Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

lunes, 20 de junio de 2016

De la Década Ganada, a la Década por Ganar

De la Década Ganada, a la Década por Ganar

Por José Carlos Bonino Jasaui

14 junio 2016 

El Gobierno Mundial y la restauración ultraneoliberal en Nuestramérica

Luego del 2007, en la ultima década y media la mayoría de los pueblos de Nuestramérica, unieron sus reivindicaciones gremiales con las reivindicaciones universales, uniendo así las condiciones objetivas de pobreza y exclusión social a sus condiciones subjetivas de liberación (V. I. Lenin), a la exigencia concreta de anhelar un futuro mejor para todos, accediendo así al gobierno, pasando de esa energía-social que todos los pueblos poseen como reivindicación de su liberación histórica, hacia la toma del poder político, poniendo al ser humano al centro, al bien común, a la madre naturaleza y hemos ganado una década de justicia social, de redistribución, de restitución de derechos negados por el neoliberalismo, la que en todo el continente llamamos La Década Ganada.

Actualmente estamos frente a otra demanda histórica, ante la necesidad de dar un salto cualitativo y trascender, transitando de la energía-saber que igualmente todos los pueblos poseen en su sabiduría popular, como una fuerza latente que habita en el pueblo, un saber muchas veces sentido, muchas veces presentido, pasando de esa energía-saber implícita a la inteligencia-social, como su radicalización ideológica, a través de la formación de nuevos saberes-valores que abrirán paso a la construcción de nuevas capacidades-valores para la transformación revolucionaria de nuestra realidad, como instrumento emancipatorio para la construcción de la hegemonía político-cultural (Antonio Gramsci), para la batalla de ideas (Fidel Castro).

Esta nueva demanda histórica enfrenta la burguesía latinoamericana que está acelerando sus relojes con el objetivo de regresar al poder, que aliadas a los poderes foráneos de corte imperialista, pujan por la restauración conservadora en toda Nuestramérica, por la restauración fascista-neoliberal en clave ultraneoliberal, como vemos en Argentina, Bolivia y Venezuela y hemos visto en los Golpes de estado en Honduras, Paraguay y Brasil.

Esta restauración ultraneoliberal tiene un autor global el Gobierno Mundial y cinco actores principales locales concatenados, la Usaid y la Ned, en segundo lugar el poder mediático, en tercer lugar las nuevas derechas posneoliberales, el cuarto actor son las nuevas clases medias de origen popular (Álvaro García Linera) y la última, las nuevas juventudes reenclasadas.

El Gobierno Mundial

En las ultimas tres décadas se ha asistido a la feudalización del ordenamiento normativo Global, en una serie de grandes tratados comerciales como el TTIP, TTP[1] que quiebran y reinterpretan los principios básicos del estado de derecho y se articulan por medio de la privatización del poder legislativo y judicial (Juan Hernández Zubizarreta) en una especie de ley de carácter planetario conocida como la Lex Mercatoria. Una ley que no ha sido deliberada ni discutida en ningún parlamento nacional, pero tiene una aplicabilidad global y actúa por encima de los estados nacionales. Tiene una estructura horizontal por encima de los 194 estados nacionales donde las estructuras jurídicas y la jerarquía de las normas son verticales, desde sus constituciones como ley principal hasta las normas más locales. Esta Lex Mercatoria es un ordenamiento global basado en reglas de comercio e inversiones imperativas, coercitivas y ejecutivas (Juan Hernández Zubizarreta) construidas a la medida de las grandes corporaciones.

Este imperio mundial es fruto de la desigual distribución global de las tierras fértiles, de los mares, de la reserva biogenética y de la concentración de la riqueza en pocas manos, reunidos alrededor de una élite global de multimillonarios, el 1% que posee el 48% de la riqueza global, 92 personas con más de mil millones de dólares, 128,000 personas que poseen más de cincuenta millones de dólares (Oxfam, 2014).

Pero en la ultima década, luego de la crisis financiera (2007-2008) se ha asistido a una migración del unipolarismo -que caracterizó a la segunda postguerra- a un multipolarismo naciente, donde se contraponen el poder oceánico primordial de los Estados Unidos, los llamados Atlantistas y sus secuaces y los poderes terrestres de Rusia y China, los eurasinistas y sus aliados (Mahdi Darius Nazemroaya).

En Nuestramérica, este gobierno mundial se contrapone al surgimiento de una nueva geopolítica del Sur que propone una nueva dimensión económica, social y ambiental y una nueva democracia y arquitectura financiera surgida a partir de la crisis financiera del 2007-2008 y del consecuente agotamiento del modelo neoliberal y pérdida de poder y legitimidad de los Estados Unidos y Europa en la región, influenciada por el creciente protagonismo político y económico de Rusia y China, así como de otros grupos económicos emergentes como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) el G77+China y otros situados en Asia y Oriente.

Los procesos progresistas y revolucionarios de Nuestramérica se encuentran en oposición a ese Gobierno Mundial, en la batalla por nuestra emancipación, por la soberanía alimentaria, tecnológica, energética y geopolítica, alrededor de la Alternativa Bolivariana y del Tratado de los Pueblos ALBA-TPC que construyen una nueva forma de soberanía política y económica. En la misma línea, UNASUR en Suramérica, PETROCARIBE que brinda seguridad energética a los países que la conforman parte y, por ultimo, la CELAC que batalla por la soberanía geopolítica del continente, en la hoja de ruta de la segunda y definitiva independencia (José Martí).

La restauración ultraneoliberal actual y las nuevas derechas están estrechamente ligadas a este Gobierno Mundial, conformado por una serie de instituciones como el Complejo Militar Industrial y su brazo armado, la Organización Transatlántica del Atlántico Norte OTAN, una organización regional que, desde los años 90, ha sufrido una metamorfosis, suplantando de facto a la ONU en siglo XXI: de 12 integrantes originales ha pasado a tener 28 con los países de la órbita Soviética reunidos antiguamente en el pacto de Varsovia (Miguel d’Escoto Brockmann); con misiones globales y con 70 países socios, poco menos de un tercio de los estados a nivel mundial, desde el 2001 tiene tropas permanentes en cuatro continentes y domina tres océanos el Indico, el Ártico y el Atlántico (Mahdi Darius Nazemroaya); y se configura como una herramienta para imponer los objetivos de Estados Unidos y la Unión Europea a las naciones soberanas que están fuera de la órbita atlantista. En Nuestramérica, el Comando Sur actualmente acosa a la Revolución Bolivariana, con la posible apertura de bases militares en Argentina que se unirían a las ya 70 bases militares presentes en la región (Silvina M Romano), además de dar declaraciones, a su decir, de preocupación sobre el posible estallido de violencia en Venezuela, promoviendo injerencistamente que la oposición venezolana active las ya conocidas guarimbas que encuentran eco en The New York Times, The Guardian y El País que revelan las interconexiones entre el complejo militar industrial, la OTAN y en particular el Comando Sur y el poder mediático.

El Sistema Financiero se encuentra en una batalla entre un nuevo sistema en el que China, Rusia, India, Brasil y Sudáfrica jugarán un papel relevante con la construcción de una nueva arquitectura financiera multipolar, un mundo donde quepan muchos mundos y el declinante orden financiero internacional apoyado en el petrodólar, con los conflictos que, ya desde mediados de 2014, se presentan en el seno a la OPEC, dejando en el pasado la perspectiva de cooperación y regulación de la producción de petróleo dentro y fuera de ese organismo, reflejada en la ultima reunión de abril de este año, en la que Arabia Saudí perseguía “matar dos pájaros de un tiro”: liquidar el desafío planteado por los productores de esquisto norteamericano y socavar dos potencias energéticas, Rusia e Irán, que se oponían a los objetivos saudíes en Oriente Medio. Y apoyaron la defensa de Siria en el tablero geopolítico internacional (Michael T Klare).

El Poder Mediático, a los servicios del Gobierno mundial, da legitimidad política y cultural al Todo, y se coloca en las transformaciones que, en las tres últimas décadas, se han venido gestando como un nuevo modelo comunicacional y tecnológico en el que casi la totalidad de la información está digitalizada. Hablamos de un lenguaje universal que puede migrar de un lugar a otro en segundos. Esta información es poder para quien la gestione, y quien tiene ese poder, construye las reglas del juego en nuestra realidad.

El flujo de información moderna ha sido diseñado para tener una velocidad que arrolle al espectador, que no tenga el tiempo de reaccionar, discernir o interpretar, el efecto que tiene esta velocidad en ese espectador es que consume sin reflexionar; ese flujo de información actual ha sido calificado por Ignacio Ramonet como una esfera ciclópica (Ramonet, 2003), una unión indiferenciada y acrítica de la comunicación, la información y la propaganda.

Este poder político-mediático actualmente se encuentra dividido y confrontado entre dos imperios, el de Ted Turner (CNN-Time Warner) y el de Rupert Murdoch (21st Century Fox), división que responde a una guerra interimperialista (Víctor Rios) entre dos bandos, el primero reunido alrededor de Wall Street y la City Londinense y en el segundo bando se encuentra el viejo Complejo Militar Industrial norteamericano, las grandes empresas petroleras privadas y la industria farmacéutica reunidas alrededor del Grupo Rockefeller.

Este Poder Mediático es esencial para completar la hegemonía del gobierno mundial para dominarnos a través de la subjetividad, de nuestras ideas y nuestros intereses y sueños. Para esto, es indispensable imponer un imaginario social mundial dominado por las ilusiones burguesas de éxito individual y de indiferencia social, que den por cancelada toda opción de rebeldía (Fernando Buen Abad) y toda forma y perspectiva de construcción de lo común. Nos enseñan pedagógicamente a soñar con el rico que un día seremos, para que no luchemos con los pobres y asalariados como nosotros, creando desunión y desmovilización de la conciencia. Un sueño al que cualquiera puede acceder. Pero ¡atención!; cualquiera no quiere decir Todos.

La Usaid y la Ned

Estos dos organismos son el brazo financiero del Departamento de Estado de Estados Unidos y han cuadriplicado su financiamiento desde 2012. En sus departamentos de Gerencia de Conflictos y Desarrollo Económico, planifican e impulsan la injerencia a través de las ongs locales, de Partidos Políticos y de grupos juveniles en los diferentes países con gobiernos de signo opuesto a los intereses imperiales del vecino del norte. Sus estrategias rondan alrededor de tres temas: Alentar el liderazgo juvenil, promover los valores democráticos y el espíritu empresarial, paralelamente a la instalación de conflictividad social en las sociedades con gobiernos progresistas, utilizando estrategias como la distorsión mediática, utilizando temas sensibles, como la sequía, cambio climático, corrupción, transparencia electoral, libertad de expresión y gobernabilidad, con discursos presuntamente neutrales. Pero con una ambigüedad calculada. Su objetivo histórico en el marco de la restauración conservadora en Nuestramérica, es lograr la sumisión de los pueblos y naciones ante el modelo imperial, cerrando el ciclo abierto por la Revolución Cubana en 1959 y reafirmado por la Revolución Popular Sandinista en 1979 y luego por la Revolución Bolivariana en 1999, protagonista de este nuevo ciclo histórico.

Las nuevas derechas posneoliberales

Estas derechas son proyectos con un perfil comunicacional de tipo propagandístico, que se presenta como otra cosa, con otro tono, con otras formas, son una especie de coctelera donde cabe de todo y no niegan nada..., no tienen una identidad política precisa, construyen una por oposición a los procesos revolucionarios, al mismo tiempo que imitan nuestra narrativa, nuestra poética y nuestra estética y se complementan a perfección con los medios hegemónicos y los poderes económicos internos y foráneos. Cosechan votos interceptando las incertidumbres estratégicas del pueblo trabajador y las ansias de superación de las nuevas clases medias de origen popular, surgidas y acrecentadas en esta última década y media, gracias a las políticas redistributivas que los gobiernos de izquierda han puesto en practica para restituir los derechos negados durante el pasado periodo neoliberal. La patología de estas nuevas derechas es el fascismo, el derecho inalienable, a su decir, de recuperar lo que por derecho les pertenece: ¡Todo! Es la restauración neoliberal en clave ultraliberal; una versión más radical y destructiva que la que los pueblos conocimos en Latinoamérica en los 80 y 90.

Las nuevas clases medias de origen popular

Estas nuevas clases medias son el nuevo sujeto social en Nuestramérica. En Bolivia, el 20% de los bolivianos que antes estaban en la pobreza y en la extrema pobreza, ahora pertenecen a estas nuevas clases medias (A. García linera). Así, en Ecuador, se han duplicado; en Venezuela se triplicaron; en Argentina han accedido a este estatus 9 millones de personas y en Brasil 39 millones (A. Serrano Mancilla). Estas nuevas clases medias de origen popular han naturalizado los derechos sociales adquiridos y tienen nuevas aspiraciones. Son mayormente urbanas, moderadas políticamente, ecologistas e individualistas, utilizan las redes sociales como sus medios predilectos de información, poseen una nueva estética. Son una unión de lo que fueron, de lo que son, pero sobre todo de lo quieren y podrían ser. Se encuentran en una línea de frontera con miedo de regresar al lugar de donde vinieron; presienten secretamente que no podrán llegar a pertenecer a los de arriba y, como mecanismo de defensa en un juego de espejos de equilibrio precario, se proyectan individualmente hacia adelante argumentando que las clases y la lucha de clases son algo del pasado.

Las nuevas juventudes reenclasadas

Estas juventudes que, en Centroamérica y el Caribe, son la mayoría de la población, con 25 años (promedio), anhelan un país seguro con oportunidades de desarrollo para sus carreras profesionales o técnicas, donde los límites al consumo, al derecho al tiempo libre, al ocio y al disfrute y al bienestar individual no existan. Han naturalizado los derechos restituidos por los gobiernos progresistas latinoamericanos. Y las condiciones de pobreza neoliberal que padecieron sus padres vienen desdibujadas y las asumen como un evento histórico y hasta prehistórico. Se trata de una ficción socializada que tiene su raíz en el acceso a bienes y el aumento de su poder adquisitivo que catalizado por los valores político-pedagógicos, como la cultura de lo fácil, transmitidos por el poder mediático (prevalentemente televisión y redes sociales), han generado en estas nuevas juventudes un exacerbado grado aspiracional acrítico y profundamente individualista. A las encuestas nacionales, en las que la pregunta es si se sienten pobres, más del 90% responde que no. No se consideran pobres, aunque de hecho lo sean; pero basta vestirse y parecerse a los futbolistas y cantantes que admiran para sentirse como ellos. Expresan un anhelo de modernidad que apunta a su imagen-objetivo a Europa y Estados Unidos, que se contradice con los imaginarios rurales y semi-rurales de las clases que protagonizaron la década ganada; creen secretamente que cualquiera puede llegar a la cúspide y cualquiera no quiere decir todos. Las nuevas derechas luego de haber interiorizado su derrota desde la crisis financiera de 2007-2008, se están reactivando y han conseguido conectar con buena parte del electorado joven, apropiándose del mensaje de cambio y de futuro.

La opinión publica y las batallas electorales

La opinión publica (no la publicada, la de los medios) (Rafael Correa) es el sistema nervioso de cada sociedad, de cada pueblo. En uno de sus extremos se encuentran los triunfalismos y en el otro las visiones negativas. En el territorio de los triunfalismos están las mayorías silenciosas, los olvidos interesados y las políticas de distracción que alimentan acríticamente la inercia de los triunfos electorales automáticos y el refugio en los triunfos del pasado, junto a la desestimación del conocimiento de la historia, que nos hace cometer los errores ya superados, comprometiendo la conquista de un futuro mejor. En el otro extremo están las visiones negativas, la búsqueda incesante de un culpable para todos nuestros males, un chivo expiatorio. En el centro se encuentra la esperanza que todos necesitamos para vivir, la construcción de visiones de futuro desde la condición de posibilidad; desde la visión de proceso. La actualización constante de la oferta transformadora, se encuentra en la fidelidad política forjada desde la apuesta de desafíos concretos hacia adelante, se encuentra el Bien Común, como socialismo en su forma mas elemental: “yo soy si tu eres” (E. Dussel).

Una buena parte del pensamiento estratégico electoral se ha nutrido de la doctrina militar, porque en la guerra como en las elecciones se hace historia. En el mapa electoral latinoamericano se encuentran mayormente tres tipos de votantes: el votante incapacitado, el votante consumidor y el votante empoderado.

El primero, el Votante Incapacitado es victima de una guerra sucia electoral, en un ambiente de extrema polarización, en medio de campañas orquestadas bajo la lógica de la denuncia sin pruebas, con el objetivo de que el elector no se decida por ningún candidato o que se decida por alguno, pero sin escogerlo por conciencia, sino por miedo.

El segundo, el Votante Consumidor es un votante desideologizado, es un elector apolítico que no cree en ideologías; no milita en ningún partido; se encuentra en las nuevas clases medias de origen popular y en las nuevas juventudes reenclasadas; su simpatía es volátil, responde a sus necesidades y vota por la propuesta que, al menos aparentemente, resuelve sus problemas concretos.

El Votante Empoderado es militante y ha cimentado en el tiempo una opinión fuerte e ideológica; se mantiene informado sobre su realidad hasta construir una fe política en un partido o movimiento. Se encuentra en tiempos de polarización o distención social, y hace parte de los segmentos de voto duro, de los partidos políticos progresistas o revolucionarios latinoamericanos.

La década por ganar

Es innegable que es necesario tomar el poder y estando en el, la economía es decisiva y en su gestión nos jugamos el futuro; pero es cierto, también, que si el poder nos da la fuerza para avanzar, la batalla político-ideológica, la de las ideas, nos da la garantía de no retroceder.

El nuevo reto, luego de haber transitado en la ultima década y media de la energía-social hacia la toma del poder político, pasa a través de la construcción de un bloque hegemónico político-cultural (Antonio Gramsci) que no es más que la fuerza que tiene el pueblo para decidir su futuro, de unir sus reivindicaciones gremiales con las universales, para transformarse en sujeto histórico y protagónico de su espacio y de su tiempo, a partir de esa fuente de energía de saberes que germinan y habitan en el pueblo; de esa energía-saber que se transforma en inteligencia-social, en lucha continua por revolucionar la conciencia, construir y rescatar esos valores que nos enrumban hacia el bien común.

Esa batalla de ideas se juega alrededor del acceso al conocimiento que nos dará conciencia y la conciencia libertad; libertad de acción y libertad de decisión, para construir el poder del pueblo, en el pueblo, transitando, así, de esa energía-saber, a la inteligencia-social, revolucionaria, comunitaria y autóctona, como lucha por revolucionar nuestros valores y la ética que utilizamos para ponerlos en practica; de predicar con el ejemplo a través de nuestras actitudes, desde cada acción que realizamos a través de la cual construimos un nuevo sentido común. La radicalización ideológica y revolucionaria de esa construcción es la inteligencia-social como capacidad de observación profunda y empática de la sabiduría del pueblo, es una inteligencia construida pluralmente, participada como una verdad abierta, que intercepta las transformaciones antes que se concreticen para canalizarlas por la vía revolucionaria, que observa con atención la génesis de los conflictos para atenderlos mejor. La inteligencia-social es también la continua renovación de una cultura democrática y participativa desde las bases, desde la retaguardia, entendiendo el socialismo como la radicalización de esa democracia. Es la formación de nuevas capacidades para moverse con más agilidad en el territorio de la política, porque todo es política, lo que hacemos y lo que imaginamos; porque en lo que estamos pensando en eso nos estamos convirtiendo, es real lo que es y lo que podría ser, la expectativa, porque si es cierto que la idea no es real-material, esta tiene consecuencias reales.

La inteligencia-social es primordialmente revolucionaria, porque se pone en discusión a si misma, con las armas de la critica y la critica de esas armas, para ser capaz de transformarse respondiendo a sus propias circunstancias históricas. Es Autóctona porque es nuestramericana, creativa y originaria; se mueve en el territorio simbólico del sentido común que atraviesa nuestra realidad contextualizada, sin imponer pedagogías ajenas al contexto en la cual se construye, partiendo de la unión histórica de las luchas ideológicas de los pueblos desde nuestro continente, con su base teórica en el materialismo histórico, como ejercicio de pensar lo existente como resultado de una producción social concreta, desde los medios de producción y la vida social de los pueblos y su desarrollo y desde el materialismo dialéctico, que concibe la realidad como dinámica, como un movimiento perpetuo, de rupturas constantes y explosiones continuas (Martínez Andrade), de guerras de movimiento y guerras de posición, de revoluciones sociales y triunfos históricos, seguidos de replegamientos para la acumulación de fuerzas, para luego seguir avanzando con la certeza que todo tiempo actual es mejor que el pasado y todo tiempo futuro será mejor que el tiempo actual (Aldo Díaz Lacayo).

Se trata de una batalla dialéctica por el Poder para construir el saber y luego de usar ese Saber para construir un nuevo poder bajo nuevas condiciones, coyunturas históricas y correlación de fuerzas, Saber organizarse para la acción y Poder traducir esa acción para la transformación, una batalla por conquistar el poder, para luego revolucionar el sentido común como conjunto de ideas ordenadoras y movilizadoras del mundo (Álvaro García Linera) y la cotidianidad; una lucha por asentar ese nuevo sentido común y, luego, una nueva batalla por reconquistar el poder, sin olvidar la humildad revolucionaria que nos enseña que Liberación es andar camino, y nunca meta (Hiram Castro).

José Carlos Bonino Jasaui

@JCBonino

[1]La Asociación Transpacífica TPP por sus siglas en ingles, aprobada el 4 de febrero 2016 y conformada por 11 países ubicados en los entornos costeros del pacifico (Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Singapur, Vietnam, Canadá, y los latinoamericanos México, Perú y Chile) que abarcan un tercio del comercio global y el 40% del Pib mundial, fue creada, entre otros motivos, con la intención de socavar la creciente influencia de China en sus entorno,s limítrofes. Paralelamente, las élites económicas de ambos lados del atlántico, Estados Unidos y Unión Europea están negociando otro tratado comercial, la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión TTIP por sus siglas en ingles, el primer tratado de libre comercio del Siglo XXI entre potencias con menos de un sexto de la población mundial (800 millones de personas) pero con la mitad del PIB mundial.

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