EL SHOW DE CLINTON
Mumía Abú-Jamal
27-7-2016
Mientras la Convención Nacional del Partido Demócrata ofrece su última entrega de la larga serie de, "El Show de Clinton", ésta está amenazada, como lo son los programas viejos, por una audiencia que ha crecido mas allá de los personajes del show.
La estrella de este drama es Hillary Clinton (antes se llamaba, Hillary Rodham Clinton), que protagoniza el papel de una neoliberal compasiva, mujer que se preocupa por los niños, por los arco iris y por los perritos falderos.
Su estrella secundaria, el ex Presidente Bill Clinton, es también uno de los productores del espectáculo. Él prepara a las audiencias contando cuentos que hacen lagrimear sobre la Madre Más Grande en la historia de los Estados Unidos (o quizás de la humanidad).
Como ya he escrito en otra parte, Bill Clinton es el político más grande de su generación, un político puro que realizó verdaderos milagros electorales para alcanzar el anillo de oro. Ahora, Bill Clinton vuelve a la escena para pasar ese anillo a su esposa.
Si, en verdad, Hillary Clinton es brillante. ¿Quién va a poner éso en duda?
Bill también fue brillante -- pero ese brillo no hizo mucho por los Negros. Al contrario.
Aparentemente Hillary es una buena mamá. Pero también son buenas mamás millones de mujeres en todos los Estados Unidos de Norteamérica.
La pregunta no es, qué buena mamá es Hillary para su propia hija.
La pregunta es, ¿cómo se preocupa Hillary por los hijos de los pobres, los hijos de los abandonados, por aquellos que viven los los ghettos y en los barrios norteamericanos?
La respuesta es, Hillary no se preocupa mucho por los pobres.
Ellos son, así parece, hijos e hijas de otro.
Esos hijos e hijas son usados, son carne de cañon en la Guerra contra el Crimen de los neoliberales que los Clinton afinaron a muy alto brillo --quizás ésto fue bién representado por la feroz respuesta de Hillary a las terribles y muy fuertes sentencias impuestas contra muchachos y muchachas Negros y Latinos allá por los l990s.
La imagen y el tono de la joven Hillary son tan fríos como el hielo. ¿Cuál fue su mensaje? Aquí lo cito: “Esas ya no son simples pandillas juveniles. Generalmente son la clase de jóvenes a los que se llama, "super-predadores". No tienen conciencia, no [tienen] empatía. Podemos hablar de cómo terminaron así, pero antes tenemos que controlarlos.”
¿No me cree? -- Véalo Usted mismo. Vaya a Google. Escuche.
Hillary estaba hablando sobre un tema básico de la ideología neoliberal de los Clinton: la Ley Contra el Crimen de 1994, motor que causó la explosión de encarcelamientos que por décadas azota a las comunidades Negras y Latinas.
Hillary es inteligente. Sí. Pero Hillary tomó un artículo publicado en el Semanario Standard escrito por un desacreditado académico (John Dilulio) y lo convirtió en política pública de represión por el estado.
¿Fue éso inteligente? ¿O simplemente cruel?
Votar por Clinton es premiar las décadas de tal represión --no es votar por liberación.
Nuestro venerado antepasado, Frederick Douglass, nos enseño muy buenas lecciones, entre ellas: “Sin demanda el poder no concede nada.”
Pregúntese Usted, ¿qué es lo que los políticos Negros han demandado?
Otra lección: "Si no se lucha, no hay progreso.”
Tenemos que luchar contra el Clintonismo y contra el Trumpismo, porque ambos son tóxicos para la vida de los Negros.
Escoger entre el Hombre Lobo y la Novia de Frankenstein no es otra cosa que escoger entre dos monstruos.
Luchemos por un mundo en el que la vida de los Negros verdaderamente vale.
--© ‘16maj
LA BOMBA DE TRUMP
Mumía Abú-Jamal
9-8-2016
La aparición de Donald J. Trump como la estrella principal del Partido Republicano de los Estados Unidos, tiene mucho que ver con su manía de hacer comentarios escandalosos, pero tiene mucho más que ver con la necesidad de los medios de comunicación de vender hasta el jabón... y hacer dinero.
Jamás antes los medios han visto tales números de televidentes sintonizando para ver un debate político. Trump, como estrella de programas realistas, se encuentra como en su casa frente a las cámaras de televisión. Su estilo difícil de predecir ha convertido sus apariciones en la televisión en algo que se tiene que ver.
Los medios se lo devoraron -literalmente. Más grandes audiencias significaban precios más altos para los anuncios comerciales... y más y mejores bonificaciones.
Los medios dieron a este billonario billones de dólares de tiempo en anuncios televisados que él no tuvo que pagar. Mientras sus opositores gastaban millones de dólares, Trump solo gastó unos cuantos centavos. Sin embargo, Trump siempre tuvo cobertura total.
Y él se hizo más grande, y más abusivo, y más... bueno... más Trumpista.
Los medios lo hicieron. Después, los medios lo empezaron a destruir.
Hoy estamos viendo cómo los medios destruyen a Trump.
Los medios han rodeado en su contra los proverbiales vagones de guerra.
Cada palabra, cada pronunciamiento, cada indicio es hecho pedazos, aún cuando Trump no hace nada para ayudarlos.
Los medios de comunicación hicieron dinero engordando a Trump. Ahora están haciendo dinero haciéndolo pedazos.
Yo he escrito sobre el Show de Clinton.
Hoy estamos viendo el Show de Trump --pero éste es el real show de la realidad.
Y todo parece indicar que este show está llegando a su final.
--© ‘16maj
Traducciones libres del inglés enviados por
Fatirah Aziz, Litestar01@aol.com,
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