“Profecías 2014” o el fracaso de los agoreros del desastre
Edwin Sánchez
Enviado por tortilla en Lun, 26/01/2015 - 20:40
26 de enero 2015
Los líderes de la derecha conservadora, formidables expertos en llamaradas de tusas, profirieron, en la penúltima semana de diciembre de 2013, sus tétricos “vaticinios” sobre lo que sufriría el país en 2014.
Al comenzar 2015, los “pitonisos” como el señor Tünnermann, el señor E. Hernández y la señora A. Solís, entre otros, no “evaluaron” sus anunciadas catástrofes por una simple razón: no tenía sentido. Más que especulaciones, que se sostienen al menos por alguna retorcida media verdad, aquellas eran alucinaciones completas de adictos primerizos.
La derecha pintarrajeó nuestro mapa con sus fiascos, traumas y delirios. Sus calamidades las proyectaron sobre la nación exactamente igual a los perdedores en este siglo con sus deseos obsesivos: si yo no pude, que tampoco el otro y menos la que te conté.
Incluso, en su terrible pretensión de que todo le fuera mal a la nación, ni siquiera pronunciaron el “Próspero Año Nuevo” que los hombres y mujeres de buena voluntad ofrecen a sus semejantes.
“La sociedad civil está preparando una serie de protestas contra las acciones del Gobierno y asegura que se mantendrán en las calles durante el 2014”. Azahalea Solís.
“Va a ser un año problemático, pero tengo fe en la capacidad de reacción de los ciudadanos”. 2014 será “el gran año de la unidad de las mayorías que no están de acuerdo con este Gobierno”. C. Tünnermann.
¡Hasta hoy suspiran, por rencores que ni el púlpito ha podido curar a algunos políticos confundidos de oficio, con vivir una Irak, una Siria y hasta una Paquistán tropicales!
Pese a los sombríos “augurios”, el presidente Daniel Ortega y la escritora Rosario Murillo alcanzaron la cima de la aprobación pública, en reiteradas encuestas y declaraciones desde analistas objetivos e inversionistas nacionales y extranjeros hasta organismos internacionales como la FAO y el Secretario General de las Naciones, Ban Ki-moon.
Ante la serenidad del calendario, las menguadas filas opositoras se apresuraron a hacer “cumplir”, a como fuera, sus malos agüeros. Fue así que el tema favorito de unos fue segregar todos sus odios, con el antivalor agregado de los resentimientos de otros, contra el Canal Interoceánico.
Descuidados con los números, “viendo” miles donde apenas se juntaban cientos en sus diversas puestas en escenas, la alquimia mediática trató de convertir el pesado plomo de la oposición y sus personajes en oro de altos quilates, intentando azuzar, mediante engaños, a grupos de campesinos para montarse sobre inquietudes naturales alrededor de la propiedad.
Uno de los tantos Walter Mercado a la mala, “predijo” una caída económica.
El general (r) Álvaro Baltodano, director de la agencia de promoción de inversiones ProNicaragua, diagnosticó 2014 de un saludable para arriba. La sumatoria de las exportaciones totales del país superan en mucho a 2013: se rondó los 5 mil 400 millones de dólares. El crecimiento neto de las exportaciones se sitúa entre el 8 y el 9% respecto al año anterior.
El “chequeo” del año pasado, esta vez por los encargados del turismo, van del éxito a mayores retos. “Nosotros esperábamos un crecimiento del 6.5%, sin embargo los resultados preliminares nos indican un crecimiento de 8.1%”, expuso Mayra salinas, presidenta del Instituto nicaragüense de Turismo. “Vamos por buen camino”, reforzó la presidenta de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Sylvia Levy.
Es más, el rotundo revés de estas “profecías” escalofriantes quedó expuesto al repuntar Nicaragua como una de las economías de vigoroso desempeño en Centroamérica, a pesar de los conocidos factores exógenos, los latigazos de los terremotos de abril y la sequía. Si esto no es bendición de Dios, el haber podido salir a flote frente a tantos fenómenos, ¡ándale!
Para dar una idea de la administración solvente mediante el modelo de alianzas impulsado por el Gobierno Sandinista, en 2014 el crecimiento promedio regional fue de ¡1,1 %!, la expansión más baja desde 2009, informó la CEPAL.
El tiro por la culata
Carlos Tünnermann y Eliseo Núñez, “oráculos” del núcleo duro de la oposición a ultranza, lanzaron sus anatemas contra el Ejército: “deja de ser la institución más creíble que tenía el país y pasa a estar supeditada al Ejecutivo”; la “crisis del Ejército se va a profundizar”.
Estos falsos profetas “olvidan” que todas las Fuerzas Armadas de los países democráticos están subordinadas al Ejecutivo, es decir, al poder civil. El Ejército no se manda solo. Lo dirige el comandante Ortega, y así ha sido con o sin reformas constitucionales. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, manda al Ejército, la Guardia Nacional, la Marina, etc. ¿Cuál es el interés de estar sembrando cizaña podrida en medio del trigo saludable de Nicaragua?
Aun con la campaña de desprestigio, el Ejército terminó el año como la institución más creíble, de acuerdo a la última encuesta de M&R Consultores. Obtuvo una confianza de 78.8% y un 18.1% de desconfianza.
Debe ser difícil para el liderazgo de la debacle derechista aceptar que les salió el tiro por la culata: su propia gente le otorga al Ejército una aprobación del 63.3%, en el tope de la tabla de las instituciones altamente valoradas.
Y los que se definen independientes, colocan a la institución castrense en la cumbre de la credibilidad con 65.1%.
El contraste es evidente: la derecha quedó casi en el último peldaño del descrédito: 73.6% con un deplorable 11.2% de confianza. De nada le valió vituperar al Presidente, a su Administración y a las tropas con todo lo que tenía a mano, incluyendo los supuestos “rearmados”.
Los agoreros del desastre no dan una, pero pontifican como si sus falacias fueran artículos de fe. Son estos los que cada cinco años “profetizan” arrasar con los votos. Y así como sus infumables candidatos fueron apagados por las urnas de la realidad, sus funestos presagios resultaron arrollados por la verdad.
Por citar una evidencia del éxito-país, uno de los componentes de esta verdad es la producción de los primeros siete excelentes puros que fuma el mundo. Para lograrlo, el director de operaciones de Mombacho Cigars, Claudio Sgroi, reveló la esencia que “La Prensa”, por supuesto, no exaltó en portada: “En este país se trabaja cada vez mejor”.
Y aquí hablamos de la pureza de una estupenda motivación: construir la Nicaragua grande.
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