¿Crisis? Aumentar impuestos
Juan J. Paz y Miño Cepeda
EL TELÉGRAFO - Primer Diario Público
Ecuador, lunes 2 de marzo de 2015
La Comisión Económica para América Latina (Cepal) reconoce que entre 2002-2008 la región tuvo una “época de bonanza”, con índices positivos; y que incluso al sobrevenir la crisis, logró resistirla con medidas contracíclicas. Pero, como todavía Latinoamérica tiene una fuerte dependencia externa, el actual desplome de los precios del petróleo proyecta efectos negativos en los exportadores como Bolivia, ECUADOR y Venezuela.
Los tres países bolivarianos tienen gobiernos de nueva izquierda, que postulan el socialismo del siglo XXI, y que han privilegiado inversiones públicas de indudable beneficio social, como comprueban las mismas estadísticas y análisis de la Cepal. Pero con la llegada de la crisis actual, un incierto deterioro de la situación social en Venezuela podría alimentar el escenario deseado para la guerra final de la oposición golpista. En Ecuador, la oposición comienza a frotarse las manos, esperando que la crisis induzca a “medidas de austeridad” que despinten a la Revolución Ciudadana y generen las condiciones políticas para la “restauración conservadora”, el sueño revivido por una serie de alcaldes y políticos reunidos la semana pasada en la ciudad de Cuenca.
Como en otros momentos de su historia, no es la primera vez que Ecuador estaría al borde de una “crisis” económica. El problema está en cómo afrontarla. Porque durante las décadas finales del siglo XX el “ajuste” se impuso sobre los sectores populares, mientras se adoptaban “salvatajes” a favor de las élites empresariales dominantes.
Contra la ortodoxia de su época, F.D. Roosevelt (1933-1945), a través del New Deal, superó la crisis económica norteamericana mediante la inversión pública en grandes obras, el incremento de salarios, el aumento de impuestos y particularmente sobre las rentas, estableciendo la seguridad social, subiendo pensiones, prohibiendo despidos y hasta apresando a los especuladores. En nuestros días, el afamado libro de T. Piketty, que recomprueba la concentración capitalista, aboga por un Estado social, con progresivo impuesto sobre los ingresos y también por un impuesto mundial sobre el capital.
De modo que la “crisis” podría ser la oportunidad en Ecuador para profundizar la redistribución de la riqueza y avanzar en el socialismo del siglo XXI. Aumentar el impuesto a la renta sobre las capas más ricas, gravar utilidades desde ciertos niveles, imponer tributos a patrimonios más altos y a los salarios elevados, incrementar las fuentes de financiamiento de los servicios sociales de carácter público, son otras tantas medidas que podrían tomarse contra toda “ortodoxia”. Incluso contamos con experiencia histórica, pues la Revolución Juliana (1925-1931), para afrontar la crisis del cacao y acabar con el dominio de la plutocracia bancaria, fue pionera en dictar leyes laborales, crear la seguridad social a través de la Caja de Pensiones, fundar el BCE y expedir una Ley de Impuestos Internos que por primera vez creó dos impuestos: uno sobre las rentas del trabajo, y otro específico sobre las utilidades del capital.
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