La
escritura a mano parece un reducto de nostálgicos, pero tiene sus ventajas.
(Corbis)
CÓMO AFECTARÁ AL APRENDIZAJE
Finlandia, el país
modelo en la educación mundial, acaba con la escritura a mano
Es el
fin. El sistema educativo finlandés ha decidido sustituir el aprendizaje de la escritura a mano
caligráfica –no así la de imprenta– por clases de mecanografía en
el teclado QWERTY a partir del curso 2016/2017. Una
decisión que probablemente empezará a ser replicada en el resto del mundo,
gracias a la buenísima reputación de la que goza el país
escandinavo debido a sus resultados en los exámenes PISA.
No es
la única medida que atenta con poner fin a los cuadernos Rubio. En Estados
Unidos, los estándares de Núcleo Común (o Common Core standards), que han sido adaptados en
gran parte del país, sólo exigen a los alumnos la legibilidad de sus textos
hasta el Primer Grado, a los siete años. Desde ese curso, los esfuerzos
docentes se centran en que los estudiantes tecleen lo más rápido posible, como
ocurrirá en Finlandia. “Las habilidades deescritura rápida son una
importante competencia nacional”, ha manifestadoMinna Harmanen, del
Consejo Nacional de Educación, que desarrolla el plan de estudios.
En
el futuro sólo utilizaremos los dispositivos tecnológicos, por lo que parece
normal que la escritura a mano corra la misma suerte que otros conocimientos
que se han considerado desfasados, como la enseñanza del latín. ¿O no?
Aunque
reconoce que se trata de una importante transformación social, esto facilitará
laadquisición del lenguaje, puesto que el ordenador se encuentra más
ligado a la vida cotidiana de los niños que un folio. ¿Quién escribe a mano hoy
en día? Efectivamente, cada vez menos personas, y por eso ya hay muchos
jóvenes que no son capaces ni siquiera de enviar una carta. Desde un punto de vista estrictamente
utilitario, la lógica es aplastante: en el futuro cercano, ya sólo utilizaremos
los dispositivos tecnológicos para comunicarnos, por lo que parece normal que
la escritura a mano corra la misma suerte que otros conocimientos que
últimamente se han considerado desfasados, sólo defendidos por nostálgicos,
como la enseñanza del latín o el griego. ¿O no?
Integrados
tecnológicos y apocalípticos de la vieja escuela
Como
suele ocurrir cada vez que un adelanto tecnológico propicia un cambio en los
programas educativos, las reacciones suelen dividirse entre apocalípticos e
integrados, entre aquellos que lamentan que los tiempos cambien y los que
celebran el “adaptarse o morir”. Entre estos últimos se encuentra, por ejemplo,
el experto en nuevas tecnologías Enrique Dans, que en una entrada
en su blog explicaba que escribir a mano es muy poco
práctico y la firma, un método de autentificación poco seguro. Desde su punto
de vista, la preservación de la escritura manual es poco más que una reivindicación
romántica.
Los
jóvenes están acostumbrados a editar la información cambiando párrafos de orden
o revisando varias veces lo escrito, cosas que no se podrían hacer en un texto
escrito en un folio
Hay
buenas razones para defender el aprendizaje de la tipografía. De igual manera
que tener una caligrafía adecuada y una mano rápida eran vitales para tomar
notas en la universidad y hacernos entender, teclear rápido y sin
errores será una cualidad igual de imprescindible. Además, las formas de
gestionar la información han cambiado: la escritura ya no es tan lineal como en
el pasado, y los jóvenes ya están acostumbrados a editar la información
cambiando párrafos de orden o revisando varias veces lo escrito, cosas que no
se podrían hacer en un texto no digital. Las notas se toman de forma más rápida
en un teclado que con un bolígrafo y un folio.
Con lo
que no cuentan los integrados defensores de la tipografía es que las cartillas
cumplen otras funciones más allá de enseñar a escribir a mano correctamente.
Por ejemplo, el aprendizaje caligráfico implica que el niño ponga en marcha
mentalmente la producción de los trazos a través de ladireccionalidad –qué camino sigue el bolígrafo para
trazar la letra– y lafragmentación –la separación de palabras en una
oración escrita–, que favorecen la adquisición mental del lenguaje, así como el reconocimiento
de los diversos monemas incluso en caso de que, a diferencia de lo que
ocurre con la tipografía, estos no mantengan una forma constante.
De
nuestra mano a nuestra mente
Si hay
buenas razones para seguir defendiendo la escritura a mano, estas se encuentran
en los estudios neurológicos y psicológicos de los procesos de aprendizaje que,
durante los últimos años han puesto de manifiesto que el bolígrafo se lleva
mejor con nuestro cerebro que el teclado. En ocasiones, se trata de una simple
cuestión de lentitud, como ponía de manifiesto una investigación realizada por Karin H. James y Laura
Engelhardt de la Universidad de Indiana. El experimento concluyó que
el procesamiento de las letras en el cerebro se realizaba de
forma más adecuada cuando estas se escribían a mano.
Los
estudiantes que tomaban notas por ordenador obtenían peores resultados al
responder preguntas conceptuales
No se
trata únicamente de que el ordenador pueda presentar otras distracciones más
atractivas al alumno, como se ha criticado en muchas ocasiones, sino que el
procesamiento de la información al que obliga la escritura manual y que se
realiza de forma más precipitada en la tipográfica facilita la
comprensión de lo que se escribe y la codificación en la memoria de la
información recibida. Es lo que señaló otro estudio publicado en Psychological Science,
que puso de manifiesto que los estudiantes que tomaban notas por ordenador
obtenían peores resultados al responder preguntas conceptuales sobre lo que
habían escrito, puesto que tendían a transcribir lo expresado por el profesor
de forma literal, sin procesarlo.
Ambas
investigaciones son complementadas desde un punto de vista neurológico por otra publicada en Developmental
Neuropsychology, que explicó que la escritura en teclado, manual y cursiva
activaban tres diferentes esquemas mentales en sus usuarios. Los niños que
utilizaban un bolígrafo para escribir eran capaces de producir de forma mental
lenguaje con una mayor velocidad y expresaban más ideas.
No son
las únicas demostraciones de la utilidad de la escritura manual: se ha
comprobado que esta es un instrumento más eficaz a la hora de reducir losefectos de la dislexia, especialmente en lo que se refiere
a la cursiva, que los ayuda en el proceso de descodificación del
lenguaje. Buenas razones para no olvidarnos para siempre de los viejos lápices.
Además, quién sabe cuándo llegará un apagón o esa temida tormenta solar que apague para siempre nuestros
aparatos informáticos y nos devuelva a un mundo en el que la tinta era nuestra mejor
forma de comunicarnos.
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