolucionario hasta sus
raíces.” Dagoberto Gutiérrez. Una escuela llamada Venezuelahttp://voces.org.sv/2017/05/12/una-escuela-llamada-venezuela/
[7] Frank Josué Solar Cabrales'. Pensamiento
Crítico' en la transición socialista
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