EL LIBRO DE BENITA
Winston Orrillo
INTRODUCCIÓN
¿Un libro para una gata? En efecto, lo es. Pero, ésta, como otras, de repente, amable lector, le parece que no es lo que aparenta.
En fin, un animalito que, junto a usted, discurre en medio de sus vicisitudes, y por si fuera poco, le lee el pensamiento, o usted, asimismo, trata de leérselo a ella.
No discutamos. Ella es. Y usted trata de dilucidar su esencia: ¿quién ha dicho que los gatos no tienen esencia?
Vivir es convivir. Y “Benita” vive o convive en mi hogar y por eso le debo este homenaje.
No sé -es cierto- si está a su altura. Pero, por lo menos, lo intenta.
Ella es, por otra parte, nieta de “León”, protagonista de mi Poemas para un gato: a él lo asesinó un… pero el azar me llevó a encontrar a esta minina, que resultó hija de una hija de aquél. Y, de algún modo, no sé cómo, en realidad, vino a mí, y aquí está: con el encanto de su abuelo, pero con una dirección distinta. Porque yo afirmo que, racionales o irracionales, el sexo es fundamental. Y “Benita” tiene los encantos feéricos de su abuelo, pero ese algo más que caracteriza a las hembras.
Pero, en fin, usted, amable lector, es quien, en definitiva, juzgará si he sido capaz de aprehender lo inaprensible, que vive en esta gatita tan sui generis.
Winston Orrillo
La Calera, Lima, febrero de 2011
-000-
INTERROGACIONES
Benita me interroga
con sus ojos
que singlan
mi sangre y la perturban:
“¿Para cuándo
mi libro?”, parece
que dijera (mejor
dicho: lo dice)
en tarde y
noche y alba
cuando me tintinean
sus ojos verde claros
y su mirada ubicua
y su sedeño
gesto
al pasarme
la lengua
como para que aquel
recuerdo
no se vaya
al olvido:
Ella quiere
su libro
para vivir conmigo
al lado de otros
que –parece, ella
lo dice- ya
leyera
hace tiempo.
-000-
LEE JUNTITO
Lee juntito
a mí
la gata niña.
Es decir
me transcribe
su acertijo:
asperja
sus luceros
y enmudece.
-000-
ME PIDE SIN PEDIRME
Me pide sin pedirme
que no me olvide
de ella.
Sus ojos me lo encargan
y el dédalo de suaves
parpadeos que lanza
cuando se siente
ausente.
O tal vez, como ahora,
cuando vuelvo
de darme
una vuelta
en la nada
ella trepa
a mi mesa
- la ocupa de inmediato-
y duerme con un ojo
mientras dice, callada,
con el otro, el respiro
y un aire en los bigotes:
¡que no debo olvidarla!
que exige sus poemas
(cataratas de versos)
en nombre de esa vida
que me da matutina
febricitante y siempre
en vigilia de todo
lo que sabe me acosa.
Presencia rutilante
de mi gata, blindaje,
tachonado de mimos,
de miau miaus
bienvenidos.
-000-
ADHERIDA
Adherida a
mí, como este
jueves,
la micha
me incrusta
al sinsentido
donde debo
medrar
sin arredrarme.
-000-
SEÑORITA
Señorita,
buen día:
saludo
a la minina
que solo mira
y basta.
Ya sé las directivas
que leo
en los mecheros
de sus ojos
de jade.
Ya sé el parte
de guerra
que anuncia
la victoria.
¡Otro día ganamos
pimpantes
la batalla!
La vida es esa
alfombra
voladora
y el mago
tornó
de vacaciones
que pasó
en el Empíreo
del sueño
de la amada.
-000-
GATA INTERPLANETARIA
Aferrada
a la luna
te observo,
imperturbable.
Solo tus ojos
parlan
ese idioma
encriptado
que sin embargo
dice
mucho
más que el cardumen
de verbos defectivos
que escucho
cacarean
los señores truhanes
travestidos tribunos.
Gata de otro planeta,
remíteme el sonoro
abracadabra
amado
o el sésamo
que se abre:
¡y que pase la vida!
-000-
ENTRE TODAS
Entre todas las gatas
seráficas del orbe
me tocaste,
indeleble.
Te vi primero
solo, velloncito
de luces,
pasmo y nardo
y querencia,
pequeñita y
tan dúctil,
tan frágil,
niña mía.
Como el verso
nonato e inaudible
creciste. Y así
te dabas vueltas,
dejándome perplejo:
cada día es un
juego distinto
tal pelota.
Noctívaga no fuiste:
un sueño, sí,
y a veces;
y en tanto el
mundo avieso
-fundente duerme vela-
medraba inverecundo
¡y emboscaba a los cantos!
Pero fuimos, Benita, entrambos
un amparo, casi
una barricada
que nos mantiene
enhiestos: un
búnker de poemas
con el que conjuramos
la carcoma del orbe.
-000-
BENITA PARPADEA
Benita parpadea. Ha
logrado acostarse
aquí, en mi territorio:
en mi mesa de escriba.
Allí, en ese costado,
ella ¿duerme?
Vigila, despliega
su exorcismo
contra los maleficios.
Ella asume tareas
de vigilancia mía: lo sé,
precisamente, cuando
digo: Benita
¡no subas a mi lado!
¡Vete a tus escondrijos!
Ella solo maúlla
muy leve
dulcemente
y me lame los dedos
aquellos con que escribo
su historia desvelada
con sueños y algaradas
allende la comarca
del amor
que ella ocupa.
-000-
ERES TAN HERMOSA
Eres tan hermosa
como mi gata.
Recuérdalo, amor mío.
Tu belleza felina
me araña las arterias,
me maúlla en la noche
recién inaugurada.
Tu belleza aldehído
silente e inconsútil.
-000-
LOS OJOS
Los ojos
de mi gata
sus mensajes
ignito.
-000-
EN EL FONDO
En el fondo
sus iris
que me llegan
al fondo.
-000-
EN TU CUERPO
En tu cuerpo
tan breve,
Benita,
cómo puedes
albergar
todo un himno
total a la alegría
de vivir
a tu lado.
-000-
ADÓNDE
¿Adónde
te diriges,
amada flama
mía?
¡Qué noche
deletreas
para volverla
día?
-000-
EURITMIA
Euritmia
de tu paso
que acicala
a la vida.
-000-
HE FONDEADO
He fondeado
en tus ojos,
indemne
fiera
mía.
-000-
SOLO EL SOL
Solo el sol
de tus córneas,
amada tersa
micha, en la esquina
del cuello
de este martes
de mayo.
-000-
MI GATA
Mi gata se pasea
alrededor
del céfiro
que me tiene
aherrojado.
Me sigue
ella suasoria
a través de
mis varias
vidas evanescentes.
-000-
RONRONEA
Ronronea
Benita:
no deja de
atisbarme
de conducir
la ruta
de este canto
que -sabe- la
dibuja impalpable
como su lengua
ubicua
que escribe
en mi muñeca
un mensaje
hiperbóreo.
-000-
TENGO MIS DUDAS
Tengo mis dudas
que seas solo gata:
la forma de mirarme
el modo en el que
trepas en mí
cuando yaciente
yo leo
en mi poltrona
o sueño todavía
en tus vidas
antiguas.
El diálogo del rayo
de tus pupilas
dice que tú vienes
-¡albricias!- no
por azar ni olvido.
Lo sé,
Benita mía,
y no quiero
escribirlo
porque la estalactita
nos guarde
sí
el secreto.
-000-
HUELE QUE HUELE
Huele que huele
huele, ágil,
minina
empecinada
en husmear la
la llegada
de la salud
que nívea
me trae
su maullido.
-000-
ME HACE MAL
Me hace mal
pergeñarlo
pero debo
y prosigo
con el comunicado
de tu misión conmigo:
balsámica y
bruñida
ígnea
michina mía.
-000-
CARACOLEAS
Caracoleas,
flecha,
te siento
polifónica:
tu maullar
me invita
a vivir
todavía.
-000-
NADA DICES
Nada dices,
Benita.
Solo miras
y miras
(y así
lo dices
todo).
-000-
ME ORGANIZAS
Me organizas
el día
en torno
a tus remilgos,
a tu suave
ternura.
A tus constelaciones
de azules
lengüetazos.
-000-
Y ASÍ DUERMES
Y así duermes:
transitas,
descalza,
por el sueño
remota y tan cercana
que resbalas del canto
hacia este día jueves
de enero
2011.
-000-
NO DEJAS
No dejas
que la muerte
desmadeje
su estela.
Y la alejas
(me guardas
con tus áureas
caricias).
-000-
BENITA ME OLISQUEA
Benita me olisquea…
Algo sabe
que adviene:
ella lo sabe
todo,
pero no siempre
puedo
descifrar
sus arcanos.
-000-
AUN MIENTRAS
Aun mientras,
sí, recorre
el corredor
del sueño,
me envía
sus presagios.
Yo soy el que
encallado
en la cresta
de un día
no puedo
elucidarlos.
-000-
EL DESMONTE
El desmonte
desde el
que tu mirada,
Benita,
ha solfeado
y convoca
completo
a mi avatar
maltrecho.
-000-
BENITA, POR EJEMPLO
Benita, por ejemplo,
se acurruca
a mi lado
(hoy lunes
de febrero,
hacia la medianoche).
Se trepa sin pedirme
permiso para
nada
y me estira
la pata
como que
me acaricia:
ya pasó fuertemente
su lengua por
mis brazos
y después de mirarme
retrocede y avanza:
se pone a defenderme
de sombras que
-ella sabe-
me cercan
a menudo.
-000-
ELLA ES
Ella es mi gran albergue
mi defensa secreta
del baldón,
de la injuria.
del paso del futuro
malestar
que corroe
la vida
sin sosiego.
-000-
BENITA RECOSTADA
Benita recostada
al lado de papeles
y versos inconclusos:
ella es un verso
trunco
que me apremia
y convoca
para que lo concluya.
-000-
AH, GATA, SABIA Y NOBLE
Ah, gata, sabia y noble,
querube encapsulado
en tu cuerpo tan raudo.
Ahora miras y
miras y tornas
mientras buscas
aquello
que se esfuma
por ignoto
y poluto.
Pero estás
pensativa:
algo quieres
confiarme
que yo ignaro
no aprehendo.
-000-
OH, BENITA
Oh, Benita,
pues lo digo:
este lunes
cabe enero
quedo yo
claro endeudado
con tu sabio
aviso ayuno
que no puedo
por ahora
horadarlo
poco a poco.
-000-
OH, DIOS
Oh, Dios,
que me mandaste
a esta gata
por ángel
de la guarda
o vigilia
de mis vicisitudes.
Siempre
ágil
al acecho
para que no
me agreda
la daga
imponderable
que al final
-lo sabemos-
ganará
la partida.
Lo afirmo
en este viernes
de febrero
en que canto
su hazaña
centinela.
-000-
ENCARNADA
Encarnada
en Benita,
eres tú
quien custodia
mi tránsito
azaroso
por las ruinas
del alba.
Eres tú
bajo el ojo
de mi gata
quien mira
mis pasos
astillados
(y prolijos
no obstante).
(4-2-11)
-000-
¿SABES
¿Sabes
que yo te escribo?
Me lo dice
tu oreja
que tiembla
levemente.
Y el concierto
que anega
tus bigotes
y borda
la tarde
en este
sábado
de febrero
y arpegios.
-000-
AGAZAPADA
Agazapada,
ubicua,
Benita
es que saluda
-longilínea
y campante-
tenaz
al nuevo día.
-000-
POR QUÉ
¿Por qué
cuando abandono
la silla o
la poltrona
tú trepas
de inmediato
como si persiguieras
el hervor
de mi cuerpo
la sombra
que se adhiere
a la materia usada
por nuestras
despedidas?
Y duermes
y te estiras
te acomodas
ufana
y emprendes
travesías
del sueño
oh, michina,
sirena,
saltimbanqui,
sílfide
renovada
sobre
una simple
silla.
(15-2-11)
-000-
QUÉ FELIZ
¡Qué feliz
te sospecho
cuando adviertes
que canto
para ti
y así
cumplo
la promesa
arrumada
entre los alacranes
de los días
inanes!
-000-
TENDIDA A MI COSTADO
Tendida a mi costado
yo siento que el tendido
es quien esto
transcribe
y navega
en aquellos
balandros
verde claros
que hornean
en tu rostro
de esfinge
adamantina.
(12-2-11)
-000-
BENITA ME DESPIERTA
Benita me despierta
¿o yo despierto a ella?
Y luego su costumbre
de lamerme
el tobillo
y rascar
el costado
de la cama
dormida.
Es su rito
continuo
su karma
renovado
(mientras
ella bosteza
y me sigue
lamiendo).
16-2-11
POEMAS DE GATA CON ENFERMO A CUESTAS
I
Ella me sabe
enfermo:
sus ojos
me interrogan.
su pata delantera
dulcemente
recorre
la fiebre
que se abrocha
a mis padecimientos
Insiste
con la garra
como
si pretendiera
rasguñar
un vendaje
asaz inexistente.
Sus orejas
que crujen
indican
cuán atenta
acecha
a las bacterias:
y por ello
al ocaso
la vi
sobresaltada:
afilaba
sus uñas
como
las cimitarras
de los
tan procelosos
samuráis
disuasorios.
Mueve ahora
su cuello
de nívea
transparencia:
hacia el piso
es que lanza
el candil
de sus ojos
por si descubre
huellas
aún no
codificadas.
Atenta,
en fin, lo dice:
parece estar
dispuesta
a enfrentarse
con todo
para saberme
indemne.
II
Nos miramos
fulgúreos:
se interrogan
sus iris
ante mis movimientos:
¿Y ese frasco
de luto
que me llevo
a los labios?
-Lo huele: ¡No
lo aprueba!
¿Y aquello
que echa
gases
y me calma
el espasmo?
-Lo mismo: ¡A
la distancia!
Da vueltas
gemebunda
ante mis empapadas
camisetas
brumosas.
Olisquea
interroga
con sus fanales
ascuas
de amor
febricitante.
Desde
que fui ordenado
a no salir
al aire o
al sol (que
da lo mismo)
ella plantó
su imagen
atigrada
y sedeña
como drástica
huraña
imperiosa
guardiana
de la salud
que urgente
debe recomponerse
-lo dijo el terapeuta-
en este cautiverio
a prueba
de bacterias
y demás
ultravirus.
-000-
BENITA PENSATIVA
¿En qué piensa,
Benita, el sábado
en la noche?
Mira que mira
y mira
mis ojos
que la miran.
Y vuelve
sus pupilas
y atraviesa
la estancia
nocturna
en La Calera.
Dobla
el cuello,
se para,
se atusa
los bigotes.
Saca filo
a sus garras
y leve
parpadea
detrás
de algún
espectro
que solo
ella
exorciza.
-000-
BENITA POR LOS AIRES
Benita por los aires
del fin
de esta
semana:
y endereza
la oreja
de félida
atigrada
y bigotes
tan ágil.
Se tiende
sobre el céfiro
que le ofrece
una alfombra:
cendales
la arrebujan
por el viento
del piso
donde aguardo
la muerte
y sus moscones
ebrios.
Benita equilibrista
en la brisa
ligera.
Ella es
mi parapeto
mi armadura
morronga
contra estos
avatares.
-000-
ASEO DE BENITA
Es más limpia
que el alba.
La micha
minuciosa
procede
a lengüetearse:
higiene
en la vigilia
para que no
anochezca.
-000-
OFERTORIO
Me entregas
tu amor
como el Amor:
sin requisitos.
-000-
ELEGÍA ANTICIPADA A MI GATA
¿Por qué te
tienes que morir,
minina mía?
¿Por qué no
escucho siempre
tu suave ronronear
como el de
ahora,
alígero y
veloz,
lucero
mío.
Mi gata
es un poema
de aquellos
que se dicen
solamente
en silencio.
Le gustan
las caricias
y el leve
verso
escucha.
Y duerme
a pierna suelta
mientras ve
que le escribo.
Y ahora
sueña
en un cielo
de gatos
bien amados
donde no haya
legañas
que turben
los celajes
(y ella mora
a mi vera,
ufana
micha mía).
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