"Operación humanitaria, de salvamento y rescate, de ejecución perfecta”
Voluntad política favorable a la vida, prevención y experiencia acumulada, vencieron a la muerte en Nicaragua
Revista Libre Pensamiento
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Hasta donde sabemos, el Otto afectó a tres países de la región, Costa Rica, Nicaragua y Panamá. Traía y volcó su potencial destructivo sobre los tres, pero sólo en Nicaragua no se registraron muertes que lamentar.
Sí hubo desastres de orden material: más de 400 viviendas sufrieron daños, de las cuales, 43 resultaron por completo destruidas y unas 200 quedaron sin techo. Se evacuaron 10,143 personas.
Pero veamos: ¿Puede atribuirse la ausencia de muertos en nuestro país al simple albur? ¿A una casualidad? ¿A la suerte, acaso? No, fue nada de esto.
La prevención responsable, permanente y activa hizo la diferencia.
Y esa diferencia la marcó un asunto de importancia primordial: la voluntad política de la pareja presidencial del país.
Es tan así que de las tres naciones, Nicaragua aunque mantiene desde hace años un alto ritmo de crecimiento económico y social, no cuenta aún con los grandes recursos que sí poseen sus vecinas mencionadas.
La misma Prensa, se vio obligada a reconocer que el Huracán golpeó poco al país. Y, aun así, no deja de ser sugerente la forma que adoptó para referirse al evento: “A las 9:00 p.m. de este jueves ya era tormenta tropical y a las 12:00 p.m. estaba fuera del país”.
Insistamos, la disposición de evacuar a siete mil personas, crear refugios y de movilizar a todas las fuerzas del gobierno, lo que incluyó, en parte, el desplazamiento de brigadas médicas a las zonas más vulnerables, la suspensión de clases y el decreto nacional de emergencia, en función de impedir que el fenómeno meteorológico provocara pérdidas humanas, hizo el milagro de impedir que esa posibilidad real se materializara.
En costa Rica, por el contrario, pese a la evacuación de personas a lugares más seguros, hubo al menos 9 muertos y entre 20 y 25 personas desaparecidas; en Panamá, se registran unos 7.
Como bien dice Moisés Absalón Pastora, aquilatando la magnitud de lo posible superado:
“… lo que recién hemos vivido y lo que pudo haber sido “el desastre perfecto”, pues además nos tragamos un terremoto y una advertencia de tsunami, pasó sin pérdidas de vidas que lamentar -en lo que a Nicaragua corresponde- pues si de Costa Rica se trata esos hermanos hoy lloran muertos y desaparecidos.”
Y sigue: “Al visibilizar los efectos del impacto nos daremos cuenta que hubo daños infraestructurales, que por las lluvias la siembra y la cosecha en algunos lugares se perdió, que el medio ambiente sufrió enormemente, que hay casas arrasadas o sin techo, que algunas comunidades pueden estar incomunicadas y que en todo eso comenzaremos a trabajar desde ya y ponernos en pie y salir adelante.”
Concluye: “Lo importante sin embargo es reconocer que el modelo de previsión y alerta que desde hace años viene ensayando éste gobierno en todo el país a través de simulacros que muchos irracionales han querido ridiculizar funcionaron y que a la hora de la verdad nuestras autoridades desplegaron una operación humanitaria, de salvamento y rescate, digna de una película pues su ejecución fue perfecta.”
MMF
25/11/2016
MMF
25/11/2016
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