08/11/2015
¿Hasta dónde irá el pensamiento crítico de la CLACSO?
Hay muchos ejemplos de transición a una orientación post-capitalista, que
ya funcionan a pequeña escala o son realizados por movimientos populares
La CLACSO que ha jugado un papel esencial en las transformaciones
socio-políticas recientes, organiza la VII Conferencia Latinoamericana y
Caribeña de Ciencias sociales en Medellín entre el 7 y el 13 de Noviembre.
Dentro de los invitados principales se encuentran el ex presidente Lula, el
vice-presidente Álvaro García Linera, el ex presidente Mujica, actores
importantes de la orientación post-neoliberal del continente.
América latina fue el único lugar en el mundo en donde países salieron
del neo-liberalismo y por eso vale la pena reflexionar sobre esta experiencia.
Ya pasaron más de diez años, lo que permite tomar una cierta distancia. Sin
embargo, las dificultades económicas y políticas ponen en peligro lo que se
llama “el modelo post-neoliberal”, por razones a la vez generales que afectan a
todos los países concernidos, como la caída de los precios de las “commodities”
y a la vez particulares para cada uno. El pensamiento crítico promovido por la
CLACSO ha sido eficaz en la deslegitimación del neo-liberalismo. ¿Cómo actuará
frente a la situación difícil de los países post-neoliberales? ¿Utilizando un
pensamiento funcionalista para legitimar las políticas actuales o un enfoque
crítico para preparar el futuro de una orientación post-capitalista?
Para entrar en la materia utilizaremos el método de Max Weber de los
“modelos- tipos”, es decir la descripción de cada una de las orientaciones
fundamentales, neo-liberal, pos-neoliberal modernizadora y pos-capitalista.1
Sin duda, la realidad de cada nación es más compleja, porque se inscribe en un
proceso histórico específico, pero la gran lógica se encuentra como cuadro
general.
I. LA ORIENTACIÓN NEOLIBERAL
1° Las
características generales
El neoliberalismo es una fase del capitalismo que, para favorecer el
proceso de acumulación, acentúa la privatización de la producción de los bienes
y servicios y la liberalización de los intercambios y reduce el papel del
Estado a sus funciones de protección de la propiedad privada y de seguridad.
Debemos recordar que el capitalismo considera la acumulación del capital como
el motor fundamental de la economía y el conjunto de los otros factores
(sociales, políticos, culturales) como auxiliares de esta meta. La ley del
mercado es universal, tanto geográficamente como sectorialmente. Es así como la
economía se desenclava de la sociedad e impone sus normas al conjunto social
(Karl Polanyi). Hoy en día, es el capital financiero [el] que domina y orienta,
por su lógica específica (especulación), la economía mundial. Robert Reich,
antiguo secretario del Trabajo del presidente Carter, escribió para ilustrar
este fenómeno, en un libro sobre la Globalización: “Siemens es un banco que
también fabrica aparatos electrodomésticos”.
2° Las
consecuencias estructurales para las sociedades latino-americanas
Las dos estrategias del capitalismo para
garantizar o acelerar el proceso de acumulación son la concentración de los
recursos y de las decisiones y la ignorancia de las externalidades, es decir lo
que no entra en el cálculo del mercado (en el caso, los daños ecológicos y sociales). La concentración se realiza en tres dominios precisos. La tierra,
con un verdadero proceso de contra-reforma agraria, en manos de grandes
productores o de empresas multinacionales, para desarrollar monocultivos de
exportación; el capital que se amplía en varios sectores: finanzas,
petróleo, minas, agricultura y finalmente la riqueza. Esta última se
mide con el índice de Gini (distancia entre los ingresos de los más
ricos y de los más pobres), que queda alto y se manifiesta también por el
aumento del número y del tamaño de las grandes fortunas.
La ignorancia de las externalidades no pagadas por el capital, sino por
las comunidades, los pueblos, los individuos, concierne al ambiente natural y
la vida colectiva. En el primer caso se trata de consecuencias muy graves, como
la destrucción de la selva amazónica, la contaminación de los suelos, de las
aguas, del aire, la desaparición de ecosistemas y de la biodiversitad, la
pérdida de la soberanía alimentaria. En el segundo, el desplazamiento de
poblaciones, las migraciones hacia las grandes ciudades o el extranjero, la
desertificación social del campo, son algunas de las consecuencias.
Se pueden ofrecer algunos ejemplos. Los agro-combustibles presentados como energía verde y una solución a
corto plazo frente al agotamiento de las energías fósiles, de hecho, en sus
procesos de producción dañan considerablemente el medio ambiente y provocan la
expulsión de millones de campesinos de sus tierras (en Colombia con
paramilitares). Se observan así, la concentración de las tierras; la
destrucción de los bosques y de la biodiversidad; la utilización masiva de
productos químicos y el uso de energía fósil para procesarlos. Las condiciones
de trabajo son generalmente malas y la sumisión de los pequeños campesinos por
los contratos crea una total dependencia del capital. La producción de agro-combustibles, como de todos los otros
monocultivos, afectan gravemente la salud de los trabajadores y de las
poblaciones vecinas. Finalmente, contribuyen a reforzar la división internacional
del trabajo y la reprimarización de la economía latino-americana.
Otro ejemplo es el extractivismo, afectando [a] todos los continentes del
Sur. A diferencia de la extracción basada sobre el valor de uso (utilidad para
los seres humanos) el extractivismo corresponde al predominio del valor de
cambio, lo que se introduce en América latina con el capitalismo mercantil y la
colonización. Para el capitalismo, existe un solo valor capaz de
contribuir a la acumulación, el valor de cambio (todo debe transformarse en
mercancía para ser base de ganancia) y el valor de uso debe ser sometido a
ella. De riquezas naturales se pasa a recursos naturales. A eso se junta hoy en
día, el agotamiento de las riquezas naturales, que exige nuevas tecnologías
(fragmentación, minas a cielo abierto) que provocan también daños ecológicos
considerables y en muchos casos significan una agresión territorial a pueblos
indígenas. Un tercer ejemplo es la selva amazónica. En la lógica neoliberal se
trata de un recurso natural, que debe ser explotado según el principio del
mercado, sin preocuparse de las externalidades, sino cuando afectan la tasa de
ganancia. No hay ningún otro límite a la explotación petrolera, minera, de gas
o de madera ni al monocultivo o a los megaproyectos de hidroenergía.
3° Otras
consecuencias sociales y culturales
Los países neoliberales estiman que la lucha
contra la pobreza es importante, porque amplía la base del mercado. En el
conjunto de América Latina desarrollan programas en esta dirección, con un
grado elevado de éxito. Apoyaron los objetivos del Milenio y siguen las
orientaciones del Banco Mundial en este sentido. La educación debe ser al servicio del
mercado, en particular la educación superior, con preferencia para el sector
privado. Es en este sentido que se orientan las
reformas educacionales. La salud es un sector donde el Estado debe disminuir su
intervención para privilegiar el sector privado. Lo mismo vale para el resto de
los servicios públicos que solamente contribuyen a la acumulación del capital
si son privatizados. Se reduce así al mínimo el espacio del Bien Común.
Finalmente, los Tratados de Libre Comercio refuerzan la división internacional
del trabajo; el sector agro-exportador en detrimento de la agricultura
tradicional y con pérdida progresiva de la soberanía alimentaria y los derechos
de propiedad intelectual monopolizados por las empresas multinacionales.
Los países de América latina que entran en esta categoría con grados
diferentes, son México, Guatemala, Honduras, Panamá, Colombia, Perú, Paraguay y
Chile. Conclusiones: Esta orientación de desarrollo entra en la lógica de la absorción
del sobreproducto por mecanismos reales (proletarización), formales (deuda
externa, políticas monetarias, concentración del capital) y por despojo
(expulsión de tierras). Se trata en el Continente de la aplicación de una lucha
de clases a escala mundial donde el capital con sus instituciones legales (FMI,
Banco Mundial, BID, OMC) e ilegales (paraísos fiscales) actúa para mantener y
ampliar su proceso de acumulación.
II. LA
ORIENTACIÓN POSTNEOLIBERAL DE MODERNIZACION
El resultado del cambio político en América latina ha sido la adopción de
otra orientación con las particularidades siguientes:
1° Retorno
del Estado
La característica principal de una fase
post-neoliberal del capitalismo es el retorno del Estado como regulador de la
economía y redistribuidor de la riqueza. No se trata de una transformación del
modelo de acumulación. Eso permite desde un punto de vista político, alianzas
entre acumulación capitalista y preocupaciones sociales. Es la era de un
capitalismo social y hoy en día verde, que no cambia la lógica fundamental del
sistema económico (maximización de la ganancia e ignorancia de las
externalidades), sino que alivia, en cierta medida según los países, las
consecuencias más penosas. Se
realiza por políticas económicas (renegociación de la deuda externa en Ecuador)
o sociales (medidas asistencialistas de lucha contra la pobreza que creen
clientes pero no actores sociales nuevos) y con mejor acceso a los servicios
públicos (salud, educación).
2°
Modernización de la sociedad
Se trata al mismo tiempo de hacer salir un país
de un “retraso” económico, social y cultural que lo impide competir en el
mercado mundial y de edificar una sociedad de bienestar social que sitúe la
nación en una escala aceptable dentro del panorama internacional. La concepción de la modernidad adopta implícitamente y de manera
acrítica la idea de un progreso lineal sobre un planeta inagotable, es decir un
concepto desviado por la lógica del capitalismo, como lo decía Bolívar
Echevarría. Es lo que pasó también con los países socialistas europeos y
asiáticos.
3° Un
capitalismo moderno
El nuevo capitalismo o capitalismo moderno, acepta la lucha contra la
pobreza, porque crea más consumo, lo que a medio o largo tiempo, favorece el
mercado. Él está a favor de un trabajo formal y de un seguro social, porque
estabilizan la mano de obra. Pagar más impuestos no molesta, si el Estado
asegura un grado suficiente de estabilidad política, que permite el proceso de
ganancia. Son gastos razonables para garantizar la reproducción del sistema de
acumulación. El capitalismo moderno toma sus distancias frente al capitalismo
oligárquico tradicional. Una parte de sus protagonistas hacen parte del sistema
político nuevo. Otros hacen parte de la oposición, cuando piensan que este
último no asegura una tasa de ganancia suficiente. Mucho depende también de las
vinculaciones con el capital monopolista exterior. Sin embargo, en caso de
crisis de acumulación, son los logros sociales que son las primeras víctimas
(Brasil). En Argentina, los monocultivos de soja son la expresión del vínculo
entre el capital local e internacional. En Brasil el código forestal está
redactado a favor de la “agricultura moderna”, es decir los monocultivos (soja,
palma, caña). En Bolivia un acuerdo vincula el Gobierno con los propietarios [de]
terrenos de la Media Luna, para extender la frontera agraria de un millón de
hectáreas. En Ecuador, la nueva matriz productiva, favorece [a] los
monocultivos de exportación a pesar de sus consecuencias ambientales y
sociales. En Nicaragua, el capital agrario tradicional se transforma en moderno
y entra en los nuevos sectores de acumulación (comercio internacional, etc.).
Al mismo tiempo, el petróleo, el gas, la minería, se desarrollan como
fuentes de financiación de las políticas sociales, pero hacen también parte del
extractivismo mundial (forma capitalista de la extracción) y dan un nuevo
espacio a empresas multinacionales. El sector financiero, el gran comercio, las
comunicaciones, los intermediarios con los nuevos inversores (China, Qatar,
Arabia Saudita), conocen tasas elevadas de ganancias. La desindustrialización
relativa, aún de un país como Brasil, es el resultado de la reprimerización de
las economías latinoamericanas, impuesta por el capitalismo como sistema-mundo
y apoyado por las instituciones financiarías internacionales.
4° Las
políticas sociales
El retorno del Estado en varios sectores de los “comunes” se traduce por
inversiones públicas importantes: infraestructuras (Ecuador), educación y salud
(todos), lucha contra la pobreza, con medidas compensatorias (Brasil, Ecuador,
Bolivia), ampliación del seguro social, etc. Como se trata de modernizar una
sociedad, la iniciativa viene esencialmente del poder político, que por razones
de eficacia tiende a centralizarse, dando al ejecutivo un lugar privilegiado,
dejando poco espacio a la participación y concibiendo la comunicación como una
explicación de lo que se ha hecho. Los valores de excelencia y de competencia
son centrales, también en la reforma del sistema educacional (en el Ecuador:
escuelas del milenio y las super-universidades). La agricultura familiar
campesina y la agricultura indígena son marginalizadas, porque son poco
productivas (en todos los países). A pesar de las constituciones, la
pluriculturalidad y la plurinacionalidad tienen poco espacio. Una clase media
ha conocido un aumento importante (representa entre el 30 % y el 50 % de la
población según los países), pero su consumo influye mucho sobre la balance
comercial. Existen en América latina varias versiones de este modelo.
En Brasil, Lula, sindicalista de la metalurgia, siempre ha tenido dos
valores claves: la eficacia y la justicia social. La eficacia en el dominio
económico es el capitalismo y la justicia, la redistribución de una parte del
producto social a los más pobres. En Ecuador, la nueva matriz productiva, que
quiere, con razón, favorecer la producción nacional y reducir las exportaciones,
reemplaza progresivamente el concepto inicial del “buen vivir”. Con la crisis
que afecta al continente se asiste a un agotamiento del modelo post-neoliberal.
Es lo que la presidente Dilma afirmó en su discurso en la Asamblea general de
las Naciones Unidas en Septiembre. En Brasil eso significa claramente el
retorno a políticas que satisfacen [a] los mercados. El peligro de una
evolución del mismo tipo existe para los otros países post-neoliberales de
América, es decir Argentina, Uruguay, Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia.
En este último país la existencia de reservas importantes (porque hubo menos
inversiones) puede atrasar un poco el proceso.
El ejemplo de Grecia muestra que dentro de una lógica que no ha salido
del modelo de acumulación capitalista, no hay muchas alternativas a las
políticas de austeridad, que hacen pagar a los más vulnerables los efectos de
la crisis financiera y económica y permiten al capital reanudar un ciclo de
acumulación, en particular con el aporte de inversiones exteriores y nuevos
préstamos. No se trata de negar los
logros de los países post-neoliberales, sino de saber cómo van a reaccionar
frente a una crisis mundial que afecta al proyecto: regresar al neoliberalismo
o iniciar transiciones hacia una orientación post-capitalista ¿Cuál
será el aporte de la Conferencia de la CLACSO sobre este tema?
III. HACIA
UNA OPCIÓN POSCAPITALISTA
Esta orientación solo se puede proponer como una meta, porque no tiene
realización política, aun si existen muchas iniciativas económicas, sociales y
culturales que van en este sentido. Hablaremos de los ensayos en América latina
y después de los principios y aplicaciones posibles.
1° Los
ensayos
La Revolución cubana ha sido el resultado de la voluntad de constituir
una sociedad post-capitalista, pero con todas las dificultades, los obstáculos
y las limitaciones, por una parte del aislamiento en un océano capitalista (y
con un embargo) y por otra parte, de un socialismo del siglo XX : concepción
acrítica de la modernidad, una división del trabajo interna al mundo socialista
(monocultivo del azúcar dentro del COMECOM), un socialismo de guerra y
últimamente ensayos para salvar los logros socialistas frente a las nuevas
relaciones económicas y políticas con un mundo dominado por la ley del mercado.
Sin embargo muchas enseñanzas pueden servir de base de reflexión. El ALBA se
construyó sobre una base de teoría económica opuesta al capitalismo: no sobre la
competencia, sino [sobre la base de] la complementariedad y la solidaridad.
Varias aplicaciones concretas resultan de estas primicias. En plan económico,
Petrocaribe, con un precio preferencial por los países no productores de
petróleo; en el plan social, con la operación milagros (cura de los ojos con la
técnica medical cubana y el apoyo económico venezolano) y en lo cultural con
TeleSur. A escala del continente, la experiencia se queda relativamente
marginal y muy vulnerable, dependiente en mayor parte de una Venezuela bolivariana.
2° Los pasos
de una transición posible
Un paradigma post-capitalista de la vida colectiva sobre el planeta exige
una redefinición de sus ejes fundamentales: la relación con la naturaleza: de
explotación a respeto como fuente de toda vida; la producción de la base
material de la vida: privilegiar el valor de uso sobre el valor de cambio; la
generalización de los procesos democráticos en las instituciones sociales y
políticas y en todas las relaciones sociales (incluido hombres-mujeres) y el
fin de la hegemonía de la cultura occidental para adoptar la interculturalidad.
Podemos dar algunos ejemplos de transiciones hacia un post-capitalismo, que lo
llamamos Socialismo del siglo XXI, el Buen Vivir, el Bien Común de la Humanidad
o cualquier nombre, a condición de preocuparse del contenido del concepto.
1)
Transformar la relación con la naturaleza
Se trata de realizar el paso del extractivismo (basado sobre el valor de
cambio) a la extracción (basada sobre el valor de uso), implicando como primer
elemento la aplicación de leyes duras sociales y ambientales; una acción a
escala de la integración continental, porque un solo país no puede afrontar
solo la fuerza de las multinacionales del sector y una legislación
internacional para evitar las “ventajas comparativas” de países no respetando
normas sociales y ambientales. Medidas similares valen para los monocultivos de
exportación. Frente a la destrucción de las selvas y bosques, una reforestación
masiva con plantas y árboles nativos sería un inicio de cambio, acompañado por
la creación de condiciones necesarias a la ampliación de la agricultura
familiar campesina e indígena.
2)
Privilegiar el valor de uso
La transición en este sector podría consistir en abolir los paraísos
fiscales en la región y nacionalizar las principales instituciones financieras;
realizar una Reforma agraria integral y popular (ver programa del MST en
Brasil); promover el mercado interno, los circuitos cortos y la soberanía
alimentaria y luchar contra la reprimarización, promover la economía popular
solidaria.
3)
Generalizar los procesos democráticos y la participación
Luchar para erradicar la pobreza por políticas
centradas sobre la manera de producir más que sobre el aumento del consumo,
construyendo actores sociales y no clientes (políticas de compensación) es una
primera propuesta. También se puede ampliar los
mecanismos de participación en todos los sectores (la economía, la política, la
cultura, el deporte, los sindicatos, las religiones, etc.). Un punto esencial
será la descentralización de los Estados, desde abajo y la comunicación y el
diálogo como formas de participación.
4) Promover
la interculturalidad
Asegurar la participación de todas las culturas,
los saberes, las espiritualidades a la construcción de un paradigma
pos-capitalista, es un paso indispensable para la
construcción de una ética adecuada, de un pensamiento crítico y de valores
espirituales capaces de transformar lo cotidiano y de dar un sentido a la vida.
Muchos otros ejemplos de transición a una orientación post-capitalista
podrían ser citados, porque ya funcionan a pequeña escala o son realizados por
iniciativas y movimientos populares, en varias partes del mundo, prueba que no
se trata de una utopía en el sentido de una ilusión. La nueva etapa consiste en
construir los nuevos actores políticos, lo que no será fácil frente a la
presión del capitalismo de monopolio y al ritmo de la necesaria transformación
de la cultura política. Sin embargo es una tarea esencial, donde las ciencias
políticas y sociales tienen su lugar.
CALPU
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